(Minghui.org) En mi pueblo solo hay dos discípulos de Falun Dafa, y durante todos estos años hemos persistido en contarle a la gente la verdad sobre la persecución.

Empecé a practicar Falun Dafa en 1998, y el Maestro Li Hongzhi siempre me ha protegido en mi camino de cultivación. Me gustaría compartir algunas de mis experiencias.

Un joven encuentra la respuesta

Un técnico que estaba encargado de reparar el aire acondicionado en nuestro lugar de trabajo llevó una vez a un amigo a nuestra empresa. Yo le había aclarado la verdad al técnico antes y aproveché la oportunidad para hablarle a su amigo sobre Dafa. Me dijo: "No sé reparar aires acondicionados; estoy aquí solo para jugar".

Le contesté: "Bien. Debe conocer a mucha gente, ¿cierto?". Dijo que sí. Entonces le pregunté si había escuchado sobre el movimiento de renunciar al Partido Comunista Chino (PCCh) y sus organizaciones afiliadas. Dijo que no.

"¿Se unió a los Jóvenes Pioneros y a la Liga de la Juventud en la escuela, o se unió al Partido?". Dijo: "Me uní a los Jóvenes Pioneros y a la Liga de la Juventud en la escuela, pero nunca me uní al Partido".

"Entonces debió jurar bajo la bandera rojo sangre que lucharía por el Partido toda su vida. Cuando hizo esto, el PCCh le puso un sello".

"Pero como el PCCh ha cometido tantos crímenes contra la humanidad, el Cielo lo va a eliminar. Con el sello del PCCh, usted también estará implicado".

Cuando quise continuar, vi que estaba pensando en algo. Después de un rato, me miró y dijo: "Sus palabras de hoy me recordaron algo".

"Cuando estaba en la escuela secundaria, a un compañero de clase que era muy buen amigo mío le pidieron que se uniera a la Liga Juvenil, y se negó firmemente. De camino a casa le pregunté por qué era tan tonto, porque no era fácil unirse a la Liga Juvenil, y cuando se uniera obtendría muchos beneficios.

"Pero me dijo que nunca se uniría porque, si lo hacía, quedaría marcado con el sello de la bestia. Esto fue hace muchos años, y me dejó un rompecabezas en la mente. Ahora sé lo que significa el 'sello de la bestia'".

Entonces le sugerí que renunciara a las organizaciones afiliadas al PCCh a las que se había unido para librarse de la calamidad cuando el PCCh pereciera.

Dijo: "¡Sí, sí, sí, renuncio!".

Al día siguiente, encontré un círculo de Flores de Udumbara floreciendo en mi mesa de trabajo.

Un niño de seis meses ayuda a salvar a la gente

En 2015, fui a un remoto pueblo de montaña para distribuir DVDs de Shen Yun y aclarar la verdad. A las cuatro de la tarde solo me quedaba un disco.

Me encontré con tres jóvenes en la carretera de la montaña, dos hombres y una mujer. La mujer llevaba en brazos a un bebé que parecía tener un poco más de medio año.

Me acerqué y los saludé. Uno de los hombres preguntó: "¿En qué podemos ayudarle?".

Le dije que quería darles un disco de video de un espectáculo de danza de Shen Yun que promovía la cultura tradicional china y era muy lindo. Dijo que hoy en día todos tienen un teléfono inteligente y que ya nadie ve DVDs.

Quise continuar, pero ellos continuaron conversando entre ellos. Pensé: "Entonces, para la próxima... aún me queda mucho camino por recorrer".

Pero cuando me di la vuelta y el bebé empezó a llorar, me decidí a aclararles la verdad, por muy tarde que fuera.

Les dije: "No se preocupen, aunque el bebé es tan pequeño, tiene la mente más clara que ustedes". Fue mágico que cuando me di la vuelta, el bebé dejó de llorar.

Después de contarles la verdad sobre la persecución, dos de ellos renunciaron a la Liga Juvenil, uno a los Jóvenes Pioneros, y aceptaron el DVD.

Le pregunté a la mujer: "¿Emigró a este pueblo para casarse o creció aquí?". Dijo que era la tía del bebé y que estaba casada con un hombre de otro pueblo. Dijo que solo habían venido a visitar a los padres del bebé y que ella se iría a casa al día siguiente.

Pensé: "Casi se me escapa la posibilidad de ofrecer la salvación a una persona con una relación predestinada".

Uno de los hombres dijo: "Ya no hay autobús, ya es muy tarde. ¿Cómo va a regresar a casa?".

Dije que no había problema y solo les pedí que recordaran las nueve palabras auspiciosas: "¡Falun Dafa es bueno, Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno!". Dijeron que las recordarían.

Cuando estaba a punto de marcharme, de repente pensé que también le haría saber al niño las nueve palabras. Entonces me acerqué, tomé su pequeña mano y le dije: "¡Cariño!". Inmediatamente abrió mucho los ojos y me miró. Le dije: "También debes recordar que 'Falun Dafa es bueno, Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno', ¿de acuerdo?".

Sorprendentemente, asintió con la cabeza y respondió claramente: "Sí". Esto realmente sorprendió a todos, y se quedaron congelados del asombro.

Se me salieron las lágrimas y le agradecí al Maestro Li una y otra vez en mi corazón.

Afortunadamente, justo en ese momento pasó un conocido en un camión y me preguntó si necesitaba que me llevara. Le dije que sí y me alegré.

Ayudando a la gente a renunciar al PCCh

Fui a un pueblo cercano a esclarecer la verdad en 2017, y conocí a dos mujeres allí.

Una de ellas se veía muy incómoda, estaba sentada y se estaba cubriendo el estómago con la mano. Nos conocíamos, pero nunca habíamos hablado mucho. Cuando me vio, me pidió que me sentara a su lado. Conversamos un poco.

Entonces empecé a hablarle de Falun Dafa. Me dijo que estaba de acuerdo con los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia y que conocía la naturaleza malvada del PCCh.

Le dije que podía hablarle de algo aún más espantoso: Que el PCCh está cometiendo la atrocidad de la sustracción forzada de órganos a los practicantes vivos de Falun Dafa detenidos.

Al escuchar eso, se sorprendió y dijo: "Vaya, anoche tuve un sueño. En el sueño, unas personas estaban a punto de matarme extrayéndome los órganos".

"Entonces grité desesperada y rogué a mi padre que me salvara. Vi que mi padre, que ya falleció, se acercaba, pero se arrastraba en lugar de caminar".

"Entonces vi a mi padre dándole a esas personas mucho dinero, pero el dinero era todo negro. Entonces me desperté. Desde entonces, empecé a tener dolor de estómago".

Le pregunté si su padre se había unido al PCCh cuando estaba vivo. Me dijo que era el secretario del PCCh del pueblo.

Le dije: "Por eso. Ayudémosle a renunciar rápidamente. Y a partir de ahora, debería seguir recitando las nueve palabras auspiciosas: 'Falun Dafa es bueno, Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno'".

Le pregunté si se había unido al PCCh o a sus organizaciones afiliadas. Dijo que no porque nunca había asistido a la escuela.

Luego le pregunté a la persona que estaba a su lado y me dijo que tampoco se había afiliado. Entonces les pedí a ambas que recordaran y recitaran frecuentemente las nueve palabras, que podrían salvaguardarlas de una catástrofe en un futuro próximo.

Ambas dijeron que habían conocido a su "salvador", que era yo. Les dije que ayudaba a la gente porque mi Maestro me lo pedía, y Él nos enseñó que debíamos informar a la gente sobre la única manera de sobrevivir durante la catástrofe.

A través de la experiencia de ayudar a las personas durante la pandemia, me iluminé de que si solo nos preocupamos por los demás, Shifu nos atraerá a aquellos que tienen relaciones predestinadas con nosotros y nos dará oportunidades para cumplir nuestro juramento prehistórico.

¡Salvemos a más seres conscientes!

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