(Minghui.org) Por defender su fe en Falun Gong, una antigua farmacéutica china fue detenida y acosada en repetidas ocasiones. La Sra. Xu Xiaoying cumplió un año en un campo de trabajo forzado y dos penas de prisión por un total de cuatro años. Su salud quedó irremediablemente dañada por las torturas sufridas durante la detención. Falleció el 20 de junio de 2021, a la edad de 54 años.

Practicando Falun Gong

La Sra. Xu, originaria de la provincia de Sichuan, se trasladó a la ciudad de Baiyin, en la provincia de Gansu, después de casarse. Al no estar acostumbrada al clima y a la dieta local, así como a los conflictos que tenía en el trabajo, a menudo se sentía mareada y sufría dolores de espalda.

En 1998, conoció el Falun Gong, una antigua disciplina espiritual de cinco series de ejercicios de movimientos suves, lentos y redondeados. Poco después de empezar a practicarla, su salud mejoró. Las enseñanzas de Falun Gong también la ayudaron a cambiar su mal carácter y a ser más considerada con los demás.

Inicio de la persecución

Cuando el régimen comunista chino ordenó la persecución a Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, en julio de 1999, Jing Ruiyuan, el secretario del Partido en el hospital donde trabajaba la Sra. Xu, la acosó y le exigió que dejara de practicar Dafa. Ella no accedió.

En agosto de 2000 fue detenida tras ser denunciada por distribuir materiales de Falun Gong. El policía Sun Jie la interrogó y la golpeó en la cabeza. Tras ser liberada 15 días después, Jing le prohibió volver a trabajar, con la excusa de que no había escrito una declaración de renuncia a Falun Gong.

La policía intentó detenerla nuevamente en octubre de 2000, al enterarse de que había ido a Beijing para apelar por el derecho a practicar Falun Gong. La Sra. Xu tuvo que renunciar a presentarse al examen de certificación profesional de farmacéutico al día siguiente y vivió fuera de casa para evitar la persecución.

En marzo de 2001, tras la toma de posesión del nuevo secretario Wei Kongming, se permitió a la Sra. Xu volver a trabajar tras pagar una multa de 200 yuanes.

Un año de trabajos forzados

La Sra. Xu se estaba duchando en su casa la noche del 22 de febrero de 2002, cuando el policía Zhang Tao rompió la ventana y entró en el baño para detenerla.

Aterrorizada por la policía, se puso rápidamente una chaqueta y fue arrastrada inmediatamente al coche de policía. Su marido, el Sr. Zhao Zhong, intentó detener a la policía, pero fue impedido.

El Sr. Zhao se vio obligado más tarde a vivir fuera de casa cuando descubrió que la policía también intentaba detenerlo. Su hijo de 12 años se sintió muy angustiado cuando se quedó solo en casa.

La Sra. Xu fue condenada a un año en el Campo de Trabajos Forzados Nro. 1 de la ciudad de Lanzhou, tras un mes de detención en el Centro de Detención del Distrito de Pingchuan.

Se retractó de una declaración previa de renuncia a Falun Gong que le obligaron a escribir en contra de su voluntad. También se negó a escribir calumnias contra Dafa exigidas por los guardias del campo de trabajo forzado. Como resultado, los guardias ordenaron a dos reclusas que la colgaran del marco de la puerta, con los brazos levantados por la espalda. También la obligaron a realizar trabajos intensivos no remunerados.

Recreación de la tortura: ser colgada.

Los malos tratos físicos le provocaron un derrame cerebral. Se entumeció y tuvo dificultades para mover el lado izquierdo de su cuerpo. Los guardias solo le permitieron recibir sueros intravenosos durante tres días, antes de obligarla a trabajar de nuevo.

Cuando fue liberada en febrero de 2003, se sintió desolada al ver que la ventana de su casa seguía rota. Dijo que no podía imaginar lo que su marido y su hijo habían pasado durante ese periodo de tiempo.

Llevada a un centro de lavado de cerebro

Solo un mes después de ser liberada, su lugar de trabajo colaboró con la policía en un intento de llevarla de nuevo a un centro de lavado de cerebro. Con un agente vigilando su puerta, la Sra. Xu intentó escapar por la ventana del segundo piso. Se cayó y se golpeó la cabeza con un ladrillo. Su cara estaba cubierta de sangre. Tenía los ojos amoratados e hinchados. También tenía las piernas heridas.

Aunque su familia la llevó al hospital, la policía no tardó en llegar y la llevó por la fuerza al Centro de Lavado de Cerebro de Wuchuan. Para entonces, su cara estaba tan hinchada que no podía abrir los ojos. El director del centro de lavado de cerebro rechazó su petición de tratamiento médico, lo que provocó que su vista se redujera permanentemente a causa de la lesión.

Estuvo retenida en el centro de lavado de cerebro durante dos meses y su lugar de trabajo pagó varios miles de yuanes por “matricularla” y retenerla ahí.

Condenada a tres años

El 22 de abril de 2008, solo un mes antes de que su hijo se presentara al examen de acceso a la universidad, el agente Zhang Tao la siguió hasta su casa después del trabajo y entró a la fuerza. Zeng Guanghui, jefe de la Procuraduría de Xinpinglu, dirigió a otros siete agentes para detener a la Sra. Xu delante de su hijo.

La policía registró y confiscó los dos ordenadores de la Sra. Xu, una impresora, un teléfono móvil, una antena parabólica, sus libros de Falun Gong, una maleta y un collar de perlas. Su hijo estaba aterrorizado por la violencia policial, y obtuvo malos resultados en el examen de acceso a la universidad publicados dos meses después de este allanamiento.

La Sra. Xu fue detenida primero en el Centro de Detención de Baiyin y luego trasladada al Centro de Detención de Jingyuan. Como se negó a llevar el uniforme de reclusa o a pasar lista, los guardias la abofetearon y la obligaron a llevar grilletes, que también eran para impedirle hacer ejercicios de Falun Gong.

El Tribunal del Distrito de Pingchuan condenó posteriormente a la Sra. Xu a tres años. Ella apeló ante el Tribunal Intermedio de la Ciudad de Baiyin, pero este decidió mantener el veredicto original. El 15 de junio de 2009, fue trasladada a la prisión de mujeres de la provincia de Gansu.

Los guardias de la prisión la obligaron a ver vídeos de propaganda que calumniaban a Falun Gong y le ordenaron que escribiera calumnias contra Dafa y declaraciones para renunciar a Falun Gong. Cuando se negó a hacerlo, le prohibieron ir al baño o lavarse. Las reclusas asignadas para vigilarla la golpeaban y la maltrataban verbalmente a voluntad.

La enorme presión hizo que la salud de la Sra. Xu se deteriorara rápidamente. Perdió gran parte de su cabello y el que le quedaba se volvió gris.

Durante su encarcelamiento, su madre, de 70 años, la echó mucho de menos. Cuando su hermano mayor viajó cientos de kilómetros para visitarla, los guardias de la prisión le negaron su petición de comer con ella y solo le permitieron hablarle en la sala de visitas. Se miraron y rompieron a llorar.

Después de que la Sra. Xu fuera liberada el 27 de diciembre de 2010, las autoridades siguieron acosándola y le ordenaron que escribiera declaraciones para renunciar a Falun Gong. Su lugar de trabajo también la degradó y le redujo el sueldo.

Segunda condena de un año de prisión

La Sra. Xu fue citada por la policía el 13 de octubre de 2015 por presentar una denuncia penal contra Jiang Zemin, el exjefe del régimen comunista que ordenó la persecución. La policía había planeado detenerla, pero cedió ante la enérgica protesta de su marido.

Para evitar más persecuciones, la Sra. Xu vivió fuera de casa en enero de 2016. Volvió a trabajar en agosto de 2016 y fue llevada a la Procuraduría del Distrito de Pingchuan desde el trabajo para responder a algunas preguntas semanas después, el 12 de septiembre.

Cuando el 27 de febrero de 2017 el Tribunal del Distrito de Pingchuan le informó que debía comparecer ante el tribunal entre el 1 y el 3 de marzo, decidió volver a vivir fuera de casa. La policía la incluyó en la lista de buscados en abril de 2017.

El 19 de abril de 2018, la Sra. Xu fue detenida en su pueblo natal de la ciudad de Xichang, provincia de Sichuan, y llevada de vuelta a la ciudad de Baiyin. Fue juzgada el 17 de julio de 2018 y condenada a un año.

El 18 de abril de 2019 fue puesta en libertad. El tribunal la obligó a pagar una multa de 2.000 yuanes el 7 de mayo de 2019. Dos meses después, el 10 de julio de 2019, su lugar de trabajo se vio obligado a despedirla.

La Sra. Xu acabó sucumbiendo a la larga persecución y murió el 20 de junio de 2021.

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