(Minghui.org) Una canción llamada “Tiananmen Square, Please Tell Me” (Plaza de Tiananmen, por favor cuéntame) conmovió hasta las lágrimas a muchas personas en el mundo.

El 20 de julio de 1999, el exjefe del PCCh (Partido Comunista Chino) lanzó una brutal represión contra Falun Dafa. Ante la repentina persecución, los practicantes se dirigieron a Beijing para pedir por Falun Dafa (también conocido como Falun Gong). También fueron a la plaza Tiananmen para decirle a la gente que "¡Falun Dafa es bueno!, y que ¡Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno!".

En aquellos días, en la plaza Tiananmen se podían ver por todas partes banderas que decían "¡Falun Dafa es bueno!" y "¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno!".

Tras el comienzo de la persecución el 20 de julio de 1999, innumerables practicantes de Falun Dafa fueron a la plaza de Tiananmen y levantaron banderas para decirle al mundo que "¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno!".

"¡Una página gloriosa de la historia!"

Meng Jun, exprofesor del Departamento de Ingeniería Eléctriconica de la Universidad de Tsinghua, fue encarcelado por el PCCh durante diez años por practicar Falun Dafa. Posteriormente pudo ser refugiado en Australia. Ahora es un ingeniero de software senior de una empresa tecnológica.

Meng dijo: "Después de todos estos años, cuando recuerdo los actos heroicos de los innumerables practicantes de Falun Dafa que fueron a la plaza de Tiananmen, son momentos conmovedores que marcarán para siempre una página gloriosa en la historia. El PCCh eventualmente llegará a su fin por perseguir la bondad, mientras que la abnegación de los practicantes de Falun Dafa será para siempre un momento brillante en la historia de la humanidad".

Tras el inicio de la persecución el 20 de julio de 1999, Meng Jun se enteró que después de ir a la plaza de Tiananmen, muchos practicantes fueron golpeados por la policía. Cuando perdieron el conocimiento a causa de los golpes, la policía los llevó a las afueras de Beijing y los dejó en la carretera para que murieran. Cuando los practicantes recuperaron el conocimiento, regresaron a Beijing, y algunos volvieron directamente a la plaza de Tiananmen.

Meng Jun sintió que debía ir también a la plaza de Tiananmen. Él comentó: "Si me retirara ante las dificultades, me estaría defraudando. Sentía firmemente que los practicantes de Falun Dafa eran mis hermanos y hermanas, y que no podía soportar verlos sufrir. Sentía que era necesario que los acompañara en la adversidad".

Y él añadió: "Pero no fue fácil dar ese paso, sobre todo porque tenía miedo de perder la vida o de ser encarcelado".

Después de algunas dudas, decidió ir primero a la Plaza de Tiananmen en el año 2000. Fue testigo de cómo los practicantes levantaban las banderas y gritaban "¡Falun Dafa es bueno!" o hacían una manifestación pacífica haciendo los ejercicios. Entonces, la policía se los llevaba rápidamente y los golpeaba.

Meng recordó: "Al ver a los matones (contratados por la policía) agarrando a los practicantes por el cuello ─algunos parecían de zonas rurales─ me sentía muy triste, pero no me atrevía a unirme a ellos".

"Lo pensé durante unos días. Luego, finalmente lo decidí: 'Me comprometeré y no pensaré en nada más, me levantaré'. Le di mis documentos de identidad a otra persona para que los guardara, y me puse en marcha con solo una botella de agua y un sombrero, continuó Meng.

"Hacía calor en Beijing en junio, y la plaza de Tiananmen estaba repleta de turistas. En cuanto llegué, vi a un policía de civil que grababa a la multitud con una pequeña cámara. Me hice a un lado mientras él seguía filmando, relató el practicante.

"En cinco minutos había un grupo de practicantes gritando '¡Falun Dafa es bueno!' cerca del monumento. Vi a policías de civil atacando a los practicantes”.

"Algunos practicantes comenzaron inmediatamente una protesta silenciosa haciendo los ejercicios. Me quité los zapatos, me senté y empecé a hacer el quinto ejercicio. En dos minutos me levantó un policía uniformado, que me agarró por la nuca y me empujó hacia una camioneta policial. Me pellizcó con la otra mano y luego me golpeó con el puño en la nuca, agregó Meng.

"Varios practicantes fueron arrojados a la camioneta de la policía. Nos llevaron a la comisaría de Tiananmen y nos encerraron en una gran celda metálica, en la que ya había casi 100 personas. Esa misma tarde nos llevaron en autobús a otro lugar. Mi autobús se dirigió al 13.er Centro de Detención de Beijing, en el distrito de Changping. Tras confiscar mis pertenencias, la policía me metió en una celda y me mantuvo allí durante cinco días".

La experiencia está grabada en la memoria de Meng Jun. Él expresó: "Fui testigo y experimenté la brutalidad y la violación a los derechos humanos del PCCh, y también experimenté personalmente lo difícil que es salvaguardar el derecho a la libertad de creencia bajo el gobierno del PCCh".

"Aquel momento de vida o muerte con compañeros practicantes en la plaza de Tiananmen me reconfortó: Di un paso adelante y no me eché atrás. Aunque no lo hice demasiado bien, no me quedé mirando de brazos cruzados", expresó Meng.

"¡El viaje a Tiananmen reafirmó mi creencia de que Falun Dafa es recto!"

Emma dejó China en 2014 para estudiar en Australia, y ahora vive en Queensland. Emma comenzó a practicar Falun Dafa con sus padres en China en 1996. Sus padres tras comenzar la práctica recuperaron la salud y su vida familiar se volvió más armoniosa.

Cuando el PCCh inició la persecución a nivel nacional el 20 de julio de 1999, ella no se dejó engañar por las mentiras. Acompañó a sus padres a la plaza de Tiananmen. Ella afirmó: "El viaje a la plaza de Tiananmen reforzó mi creencia de que Falun Dafa es recto".

También recordó aquel día: "A finales de 1999 (cuando Emma tenía diez años), nuestra familia y varios practicantes locales tomaron un tren a Beijing. Llegamos a Beijing varios días después, y los practicantes locales vinieron a recibirnos y nos acogieron para pasar la noche”.

"Entramos en el apartamento y vimos que había muchos practicantes de varias partes del país. Aunque era la primera vez que nos encontrábamos, todos nos sentimos muy unidos. Algunos practicantes nos ofrecieron bollos al vapor y alimentos encurtidos que habían traído. Mastiqué los bollos al vapor, duros y fríos, y sentí un calor en mi corazón como nunca antes, recordó la joven.

"A la mañana siguiente, tomamos un taxi para ir a la plaza de Tiananmen. Se respiraba un aire de tensión por todas partes, y especialmente cerca del Puente del Río Dorado, donde policías de civil apartaban a los turistas y los obligaban a decir cosas abusivas sobre Falun Dafa, agregó Emma.

"Más tarde, bajo un Huabiao (Pilar de Jade Blanco) frente a la Puerta de la Paz Celestial, mis padres levantaron una bandera con las palabras "¡Falun Dafa es bueno!". Todos los demás practicantes se colocaron bajo la bandera y empezaron a realizar una protesta pacífica haciendo los ejercicios.

"Al cabo de un minuto, sonaron sirenas a lo lejos y aparecieron varios policías. Uno de ellos le dio un puñetazo a mi padre y lo derribó, mientras los demás detenían a todos los practicantes. Nos metieron en una camioneta. La cara de mi padre seguía sangrando y el suelo estaba cubierto de sangre", Emma siguió relatando.

"Nos llevaron a la comisaría de la plaza de Tiananmen. Mi padre y un estudiante universitario fueron retenidos en una habitación separada. Pronto, escuché el sonido de los latigazos en esa habitación. En nuestra habitación, un oficial levantó el puño en el aire para aterrorizar a una chica. Otro oficial lanzó un pañuelo sucio a la cara de mi madre. Mi madre no se alteró. Ella recogió la basura del suelo”.

"Una mujer policía hizo que una joven escribiera una declaración de confesión. Cuando terminó, la policía se enfadó porque ella había escrito sobre la belleza de la práctica de Falun Dafa. Admiré a los practicantes que me rodeaban".

"Por la noche, la policía ponía a los practicantes unas "esposas diagonales" (se esposan las dos manos juntas, con una desde la parte superior del hombro y otra desde la espalda). A medianoche, mi madre y yo fuimos detenidas en un patio. Un oficial me llevó al baño y me registró. Me dijeron que me quitara toda la ropa, incluidos los calcetines”.

"La tercera noche, que resultó ser la víspera del Año Nuevo Chino, nos llevaron de vuelta a casa desde Beijing. Durante el trayecto me sentía abrumada por mis sentimientos, sin saber dónde estaba mi padre ni lo que nos esperaba al llegar a casa".

El padre de Emma estuvo encarcelado por el PCCh durante ocho años, y su madre durante casi cinco. Ante un problema familiar tan grande, la joven se mostró aún más decidida a practicar Falun Dafa.

Emma cree que lo que esos años inolvidables le dieron fue el precioso espíritu de los practicantes de Falun Dafa que estaban dispuesto a dejarlo todo por la verdad.

La joven manifestó: "La nación china bajo el gobierno del PCCh pasó por vicisitudes y ahora toda la sociedad está experimentando un declive moral. Todos los chinos deberían estar agradecidos con esta evidente afluencia de practicantes de Falun Dafa que están practicando los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, incluso sacrificando sus vidas. Están cambiando la sociedad de forma sutil y amable".

Pánico en el PCCh

Los practicantes de China acudieron a la plaza de Tiananmen para decir al mundo que la persecución está mal. El PCCh tiene miedo que los practicantes de Falun Dafa se atrevan a dar todo por la verdad. El 23 de febrero de 2001, el PCCh escenificó la "autoinmolación de Tiananmen" en un intento de incitar el odio contra Falun Dafa en el pueblo chino.

Sin embargo, en poco tiempo, varias instituciones y organizaciones de todo el mundo consideraron que la "autoinmolación de Tiananmen" era simplemente una invención.

El 14 de agosto de ese mismo año, la Organización Internacional para el Desarrollo de la Educación (IEDO) condenó enérgicamente al "terrorismo de estado" del PCCh en la conferencia de las Naciones Unidas. Con respecto a la "autoinmolación de Tiananmen", la misma condenó el "incidente de la autoinmolación de Tiananmen" por ser una trampa contra Falun Dafa, que implicó una conspiración y un escandaloso asesinato.

La declaración decía que el vídeo, "en nuestra opinión, demuestra que este evento fue montado por el gobierno [chino]". La comitiva china no tuvo ninguna defensa ante la abrumadora evidencia.

John Dowie es un practicante de Falun Dafa de Queensland, Australia. Él recuerda que después de la "autoinmolación de Tiananmen" en 2001, un amigo que no sabía mucho sobre Falun Dafa vino a decirle que había oído que los practicantes se habían prendido fuego en China.

John no le dio importancia y le dijo a su amigo: "Es absolutamente imposible que las personas que se prendieron fuego sean practicantes de Falun Dafa; los practicantes nunca harían algo así". Él y su amigo no tardaron en conseguir un vídeo que revelaba los fallos de la "autoinmolación" con todo lujo de detalles. Envió el vídeo a más personas para que supieran cómo el PCCh estaba calumniando a Falun Dafa.

John conoció Falun Dafa en casa de un amigo en abril de 1999 y comenzó a practicarlo tras leer el libro Zhuan Falun. El joven contó: "Empecé a practicar Falun Dafa en Australia justo antes que empezara la persecución el '20 de julio'. Escuché rumores sobre que Falun Dafa podría ser prohibido pronto en China”.

"Luego escuché que Falun Dafa estaba realmente prohibido en China, lo que me resultó difícil de creer, porque Falun Dafa es realmente genial: no solo se puede aprender gratis, sino que también beneficia a la gente física y mentalmente", comentó el joven.

John explicó que al principio los practicantes de Occidente estaban enojados con el PCCh por perseguir a Falun Dafa. No entendían por qué el PCCh lo hacía, pero no sabían cómo ayudar a los practicantes en China. Tardaron algún tiempo en darse cuenta que debían salir a contar los hechos y denunciar la persecución del PCCh a los practicantes.

"¡No es realmente fácil para los practicantes de Falun Dafa en China!".

Anna Zhao es una empresaria independiente en Queensland, Australia. Ella comenzó a practicar Falun Dafa en Beijing en 1998 y se benefició física y mentalmente.

Al recordar aquel inolvidable año de 1999, declaró emocionada: "Cada vez que lo recuerdo, se me rompe el corazón. Realmente no fue fácil para los practicantes de Falun Dafa en China. Desde el "20 de julio", los practicantes desplegaban banderas en la plaza de Tiananmen todos los días. Esto se prolongó durante varios años, ¡lo cual era realmente extraordinario!".

"En aquella época, había controles de seguridad en cada cruce de carreteras. A los ocupantes de todos los vehículos que se dirigían a Beijing se les revisaba el carné de identidad, y a todos se les preguntaba si eran practicantes de Falun Dafa. Si decían que sí, no se les permitía ir a Beijing. Muchos practicantes se valieron de sabiduría y encontraron la manera de ir a Beijing en taxis o a través de pequeñas carreteras”.

"La gente fue a Beijing para decirle al gobierno a través de sus experiencias personales que Falun Dafa era perseguido injustamente. Pero cuando llegaban a la Oficina de Peticiones de Beijing, nadie los escuchó. La policía se los llevaba directamente. Más tarde, dejaron de ir a la Oficina de Peticiones y fueron directamente a la Plaza de Tiananmen”.

“Todos los días había practicantes en la plaza de Tiananmen con banderas que decían ‘¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno!’. Fue realmente conmovedor. En cuanto desplegaban las banderas, la policía armada y los agentes de civil se abalanzaban sobre ellos y los golpeaban, y esa escena me hace llorar cada vez que la recuerdo", expuso la practicante.

Anna llevaba menos de un año practicando Falun Dafa cuando el PCCh comenzó la persecución. Se sorprendió al ver en televisión todas las calumnias contra Falun Dafa.

La mujer recordó: "Pensé que era una tontería que la gente dejara de practicar Falun Dafa después de ver las calumnias en televisión, porque me beneficié mucho de la práctica. Pero en aquel entonces todas las cadenas de televisión emitían la propaganda pregrabada las 24 horas del día, y a mucha gente que no conocía bien a Falun Dafa les lavaron el cerebro".

El clima fue inusualmente caluroso durante julio y agosto de 1999. Anna y su hermana, ambas residentes de Beijing, vieron cómo muchos practicantes de todo el país superaban muchas dificultades y llegaban a Beijing para pedir por Falun Dafa. La mayoría no tenía una buena situación económica. Esperaban en las calles, con la esperanza de que el gobierno les diera una respuesta.

Anna y su hermana también querían hacer algo. Unos días después del 20 de julio de 1999, Anna, que estaba embarazada de cinco meses, y su hermana llevaron mucha comida a la plaza de Tiananmen para dársela a los practicantes.

La hermana de Anna imprimió muchos ejemplares de los nuevos artículos de Shifu, y un practicante los aceptó y prometió distribuirlos a otros practicantes. Al poco tiempo, Anna leyó en Minghui.org que este practicante fue torturado hasta la muerte por el PCCh.

Cuando el bebé de Anna tenía siete meses, ella fue a la plaza de Tiananmen con el bebé en brazos. Mientras los practicantes de fuera de la ciudad levantaban pancartas, ella sostenía a su bebé y aclaraba la verdad sobre Falun Dafa a la gente que la rodeaba. Ese día fue detenida en la comisaría de Tiananmen.

Cuando su bebé tenía diez meses, volvió a ir a la plaza de Tiananmen. Esta vez fue detenida en el Centro de Detención del Distrito de Dongcheng.

Anna recordó: "En aquel momento, una practicante de la provincia de Shandong también llevaba en brazos a su bebé, que parecía tener diez meses. Más tarde, leí en Minghui.org que un bebé de diez meses había muerto a causa de la persecución. Es demasiado triste recordarlo, porque ocurrieron demasiadas cosas trágicas. No hay palabras para describir lo malvado que es el PCCh”.

"La persecución del PCCh contra Falun Dafa fracasó, pero los practicantes en China han perseverado", añadió.

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