(Minghui.org) ¡Saludos Shifu! ¡Saludos compañeros practicantes!

Estoy agradecida por esta oportunidad de compartir mi experiencia de cultivación del último año y medio trabajando en los medios de comunicación. Estuve en las clases de la Epoch Media Academy de 2019. He estado trabajando tiempo completo desde 2020, y este viaje se ha sentido como un parpadeo. Al escribir esto ahora me doy cuenta de lo rápido que pasan los días y lo precioso que es cada día. Shifu nos recuerda compasivamente una y otra vez que este periodo de tiempo es precioso y que debemos atesorarlo.

Pero aunque esto es fácil de decir, sabemos que no es fácil alcanzar el estándar. A veces, con los días ajetreados y llenos de presión, perdemos de vista la suerte que tenemos de ser Dafa dizi, y la suerte que tenemos de trabajar para los medios de comunicación. Espero que todos nos alentemos para valorarnos más a nosotros mismos y valoremos aún más esta oportunidad.

Cuando empecé a trabajar en los medios de comunicación estaba llena de energía y era muy optimista. No podía imaginarme otro lugar en el que quisiera estar. Pero miré a mi alrededor y vi que la mayoría de los empleados veteranos parecían agotados. Estaba claro para mí que para muchos de ellos, con el paso de los años, resultaba difícil seguir apreciando la oportunidad de trabajar para los medios de comunicación. Pero aún así los elogié en mi mente por haber aguantado todos estos años. Me preguntaba: "¿Me pasará esto a mí? ¿Será que un día no podré soportar más la presión? ¿Y si no puedo aguantar, y si cedo y decido renunciar?".

Un día le dije a mi amiga: "Oye, creo que trabajar aquí un día será muy difícil. Puede que incluso piense en renunciar en el futuro si no puedo soportar la presión". Le pedí: "Por favor, si alguna vez te digo que estoy pensando en renunciar, recuérdame esta conversación y convénceme de que no renuncie". Ella sonrió y aceptó.

Meses más tarde, efectivamente la presión me agotaba. Me sentía abatida y perdí de vista lo precioso que es este tiempo. Olvidé que Shifu me condujo hasta aquí y me entregué al egoísmo. Me quejé con muchos de mis amigos de que era infeliz, que quería renunciar y volver a la escuela. Finalmente, la amiga con la que hice el trato hace tiempo habló y dijo: "Oye, me dijiste que dirías esto y me dijiste que te dijera que no renunciaras... ¿recuerdas?". Eso me golpeó en la cabeza como una paliza, ayudándome a reajustarme y a enfocarme de nuevo.

Este es solo un ejemplo de por qué es muy importante alentarnos unos a otros, ya que todos enfrentamos una presión extrema por el trabajo y al mismo tiempo intentamos alejar los pensamientos humanos, uno tras otro. A veces nos vendría bien un golpe en la cabeza.

Sin embargo, los desafíos se hicieron más intensos, y en un momento estuve a un solo vuelo de despedirme de mi camino preestablecido para contribuir en nuestros medios de comunicación. Literalmente, un vuelo. Ya había reservado mi boleto de vuelta a Georgia. Solo gracias a Shifu no me fui.

Shifu me guía a través de la primera gran tribulación

He albergado algunos apegos durante años y casi me hicieron desviarme de mi camino predestinado trabajando para los medios de comunicación. Gracias a la compasiva guía de Shifu no me rendí.

Como reportera de noticias, tenemos que presentar un tema cada día y programar entrevistas. Durante nuestras reuniones matutinas todos los días me siento como si estuviera compitiendo con otros sobre quién tiene una buena historia, quién programó una entrevista, etc. Además, siempre estoy buscando los elogios de mi jefa, para que me haga sentir que soy digna del trabajo. Siempre quiero que mi jefa y mis colegas me digan que soy capaz y que lo estoy haciendo bien. Estoy hablando en tiempo presente sobre estos apegos a propósito porque todavía estoy luchando con estos mismos apegos. He eliminado algunas capas, pero todavía tengo muchas capas de estos apegos para eliminar.

Por ejemplo, me enfadaba mucho si no programaba una entrevista, si no encontraba un tema interesante para informar o si sentía que los demás lo hacían bien pero yo no.

Este apego a la competencia, unido a mi baja autoestima y a no valorarme, casi hicieron que dejara de trabajar en los medios de comunicación. Los primeros meses trabajando a tiempo completo, luché con fuertes pensamientos negativos como: "No soy lo suficientemente buena. Nunca puedo programar las entrevistas adecuadas. No soy lo suficientemente rápida. Nunca seré una buena reportera. Mis historias nunca son buenas, estoy perdiendo el tiempo". O el peor pensamiento de todos: "Estoy desperdiciando los recursos de Dafa al estar aquí. La empresa está gastando dinero para pagarme por trabajar a tiempo completo, y no estoy aportando nada que sea lo suficientemente bueno como para producir ganancias...". Sentía que me ahogaba en la culpa todos los días por "malgastar los recursos de Dafa".

Les conté a algunos practicantes sobre estos pensamientos destructivos, y todos trataron de animarme y me dijeron que con solo estar en la compañía con pensamientos rectos era suficiente. Pero yo no podía aceptarlo. Finalmente, un día decidí: ¡olvídalo! No puedo seguir malgastando los recursos de Dafa solo porque mis técnicas periodísticas no mejoran, todos los demás lo hacen mejor que yo, no me necesitan. Así que decidí renunciar y volver a la universidad para hacer algo más valioso con mi tiempo. Me apresuré a ir a la parte de atrás de la oficina, y busqué vuelos inmediatos para volver a mi casa. Esto fue en abril del año pasado. Ya había planeado visitar a mi familia durante una semana ese mes, así que simplemente reprogramé mi boleto de avión para una fecha anterior y cancelé el vuelo de vuelta a Nueva York.

Inmediatamente fui con mi productora y le dije con firmeza que renunciaba y que volvería a casa. Lo recuerdo perfectamente: Le dije que el estándar que yo me exigía era demasiado alto, incluso más alto que el que ella tenía para mí. Le dije que, aunque ella nunca se quejaba de mi trabajo, a mí nunca me había gustado el trabajo que hacía ni creía que aportara ningún valor a la empresa. Intentó persuadirme para que me quedara, respondiendo en un tono duro: "¡Pues, ahora no tienes ningún estándar!". Me sentí conmovida por sus palabras: tenía razón. Otro duro golpe en la cabeza. Pero seguí insistiendo en renunciar. Justo después de nuestra charla, fui directamente a Recursos Humanos y les expliqué mi plan de marcharme la siguiente semana.

Volví a mi departamento para empacar mis cosas. Llamé a mi madre y a mi tía para decirles que pensaba volver. Era la época en la que el virus del PCCh empezaba a propagarse por Estados Unidos. Mi hermana y mi tía me dijeron que les preocupaba que viniera de Nueva York, el punto focal del virus, y que temían que se lo llevara a casa. Me pidieron amablemente que esperara hasta que el virus no fuera tan grave antes de viajar. Entonces, me vi obligada a quedarme en Nueva York y enfrentarme a mis apegos.

Los días siguientes traté de concentrarme en el estudio y en tratar de mirar hacia adentro. Los apegos que me hacían querer renunciar empezaron a salir a la luz. Me di cuenta de que estaba gastando demasiado tiempo y energía en asuntos insignificantes. Y mi mentalidad competitiva me estaba agotando. Por ejemplo, siempre me esforzaba en tratar de superar a los demás en las reuniones de la mañana. O me preocupaba demasiado cuando sentía que mi historia no alcanzaba un nivel profesional.

Estas palabras del Fa me estremecieron:

"No obstante, tampoco podemos ser caballeros tímidos y cautelosos, siempre enfocados en estas pequeñeces y hasta andando a los saltos por temor a pisar a las hormigas. Digo que vivir así es agobiante para ti; ¿no es eso también un apego?" Y me recordaron: "Debemos enfocarnos en una perspectiva más amplia y hacer el xiulian de manera digna y recta" (Zhuan Falun, Séptima Lección).

De repente me di cuenta de que, aunque mi trabajo no alcanzara todavía un nivel profesional, no debía centrarme en detalles tan triviales. Me dije que debía seguir esforzándome al máximo y recorrer mi camino de manera digna. Así que me quedé en Nueva York. Siento que Shifu realmente me protegió y no dejó que me desviara de mi camino.

Shifu lo dice muy claramente en Zhuan Falun, cito:

"Hablando sobre qué les da el Maestro, les doy a todos justamente estas cosas. Mis Fashen te protegerán siempre hasta que puedas protegerte por ti mismo" (Séptima Lección, Zhuan Falun).

Pocos meses después de este intenso episodio, vi la más impresionante mejora en mis habilidades y las de mis compañeros. Cada día somos más profesionales. Me alegro de haberme quedado. Nuestro canal de NTD en inglés ha crecido tan rápido que todavía es difícil de creer.

Nos enfocamos en la práctica, Shifu se encargará del resto

Shifu repite varias veces:

"La cultivación depende de uno mismo, el gong depende del shifu" (Primera Lección, Zhuan Falun).

Sentí que esta frase se había manifestado ante mis ojos al ver que nuestro canal NTD en inglés crecía tan rápido. Cuando empecé como reportera a tiempo completo para nuestro canal en inglés, hace apenas un año y medio, solo teníamos dos programas de noticias de treinta minutos de duración al día, y ni siquiera estábamos emitiendo por cable. Diecisiete meses después, tenemos 9 programas de calidad y emitimos en directo por cable las 24 horas del día. Nuestro programa se ve en varias grandes ciudades de Estados Unidos y en diversas plataformas. También acabamos de lanzar un nuevo canal en el Reino Unido. Todavía tenemos que hacer muchas mejoras en cuanto a profesionalismo y en otras áreas, pero ver lo rápido que ha crecido nuestro canal en inglés me hace sentir que soy uno de los seres más afortunados por formar parte de nuestros medios de comunicación en estos tiempos sin precedentes.

Entonces, ¿cómo logramos todo eso tan rápido? Por supuesto, gracias a la sabiduría de Dafa. Quiero compartir un poco sobre la mejora de habilidades que presencié en mí y en todos mis colegas. Recuerdo la noche en que nuestro director general anunció que NTD en inglés empezaría a emitir por cable, y unos meses después el director general anunció que empezaríamos a emitir durante 24 horas. Quería que pusiéramos en marcha un par de programas nuevos y que ampliáramos nuestros dos programas diarios de noticias de treinta minutos a una hora. Cuando escuché su plan, sentí que sería imposible, puesto que nuestro equipo ya estaba muy presionado con la producción de los programas cortos. Ya parecía que ninguno de nosotros tenía tiempo para respirar durante la jornada laboral.

En cuanto a mí, mi nivel de conocimientos era todavía bastante elemental en aquel momento, y me costaba incluso producir una noticia al día. ¿Cómo podría asumir más trabajo? Pero intenté no pensar demasiado en ello y seguir el curso natural. Sustituí mi pensamiento temeroso por el de que si teníamos la voluntad de alcanzar la meta, entonces sucedería. Solo debemos esforzarnos al máximo, pensé. Lo siguiente fue que escribir los guiones era muy fácil y que programar las entrevistas ya no era una tarea tan difícil. Al final fui capaz de escribir dos guiones al día, hacer una o dos entrevistas al día y editar también al menos un vídeo, lo que suponía triplicar mi carga de trabajo. Pero no me parecía tan duro. Me di cuenta de que mis colegas estaban experimentando un impulso similar. Pronto, todos nuestros reporteros podían producir dos noticias al día. El programa de noticias más largo no fue difícil de lograr. Sé que pudimos lograr esta rápida mejora porque teníamos la idea de que nos esforzaríamos al máximo y teníamos la voluntad de hacerlo. Entonces, Shifu nos empujó hacia adelante. La sabiduría de Dafa ayudó a nuestro equipo a alcanzar un nuevo nivel.

Eliminando los apegos de orgullo, competitividad, envidia y complacencia

Recientemente me mude a Washington D.C. y vamos a lanzar un nuevo programa aquí muy pronto. Sinceramente, basándome en mi experiencia con la ampliación de nuestro programa de NTD en inglés, no tengo ninguna duda de que podemos lograrlo. Pero todavía albergo apegos que podrían impedirnos hacerlo bien, así que me doy cuenta de que debo trabajar duro para eliminarlos.

Los apegos que surgen casi a diario son el ego, el orgullo y la competencia. Se me mueve mucho el corazón cuando siento que mis noticias no son buenas, o cuando siento que otro tiene una historia mejor que la mía. No tengo ninguna historia milagrosa que contar sobre cómo he superado estos apegos porque sigo luchando con ellos a diario. Supongo que el simple hecho de poder reconocerlos es un buen punto de partida. Espero que al compartirlo con todos ustedes me ayude a tomar más en serio estos apegos.

Cuando a alguien le va bien, me siento muy envidiosa e incómoda. Me siento como esa persona del libro que describe Shifu:

"Cuando a alguien le va bien, los demás no solo no se alegran por él, sino que sus corazones se desequilibran" (Séptima Lección, Zhuan Falun).

Para eliminar este pensamiento, intento recordar que si a ellos les va bien, a nuestros medios les va bien, lo que significa que efectivamente estamos salvando a la gente. Así que no debería preocuparme demasiado. Hablando de esto, también tengo que recordarme constantemente que tampoco debo preocuparme demasiado por mis propios logros.

Por suerte, mi productora me recuerda constantemente que no debo apegarme al orgullo. Cuando presumo o alardeo de un logro ante ella, me pregunta: "¿Lo dices con orgullo? ¿Estás orgullosa?". Le agradezco mucho que me haga responsable y que me cuestione suavemente si me estoy apegando. Me recuerda que debo tomarme en serio este apego cada vez que surge. Creo que todos deberíamos intentar alentarnos y recordarnos unos a otros, con amabilidad y delicadeza, cuando notamos que un practicante puede estar mostrando un apego. Es posible que el otro practicante no se dé cuenta o no se lo tome en serio, y recordárselo es una oportunidad para cultivar nuestra propia compasión y aprender a ser más gentiles y amables con los demás.

Otro ejemplo de cómo se manifiesta mi envidia y mi competencia es que, a menudo, cuando estoy cerca de otros practicantes que son considerados personas "de éxito" en nuestros medios de comunicación, en particular presentadores de programas y periodistas de alto perfil, me pongo extremadamente envidiosa. Tan envidiosa, de hecho, que me burlo de ellos en mi mente. Pienso: "No son tan buenos. Si no fuera por Shifu, no tendrían tanto éxito. Son tan arrogantes". Me pregunto por qué todo el mundo los admira, porque después de todo no hay modelos en Dafa, ¿verdad? Incluso llego a criticar a los practicantes que idealizan a estas conocidas figuras mediáticas.

Creo que la verdadera razón por la que me mueven tanto estas personas de éxito a las que todo el mundo admira es porque quiero que la gente me admire a mí.

Shifu dijo en Zhuan Falun:

"Después de que surge este corazón, ya se atreve a decir cualquier cosa: «Yo soy un fo y ustedes no necesitan aprender de otro; yo soy un fo y les diré cómo hacer esto y cómo hacer lo otro». Él hace esto" (Sexta Lección, Zhuan Falun).

Todavía tengo que prestar mucha atención a esto, porque incluso ahora me molesta que la gente no me escuche o no siga mis consejos. No me gusta admitir cuando a los demás les va bien y trato de atribuirlo a los logros de Shifu y no a los suyos propios, pensando: "Esas personas tienen éxito porque tienen un equipo exitoso detrás y el apoyo de Shifu. No son tan buenos por sí mismos. Sin Shifu y su equipo no serían nada".

Pero tener este pensamiento es hipócrita de mi parte. Esto es porque cuando me va bien o cuando logro algo grande, me gusta tomar el crédito por ello. No reconozco que es el equipo que está detrás de mí el que ha contribuido al éxito. También olvido que todas mis habilidades me las ha dado mi Shifu.

Shifu dijo en Zhuan Falun:

"Con tu cuerpo humano común, tus manos humanas comunes y tu mente de persona común, ¿ya quieres transformar la materia de alta energía en gong? ¿Ya crece así? ¡Hablar es fácil! Para mí es simplemente una broma. Esto equivale a perseguir fuera de ti mismo, a buscar exteriormente; así nunca encontrarás" (Primera Lección, Zhuan Falun).

Tengo que obligarme a diario a recordar este principio y trabajar continuamente para superar estos apegos.

Afortunadamente, otra practicante de Washington, D.C. es muy buena recordándome que mis logros no son míos y que no hay nada con lo que inflar mi ego. Para ayudar a reducir la envidia y el egocentrismo, he intentado prestar más atención a los logros de los demás y recordarme constantemente que Shifu me ha dado todas las habilidades que tengo. Debería preocuparme menos por mis propios logros. Espero poder mejorar en este aspecto y recorrer mi camino con solidez en el tiempo que viene.

Gracias Shifu por esta preciosa oportunidad de trabajar para los medios de comunicación y gracias compañeros practicantes por dejarme compartir esta experiencia con ustedes.

(Presentado en la Conferencia de intercambio de Experiencias de Cultivación de los medios de comunicación Epoch Times y NTD 2021)

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