(Minghui.org) ¡Saludos, Maestro! ¡Saludos, compañeros practicantes!

En un abrir y cerrar de ojos, han pasado 25 años desde que comencé a practicar Falun Dafa. Mi comprensión avanzó de lo perceptivo a lo racional, y finalmente me asimilé a las enseñanzas. Me gustaría compartir algunas historias de mi viaje de cultivación.

Cuanto más fuertes son los pensamientos rectos, más poderosa es la manifestación del Fa

Falun Dafa es una práctica de la mente y del cuerpo. Las enseñanzas estaban profundamente arraigadas en mi mente desde que leí Falun Gong y comencé mi práctica de cultivación. No esperaba rejuvenecer físicamente, así que me sorprendió que mi envejecimiento se ralentizara.

Me sentí muy feliz después de empezar a practicar. Cuando mis colegas me preguntaban por qué estaba siempre tan animado, les hablaba de Falun Dafa y les sugería que leyeran Zhuan Falun. Puse vídeos de las conferencias del Maestro durante la pausa del almuerzo. Un colega dijo: "Lo que dice el Maestro es genial, pero la cultivación es demasiado difícil para mí". Mi creencia en Dafa nunca flaqueó, ni siquiera después de que comenzara la persecución del partido comunista chino (PCCh) en 1999.

La economía china cambió y más de doce compañeros de trabajo se incorporaron a otras empresas privadas. Los nuevos contratados ocuparon sus puestos. Algunos empleados recién contratados dijeron: "Pareces más joven que los demás en la oficina. Nos sorprende que seas mayor que ellos". Les dije que tenía entre 4 y 8 años más que algunos compañeros y que me beneficiaba de una práctica de autocultivación que me mantenía joven. Otro colega me dijo muchas veces que, después de siete u ocho años de trabajar juntos, siempre parecía tan joven como la primera vez que me conoció.

Nuestro director general y yo tuvimos una reunión con el director que trabajaba en uno de nuestros proyectos. El director me dijo: "Si sigues de cerca a tu jefe, ocuparás su puesto cuando se jubile". Le dije que solo tenía tres años menos que nuestro director general y que me jubilaría poco después que él. Se sorprendió al conocer mi verdadera edad.

Ahora tengo más de 50 años, pero mucha gente sigue pensando que tengo 30.

Tomar las dificultades como una alegría

En China trabajaba en una oficina y apenas realizaba trabajos físicos. Cuando llegué a Estados Unidos, todo cambió, incluido mi ambiente de trabajo y cultivación. Me ofrecí para ayudar en un proyecto a tiempo completo, seis días a la semana. Se trataba de trabajo físico, y después del primer día me dolían las manos y los brazos, así como la espalda. A la mañana siguiente, todas las articulaciones de mis manos estaban hinchadas y doloridas. Aunque me sentía incómodo físicamente, me sentía alegre y realizado.

Algunas tareas son peligrosas. Debido a mi fatiga física, mi tiempo de reacción era más lento. A menudo me cortaba las manos, me golpeaba las piernas, me destrozaba los dedos de los pies o me golpeaba la cabeza. Un día, un compañero me preguntó en broma: "¿Cuántas heridas te has hecho hoy?". Me reí y le mostré los cortes y moretones que tenía en la cabeza, los brazos y las piernas.

El agotamiento físico era fácil de soportar, pero lo difícil era aguantar la presión física y mental cuando empezaba a tener dudas. Algunas cosas se hicieron mal y hubo que derribarlas y rehacerlas. Otras tareas se repetían y nos desplazábamos a menudo. Cuando sentí que mi cuerpo estaba llegando al límite de mi resistencia, empecé a preguntarme si mi trabajo tenía sentido: "¿Esto valida el Fa? ¿Salvamos a los seres conscientes? ¿No es una pérdida de tiempo para los practicantes? También podemos ser voluntarios en otros proyectos. ¿No está este proyecto desperdiciando recursos valiosos?".

Cuando tenía cuestionamientos, el dolor físico se magnificaba. Pensé en dejarlo y ofrecerme como voluntario en otros proyectos. También busqué ánimos compartiendo mis incertidumbres con compañeros practicantes. Algunos decían: "Todos los proyectos son iguales. Todos tienen dificultades al principio". Otros me animaron a aprender del Fo Mile, cuyo maestro le dijo repetidamente que construyera una casa, la derribara y la volviera a construir.

Pero no me creí sus explicaciones. Parecía una excusa para hacer un mal trabajo. Pensaba que si otros proyectos se equivocaban, nosotros no debíamos repetir los mismos errores.

El Fo Mile siguió una práctica de cultivación que mejoraba al cultivador a través de las dificultades. Falun Dafa se centra en cultivar a través de la elevación del xinxing. Creo que las dificultades que encontramos en el proyecto se debieron a una mala planificación o a la ausencia de un plan. Sentí que algunos líderes del proyecto eran testarudos, tenían grandes egos o se negaban a escuchar sugerencias.

No pude soportarlo y me quejé. Como mi actitud era mala, la respuesta que recibí no fue comprensiva. "Nadie te obliga a estar aquí", dijo uno. Otro dijo: "Lo que has sufrido no es nada comparado con los anteriores".

El Maestro habló de cómo, para los cultivadores, "…fatigar los músculos y huesos y forjar la voluntad del corazón no es nada fácil..." (Novena Lección, Zhuan Falun).

No tuve más remedio que calmarme y mirar hacia dentro. Pensé: "¿No deberían los cultivadores mirar hacia dentro? ¿Cómo pueden aumentar su gong cómodamente? ¿Cómo puedes mejorar tu carácter sin experimentar desafíos? Todo lo que haces es para ti mismo, no para los demás, para el responsable o para el Maestro". Entonces, ¿por qué sentía que mi situación era injusta? Una vez que lo entendí, mi corazón se calmó gradualmente y superé la prueba.

Dejar de lado el yo

Me sentí sagrado y orgulloso cuando me uní al proyecto por primera vez. Cuando me familiaricé con él, vi los retos que implicaba. El proyecto perdió el halo que tenía para mí cuando oí hablar de él en China. Los compañeros practicantes me recordaban a menudo: "¿No se supone que debes ver hacia tu interior cuando te encuentras con problemas?". Sí, se supone que debemos mirar hacia dentro cuando las cosas se ponen difíciles. Pero yo pensaba que no era responsable con el proyecto si los participantes veían problemas que podían evitarse con una simple comunicación o un pequeño cambio, pero se guardaban la observación para sí mismos y permitían que el problema detuviera el progreso del proyecto.

El Maestro dijo:

“Este egoísmo penetra hasta niveles muy altos. De hecho, para que los cultivadores en el pasado dijeran: “Estoy haciendo tal y tal”, “quiero hacer tal y tal”, “quiero obtener tal y tal”, “estoy practicando la cultivación”, “quiero convertirme en un fo”, o “deseo alcanzar tal y tal”, ninguno de estos difiere del egoísmo. Pero lo que quiero que ustedes puedan lograr es verdadera, pura y desinteresadamente alcanzar la perfección, con el Fa verdaderamente recto y con iluminación recta; sólo entonces puede uno alcanzar la eterna no extinción” (Exponiendo el Fa en el Fahui de Suiza).

Entiendo que un practicante no debe limitarse a la cultivación personal cuando encuentra un problema. De ser así, seguiría siendo una manifestación del egoísmo del viejo universo.

Alcanzar el reino del verdadero desinterés requiere una cultivación sólida. En el viaje, se exponen diferentes apegos. A veces pensaba: "Todavía no he alcanzado el desinterés y no tengo suficiente compasión. Será mejor que me guarde mi opinión". Otras veces pensaba: "Como he visto el asunto, ¿significa que el Maestro quiere que hable? No es validarme, es ser responsable con el proyecto. Aunque no tenga suficiente benevolencia, tendrá el mismo efecto porque mi corazón es recto".

Hubo contratiempos, más contemplación y búsqueda interior durante el proceso de cultivación, y finalmente comprendí que era una disposición ordenada del Maestro.

Se reúnen practicantes de diferentes edades, orígenes, formas de pensar y personalidades. Todos tienen sus apegos expuestos mientras trabajamos juntos. Si cada uno de nosotros puede aprovechar esta oportunidad para cultivar bien, no solo todos serían capaces de lograr la Perfección, sino que el proyecto también se haría muy bien. En el proceso, estaríamos a la altura del título sagrado de Dafa dizi. Cada practicante de Dafa representa su propio mundo, y quizás las características de cada discípulo son las características de ese mundo. Es imposible que todos sean iguales.

Las contradicciones y deficiencias expuestas en el proceso permiten que cada uno se cultive. Debemos tolerar y armonizar a los demás.

Cuando salí de las limitaciones del egoísmo, mi compasión y entendimiento se abrieron inmediatamente. Es como ver una obra teatral, en la que todo está dispuesto y ordenado. No debemos aferrarnos a nuestra propia comprensión ni esperar resultados concretos. Debemos ser pacíficos y hacer lo que debemos sin perseguirlo. Este estado de desapego es muy hermoso. Tengo que ser más diligente en el camino de cultivación y esforzarme por mantener este estado en todo momento.

Estos son mis entemientos personales. Compañeros practicantes, por favor, corrijan cualquier cosa que haya dicho que sea inapropiada.

(Presentado en el Intercambio de Experiencias de Cultivación de Falun Dafa del Condado de Orange 2021, Nueva York)

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