(Minghui.org) A medida que la rectificación del Fa llega a la etapa final, cada vez siento más y más que el Maestro está utilizando las distintas situaciones para exponer de manera rápida nuestros apegos. Especialmente de aquellos apegos astutos y profundamente ocultos que no son fáciles de detectar. Esto nos ayuda a estar atentos a que tenemos apegos, a encontrarlos, a sacarlos, a descartarlos, y conseguir la iluminación y el mejoramiento.

El Maestro dijo:

“Ciertamente te los expondré todos. Mi preocupación es que no seas capaz de pasar la prueba en ese momento. A medida que sean expuestos, verás esos apegos. No escondas los apegos que sabes claramente que son malos; debes eliminarlos. Cada vez que haya discordia, estoy tratando de decirte que tu apego está siendo expuesto” (Exponiendo el Fa en el Fahui de Canadá).

El Maestro vigila compasivamente, ayuda y guía a los practicantes de Dafa en su cultivación. Cada paso de mejoramiento en nuestra cultivación se consigue con el cuidado del Maestro. No hay palabras para expresar mi gratitud por los esfuerzos del Maestro para salvarnos.

Recientemente ayudé a Ling (alias) a editar su presentación para la “Convocatoria para el Día Mundial de Falun Dafa”. Se emocionó hasta las lágrimas cuando me escuchó leer su artículo final. Dijo: “En el pasado pedí ayuda a otros practicantes para que me ayudaran a editar mi artículo. Me dijeron que mi escrito era muy extenso y que no me ayudarían. Tú lo editaste muy bien. He estado practicando Falun Dafa durante más de 20 años y esta es la primera vez que he presentado un artículo sobre una experiencia a Minghui”.

Le dije: “No llores. El Maestro arregló que te ayudara“. Pero sentí un poco de felicidad, pensando que otros no quisieron ayudarla y yo lo hice bien. En ese momento, no sentía que tuviese apego a ostentar y exultación. Luego gravé el artículo en mi tarjeta de memoria y verifiqué un par de veces que estaba allí.

Luego, Mei (alias) me trajo su escrito y me pidió que la ayudara a editarlo. Debido a la agenda tan apretada, trabajé en el escrito hasta las cuatro de la madrugada. Después del desayuno le di el artículo a Mei. Leyó el artículo y dijo que estaba muy bien. Luego copié el artículo de Mei en la misma tarjeta de memoria y así poder enviar ambos artículos juntos a Minghui. No obstante, cuando abrí la tarjeta de memoria para comprobarlo, descubrí que el artículo de Ling había desaparecido.

Me quedé atónita. ¿Qué sucedió? ¿Qué estaba sucediendo? Esta era la primera vez que me encontraba con una situación así. Pensé: “Nada sucede sin un motivo”, y miré hacia adentro. Recordando todo el proceso, me di cuenta de que tenía el apego de exultación y ostentación. Pensé que podía hacer cosas que otros no podían hacer y que era mejor que los demás: una interferencia demoníaca de mi propia mente. Con la ayuda del Maestro, encontré este apego tan longevo y profundamente oculto. Corregí mi pensamiento y luego copié de nuevo el artículo de Ling en la tarjeta de memoria. De nuevo revisé dos veces que ambos artículos estaban en la tarjeta. Me sentía aliviada y esperé a Chen (alias) para que viniera a recoger la tarjeta de memoria y entregar los artículos.

No obstante, la situación aún no había terminado. Después de entregar la tarjeta él solo encontró el artículo de Ling y solo publicó ese artículo.

¿Cómo podía haber sucedido esto? Miré adentro de nuevo y me di cuenta de que también tenía el apego de la búsqueda de fama, así como el buscar elogios y el aprecio de los demás. Buscaba escuchar buenas palabras de los demás. De otro modo, ¿Por qué le dije a Mei que trabajé en su artículo durante la noche? El Maestro nos dice que tratemos las necesidades de los practicantes como las nuestras propias, Él arregló para que la ayudara y me dio la capacidad para hacerlo. ¿De qué tenía que presumir? Inmediatamente trabajé para deshacerme de este apego.

Luego copié el artículo de Mei en la tarjeta de memoria. Como no sabía dónde vivía Chen, contacté con Ding (alias) otro practicante y le pedí que publicara el artículo. Ding revisó cuidadosamente el artículo una y otra vez, corrigió los errores topográficos y luego lo envió. Al ver que Ding enviaba el artículo a Minghui, me sentía aliviada.

En ese instante, las palabras del Maestro resonaron en mi mente: “… si falta un poquito, ya no va” (Primera Lección, Zhuan Falun).

Me sorprendí. ¡El Maestro me vigila y me corrige todo el tiempo! ¡¿Cuánto esfuerzo pone el Maestro en la mejora de los practicantes de Dafa?! Llegué a una comprensión más profunda sobre la seriedad de la cultivación. Realmente es así: “si falta un poquito, ya no va”.

El Maestro nos vigila, nos ayuda, y nos protege en cada paso de nuestra cultivación. Debemos atesorar este gran Fa del universo y seguir las enseñanzas del Maestro en cada uno de nuestros pensamientos y actos.

¡Estoy agradecida por la ayuda y guía del Maestro! ¡Gracias Maestro!

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