(Minghui.org) ¡Saludos, estimado Maestro y compañeros practicantes!

He sido voluntario en un sitio de aclaración de la verdad en Hong Kong durante muchos años. Solía estar involucrado en muchos proyectos de Dafa, pero decidí colaborar en un sitio de esclarecimiento de la verdad, distribuyendo los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista, y ayudando a la gente a renunciar a las organizaciones del partido comunista chino (PCCh).

El sitio en el que estoy como voluntario es muy grande, y en la zona hay una estación de tren y un teleférico. Hay muchos turistas y podemos salvar a muchas personas predestinadas.

Enviando pensamientos rectos

Comencé a practicar Falun Dafa en 1997. Fui a validar el Fa a la Plaza de Tiananmen con mis dos hijos en 2000. Mi familia fue implicada por aclarar la verdad sobre Dafa. Fui perseguido durante varios años antes de venir a Hong Kong en 2003 bajo la protección del Maestro.

Atesoraba el ambiente de Hong Kong y me esforzaba por hacer el trabajo de Dafa. Estaba extremadamente ocupado la mayor parte del tiempo, día y noche. A veces, para ayudar al rescate de practicantes en China, no comía ni dormía durante días. Consideraba que hacer cosas era cultivarse. No podía concentrarme cuando estudiaba el Fa, hacía los ejercicios o enviaba pensamientos rectos. Pensaba en hacer esto y aquello. Mis movimientos de los ejercicios y los gestos de las manos para enviar pensamientos rectos no cumplían con la norma. Algunos practicantes me recordaron que mi mano se volvía floja cuando enviaba pensamientos rectos.

Mientras enviaba pensamientos rectos a las 6 de la tarde un día de marzo de 2012, entre en un estado de tranquilidad. Vi al Maestro guiando a más de diez practicantes que avanzaban en el cielo rodeados de oscuridad, por un camino de un metro de ancho. Cuando miré hacia abajo, el Maestro me indicó que no podría ver nada. La oscuridad era total. Solo podía seguir al Maestro y avanzar en la oscuridad. Cuando terminé de enviar pensamientos rectos, me di cuenta de que mi campo dimensional era un mundo oscuro y vacío porque hacía mucho tiempo que no enviaba pensamientos rectos de forma seria y no me limpiaba.

Quedé sorprendido y me propuse tener la mente despejada al enviar pensamientos rectos. Abría un poco los ojos cuando enviaba pensamientos rectos para evitar la somnolencia o volver a concentrarme. A veces mi mente divagaba, pero me daba cuenta inmediatamente y lo rectificaba.

Un mes después, varios de nosotros estudiamos juntos el Fa. Mientras enviaba pensamientos rectos, entré de nuevo en una profunda tranquilidad. Estaba volando alto en el cielo. El cielo estaba despejado y vi un hermoso sol. Miré hacia abajo. El agua era clara y las montañas frescas. Los hombres trabajaban en las granjas mientras las mujeres tejían. Los melocotoneros florecían y los sauces se habían vuelto verdes. Parecía un hermoso paraíso.

El Maestro dijo:

“con claros cielos y cuerpos celestiales transparentes,

el cosmos está rectificado,

la inmensa catástrofe ha pasado,

el universo se ha iluminado”.

(Después del caos, Hong Yin)

Sabía que el Maestro me estaba recordando la importancia de enviar pensamientos rectos. Como presté mucha atención a enviar pensamientos rectos, mi campo dimensional se volvió claro y mi mundo se restauró. Esto reforzó mi confianza en hacer las tres cosas, cultivarme bien, e ir a la conferencia del Fa en mayo y ver al Maestro allí.

Delitos cometidos por la asociación de atención a la juventud en Hong Kong

Los miembros de la Care for the Youth Group Association Hong Kong (CYGAHK) atacaron varios sitios de aclaración de la verdad en junio de 2012. Vinieron a mi sitio en agosto y colocaron tres filas de banderas del PCCh en la zona principal de nuestro sitio. Luego se desplazaron a los lados y ocuparon toda la zona. Frente a la repentina ocupación, no sabíamos cómo manejar la situación.

Durante el día aguantamos sus ataques e insultos. Por la noche, estudiamos el Fa, enviamos pensamientos rectos y compartimos nuestros pensamientos. Aumentamos el envío de pensamientos rectos y recitamos más el Fa. Al mismo tiempo, pusimos más y más pancartas de aclaración de la verdad para cubrir las banderas del PCCh. Algunas personas rectas nos ayudaron a quitar las banderas del PCCh. Un tifón azotó Hong Kong durante ese tiempo, y la policía les ordenó retirar las banderas. Al final, solo quedaron una docena de banderas.

El Maestro dijo:

“El envío de pensamientos rectos por los Dafa dizi está oponiéndose fundamentalmente a los arreglos de las viejas fuerzas y eliminando la diabólica persecución”. (Exponiendo el Fa durante el Festival de la Linterna, 2003)

Me di cuenta de la importancia de enviar pensamientos rectos y presté mucha más atención a hacerlo. He estado enviando pensamientos rectos durante todo el tiempo de que disponía. Envié pensamientos rectos durante una hora, dos horas, y así sucesivamente, así como desde las 6 de la mañana hasta las 12 de la noche una vez cuando el CYGAHK estaba dañando nuestro sitio y la gente del departamento de higiene alimentaria y ambiental se apoderó de nuestros paneles y pancartas.

Como mi corazón era puro, sentí que mi cuerpo ya no existía; me envolvían los pensamientos rectos. Sentí que la energía de la palma de mi mano salía disparada como un láser, y que una poderosa fuerza empujaba hacia fuera desde el lugar donde se encuentra mi tercer ojo. Mi Gong (energía) iba a dondequiera que se dirigía mi intención. Fue muy sagrado. ¡Gracias, Maestro, ¡por su fortalecimiento!

Aclarando la verdad a la policía con compasión

Al principio, cuando la gente de la CYGAHK nos acosaba en el sitio de aclaración de la verdad, la policía se limitaba a observarles y no nos ayudaba. Instigados por el mal y respaldados por la policía, el comportamiento de los matones empeoró. Nos empujaron, nos insultaron, calumniaron a Dafa, blandieron sus puños en mi nariz y me escupieron en la cara.

Llamé a la policía, que vino enseguida. Los matones fingieron que no había pasado nada. La policía no preguntó qué pasaba, nos regañó por perder el tiempo y nos amenazó con arrestarnos si volvíamos a llamarlos. Luego, la policía se fue. Me quedé atónito. Los matones se echaron a reír y aplaudieron. Imitaron a la policía y empezaron a insultar, señalando con el dedo mi nariz. Lo aguanté, pero se me saltaron las lágrimas.

Los matones redoblaron sus esfuerzos para atacarnos. A veces me asediaban más de diez matones. Yo seguía enviando pensamientos rectos y suplicando al Maestro que me fortaleciera. Pude pasar las pruebas cada vez gracias a la compasiva protección del Maestro. Los transeúntes occidentales lo vieron y llamaron a la policía.

Al ver a los matones portándose mal, quise darles un puñetazo. Pero, cuando pensé en las palabras del Maestro: "...No devolvieron el golpe ni insulto a su agresor". (Exponiendo el Fa en Sidney), miré hacía dentro para buscar mis carencias. ¿Por qué sucedió? ¿Dónde no lo hice bien? Me tranquilicé y busqué mis apegos. Descubrí que confiaba demasiado en la policía y que pensaba que nos protegería. Somos discípulos de Dafa. ¿Cómo podíamos depender de la gente común?

Los matones llegaron a golpear a nuestros practicantes y los denunciaron a la policía. Incluso llevaron a nuestros practicantes a la comisaría y presentaron una demanda. Me quedé perplejo al ver que la policía de Hong Kong actuaba así. Me iluminé de que los practicantes en China aclaraban la verdad a la policía con compasión cuando son perseguidos y que yo debería hacer lo mismo con la policía en Hong Kong.

Algunos practicantes de Taiwán vinieron a apoyarnos a nuestro sitio en septiembre de 2012. Los matones les amenazaron, insultaron y acusaron falsamente. Un día, un practicante que regresaba a Taiwán a las 3 de la tarde fue acusado falsamente, empujado a un vehículo policial y llevado a la comisaría. Fui a la comisaría a exponer los hechos. Todos los policías tenían un aspecto feroz y una mala actitud. Los matones se fueron de nuestro sitio a las 5 de la tarde, pensando que habían conseguido inculparnos.

Más de 20 practicantes, incluyendo los practicantes de nuestro sitio, los de Taiwán y un periodista de The Epoch Times fueron a la comisaría para aclarar la verdad. Colocamos una pancarta de "Falun Dafa Hao" frente a la puerta de la comisaría, enviamos pensamientos rectos, practicamos los ejercicios y recitamos "Sobre Dafa". El practicante acusado le aclaró la verdad a la policía con calma y amabilidad dentro de la comisaría. Cooperamos como un solo cuerpo con pensamientos rectos y acciones rectas. El practicante de Taiwán fue liberado a las 9 p.m. La policía fue testigo del poder de nuestro cuerpo único. A través de este incidente, me di cuenta de que debemos aclarar la verdad a la policía y no dejar que cometan crímenes contra Dafa.

Empecé a enviar pensamientos rectos a la comisaría de la jurisdicción de nuestro sitio. Cuando llegaron los policías, envié un fuerte pensamiento recto: "Espero que traten a Dafa con amabilidad y consigan un buen futuro para su familia. No ayuden al mal. Recordad que 'Falun Dafa es bueno y Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno'". Cuando los oficiales me dejaban hablar, les contaba por qué el PCCh nos perseguía, por qué estábamos allí, cómo habíamos obtenido buena salud practicando Falun Dafa, que seguíamos los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, y el principio de que "El bien será recompensado y el mal castigado".

La policía se despertó. Cumplieron con su deber y ya no hicieron nada contra nosotros. A veces nos recordaban que no estuviéramos demasiado cerca de la gente de CYGAHK para evitar que nos acusaran injustamente. Empezaron a cuidarnos, a consolarnos y a recordarnos cuando había problemas. Más tarde, se nombró a un comandante de la policía para que estuviera a cargo de nuestro sitio. Conocía los hechos sobre Dafa. Los matones ya no nos acusaban. En su lugar, presentamos una demanda contra ellos.

Aclarando la verdad a los perseguidores

Los matones difundían propaganda que calumniaba a Dafa con un altavoz. Dañaron y robaron nuestras pancartas y carteles. A veces envolvían nuestras pancartas con telas y las ataban con cinta adhesiva o cubrían nuestras pancartas y carteles con banderas del PCCh una por una y las ataban con cinta adhesiva. Si las tocábamos, nos acusaban de dañar las pruebas. Solo después de una dura batalla entre el bien y el mal pudimos recuperar nuestras pancartas y carteles.

Fue una experiencia desgarradora, que me enfadó y me puso nervioso. Cuando se fueron a las 5 de la tarde, cubrí las banderas del PCCh con nuestras pancartas hasta que los teleféricos dejaron de funcionar a las 8 de la tarde. En ocasones no llegaba a casa hasta la medianoche. Cuando llegaba a casa estaba agotado, y a veces no podía dormir en toda la noche. Pero aun así me levantaba a las 5 de la mañana del día siguiente cuando sonaba mi alarma. Me lavaba brevemente y salía hacia nuestro sitio. Perseveraba día tras día. Un practicante vio que estaba demasiado cansado y me sustituyó durante dos días. Todas las pancartas y paneles resultaron dañados durante esos dos días.

Cambié mi forma de hacer las cosas. Empaqué las pancartas y los paneles después de las 8 de la noche y cubrí las banderas del PCCh cuando llegué al lugar a las 5 de la mañana del día siguiente. Luego envié pensamientos rectos e hice los ejercicios de Dafa. Los matones llegaron a las 7:30 a.m. y me rodearon, me gritaron e insultaron. Me pusieron las sucias y malolientes banderas del PCCh sobre la cabeza y me exigieron que me prendiera fuego. A veces quería salir corriendo y tirarlos al suelo.

El Maestro dijo:

“aunque se haya cultivado por 800 o mil años, un dedo pequeño es más que suficiente para estrujarlo”. (Lección tercera, Zhuan Falun)

Pensé: "Sois una panda de payasos, saltando de un lado a otro delante de mí. Uno de mis dedos es más que suficiente para aplastaros". Ante este pensamiento, me calmé, hice lo que debía hacer y los ignoré.

Una veintena de ellos se turnaban para dañar las cosas en cada uno de nuestros sitios varias veces al mes. En mi sitio solo había cinco o seis practicantes. La mayor parte del tiempo solo estaba yo. Cuando empezaron los problemas, los practicantes de nuestro sitio enviaron pensamientos rectos, estudiaron el Fa y compartieron sus entendimientos por la noche. Otro practicante que había sido perseguido en China pasó por todo esto conmigo. Ambos, con la cooperación de otros practicantes, manejamos las situaciones con pensamientos rectos y acciones rectas. Tomamos al Fa como nuestro Maestro y tratamos a los perseguidores con serenidad.

Cuando los matones nos atacaron, mantuvimos nuestras banderas en alto con la parte inferior de los palos apoyados contra la cintura durante horas, a pesar del sol abrasador o del viento frío. Nos enfrentamos a los ataques de los malvados con una gran fuerza de voluntad. Compramos un palo de bambú de tres metros de largo y pusimos dos pancartas que decían "Falun Dafa es bueno" en un lado y "El Cielo destruirá al PCCh" en el otro. Lo sostuvimos mientras aclarábamos la verdad a la gente en la plaza.

Un día, más de 40 matones me atacaron después de las 5 de la tarde, cuando estaba solo en el lugar, para obligarme a rendirme. Les dije con firmeza: "Muestren todas sus tácticas. En la plaza de Tiananmen en Beijing, con muchos policías, no tuve ningún miedo. ¿Ustedes quieren asustarme? De ninguna manera". Al oír mis palabras, se quedaron atónitos. Los cabecillas vieron que su táctica no funcionaba y enviaron a su gente fuera en un autobús.

Frente a esos alborotadores, los practicantes que se ofrecieron como voluntarios en los sitios de aclaración de la verdad por largo tiempo no respondieron a los insultos ni se defendieron de los ataques. Seguimos enviando pensamientos rectos y recitando el Fa. Era una batalla del bien y del mal para poner a prueba a todos los practicantes de Hong Kong. Era una prueba para cada uno de nuestros pensamientos y acciones. Enfrentándome a esta locura, pensando en mis parientes y amigos en China y en aquellos practicantes que fueron perseguidos hasta la muerte, y cuyas familias quedaron destrozadas o implicadas, estaba lleno de odio en mi corazón. Intenté todos los métodos para expulsar a los malvados sin pensamientos de bondad utilizando una mente humana.

Una mañana, cuando estaba enviando pensamientos rectos a las 6 a. m., me vino a la mente la historia de Shakya Muni cortando su carne para alimentar a cinco fantasmas hambrientos, que había leído hace algunos años. Recordé lo que dijo el Maestro:

“Déjenme decirles, cada persona en el mundo entero fue en algún momento parte de mi familia, (aplausos) incluyendo la peor gente, de lo contrario no hubieran tenido la oportunidad de ser un humano durante este tiempo”. (Exponiendo el Fa durante el Festival de la Linterna, 2003)

Me volví lúcido. Nuestra misión es salvar a los seres conscientes. Cultivamos en el Dafa del universo y en los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Hemos asumido la responsabilidad de salvar a la gente. Tenemos que salvar a todas y cada una de las personas que acuden a nosotros, ya que una vez fueron parte de la familia del Maestro.

Las cosas cambiaron al día siguiente después de que tuviera pensamientos compasivos. Soplaba un fuerte viento. Otro practicante anciano y yo sosteníamos un largo mástil con tres pancartas unidas. Apenas podíamos mantenernos en pie con el fuerte viento. Los matones apoyaron sus banderas del PCCh en nuestra pancarta y taparon las que otros practicantes sostenían. Les tiré las banderas al suelo con fuerza. Corrieron hacia nosotros y nos preguntaron quién lo había hecho. Sonreí detrás de la pancarta. Me vieron y dijeron: "Oh, debes ser tú. Así que puedes sonreír. Solo se te ve bien cuando sonríes. Te ves feo si tienes la cara tiesa todo el día".

Después de eso, siguieron hablando con nosotros. Intentaron hacerme reír. Me di cuenta de que una sonrisa podía disolver cualquier rencor. Ellos tenían su lado que sabe y es amable, y están esperando en el laberinto a que los salváramos. Así que hablé con ellos y me preocupé por ellos. Sintieron mi amabilidad y me hicieron muchas preguntas. Les aclaré la verdad respondiendo a sus preguntas. Les hice saber de la belleza de Falun Dafa a través de mis propias experiencias y lo malvada que es la persecución que sufren los practicantes de Dafa. Mientras estuvieron dispuestos a escuchar, hablé con cada uno de ellos, incluyendo a los líderes y a los oficiales de policía día tras día. Un grupo se fue y otro vino. Enviaba pensamientos rectos si alguno de ellos no quería escuchar.

Les hablé del principio de que "el bien es recompensado mientras que el mal es castigado" y de las historias de gente mala que hace malas acciones y recibe un castigo kármico. Me escucharon en silencio. Comprendieron la verdad y dejaron de tapar nuestras pancartas. Su jefe se enteró y cambió al líder de su equipo. Pero en tres días, el líder del equipo comprendió la verdad. El ambiente cambió gradualmente. Podíamos hacer nuestras cosas mientras no vinieran muchos de ellos. Gracias al fortalecimiento del Maestro, el ambiente se rectificó. Muchos de los que habían conocido la verdad se marcharon. Algunos de ellos leyeron los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista, y otros leyeron Zhuan Falun.

El poema del Maestro " Apresúrense a hablarles" está siempre en mi mente:

Apresúrense a hablarles

Cuando los Dafa dizi esclarecen la verdad
Es como espadas afiladas lanzándose de sus bocas
Exponiendo las mentiras de los fantasmas podridos
No pierdan tiempo, rescaten y salven, apresúrense a hablarles

(Hong Yin II)

(Continuará)

(Fahui Internacional por Internet 2021)

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