(Minghui.org) Tenía trece años en 1999. En torno al 20 de julio de ese año, muchas personas compasivas a mi alrededor que conocí y cultivaban Verdad-Benevolencia-Tolerancia sufrieron la persecución sin precedentes del partido comunista chino (PCCh). Aunque han pasado más de 20 años, lo que vi y experimenté ha dejado una profunda impresión en mí hasta el día de hoy. En torno a esta fecha, me gustaría compartir algunos recuerdos.
El comienzo de la persecución
Eran mis vacaciones de verano y el PCCh comenzó la persecución durante julio de 1999. Todos los varones practicantes de mi pueblo, incluidos mi padre y mi tío Yang, fueron detenidos ilegalmente por el gobernate del pueblo. Mi madre preparó la comida una tarde y quiso que Hua (la hija del tío Yang) y yo se la lleváramos.
Yo tenía trece años y nunca había estado en las oficinas del gobierno de la comunidad. Fuimos en bicicleta bajo un sol abrasador por el asfalto y me sentí muy perturbada. No sabía dónde estaban detenidos mi padre o el tío Yang, ni sabía cómo nos tratarían los funcionarios del pueblo y si nos dejarían visitarlos.
No fue un viaje largo, pero pensar en todas estos interrogantes hizo que me pareciera una eternidad. Me sentí impotente, pero aún así tuve que esforzarme por hacerlo; el clima caluroso del verano no me molestó tanto en medio de todas las incertidumbres.
No sabíamos a dónde ir después de llegar a las oficinas gubernamentales. Solo después de oír al tío Yang llamar a Hua, nos sentimos un poco más tranquilas.
Subimos las escaleras y fuimos a la habitación donde mi padre estaba detenido ilegalmente. La habitación no estaba cerrada con llave y nadie lo supervisaba. Al ver a mi padre, pareció bastante sorprendido y preguntó: "¿Por qué estás aquí?".
Me sentí algo molesta cuando escuché lo que dijo, pero me encogí de hombros diciéndole: "Solo estoy aquí para darle algo de comer".
Ese verano, en el camino hacia las oficinas del gobierno, experimenté lo que son las tribulaciones instigadas por el PCCh.
Conmemorando a mi tía Yang
El 1 de octubre de 2002, a eso de las tres o cuatro de la madrugada, unos agentes especiales de policía treparon por el muro, se introdujeron en el patio de la casa y empezaron a llamar a nuestra puerta. Registraron la casa e incluso entraron en mi dormitorio y revolvieron mis mantas y sábanas. No encontraron nada, querían secuestrar a mi padre. Una secretaria del Comité de Asuntos Políticos y Jurídicos me dijo hipócritamente: "No te preocupes. Solo los estamos 'educando' a tu padre y a tu tío durante un par de días y ya volverán".
El otoño ya se había instalado y mi madre quería pasarle algo de ropa abrigadora a mi padre. Detuve a mi madre y señalé a la secretaria del Comité de Asuntos Políticos y Jurídicos y le dije: "Ha dicho que mi padre volverá pronto, así que no hace falta que le llevemos ropa".
El 1 de octubre, también conocido como el Día Nacional de la República Popular China, sin embargo, yo lo llamo "Día de la Tragedia Nacional", es cuando el PCCh arrebató oficialmente el control del país, y en nuestra casa, los agentes de la policía especial escalaron los muros y se metieron en nuestro patio, secuestraron a mi padre y asustaron a mi hermano pequeño.
Al cabo de un rato, mi madre recobró el sentido común y dijo: "No podemos dejar que se lleven a tu padre. ¿Qué delitos hemos cometido? Así que nos dirigimos a las oficinas del gobierno del pueblo y quisimos traer a mi padre de vuelta. De camino, vimos la casa del tío Yang cerrada con llave y con un zapato de mujer abandonado junto a la puerta.
Mi madre y yo nos apresuramos. El secretario del Comité de Asuntos Políticos y Jurídicos nos informó de que mi padre había sido trasladado y no quería decirnos su paradero.
Vi que la tía Yang era llevada por un agente especial de la policía, grande y alto, y que tenía las manos esposadas. Cuando la tía Yang vio a mi madre, la detuvo y le dio las llaves de su casa. En ese momento, el tío Yang ya llevaba más tiempo detenido ilegalmente.
La secretaria del Comité de Asuntos Políticos y Jurídicos trató de congraciarse con mi madre y le dijo que cuando secuestraron a la tía Yang solo llevaba un zapato, así que le prestó "amablemente" un par de zapatos a mi tía e incluso me dijo que "me tranquilizara" y me fuera a la escuela.
Iba a un internado y solo volvía a casa una vez cada tres semanas. La mamá de una compañera de clase me recogió en la estación de autobuses cuando volví a casa tres semanas después. Me dijo: "¡A la tía Yang la han matado a golpes!". Las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos, pero tuve que ocultarlas de todo el mundo en la estación.
No fue hasta después de la cena cuando mi madre me dijo: "Quiero contarte algo. Tu tía Yang fue golpeada hasta la muerte". En ese momento, no pude controlar mis lágrimas y tanto mi madre como yo sentimos una profunda pena y nos lamentamos durante mucho tiempo.
Cuando el nieto de mis tíos Yang entró a la primaria, la escuela exigía que todos se afiliaran a la Liga Juvenil del Partido Comunista Chino. El nieto de la tía Yang dijo: "No quiero entrar en la Liga Juvenil del Partido. Mi abuela fue asesinada por ellos". Aún así fue reprendido por el profesor y al recordar su valentía, todavía se me llenan los ojos de lágrimas.
Mi familia y yo durante esta persecución
Mi tío creía firmemente en Falun Dafa y fue a apelar a Beijing y a hablar en favor de la justicia. Se convirtió en parte del "grupo objetivo" a nivel local. La policía registró su casa, lo detuvo ilegalmente, lo golpeó y lo multó en numerosas ocasiones hasta que tuvo que viajar de un lugar a otro para evitar la persecución. No volvió a casa hasta la noche de la boda de su hijo.
A la mañana siguiente de la boda de su hijo, cuando todos dormían, los agentes de la División de Seguridad Interior del condado entraron en la habitación y secuestraron a mi tío. No sabíamos su paradero y cuando fuimos a la oficina de la policía del condado, un oficial de la División de Seguridad Doméstica nos dijo con arrogancia: "No les voy a decir nada. Váyanse". El jefe de la División de Seguridad Doméstica fue aún más irrazonable y dijo: "Pueden seguir adelante y demandarnos". Mi tío fue enviado ilegalmente a un campo de trabajos forzados durante un año.
Además, mi suegro y mi cuñada también fueron enviados a campos de trabajos forzados por no renunciar a su fe. Mi cuñada también fue identificada como un ‘objetivo clave’, y se vio obligada a viajar de un lugar a otro para evitar ser perseguida.
Cuando mi marido y yo estábamos a punto de casarnos, mi cuñada volvió a casa. Afortunadamente, nos pusimos más alerta y la despedimos la noche antes de casarnos. Como lo suponíamos, por la mañana, después de casarnos, mucha gente del gobierno del pueblo vino a buscar a mi cuñada. Al no encontrarla, nos exigieron que les dijéramos dónde vivía. Mi marido no tuvo más remedio que darles al azar una dirección que encontró en su teléfono móvil. Más tarde nos enteramos que realmente fueron a esa dirección para buscarla.
El PCCh persigue a Falun Dafa desde el 20 de julio de 1999. Estos son algunos momentos cruentos que recuerdo. Sin embargo, son más que suficientes para demostrar lo malvado e inhumano que es el PCCh. He documentado estos recuerdos en torno al 20 de julio de 2021. Son mis vivencias, la verdad y la prueba de la persecución.
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