(Minghui.org) Todas las mañanas, Lin Mingliang, empleado del gobierno, pasaba por delante del Consulado General de China en Chicago de camino al trabajo. Lin recorría habitualmente esta ruta, tomando el metro desde su casa en los suburbios de Chicago hasta su oficina en un edificio federal. No se daba cuenta de que su vida estaba a punto de sufrir un cambio increíble.

Él y muchos transeúntes se dieron cuenta de algo único: un grupo de personas sentadas en protesta silenciosa en la acera frente al consulado chino. Desde el verano hasta el invierno, durante todo el año, siempre estaban allí, sin importar el frío o el calor, e incluso cuando llovía o nevaba.

Un día preguntó: "¿Por qué están aquí?". Una mujer le dijo que eran practicantes de Falun Gong y que se oponían a la persecución de esta práctica espiritual por parte del Partido Comunista Chino (PCCh). Él suspiró y sintió simpatía por ellos.

Lin abandonó China y vino a Estados Unidos en la década de 1980 porque le disgustaba mucho el PCCh. Alejado de las campañas políticas del PCCh durante más de una década, China era un recuerdo lejano para él.

"En el año 2000, oí hablar de Falun Gong y de cómo el PCCh persigue a los practicantes. No me gusta el PCCh. Siempre está persiguiendo a un grupo u otro. Pero yo era una persona corriente y me sentí impotente", dijo Lin al recordar aquella conversación.

Leyó un folleto sobre Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, y sus beneficios para la salud, pero tenía dudas. "Solo se sientan allí, inmóviles. No se mueven, ni siquiera sudan. ¿Cómo puede eso mejorar su salud?".

De simpatizar por los practicantes a respetarlos

Al ver a estos practicantes protestando pacíficamente frente al consulado durante todo el año, Lin empezó a respetarlos. Sus experiencias le habían enseñado que el PCCh es cruel y brutal. En China, si una persona es objeto de persecución, su familia la abandona y traza una línea entre ellos. "Pero estos practicantes trataban de ayudar a gente que ni siquiera conocían y soportaban la dureza de cuatro estaciones. Empecé a respetarlos porque eran diferentes a los chinos comunes", comentó Lin.

Una mañana de nieve se dio cuenta de repente: "Son mayores que yo y pueden estar sentados en la nieve helada durante horas. Yo no tengo ni 40 años y corro regularmente, levanto pesas y tomo suplementos nutricionales, pero no puedo sentarme en el frío durante horas como ellos". Parece que Falun Gong tiene algunos beneficios especiales para la salud".

Comenzando a practicar

Lin odiaba el invierno porque se resfriaba con frecuencia y tenía fuertes alergias. Le costaba respirar y le dolía la garganta. También padecía de un grave insomnio.

Cuando tuvo unos días libres en 2003, visitó a su madre en Nueva York. Al sentirse aburrido, recordó el libro Zhuan Falun y decidió leerlo. Quería ver si contenía enseñanzas profundas y por qué el PCCh tenía tanto miedo de que la gente leyera este libro.

Compró Zhuan Falun y algunos otros libros de Falun Gong y los leyó. Le dijo a su madre: "He leído muchos libros en mi vida, pero Zhuan Falun es el mejor. Falun Gong es maravilloso. Estoy muy emocionado".

Él aprendió por si mismo los ejercicios siguiendo los dibujos de la Vía de la Gran Perfección, un libro que enseña los ejercicios de Falun Gong y explica los beneficios para la salud. Cuando Lin hizo el segundo ejercicio por primera vez, sintió que el Falun (Rueda del Fa) giraba entre sus brazos. Sintió tanto calor que empezó a sudar. Le dijo a su mujer: "¡El Falun es real!".

La primera vez que hizo los ejercicios, durmió profundamente. Su insomnio y mareos habituales desaparecieron. Se sentía relajado y descansado. Una escena apareció en su mente. Era el momento en que su familia visitaba el Parque Nacional de Yosemite de vacaciones. Subió a una montaña y miró el lago azul. El lago era tan pacífico y tranquilo. "Mi sensación era como la de ese lago, tan pacífica y confortable. Me sorprendió el poder de Falun Gong", dijo Lin.

Cuando regresó de Nueva York, descubrió que el cielo era azul en lugar del deprimente gris habitual y cuando caminaba se sentía como si flotara.

Lin Mingliang practica los ejercicios de Falun Gong en un parque.

Oposición a la persecución

"Siempre he tenido un sentido de la justicia y la compasión. Cuando vi la foto de la señora Gao Rongrong, practicante de Falun Gong en China, desfigurada por las descargas eléctricas, estremeció mi corazón. Me duele el corazón cuando veo fotos de practicantes torturados y leo los detalles. Los perseguidos eran personas buenas e inocentes. Sabía que quería unirme a los practicantes para protestar ante el Consulado Chino, participar en desfiles y promover Falun Gong en eventos comunitarios. ¿Por qué no lo hago?", pensó.

La persecución que tiene lugar en China solía ser tan remota que se sentía impotente para ayudar. Ahora, como practicante, se sentó con el grupo por el que solía pasar cada mañana de camino al trabajo.

Un llamado a los conciudadanos chinos para que se alejen del PCCh

La persecución del PCCh ha llamado la atención sobre esta práctica espiritual. Como resultado, ahora más gente conoce Falun Gong y piensa sobre el origen de la persecución. Han pasado 22 años desde que el PCCh inició la persecución en 1999. Los practicantes pueden verse frente a las embajadas y consulados chinos en todo el mundo. Son como escaparates que muestran la paz y la benevolencia de Falun Gong.

De 2001 a 2003, Lin tardó dos años en pasar de simpatizar con los practicantes a respetarlos. Finalmente, se convirtió en un practicante y se unió a sus esfuerzos para pedir por el fin de la persecución.

"La persecución en China sigue siendo grave y no sé cuándo terminará. Pero es un hecho que mi salud mejoró. Elegí practicar Falun Gong. Creer en Verdad-Benevolencia-Tolerancia es mi elección. Falun Gong me dio mucho, pero el Maestro Li [el fundador de la práctica] no me pidió nada", señaló Lin.

"Tengo un mensaje para los conciudadanos chinos", añadió Lin. "Mis propias experiencias demuestran que Falun Gong es bueno. El Partido Comunista Chino está persiguiendo a un grupo de personas amables y honestas y les ha privado de sus derechos humanos básicos. El PCCh es una banda criminal. Espero que la gente en China no lo asista y no lo apoye para llevar a cabo sus malas acciones; ¡por favor, aléjense de esta banda de criminales!".

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