(Minghui.org) La Sra. Lin es coordinadora de nuestra área. Durante muchos años, los practicantes locales consideraban que manejaba de forma irresponsable los fondos, y algunos cuestionaban el contenido de los materiales que elaboraba. Como tiene una personalidad muy fuerte, nunca nadie se lo mencionó.

Hace poco nos enteramos que la Sra. Lin hizo materiales con contenido inapropiado. Sentí que no debía publicarlos y compartí mi opinión con otros practicantes. Sin embargo, dejé la decisión en manos de la señora Lin. Cuando regresé a casa, estuve pensando en eso toda la noche. Sentí que lo manejé sigilosamente. Aunque sabía que lo que había hecho no se ajustaba al Fa, no se lo dije directamente. En cambio, hablé a sus espaldas. ¿No fue mi comportamiento inapropiado?

Llevaba dos meses sin ver a la señora Lin. Algunos practicantes trataron de contactarla, pero no lograron comunicarse con ella durante mucho tiempo. Me preocupó que la persiguieran. Hablé de la situación con otra practicante, la señora Dai, y dijimos que no íbamos a reconocer la persecución. Deberíamos expresarle honestamente nuestras preocupaciones a la Sra. Lin desde la perspectiva del Fa.

Lo anterior es el contexto. Lo siguiente es lo que me gustaría compartir.

Cuando pensé en hablar con la señora Lin, mi primera reacción fue de miedo. Tuve miedo de señalar algo que pudiera dañar nuestra relación. Temía que ella no pudiera soportarlo. Tenía miedo de que me regañara. Temía que se inventara un montón de excusas. Además del miedo, había un apego a protegerme. Durante muchos años, la Sra. Lin siempre rechazó enérgicamente las opiniones o sugerencias de los demás.

Compartí con franqueza mis pensamientos y preocupaciones con la señora Dai. Le dije que temía que mis palabras, con estos pensamientos y preocupaciones detrás, no fueran bien recibidas. La Sra. Dai dijo: "Debemos tener en cuenta los intereses de la Sra. Lin. No es fácil ser coordinadora. Ella se ha mantenido en la práctica a pesar de la persecución, ¿acaso no es magnífica?". Estuve de acuerdo y dije que debíamos seguir las enseñanzas de Shifu:

“Frecuentemente, digo que si uno actúa completamente por el bien de otros sin el más leve propósito o entendimiento personal, lo que uno dice hará que los oyentes se conmuevan a derramar lágrimas. Lo que les he enseñado no es solo Dafa. Les he dejado también mi comportamiento. Mientras trabajas, el tono de tu voz, tu bondad y tu razonamiento puede transformar el corazón de una persona, ¡mientras que una orden nunca podrá hacerlo! Si otros no están convencidos en el corazón, sino que solo se supeditan superficialmente, ellos todavía se comportarán de acuerdo a su propia voluntad cuando no estén a la vista” (Conciencia lúcida, Escrituras esenciales para mayor avance).

Seguimos las enseñanzas de Shifu. En primer lugar, miramos hacia dentro y nos aseguramos de que nuestros motivos eran puros: solo queríamos ayudar a la señora Lin.

Al mirar hacia dentro, sentí que había encontrado la razón por la que no me había ido bien en mi cultivación durante mucho tiempo. En lugar de darme cuenta de que las dificultades eran oportunidades para mejorar, siempre miraba hacia fuera y culpaba a los demás. Normalmente me fijaba en los problemas de los demás y solo de vez en cuando veía los míos. Sentía que le estaba "recordando" a los demás cuando señalaba las cosas. ¿No estaba siendo astuto? ¡Cuántas oportunidades de cultivación desperdicié repetidamente por seguir mirando hacia fuera!

Finalmente me di cuenta de que solo mirar hacia adentro al cien por ciento es la verdadera cultivación. Incluso mirar un poco hacia fuera no es cultivarse de verdad. Solo mirando hacia adentro cien por ciento podemos ser humildes, ver la verdad, personificar los principios del Fa y elevar nuestro nivel de cultivación.

Con este entendimiento, le agradecí al compasivo Maestro por sus cuidadosos arreglos para que todos pudiéramos mejorar juntos. Agradecí a la Sra. Dai por su amabilidad y a la Sra. Lin por hacer el trabajo de coordinación todos estos años.

Unos días después, cuando me encontré con la Sra. Lin, mi corazón estaba tranquilo: ya no me preocupaba cómo comunicarme con ella o cómo iba a reaccionar. Simplemente compartí mi opinión con calma, franqueza y amabilidad. Fue realmente increíble. La Sra. Lin me escuchó en silencio y se mostró muy tranquila. Todo el proceso transcurrió bien.

Este artículo representa mi entendimiento a mi nivel de cultivación actual.

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