(Minghui.org) Los apegos son como los blancos que llevamos a nuestras espaldas. Los conflictos son como las flechas que nos impactan desde el exterior, dirigidas a esos blancos. Los impactos pueden generar conmoción, malestar y dolor. Las personas comunes siempre se defienden, o aguantan con enojo si las condiciones no les permiten defenderse. Sin embargo, como practicantes, deberíamos entender que lo que tenemos que hacer es quitarnos los blancos de encima, en lugar de defendernos bajo el control de esos apegos.

La mentalidad de competencia se manifiesta a menudo como la acción incontrolada de contraatacar. Un caso típico en su fase inicial es algo así como la furia de la carretera. Cuando conduzco mi coche apresuradamente hacia el trabajo, y de repente alguien me adelanta y casi choca con mi coche, al frenar bruscamente, mi corazón se llena repentinamente de ira, y tengo ganas de gritar y cortarle el paso.

Cuando ocurren esos pensamientos, debemos darnos cuenta de que surgen del apego a la competencia, ese es el "blanco", y este está tratando de controlarnos, haciéndonos hacer algo impulsivo. Pero si podemos calmarnos rápidamente y seguir nuestros pensamientos rectos, podemos hacer las cosas racionalmente y debilitar gradualmente nuestro apego a la competencia.

Además de la rabia en la carretera, poco a poco descubrí que la mentalidad de competencia también se esconde detrás de algunas emociones triviales en la vida cotidiana.

Por ejemplo, una vez un nuevo colega trabajó más despacio de lo que me gustaba. Lo critiqué duramente: "¿Por qué eres tan lento?". "¿Ni siquiera puedes hacer las cosas rápidamente?". Pero detrás de mi comportamiento de criticar a los demás estaba mi corazón de competencia, egoísmo y envidia.

Cuando me di cuenta de esto, ya no criticaba a los demás, sino que preguntaba: "¿Tienes algún problema ahora?". "¿Necesitas ayuda?". O les enseñaba cómo hacer el trabajo de forma más eficiente, tras lo cual la comunicación mejoraba mucho.

El apego de ostentación es un sentimiento de autovalidación después de que logramos algo, o somos reconocidos por los demás en relación con algunas cuestiones. El apego a la ostentación es un sentimiento de querer hacer saber a los demás cuando hemos hecho algunas cosas satisfactorias. En realidad, todo lo que hemos logrado es concedido por el Maestro. Nuestros apegos de ostentación y de presumir no son parte de nuestro verdadero ser.

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Nota del editor: El artículo representa únicamente la opinión del autor y está destinado a compartir entre los practicantes según la enseñanza del Fa: “…comparte en el aprendizaje y comparte en la cultivación…” (Cultivación sólida, Hong Yin).

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