(Minghui.org) Soy una practicante de Falun Dafa de 84 años y hace 23 años que practico la cultivación. El Maestro me ha guiado a través de mi viaje de cultivación, y me siento muy afortunada de ser parte de la rectificación del Fa. Antes era analfabeta, pero el Maestro Li, el fundador de Falun Dafa, me ha bendecido con sabiduría. He aprendido a leer el libro Zhuan Falun.

Aunque mi falta de educación ha sido un obstáculo para mi comprensión de los principios del Fa, el Maestro siempre me ha protegido y me ha iluminado en los momentos críticos. He confiado en mi fuerte fe durante los últimos años. No importa lo duras que hayan sido las tribulaciones, mi fe en el Maestro y en Dafa me ha ayudado a superarlas.

Un día, hace cuatro años, tuve un flujo vaginal sanguinolento. Al principio pensé que mi práctica de cultivación habría restaurado mi ciclo menstrual. Pero pasaron diez días y no cesó. El color cambiaba y a veces se volvía negro, o incluso verde o rosa. Aunque no era mucho, me di cuenta de que era un estado incorrecto para un practicante, y empecé a buscar en mi interior.

Encontré muchos apegos, y envié fuertes pensamientos rectos para eliminarlos, así como a las viejas fuerzas que me infligieron la tribulación. Negué por completo su disposición. La secreción se detuvo, pero volvió a ocurrir al cabo de unos días. Al enviar pensamientos rectos, se detuvo de nuevo. Desde entonces, ha sido intermitente, pero me niego a dejarme engañar por la falsa apariencia.

El Maestro nos dijo:

"Lo importante para un cultivador son los pensamientos rectos. Cuando tienes fuertes pensamientos rectos, eres capaz de resistir cualquier cosa y hacer cualquier cosa. Eso es porque eres un cultivador: alguien que está en un camino divino y que no es controlado por los factores de la gente común o principios de bajo nivel" (Exponiendo el Fa en la ciudad de Los Ángeles).

Sostengo firmemente que los practicantes no tienen enfermedades, y que todos estos síntomas son falsas apariencias. Mientras tanto, lo trato como una oportunidad para mejorar mi cultivación y purificar mi cuerpo. Cuando estaba en un buen estado de cultivación, mi derrame era muy pequeño. Aumentaba cuando no me cultivaba bien. Aunque ha sido intermitente durante los últimos cuatro años, creo firmemente que no es una enfermedad, y me encomiendo al Maestro. Todo lo que tengo que hacer es seguir las enseñanzas del Maestro para hacer las tres cosas, y hacerlas bien.

El compasivo gran Maestro me ha salvado de mis antiguas enfermedades y yeli, ha purificado mi cuerpo y me ha dado el honor de ser una practicante de Falun Dafa. Ofrecer la salvación a los seres conscientes es lo que el Maestro nos ha dicho a los discípulos que hagamos. Debo seguir las enseñanzas del Maestro.

Estudio el Fa todas las mañanas, y aclaro la verdad sobre Dafa por las tardes. Mi hija y yo trabajamos juntas a veces. Envío pensamientos rectos mientras ella aclara la verdad. También he colocado notas adhesivas en las calles y he distribuido folletos en el campo. Cada vez que salgo, siempre pido el refuerzo del Maestro, y elimino la interferencia maligna en otras dimensiones con mis pensamientos rectos.

Un día de invierno nevado, mientras distribuía materiales de aclaración de la verdad, resbalé en un tramo de escaleras y me caí por las escaleras del segundo piso al primero. Hice un fuerte ruido al caer, pero me apresuré a levantarme porque no quería molestar a nadie. Ignoré las posibles lesiones y seguí repartiendo folletos hasta que terminé.

Al volver a casa, me revisé y comprobé que estaba bien. No tenía rasguños ni moratones. Era increíble que una persona de 84 años no tuviera ninguna lesión después de caerse por las escaleras. Apreté las manos frente a mi pecho y di las gracias al Maestro por protegerme. Estoy decidida a cultivarme con diligencia en la última etapa de mi cultivación.

Como el Maestro escribió en su poema:

"Buscando al Shifu por tantos años,
un día la oportunidad para encontrarle aparece;
obtén el Fa y retorna a través de la cultivación,
alcanza la perfección y sigue al Shifu de vuelta al hogar".

(Predestinado a regresar al sagrado estado de fruto, Hong Yin)

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