(Minghui.org) La señora Yu Fengling, practicante de Falun Dafa de la ciudad de Fukang, Región Autónoma de Xinjiang Uigur, fue sometida a condenas de trabajos forzados en tres ocasiones, durante un total de seis años, por su fe en Falun Dafa. Un mes después de ser liberada, al borde de la muerte por las torturas en un centro de detención, en abril de 2018, falleció en su casa. Tenía 67 años.

Falun Dafa, también conocido como Falun Gong, es una disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.

Resumen de la persecución

La señora Yu, nacida en 1951, era empleada de la oficina de metales no ferrosos de Xinjiang antes de jubilarse. Tras el inicio de la persecución a Falun Dafa en 1999, fue a Beijing para pedir justicia para Falun Dafa.

Fue detenida varias veces durante los siguientes veinte años. Cumplió tres condenas en campos de trabajo que sumaron un total de seis años y también estuvo detenida en centros de lavado de cerebro y centros de detención muchas veces.

En 2015 fue detenida dos veces por la división de seguridad interior de Fukang, por hablar con la gente sobre la persecución a Falun Dafa. Estuvo detenida en el centro de detención de Fukang durante un total de 35 días. Después de esa detención, los guardias de seguridad de su comunidad residencial registraron su casa varias veces y la acosaron con frecuencia.

La señora Yu fue detenida de nuevo en febrero de 2017 y recluida en el centro de detención de Fukang. Cuando estuvo a punto de morir en abril de 2018, se avisó a su familia para que la llevaran a casa. Falleció un mes después.

Recuerdos de una compañera practicante

Lo siguiente fue escrito por una compañera practicante para conmemorar el tercer aniversario del fallecimiento de la señora Yu.

La señora Yu tenía una familia feliz, con un marido cariñoso que era un directivo de nivel medio. Su marido la quería y cuidaba bien de ella y de su casa ya que estaba físicamente débil. Tenían un hijo y una hija, ambos inteligentes y encantadores.

Pero su mundo se derrumbó cuando su marido murió inesperadamente en su oficina en la década de los noventa. Cuando se enteró de la noticia, se desmayó en el acto. Tras volver en sí, no comió ni bebió durante ocho días. Un colega que practicaba Falun Dafa le presentó la práctica. Se recompuso y empezó a practicarlo. Eso fue unos años antes de que comenzara la persecución a Falun Dafa.

Falun Dafa le dio fuerzas para criar a sus dos hijos sola y al mismo tiempo cuidó de sus padres enfermos que se habían mudado con ella. Sus dos hijos crecieron bien. Su hijo se alistó en el ejército y su hija fue a la universidad.

Debido a la persecución, la señora Yu no pudo asistir a las bodas de sus dos hijos porque fue detenida en el campo de trabajos forzados en ambas ocasiones. Su padre, enfermo, vivía con miedo y ansiedad, y falleció apenado, sin poder verla durante sus últimos días. Se le permitió acudir al funeral de su padre durante dos horas, escoltada por la policía armada.

El lugar de trabajo de la señora Yu la privó del aumento de la pensión de 500 yuanes mientras cumplía su condena en el campo de trabajo. A pesar de que la situación económica de su familia no era buena, siempre tuvo en cuenta a los demás. Su familia estaba bien cuando su marido vivía, así que algunas personas les pidieron dinero prestado. Años más tarde, aún quedaban más de 10.000 yuanes de préstamos sin cobrar. A pesar de las dificultades económicas a las que se enfrentaba, no fue a buscar a esas personas para pedirles el dinero. Decía que las personas que no devolvían el dinero después de todos estos años debían estar en una situación difícil.

Cuando una practicante divorciada no tenía dónde ir, la señora Yu la acogió. La consoló y la animó. Con su ayuda desinteresada y su justo estímulo, esa practicante pudo recomponerse y empezar una nueva vida.

Aunque era una mujer delicada, Yu Fengling era valiente, a pesar de las repetidas persecuciones. En una ocasión fue detenida mientras colgaba en un poste eléctrico "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Cuando la policía la interrogó sobre en cuántos postes eléctricos había colocado el mensaje, no se acobardó, sino que explicó por qué tenía que hacerlo. A cambio, fue puesta en libertad.

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