(Minghui.org) Durante la época de Sakya Muni, había un personaje llamado Devadatta. Primo de Sakya Muni, era también un príncipe, alto y guapo. Devadatta se convirtió en monje junto con su hermano Ananda y otros.

Se dice que cuando Devadatta fue a reunirse con Sakya Muni para su consagración, fue una gran ceremonia y que iba vestido con ropas de lujo montado en un elefante con una silla de montar decorada con oro. Esto era como para mostrar a la gente: “¡Mira! Un prestigioso príncipe se convertirá en monje”. Sin embargo, como practicante, se trataba de un apego a la ostentación.

Tras convertirse en monje, a Devadatta le fue bien en los primeros doce años. Según las escrituras budistas, Devadatta era inteligente y aprendió mucho. También fue determinado durante 12 años de meditación sentada, tenía fe y una mente pura al escribir las enseñanzas de Buda. En Datang Xiyu Ji (Las regiones occidentales de la dinastía Tang) de Xuanzang, en libro del monje Tang de Viaje al Oeste, se describe una gran casa de piedra donde solía hacer la meditación sentada. Además, desarrolló algunos gongnen o habilidades supranormales a través de esos 12 años de cultivación.

Debido a sus prestigiosos antecedentes -príncipe y primo de Sakya Muni-, junto con su diligencia y habilidades supranormales, fue admirado ciegamente por muchos budistas laicos y monjes. Sariputra, uno de los principales discípulos de Sakya Muni, también lo visitaba y lo elogiaba por su origen elitista, sus conocimientos, su buena apariencia y sus poderes.

Ajatashatru, príncipe de Magadha y budista laico, fue más allá y su admiración fue casi fanática. Decía que tenía una gran virtud poderosa y era similar a Buda. Cada día, proporcionaba 500 calderos de comida de primera calidad a Devadatta y sus seguidores. Con el príncipe Ajatashatru mostrándole tanta veneración, algunas personas comunes y budistas laicos lo siguieron a adorar aún más a Devadatta.

Como cualquier practicante, Devadatta todavía tenía apego a la fama terrenal y a los intereses materiales. En consecuencia, aceptó con gusto estas alabanzas, adoraciones y donaciones exageradas. Esto hizo crecer aún más su apego y se volvió más arrogante. Llegó a afirmar que no era diferente de Buda con tanta gente que lo admiraba. Poco a poco, se volvió celoso de Sakya Muni, con una avaricia furiosa, pensamientos rebeldes y un destino inevitable.

Una vez Devadatta se dirigió a Sakya Muni diciendo que él debía llevar el mando y liderar la comunidad budista ya que Sakya Muni estaba en edad avanzada. Sakya Muni rechazó seriamente su petición y dijo que ni siquiera se había pedido a Sariputra ni a Maudgalyayana que llevaran el mando, a pesar de que ambos tenían una gran sabiduría y habilidades sobrenaturales. ¿Cómo podría una persona tonta como Devadatta asumir el liderazgo? Delante de los demás, Sakya Muni también anunció que ya no reconocería nada de lo que Devadatta pudiera hacer en nombre de los monjes o de los budistas y que Devadatta sería responsable de sí mismo.

Sin embargo, incluso después de este anuncio, muchos de los practicantes budistas que seguían ciegamente a Devadatta tampoco tuvieron una comprensión clara. Continuaron adorando a Devadatta y algunos incluso pensaron que Sakya Muni hizo esos comentarios por celos.

Hay una historia en el budismo que dice que una vez Sakya Muni salió a pedir comida y vio a Devadatta acercándose desde la distancia. Para evitar encontrarse con él ya que tenía grandes pecados, Sakya Muni se hizo a un lado. Algunos discípulos que le seguían estaban confundidos e incluso preguntaron si Sakya Muni lo hizo para mostrar respeto a Devadatta. Esto demostró que muchas personas estaban confusas y no tenían una fe profunda en Sakya Muni ni claridad sobre el gran karma que portaba Devadatta.

A medida que esto continuaba, Devadatta cayó aún más y hasta planeó terminar con la vida de Sakya Muni. Varias veces envió a personas a asesinarlo, pero cada vez los asesinos fueron conmovidos por Sakya Muni y se detuvieron. Entonces Devadatta emborrachó a un elefante con vino y lo soltó cuando Sakya Muni llegó a la ciudad a pedir comida. Al ver que el elefante borracho se precipitaba hacia ellos, algunos discípulos de Sakya Muni huyeron, mientras que otros se quedaron para proteger a Sakya Muni con sus propias vidas. Sin embargo, cuando el elefante borracho vio a Sakya Muni, se arrodilló con ambas rodillas y tocó los pies de Sakya Muni con su trompa. Para ese entonces, más gente empezó a criticar a Devadatta, pero algunos todavía lo seguían. Poco después, Uppalavanna, una de las principales discípulas de Sakya Muni, se dirigió a Devadatta intentando convencerlo de que se arrepintiera y cambiara. Pero Devadatta la mató a golpes.

Para satisfacer su malvado ego, Devadatta se autoproclamó Shifu y propuso muchas teorías budistas engañosas y grandiosas. Algunos nuevos monjes se dejaron engañar y estuvieron de acuerdo con él. Con el apoyo de la gente, Devadatta fue al Monte Gaya. Sin embargo, con compasión hacia estos nuevos monjes, Sakya Muni pidió a Sariputra y Maudgalyayana que los siguieran, ayudándoles con éxito a comprender que Devadatta estaba socavando el budismo. Estas personas regresaron a Sakya Muni y se arrepintieron delante de él.

Al final, todos los intentos viciosos de Devadatta fracasaron. Con grandes pecados, murió miserablemente. Después de eso, Sakya Muni dijo una vez, que entre las enseñanzas de Fo, Devadatta no tenía ni la más mínima contribución. Por lo tanto, Devadatta caería al infierno al morir.

Pero algunos monjes seguían dudando de las enseñanzas de Sakya Muni. Le preguntaron a Sakya Muni por qué había dicho que Devadatta sufriría una fuerte retribución kármica, ya que tenía grandes habilidades supranormales y fama. Aparentemente, no lo tenían claro y no habían despertado de la influencia de Devadatta. Incluso cuando Faxian y Xuanzang visitaron la India desde la región de Han, cientos de años después, encontraron que algunos monjes confundidos seguían adorando a Devadatta, no a Sakya Muni.

Fue una seria lección que Devadatta descendiera de ser un discípulo budista diligente y bien establecido a una figura viciosa que cayó al infierno. Sakya Muni también mencionó que, si el príncipe de Magadha, Ajatashatru, no hubiera admirado tanto a Devadatta ni le hubiera proporcionado 500 calderos de comida de primera calidad al día, probablemente Devadatta no habría llegado tan lejos. Tales alabanzas y adoraciones ciegas fueron parte de lo que alimentó el ego de Devadatta, empujándolo por el camino sin retorno hacia el infierno.

Desde la perspectiva de la cultivación, la caída de Devadatta podría estar relacionada con su apego a la ostentación, la búsqueda de fama e interés y la envidia. Una vez que obtuvo habilidades supranormales y fue adorado, sus apegos se intensificaron, lo que hizo que dejara de creer en Sakya Muni y en las enseñanzas budistas. Al final, cometió graves pecados. Durante este proceso, las alabanzas y la adoración ciega de otros monjes budistas también desempeñaron un papel fundamental. Sin ellos, Devadatta probablemente no habría llegado tan lejos. De hecho, después de que Sakya Muni declarara no reconocer más a Devadatta, si todos los discípulos tuvieran una profunda fe en Sakya Muni y dejaran de seguir a Devadatta, esta situación podría haber ayudado a Devadatta a despertar y a volver al camino correcto.

(Adaptado de pureinsight.org)

***

Todos los artículos, gráficos u otros contenidos publicados en Minghui.org están protegidos por derechos de autor. Al reimprimir y redistribuir el contenido para uso no comercial, se pide indicar el título del artículo y su enlace original.