(Minghui.org) Me gustaría contarles mi experiencia trabajando para el Epoch Times.
Comunicación compasiva
Realizo entrevistas para la sección ‘Vida y Tradiciones’ de la edición impresa del Epoch Times. Hice una entrevista telefónica a una anciana alemana que vive en Estados Unidos. Emigró a América hace años y lleva una vida sencilla y tradicional. En su blog de Internet comparte con sus seguidores los valores tradicionales con los que se conduce. Así, que decidí presentársela a nuestros lectores.
Nuestra comunicación resultó ser muy abierta y cálida. Después de la entrevista, le pedí que me enviara algunas fotos, lo que hizo en varios correos electrónicos. En cada uno, se dirigió a mí con cariño, usando mi nombre de pila. Sin embargo, en su último correo electrónico cambió por completo su tono. Se mostró fría y distante. Sin mediar palabra, se negó a que publicara la entrevista o las fotos bajo ninguna circunstancia. Me exigió que acatara su decisión.
Me pregunté por qué había cambiado tan de repente. Pensé que quizá había leído alguna información errónea en Internet sobre el Epoch Times. También me di cuenta de que su repentina frialdad me había tocado el corazón, a nivel humano, porque al principio habíamos congeniado.
Sentí que esto debía ser una interferencia y me pregunté cómo debía manejarlo. Así que quise darle la oportunidad de que recapacitara.
El Maestro nos dijo:
"Cuando vean algo que nos hace daño, o cuando vean algo que bloquea nuestra validación del Fa, no tomen un desvío; deben afrontarlo y esclarecer la verdad y salvar a aquellos seres. Esta es la compasión (cibei) de un Dafa dizi, y es nuestra salvación de seres" (Exponiendo el Fa en el Fahui de Washington D.C., 2002).
Le escribí un correo electrónico para decirle que me sorprendía su petición, pero que por supuesto respetaba su decisión. También le comenté que me entristecía y que me gustaría aclarar cualquier malentendido, si lo había, con una llamada telefónica.
Le conté a mi colega el incidente. Mientras ella estaba enviando pensamientos rectos para resolver la interferencia, la respuesta llegó a mi bandeja de entrada. Accedía a hablar conmigo.
Durante nuestra conversación, resultó que, efectivamente, buscó el Epoch Times en Internet, aunque al parecer había leído un sitio dudoso. Me insistió, una y otra vez, en que era apolítica. Me dijo que defendía la verdad y la compasión, y que amaba a la gente.
Durante nuestra conversación, que duró casi una hora, pude ir eliminando todos y cada uno de sus prejuicios y preocupaciones. También le expliqué las verdaderas circunstancias y la ayudé a darse cuenta, por sí misma, de que nuestro medio de comunicación representa los mismos valores que ella abandera, y que también lo considerábamos una misión, parecida a la suya.
Decidió permitir que publicáramos el artículo. Algunos días después, expresó su cálido agradecimiento porque lo publicamos en la edición impresa. Dijo que su hijo también le señaló que tenía suerte de que se hubiera puesto en contacto con ella un periódico tan bueno y fiable, que representaba exactamente sus valores.
Atreverse a mirar dentro y a cultivarse a uno mismo
Un día, mientras hacía los ejercicios, tuve un pensamiento repentino: dejar el Epoch Times. Aunque intentaba ignorarlo, era muy persistente y resurgía una y otra vez. Examiné detenidamente este pensamiento. Quería saber si se trataba de una interferencia, que surgía de alguna emoción, o si era una indicación de que había llegado el momento de tomar un nuevo camino. Por un lado, sabía que mi estado de cultivación dejaba bastante que desear, y que las viejas fuerzas podrían estar aprovechándose de esta laguna para desviarme. Pero por otro lado, comencé a pensar en cómo sería tener un trabajo normal y practicar Dafa en mi tiempo libre, como solía hacer.
Me concedí algunos días, para aclarar mis ideas, antes de tomar una decisión. Después le comunicaría mis planes a la dirección. Durante ese tiempo fui a Shen Yun en Bregenz, para ayudar. En Bregenz, en un momento de intimidad y tranquilidad, le conté a un pequeño grupo de practicantes mi situación. Y sucedió algo interesante.
Las reacciones de asombro del grupo me hicieron despertar y me aportaron claridad. Pero a diferencia de lo que esperaba las reacciones incluso harían que cualquier persona normal, probablemente, se lo pensara dos veces antes de dejar el trabajo, sin importar las dificultades. Entonces, comprendí que todo este proceso formaba parte de mi propio camino de cultivación personal. Nadie, ni siquiera un practicante veterano, podía llegar a comprender a lo que ya me había iluminado y cuánto había soltado en mi proceso de cultivación.
Por ejemplo, al principio ya había tenido que deshacerme de una gran capa de miedo a las pérdidas económicas para poder participar en nuestros medios de comunicación. Lo que entendí, tras ver sus reacciones, fue que no debía intercambiar abiertamente con todo el mundo sin haberlo pensado, aunque lo hiciera con practicantes que conocía, porque sólo podía ofrecerles una imagen parcial. Nadie conoce la imagen general y mi subsiguiente proceso, excepto el Maestro. La experiencia también me hizo darme cuenta de que no quería dejarlo. Tenía un trabajo que hacer.
Trabajar en nuestros medios no es fácil. A veces es muy arduo e implica sacrificios. El proyecto requiere dedicación. Y si en algún momento pierdo esa dedicación, debo revisar mi cultivación. Si me siento abrumada, siempre puedo fijar algunos límites y comunicarme con mis coordinadores de forma clara pero tranquila. Me di cuenta de que nadie me obligaba ni me presionaba a hacer nada. La presión siempre me la impongo yo misma. La idea de dejar el Epoch Times no era más que un intento de escapar de las dificultades. Intentaba distanciarme de las dificultades y evitar enfrentarme a mi carácter caprichoso, que a veces veo reflejado en el comportamiento de mis colegas.
No tenía que romper con el Epoch Times para sentirme libre y sin preocupaciones. Tenía que trabajar en mí misma.
En el proceso, también me di cuenta de que tengo una fuerte necesidad de seguridad, estabilidad y protección. Éstas se manifiestan en la superficie, como apegos a mi hogar, a mi familia, a mi entorno de cultivación familiar, y a un ingreso estable y bueno.
El maestro explica en Hong Yin :
Asistiendo al Fa
"El deseo viene del corazón para salvar a los seres conscientes,
asistiendo al Maestro en su viaje por este mundo;
ayúdenme a girar el Falun,
cuando el Fa se complete, el Cielo y la Tierra recorrerá".
Después de leer este poema llegué a la conclusión de que la sensación de "seguridad y protección" no es más que otra ilusión, porque nada en esta superficie humana puede estar nunca "asegurado". Puedo perder todo lo material en cuestión de segundos. Sin embargo, el Dafa que nuestro honorable Maestro nos ha otorgado es eterno.
Agradezco a nuestro Maestro su misericordia y paciencia, ya que a veces no soy tan diligente en mi cultivación como debería.
Hace poco, cuando enviaba pensamientos rectos, me di cuenta de que, en realidad, era un gran honor poder trabajar en nuestros medios de comunicación en este momento, y especialmente en estas circunstancias, a veces, difíciles. Y como soy una pequeña partícula del cuerpo, se me permite jugar un papel en el desarrollo de nuestros medios de comunicación en el mundo humano. A través de este proyecto podemos ayudar a nuestro Maestro a rectificar el Fa en el mundo humano, y conducir a la gente de vuelta a la tradición y a la vida íntegra. Comprendí que mi insatisfacción cuando afronto algunas dificultades estaba absolutamente fuera de lugar y que no era más que otro apego que tenía que abandonar.
(Presentado en el Fahui de Europa 2022)
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