(Minghui.org) Han pasado veintitrés años, que es un tiempo bastante largo en la vida de una persona. En mi caso, pasé de ser una nueva practicante de Falun Dafa a una practicante veterana madura.

Me gustaría compartir algunas experiencias de cultivación en mi entorno familiar, y cómo elevé mi xinxing al cambiar mi mentalidad basada en el Fa.

Corregir mis relaciones con los miembros de la familia basándose en el Fa

El ambiente del hogar es un ambiente de cultivación importante para los practicantes de Falun Dafa, especialmente para una jubilada como yo. Sin embargo, hasta hace dos años no utilicé este ambiente para mi cultivación. No fue hasta entonces que empezaron a ocurrir cambios importantes en ese ambiente.

Al estudiar el Fa, entendí que en el pasado, los cultivadores necesitaban vagar entre la gente común para soltar los apegos humanos y alcanzar la consumación. Mientras vagaban en la sociedad común, encontraron personas y situaciones que afectaron su sentimentalismo. Con una mentalidad clara hacia esas personas comunes, los cultivadores podrían mantener una mente recta y elevar su xinxing.

Los practicantes de Falun Dafa se cultivan entre la gente común. Esta sociedad común es nuestro ambiente de cultivación, siendo el hogar de uno el ambiente principal. Debemos tener una comprensión moderada de nuestras relaciones con los que nos rodean, y mantener nuestro xinxing bajo control. Así podemos eliminar muchos apegos.

Mi esposo no es practicante de Dafa. Aunque yo era practicante, discutía con él con frecuencia. ¿Era esta la forma correcta de tratarle? Mirando nuestra relación desde que nos casamos, incluso después de haberme cultivado durante años, siempre lo vi como mi propiedad. Lo cuidaba con sentimentalismo; a cambio, esperaba que él me cuidara a mí. A menudo le imponía mis normas, queriendo moldearlo como una especie de esposo modelo en la sociedad común. Sin embargo, él tiene una fuerte personalidad y quería hacer las cosas a su manera. Así, teníamos interminables conflictos.

Cuando nos enfrentábamos, yo utilizaba el razonamiento y la lógica de la gente común, le señalaba sus errores y le decía que me trataba injustamente. Mientras descargaba mi dolor y mi ira, no me veía como practicante, ni veía a mi esposo como uno de los seres conscientes a los que tenía que salvar.

Mi esposo tiene su propio origen de vida, sus propias características y su propio destino. No hay nada en él que pueda cambiar, ni me pertenece. Solo que en esta vida desempeña el papel de "mi esposo" en mi camino de cultivación. Básicamente, nuestra relación debería definirse como la de un practicante y una persona común, a la que debo salvar.

Al ver esto, me sentí bastante avergonzada y arrepentida por no estar a la altura de las enseñanzas de Shifu. Después de todos estos años de cultivación, mi cualidad de iluminación era muy pobre, y perdí muchas oportunidades que el Maestro dispuso para mí. Decidí que debía enderezar mi relación con mi esposo y verlo como un ser que debía ser salvado. Al principio traté de desprenderme de muchas emociones, y pensé en que dependía de él. Así, dejé de controlarlo y manipularlo. En cuanto a sus malos hábitos, se los señalé amablemente sin ser persistente. Mi única prioridad fue concentrarme en mi xinxing y cultivarme de acuerdo al Fa.

Después de algún tiempo de hacer esto, noté que mi mentalidad había cambiado. Había dejado de lado el sentimentalismo entre esposos. Al ampliar mi capacidad de tolerancia, me relajé más. Mi esposo también cambió bastante.

En cuanto a mi hijo y mi nuera, también los considero personas que hay que salvar. No les doy lecciones ni me meto en sus vidas. Tampoco espero nada de ellos. Cuando lo necesitan, hago todo lo posible por ayudarles. No los molesto por cosas que puedo hacer yo misma. Por supuesto, esto no significa que sea fría con ellos, sino que interactúo como la gente con un corazón generoso y con una mente abierta, como lo haría normalmente la gente común.

Mirar la esencia a través de la apariencia, salir de la mente humana y salir de la confusión

Mi hijo y su esposa discuten mucho, y hace poco sus peleas se intensificaron. Al principio, me asusté y me preocupé hasta el punto de no poder comer ni dormir. Intenté comprenderlos y ayudarlos. Me disculpé mucho con mi nuera, culpándome de no haber educado bien a mi hijo. Le pedí a mi hijo que corrigiera sus malos hábitos. Les di dinero. Sin embargo, cuanto más intentaba calmar la situación, esperando que se llevaran bien, más afectaba a mi nuera negativamente. Ni nosotros ni sus padres podíamos vivir en paz. Sus padres se comportaban de forma opuesta a nosotros. Protegían a su hija y criticaban a mi hijo. Era una situación desagradable.

Después de calmarme, miré el asunto desde el ángulo de una practicante. Analizando el caos en cuestión basándome en las enseñanzas del Fa del Maestro, me di cuenta de que en la superficie, mi nuera tiene un temperamento obstinado. En realidad, los implicados solo estaban saldando deudas kármicas entre ellos. Lo que debemos a otras personas debe ser devuelto. Esta es la verdadera razón de su problema. Mi corazón se animó. Mirando la foto de Shifu, dije: "Maestro, ahora lo entiendo. Voy a superar esto. Por favor, guíame".

Envié pensamientos rectos para eliminar cualquier interferencia causada por mi hijo y su esposa y reflexioné sobre cómo afrontar esta situación.

Me vino a la mente la enseñanza del Maestro:

"La rectificación del Fa se mueve por todo el mundo; la grandiosa manifestación de dioses y fo se revela y todas las maldades sin corregir y las relaciones predestinadas del mundo caótico se resuelven con benevolencia" ("Predicción de la Rectificación del Fa del Mundo Humano", Escrituras esenciales para mayor avance (II)).

Así es, resuelto con benevolencia. Debo atesorar mi relación predestinada con las personas en mi vida dejando de lado cualquier pensamiento egoísta y sentimental. Me volví más atenta que antes con mi nuera. Me acerqué a su familia. No había rencor ni odio, solo compasión y cariño. En cuanto a su matrimonio, dependía de ellos. Cada uno tiene su destino. Como no hay nada que los demás puedan controlar, sería mejor dejarlos ser.

Durante este proceso, mi corazón se hizo más compasivo y estuvo en paz. Además, al seguir las enseñanzas del Maestro, en realidad estamos negando los arreglos de las viejas fuerzas. Poco después, mi hijo y su mujer volvieron a llevarse bien.

Aprender a reflexionar sobre mí misma en los asuntos familiares

En los dos últimos años, presté especial atención a mirar hacia dentro cuando había conflictos en la familia. A primera vista, parecían cosas menores que no merecían ser mencionadas. Sin embargo, en el fondo, estaban relacionados con los apegos del cultivador que debían ser eliminados.

Por ejemplo, a mi esposo le gusta teñirse el pelo. Le aconsejé que no lo hiciera porque los productos químicos que contienen no son buenos para la persona. Irritado, su respuesta fue: "Me lo puedo permitir". Tras escuchar su respuesta, miré dentro de mí. Encontré mis apegos al dinero y a la idea de salud de la gente común.

Otro problema era invitar a la familia de mis hijos a comer. A veces me resistía a invitarlos a cenar porque no quería perder el tiempo con los asuntos de la gente común, así podía dedicar más tiempo a las tres cosas. Sin embargo, seguía cocinando para ellos porque me preocupaba que mi nuera pudiera molestarse. Al escudriñar mis pensamientos, descubrí que no estaba siendo genuina, lo cual no está alineado con el principio de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Así que envié pensamientos rectos para eliminar cualquier cosa que causara el problema. Desde entonces, cada vez que los invitaba a venir, lo hacía de corazón.

Cuando surgían pensamientos no rectos hacia mis hijos o la familia política, me decía que esos pensamientos no formaban parte de mí y que debían ser eliminados. Son causados por mi propio yeli (karma) y deben ser pagados. No solo dejé de culpar a otras personas, sino que también les agradecí por ayudarme a cultivarme. Cuando los vi sufrir por la fama, el dinero y el sentimentalismo, me compadecí de ellos. Viven una vida muy dura. Mientras tanto, encontré mis apegos a los celos, al miedo y al deseo de que me paguen por las cosas que hago por los demás.

El Maestro dijo:

"Todos saben que después de alcanzar ese nivel de luohan, al encontrarse con cualquier suceso no se lo guarda en el corazón, no se guarda, en absoluto, ningún asunto de la gente común en el corazón, se está siempre alegre y sonriente, y por más que se salga perdiendo ampliamente, igual se está alegre y sin darle importancia. Si realmente puedes lograr esto, ya habrás alcanzado el grado elemental de la Posición de Fruto de luohan" (Novena Lección, Zhuan Falun).

Todavía no he llegado allí. Sin embargo, en los últimos dos años me he desapegado de muchas cosas y ahora soy capaz de tomar las cosas a la ligera. Mi mente está en paz. Sé que fue el gran Maestro compasivo que me ayudó a eliminar esas sustancias malas que me interferían.

Gracias, Shifu. Solo puedo devolver la compasión del Maestro siendo más diligente en la cultivación.