(Minghui.org) Empecé a practicar Falun Dafa en 1995, y mi marido también es practicante. Desde el año 2000, alquilamos una segunda casa para evitar el acoso y la persecución constantes. A pesar de que el entorno era aterrador, los practicantes de Falun Dafa nunca han dejado de caminar por la senda de la salvación de las personas.

Doctor: "Usted es realmente una inmortal"

Una mañana, a las tres, fui a un edificio de viviendas para distribuir folletos de esclarecimiento de la verdad. Empecé desde el último piso, distribuyendo folletos piso por piso. No tuve suficiente cuidado y me caí por las escaleras. (Más tarde supe que me había fracturado un hueso).

No pensé en nada después de la caída. Me levanté y seguí haciendo lo que tenía que hacer. Cuando terminé de distribuir todos los folletos y volví a casa, vi que mi tobillo izquierdo y mi pantorrilla estaban negros y azules, muy hinchados y supuraban un líquido amarillo acuoso. Al cabo de unos días, dejó de supurar y la hinchazón desapareció. La piel magullada se volvió de color amarillo claro y luego volvió a la normalidad.

Cuando miré hacia dentro, supe que no era casualidad que tuviera una caída tan mala. Pensé que debía haber una brecha que las viejas fuerzas aprovecharon. Seguí mirando hacia dentro y me sorprendió descubrir que tenía apego al miedo cada vez que salía a aclarar la verdad. Tenía miedo de que me arrestaran y me preocupaba no poder alcanzar la iluminación si no salía a esclarecer la verdad.

Los practicantes de Dafa estaban salvando a los seres conscientes, mientras yo pensaba en mí. ¡Qué corazón tan egoísta! Entonces estudié más el Fa y envié pensamientos rectos. Confesé mi error al Maestro Li y prometí hacerlo bien la próxima vez. Como no podía sentarme en la posición de loto completa con ambas piernas cruzadas, solo hice el segundo ejercicio (estaca parada Falun) poniéndome de pie apoyada sobre un pie.

Una semana después de la caída, mi hermano vino a visitarme y le pidió a mi marido que me llevara al hospital para que me vieran. Como mi hermano no practica Falun Dafa, no queríamos que nos malinterpretara y creyera los rumores de la televisión de que nos negábamos a ir al hospital si estábamos enfermos o lesionados.

Al mismo tiempo, quería que mi hermano fuera testigo de lo extraordinario que es Dafa. Así que los tres fuimos al hospital. El traumatólogo que me examinó parecía algo confuso porque yo estaba de buen humor y sin dolor. La radiografía mostró que el maléolo lateral izquierdo estaba fracturado, pero que se había curado muy bien.

Hay un viejo refrán que dice: "Tarda cien días, un hueso en soldar y los tendones en curarse". Pero a mí solo me tardó una semana recuperarme muy bien. El médico me preguntó qué tipo de medicina había utilizado o qué inyecciones me había puesto. Cuando se enteró de que no había utilizado nada y de que había dormido sin ningún dolor, se quedó asombrado y dijo entre dientes: "Nunca he visto a nadie así. Es un milagro. Eres realmente una inmortal".

Durante este tiempo, no me quedé en casa y fui a trabajar. Mi marido me llevaba en coche y yo iba y venía por el taller de la fábrica textil todos los días para inspeccionar y mantener las máquinas. ¡Fue realmente un milagro! Si una persona normal se hubiera fracturado un hueso, habría estado postrada en cama y con mucho dolor.

Por ejemplo, uno de mis compañeros se rompió un hueso y tuvo que quedarse en casa durante tres meses. Al ver lo rápido que me curé, mis compañeros de trabajo fueron testigos de lo extraordinario que es Dafa, y muchos de ellos renunciaron al Partido Comunista Chino (PCCh) y sus organizaciones afiliadas. Mi hermano también fue testigo de la naturaleza milagrosa de Dafa y renunció a la Liga Juvenil Comunista.

Ahora puedo sentarme en la posición de loto completa durante dos o tres horas, o a veces durante cuatro o cinco horas durante nuestro estudio del Fa grupal.

Fortaleciendo los pensamientos rectos para eliminar una tribulación

Compré una nueva casa en mayo de 2016 y comencé a remodelarla en agosto. Me encargué de todo, desde la compra de los muebles hasta los electrodomésticos. No le pedí a mi esposo que se involucre, porque tenía un carácter muy fuerte y estaba influenciada por la cultura del partido.

Buscaba la perfección y sentía que no podía confiar en mi marido. Como tenía que comprar materiales en el mercado todos los días, mi tiempo estaba ocupado sobre todo en la remodelación, por lo que aflojé en mi cultivación. Mi marido me recordaba a menudo que no dedicara demasiado tiempo a ello y que no me olvidara de nuestra misión. Yo replicaba quejándome de que él no era capaz de hacer el trabajo y que por eso yo estaba tan cansada.

No hice caso a los consejos de mi marido y acabé siendo interferida. A mediados de agosto, empecé a tener diarrea y dolor abdominal bajo. Acabé tardando un mes y medio más en terminar la remodelación.

Después de mudarnos a la nueva casa en noviembre, empecé a tener sangre en las heces. Perdí más de 5 kilos, tenía la cara pálida y estaba agotada. No podía comer; incluso hasta comer dumpling (empanadita al vapor) resultaba difícil. Tampoco podía conciliar el sueño debido al dolor. Las viejas fuerzas no me iban a soltar fácilmente una vez que se habían aprovechado de mis brechas. Los pensamientos negativos inundaban mi mente uno tras otro, incluyendo que me estaba muriendo, que mi remodelación era en vano y que no tendría la oportunidad de disfrutarla. Estaba muy deprimida.

En ese momento, uno de mis compañeros practicantes vino a visitarme y me contó su experiencia en la superación del yeli de enfermedad con pensamientos y acciones rectas. Lo que dijo me despertó y me dije: "Yo también soy discípula del Maestro. ¿Por qué no puedo hacerlo si mi compañero pudo hacerlo?". Los factores malignos se habían aprovechado de mis brechas. El Maestro dispuso un camino hacia la perfección (iluminación) para cada discípulo. Y depende de nosotros seguir sus arreglos.

Me arrodillé frente a la imagen del Maestro y confesé que me había equivocado y que había descuidado mi misión cuando estaba ocupada con los asuntos cotidianos. A partir de ese momento, juré ser más diligente en la cultivación, ponerme rápidamente al día como una verdadera cultivadora y no considerar al yeli de enfermedad como una carga. Asistí al estudio de Fa en grupo y me centré en enviar pensamientos rectos para los compañeros practicantes.

Me recuperé totalmente en mayo de 2017. Ahora me he librado de mi miedo y puedo aclarar la verdad cara a cara dondequiera que vaya. ¡Gracias, Maestro! ¡Gracias, compañeros practicantes!

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