(Minghui.org) Tenía el título de médica, pero no había realizado ningún trabajo clínico. En 2012, el hospital donde trabajaba me despidió porque me negué a dejar de practicar Falun Dafa. En 2017, conseguí un trabajo en un asilo de ancianos.

El asilo de ancianos me contrató como médica porque tenía una licencia médica. Estudié en el Instituto de Educación para Adultos de la Universidad de Medicina Tradicional China de Heilongjiang durante dos años, seguidos de un año de internado con prácticas intermitentes. Les dije honestamente que no tenía experiencia clínica, pero la persona a cargo dijo que estaba bien, que aprendiera mientras trabajaba. Yo tenía 47 años.

Mientras seguía al director y a otros médicos para hacer las rondas de guardia, escribía cuidadosamente en mi libreta el diagnóstico, el estado y la medicación de cada residente. El director y los otros dos médicos eran más jóvenes que yo, pero no me afectaba: les hacía preguntas y les pedía consejo, y también a las enfermeras.

En mi tiempo libre, leía libros de medicina o buscaba casos en Internet. También me familiaricé con la situación individual de cada uno de los más de 100 residentes ancianos. Aprendí el flujo de trabajo y los procedimientos para recibir nuevos residentes, calificarlos y crearles archivos. Después de cuatro meses, me quedaba de guardia yo sola.

No guardar las faltas de los demás

Al principio, como era nueva, las enfermeras dificultaban mi trabajo porque ellas no querían hacer ningún trabajo.

Por ejemplo, un residente tenía fiebre. Le receté un medicamento oral para la mañana, pero las enfermeras retrasaron deliberadamente su administración hasta la tarde; algunos medicamentos por goteo intravenoso requieren una cierta velocidad de goteo, pero no seguían las ordenes estrictamente; incluso se confabularon con otros médicos (con los que tenían una buena relación) y le pasaban a los otros médicos los honorarios por tratamiento, que originalmente eran míos (los honorarios por tratamiento generan una comisión).

Además, el director estaba dispuesto a culparme de cualquier problema con el fin de protegerse; otro médico esperaba verme sufrir mientras fingía simpatizar conmigo.

Sentía mucha presión y me enojaba. Cuando me recordaba que era una practicante de Falun Dafa, me calmaba. No debería molestarme por nada.

Independientemente de cómo me trataban, yo los trataba bien y con sinceridad. No guardaba resentimiento y hacía mi trabajo con conciencia y responsabilidad. A veces las enfermeras, intencional o involuntariamente, incumplían con sus responsabilidades, por lo que yo misma realizaba más diligencias. Mientras estaba de guardia, revisaba a los residentes enfermos varias veces al día a pesar del trabajo extra.

La enfermera que más problemas me daba, se estaba preparando para renunciar. El día antes de que se fuera, pedí comida para llevar y la invité a comer conmigo. Le aclaré la verdad y le dije: "Estoy compartiendo esto contigo con la esperanza de que estés a salvo en el futuro". Ella estaba muy conmovida y accedió a renunciae al Partido Comunista Chino (PCCh) y sus organizaciones juveniles y me agradeció muchas veces.

Un día, estaba de servicio con otro médico. Un anciano que estaba postrado en cama se quejó de dolor en la pierna. El médico fue a ver cómo estaba y dijo que estaba bien. Yo era la médica principal de turno, así que fui a ver cómo estaba el anciano y vi que la articulación del tobillo izquierdo estaba desalineada; resultó ser una fractura. Lo traté de inmediato. No se lo mencioné a nadie.

Algunas veces sucedieron cosas parecidas. Siempre que descubría que otros médicos habían diagnosticado mal una situación, me ocupaba de ello sin decir nada.

Con el tiempo, cambió la actitud de todos hacia mí. Una enfermera que siempre hablaba mal de mí a mis espaldas y se mostraba reacia a trabajar conmigo, dijo: "Trabajaré en el turno de la Dra. Wang (mi alias) pero en el de nadie más". Ahora, los otros dos médicos también me respetan.

Un día el director me dijo: “Alguien habló mal de ti en frente del Director General, y él me dijo que te despidiera. Le dije al Director General: 'Si quieres despedirla, deberías despedirme a mí primero, porque ella es la mejor'".

Conducirme de acuerdo con Verdad-Benevolencia-Tolerancia

En China, los médicos reciben una comisión por poner soluciones intravenosas. Entonces, cuando un paciente anciano desarrollaba cierta condición, el director siempre nos pedía hablar con la familia y tratar de recetarle una solución intravenosa o un medicamento que generara una comisión.

Como practicante de Falun Dafa que sigue los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, no puedo beneficiarme a expensas de los demás. Solo prescribo una por vía intravenosa cuando es realmente necesaria y prescribo los medicamentos adecuados para la enfermedad.

Por ejemplo, un residente postrado en cama con neumonía ocasionalmente tenía fiebre. Los otros médicos recetaron medicamentos que generan una comisión. Pasaron muchos días pero la fiebre no bajaba. Cuando estuve de guardia, apliqué antiinflamatorios que no generaban ninguna comisión y el estado del anciano mejoró rápidamente.

Un día de este año, después del Año Nuevo Chino, el anciano volvió a tener fiebre. Debido a la epidemia, las pruebas de laboratorio y los medicamentos para cualquier persona con fiebre tenían que ser reportados a un supervisor, lo que sería muy problemático. Los otros médicos solo le dieron medicación oral, pero cuando estaba de guardia, escuché sus pulmones y le diagnostiqué derrame pleural, haciendo referencia a su historial médico.

Le di el medicamento por vía intravenosa unos días por la taquifilaxia (falta de respuesta al medicamento) y le pedí que tomara un medicamento antiinflamatorio. La fiebre del anciano pronto se calmó. El cuidador me dijo: "¡Realmente me impresionaste!".

Con el tiempo, muchos cuidadores confiaron en mí y los residentes retrasaban su tratamiento hasta que yo estuviera de servicio. Los cuidadores y los familiares de los pacientes incluso acudían a mí cuando estaban enfermos.

Los familiares de los residentes también confiaban en mí. Cuando otros médicos administraban medicamentos intravenosos a los residentes, los miembros de la familia a veces solicitaban suspender el medicamento cuando veían el costo; pero conmigo decían: "Por favor, siéntase libre de usar cualquier medicamento que considere adecuado y yo lo pagaré".

Sé que por a la gracia de Dafa y las enseñanzas del Maestro Li (el fundador de Falun Dafa), estoy en la posición en la que estoy hoy. Esto sentó una buena base para esclarecer la verdad de ahí en adelante.

Liberarme del egoísmo

Las personas en un asilo de ancianos pueden fallecer de repente. El director nos decía que, tuvieran o no signos vitales, siempre debíamos intentar resucitarlos para que, por un lado, el tratamiento nos generara ingresos y, por otro lado, evitáramos ser responsabilizados por sus familiares.

Durante la epidemia del año pasado, el director y un médico hicieron reanimación a varios residentes muertos. Las enfermeras y los cuidadores se quejaron porque aumentaba su carga de trabajo y dificultaba que los cuidadores vistieran a los fallecidos. Decían a sus espaldas: "¡El director y su pandilla están obsesionados con ganar dinero!".

Un día, un residente falleció repentinamente y no tenía signos vitales. La doctora con la que trabajé me pidió que le dijera a la familia que intentamos resucitar al residente, pero no tuvimos éxito. Si hiciera eso, entonces tendría que dar una orden médica para su reanimación y recetar una gran cantidad de medicamentos, lo que le costaría a la familia gastos innecesarios.

Como practicante, no puedo ir en contra de mi conciencia para beneficio personal, así que dije: "No se preocupe, le diré a su familia lo que pasó. Todo estará bien". Cuando llamé, la familia solo preguntó a qué hora había fallecido la persona mayor y qué tenían que hacer, solo eso.

Tuvimos otro residente anciano cuya hija parecía preocuparse mucho por él. Ella era muy exigente y cuestionaba constantemente nuestro trabajo. Una mañana temprano, el anciano falleció repentinamente. Llamé a su hija, pero el teléfono estaba apagado.

No le dije a la esposa del anciano, temiendo que fuera demasiado mayor para soportar el impacto, ni hice ninguna reanimación sin sentido. Cuando el director se enteró, me acusó de no intentar resucitarlo. Me dijo que yo tendría que soportar las consecuencias.

No hice caso de su actitud. Después de las 8 a. m., pude comunicarme con la hija del anciano y le di la noticia. Estaba sorprendentemente tranquila y no hizo ningún lío.

Con el paso del tiempo, al ver que yo era concienzuda y honesta en mi trabajo, el director se fue relajando y confiaba cada vez más en mí. En el pasado, siempre nos recomendaba como protegernos y nos decía cómo evadir responsabilidad, pero casi nunca me lo mencionó a mí.

Nunca luché por mis beneficios. Mis comisiones eran calculadas por el director, quien nunca explicaba cómo se hacían. Mis comisiones eran muy bajas, pero nunca lo desafié. Solo recibía la cantidad que me daba.

El año pasado, los miembros de mi comunidad se acercaron durante la llamada campaña "de reducción a cero" del Partido Comunista Chino (la campaña "de reducción a cero" es un esfuerzo concertado por el régimen chino para obligar a todos los practicantes de Falun Dafa en la lista negra del gobierno, a renunciar a su creencia). Les clarifiqué la verdad y me negué a firmar sus papeles.

Me preocupaba que vinieran a mi lugar de trabajo para acosarme y esto afectara negativamente a las personas de aquí (muchas de las cuales ya habían renunciado al PCCh y a sus organizaciones afiliadas), así que presenté mi renuncia al director.

El director hizo todo lo que pudo para que no me fuera, a pesar de que sabía que practicaba Falun Dafa. Finalmente dijo: "Pediré un aumento para ti, por favor no te vayas, ¿de acuerdo?". No tuve más remedio que quedarme y aceptar el aumento. Había trabajado aquí durante cuatro años y de todas formas, tenía derecho a ello. Los miembros de la comunidad nunca regresaron.

Conservo en la mente mi misión

Durante los últimos cuatro años, he aclarado la verdad a la mayoría de los cuidadores y les he dado un calendario de aclaración de la verdad. A todos les gustaron los calendarios y los pusieron en sus habitaciones. Sabía que algunos cuidadores trataban muy mal a los residentes, y algunos incluso vendían a los residentes medicamentos que se les habían recetado a otros residentes, etc. Dejé de lado los pensamientos negativos que tenía y les aclaré la verdad. Descubrí que, después de conocer la verdad, todos los cuidadores mejoraron su comportamiento.

También les aclaraba la verdad a los residentes cuando estaban despiertos. Una anciana fue profesora universitaria y padecía un caso leve de Alzheimer. Ella siempre hablaba de manera desdeñosa. Me dijeron que antes practicaba Falun Dafa.

Un día, fui a su habitación y le pregunté: "¿Sabes sobre Falun Dafa, verdad?". Ella se congeló por un momento y no respondió. Le dije: "Si dices 'Falun Dafa es bueno' a menudo, tendrás un buen día". Ella asintió y dijo que sí.

Le pregunté si era miembro del Partido. Cuando ella dijo que sí, le dije: "Entonces, ¿por qué no renuncias al Partido? El PCCh ha hecho tantas cosas malas y ahora el Cielo está a punto de destruirlo. ¿Por qué no te doy un nombre distinto para renunciar?". Ella dijo seriamente, "¡Sí!".

Después, cuando hice las rondas de guardia y la saludé, ella ya no pronunció discursos oficiales ni habló desdeñosamente.

Aclaré la verdad sobre Dafa a casi todo el personal médico y a mis contactos frecuentes y los persuadí de que renunciaran a las tres organizaciones comunistas. Algunos aún no han renunciado, pero están de acuerdo en que los practicantes de Falun Dafa son buenas personas.

Recientemente, a través del estudio del Fa y leyendo artículos en Minghui, he estado prestando más atención al "egoísmo" y al "yo" en mi discurso y acciones. Me di cuenta de que la cultivación se trata de mirar incondicionalmente hacia adentro y liberar el yo.

Me di cuenta de que muchas veces a lo que nos aferramos es a nuestros pensamientos, nociones, hábitos humanos y a nuestro "yo". Me di cuenta de que el "yo" es aún más difícil de liberar que los intereses materiales, y aún más difícil de liberar que el afecto.

Quiero fortalecer mi estudio del Fa, eliminar este obstáculo en el camino de mi cultivación y elevarme al hacer las tres cosas.

¡Gracias, benevolente y apreciado Maestro! ¡Gracias compañeros practicantes!

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