(Minghui.org) Aunque no estoy familiarizada con la situación que se describe en el más reciente Jingwen del Maestro Li (el fundador de Falun Dafa) Dura advertencia, tomé la enseñanza del Maestro como una advertencia para mi propio estado y una señal para mirar hacia adentro.

El Maestro dijo:

“El momento final para que los Dafa dizi cumplan o no con su misión no está muy lejos, a dónde irás, a dónde sigues, ¡depende de ustedes! Los Dafa dizi viven en el mundo para cultivarse bien y realizar bien la misión de asistir al Shifu y salvar a la gente” (Dura advertencia).

La frase "no está muy lejos" me llamó poderosamente la atención y me recordó que el tiempo efectivamente es muy corto. Me pregunté: "¿Es mi estado de cultivación siempre el de un practicante? ¿Miro siempre hacia adentro para descubrir mis apegos y nociones, o a veces miro hacia afuera, culpo a los demás, albergo resentimientos por esto o aquello, trato de superar a otras personas, soy presumida, miro por encima del hombro a todo el mundo, y no veo ni trato las cosas de acuerdo al Fa?".

Al reflexionar sobre mi estado de cultivación, vi que todavía había muchas cosas que aún no había soltado. De hecho, a veces me encontraba corrigiendo un apego que había descubierto utilizando el razonamiento de otro apego. Pensaba: "¿A qué estoy esperando? ¿Qué es tan importante que no lo puedo soltar, cuando estas cosas solo me atan aquí? ¿Y por qué mi sensación de urgencia a veces no es la que solía tener?".

Fue entonces cuando recordé un sueño que tuve hace varios años, apenas unos meses después de obtener el Fa. Me impresionó tanto que lo escribí para compartirlo, pero nunca lo presenté.

Aunque solo el Maestro sabe cuándo terminarán las cosas y comenzará la rectificación de Fa del mundo humano, creo que este sueño ocurrió con el fin de recordarme que debo ser diligente en mi cultivación, para no tener ningún arrepentimiento más adelante.

Una indicación a través de un sueño

Soy una nueva practicante occidental. Sé que soy muy afortunada de haber obtenido el Fa, gracias al benevolente arreglo del Maestro.

Me gustaría compartir una experiencia reciente.

Ayer los practicantes participamos en un desfile festivo en nuestra zona, que sirvió como una gran forma de compartir la belleza de Dafa. Fue maravilloso ver las sonrisas en los rostros de la gente al leer las palabras "Verdad-Benevolencia-Tolerancia" en nuestra pancarta, y al sentir el campo de energía positiva de los practicantes al demostrar los ejercicios sobre nuestra carroza. Pero debido a mi apretada agenda, ayer no pude hacer las tres cosas.

Debido a esta apretada agenda del día festivo, la noche anterior al desfile estuve despierta hasta casi las 2 de la madrugada para poder hacer las tres cosas. La mañana del desfile tuve que levantarme bastante temprano para llegar a tiempo. Cuando terminó el desfile, hice algunos recados, conduje una hora de vuelta a casa y tuve un día muy ocupado haciendo más recados y cosas familiares.

Cuando volvimos a casa esa noche, eran casi las once, justo a tiempo para enviar pensamientos rectos. Después de eso, comencé a leer una conferencia del Fa y había planeado leer Zhuan Falun a continuación. Pero tan solo después de un par de minutos, empecé a cabecear. Traté repetidamente de concentrar mi mente en lo que estaba leyendo, pero después de solamente unas pocas palabras, volvía a cabecear. Al final pensé que estaba demasiado cansada para retener lo que estaba leyendo y que debía irme a la cama.

Esa noche dormí profundamente. Cuando sonó el despertador por la mañana, me dije que estaría bien descansar los ojos unos minutos más, ya que el día anterior había sido muy largo. Seguí la idea de que necesitaba un cierto número de horas de sueño para estar bien descansada. Cuando volví a quedarme dormida, tuve un sueño que fue muy vívido y claro.

En el sueño, estaba con otra practicante que no conocía bien. Me acerqué mientras ella hablaba con una desconocida sobre Dafa y le aclaraba la verdad. La señora estaba abierta a conocer más sobre Dafa y estaba de acuerdo con todo lo que le decía la practicante. Al saber que la señora tenía buenos pensamientos sobre Dafa, me sentí muy feliz.

Al día siguiente, esta misma practicante y yo estábamos en lo que parecía ser un aeropuerto muy concurrido. Había mucho ajetreo; todo el mundo tenía mucha prisa y se movían muy rápido. Era caótico y apresurado, y nadie parecía tener tiempo o interés en reducir la velocidad. Entonces nos encontramos con la misma joven. Ella y la otra practicante entablaron una conversación en medio de todo el ruido y el caos. Mientras hablaban, oí que la practicante le decía que el día anterior fue el último en el que los practicantes se someterían a pruebas de xinxing. Dijo que, a lo largo de los años, cada uno de nosotros se había sometido a pruebas diarias y que el día anterior era como un examen exhaustivo que había que entregar, evaluar y calificar. Ya no habría más pruebas ni oportunidades de mejorar.

No podía creer lo que estaba escuchando. Mi mente se aceleró mientras intentaba darle sentido a lo que esto significaba.

El día anterior no solo había sido el último en el que podíamos mejorarnos, sino que además fue el último día en el que podíamos ayudar a salvar a los seres conscientes. La gente ya no podía salvarse si les aclarábamos la verdad: su destino estaba sellado, al igual que el nuestro. Mientras la practicante seguía hablando, me sentí muy molesta.

Me sorprendió lo que dijo, pero no quise preguntarle delante de la desconocida cómo lo sabía. Así que, en cuanto terminó su conversación, me apresuré a alcanzarla. Se movía muy rápido entre la bulliciosa multitud, y era todo lo que podía hacer para seguirla, pero sabía que era importante no perderla de vista.

Cuando por fin pude contactar con ella, le pregunté cómo se había enterado de esa información. Me dijo: "La fecha ha aparecido en varias publicaciones de intercambio de los practicantes. Ellos han visto la última fecha específica de las cosas". Me molesté y le dije: "No tenía ni idea de que las cosas iban a terminar tan pronto". Me pregunté por qué nadie había compartido esta información conmigo para poder estar mejor preparada. Pero la practicante se limitó a sonreír y siguió avanzando entre la multitud mientras yo me esforzaba por seguirle el ritmo.

Entonces caí en la cuenta: No había hecho las tres cosas el día anterior. Me di cuenta de que era mi última oportunidad de ser examinada y de que no había hecho todo. Estaba extremadamente molesta por no haber sacado tiempo para hacer lo que se suponía que tenía que hacer. En lugar de ello, había dado prioridad a otras cosas y había dejado que mis apegos e interferencias controlaran mi pensamiento y mis acciones. Si bien sentía que todas eran cosas que tenía que hacer ese día, no le había dado prioridad a lo que debería haber hecho: estudiar el Fa.

Estaba preocupada y me inquietaba qué sería de mí. Le pregunté a la practicante cuándo tendría lugar la rectificación del Fa del mundo humano, y me contestó: "Por lo que sabemos, debería ser dentro de un mes, quizá dos". Lo repasé todo en mi mente, tratando de comprender la situación.

Siempre pensé que tendría más tiempo, más tiempo para mejorar y más tiempo para ayudar a salvar a más seres conscientes. Ahora, el destino de todos estaba sellado, no se podía hacer nada más. Mi corazón estaba lleno de arrepentimiento.

Sabía que no había hecho lo suficiente. Empecé a pensar en los familiares y amigos a los que aún no les había aclarado la verdad, bien porque no había encontrado la oportunidad adecuada o porque no le había dedicado tiempo. Aún sin poder comprenderlo, le dije a la practicante: "Pero eso no significa que la gente realmente no tenga más oportunidades de salvarse, ¿verdad? ¿Quiere decir que realmente serán destruidos?". Ella se limitó a mirarme con una media sonrisa compasiva y siguió apresurando entre la multitud.

Mientras reflexionaba sobre la gravedad de las cosas, recordé que mi hermano era uno de los que aún no les había aclarado la verdad. Me invadió un sentimiento de tristeza, y el arrepentimiento fue tan profundo que comencé a sollozar.

Mientras sollozaba incontroladamente en mi sueño, me desperté sollozando tan fuerte que mi cuerpo temblaba y las lágrimas corrían por mis mejillas. Cuando recordé lo sucedido y me enjugué las lágrimas, me sentí tan angustiada despierta como en mi sueño.

Sabía que lo que había experimentado era una indicación del Maestro. Había estado tan ocupada con las cosas que no había tenido tiempo para estudiar el Fa, y en su lugar había prestado atención a las interferencias y a mis apegos a la comodidad, la pereza, el miedo, las dificultades, la complacencia y a la procrastinación.

Creo que el Maestro utilizó este sueño para decirme que debo apresurarme en ponerme al día con mi cultivación y no perder tiempo cuando se trata de ayudar en la salvación de los seres conscientes.

Las cosas se mueven muy rápidamente y pueden terminar en cualquier momento. Debo cultivarme bien para cumplir el voto que le hice al Maestro, así que debo estudiar genuinamente el Fa todos los días.

Hemos esperado un número incalculable de años para que llegara este periodo histórico. Que no perdamos esta preciosa oportunidad de hacer lo que debemos hacer como practicantes, y que tratemos todos y cada uno de los días como si fuera el último, porque algún día pronto lo será.

Por favor, pueden señalar amablemente cualquier cosa que no esté alineada con el Fa.

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