(Minghui.org) Mi nombre es Jing Jing y tengo 11 años. Estoy muy feliz de ser una practicante de Falun Dafa.

Un día en el verano pasado, mi madre salió mientras yo estaba en casa con mi padre. Escuché el timbre de la puerta cuando estaba viendo la televisión. Cuando abrí la puerta, vi a la administradora de la propiedad con tres policías detrás de ella. Justo cuando la señora me preguntó si estaba sola en casa, mi padre se acercó a la puerta. Los tres policías entraron en nuestra casa y quisieron registrarla. Mi padre preguntó: "¿Tienes una orden de allanamiento?". Nos dijeron que no. Entonces mi padre dijo: "¡No pueden registrar mi casa si no tienes una orden de allanamiento!". Uno de los policías me asustó y me puse a llorar.

Recordé la historia de cultivación de un joven practicante que escuché una vez. Cuando el joven practicante de Dafa vio a los policías arrestando a sus padres, se dijo a sí mismo que no iba a llorar y en su lugar enviaría pensamientos rectos para eliminar las fuerzas del mal detrás de la policía. Después de un rato, los policías se detuvieron. Al pensar en esto, también dejé de llorar y comencé a enviar pensamientos rectos en silencio hacia los tres policías.

Mientras mi padre les impedía entrar en la habitación de mi madre, otro policía dijo que iba a llevar a mi padre a la comisaría. Esto enfureció más a mi padre, y les dijo a los policías que ¡eso era ilegal! En este punto, un policía salió para hacer una llamada telefónica y cuando regresó, dijo: "Todo está bien ahora". Incluso me pidieron que dejara de llorar.

Cuando se fueron, mi padre hizo una llamada telefónica para comprobar si mi madre estaba bien. Descubrimos que la alumna de mi madre la estaba invitando a comer y mi madre quería aprovechar esta oportunidad para aclarar la verdad. Durante ese tiempo, mi madre sintió que alguien la estaba cuidando.

Ya que toda nuestra familia tenía fuertes pensamientos rectos, pudimos resistirnos a que esos policías registraran nuestra casa. Aunque mi padre aún debe cultivarse en Falun Dafa, apoya a mi madre en su cultivación y cree que Falun Dafa es bueno.

Soñar con tener que cultivar con diligencia

El verano pasado tuve un sueño . Soñé que Shifu revelaba una línea de textos chinos antiguos, pero yo no entendía nada de lo que Él decía. En ese momento, escuché la voz del Maestro. Shifu me dijo que estudiara una lección de Zhuan Falun con mi madre todos los días a partir de mañana. Después Shifu desapareció.

Cuando me desperté a la mañana siguiente, mi madre dijo: "A partir de hoy, persistiremos en estudiar una lección de Zhuan Falun todos los días". Empezamos a leer después del desayuno y durante nuestro descanso le conté a mi madre el sueño que había tenido. ¡Mi madre me dijo que Shifu me estaba iluminando para que fuera más diligente! ¡Esto es verdaderamente milagroso! Regularmente, solo podía leer un párrafo del Fa y era aún más difícil para mí concentrarme en una sección del Fa, a menos que me uniera a otros adultos durante el estudio del Fa en grupo.

Persistí en el estudio del Fa con mi madre. Cuando mi padre me dijo que estaba perdiendo el tiempo, lo ignoré y continué estudiando el Fa. Poco a poco mi padre dejó de decir cualquier cosa y trabajó en su habitación. Una vez estábamos estudiando en la habitación de mi padre porque ahí el aire se sentía más fresco. Cuando mi padre regresó y nos vio en su habitación, no dijo nada. Salió e incluso nos preparó el almuerzo. Mi madre dijo que nuestro campo de energía probablemente era muy fuerte y rectificó los pensamientos negativos de mi padre.

Otra noche tuve otro sueño y le pregunté a Shifu: "¿Por qué mi padre no se está cultivando?". Shifu dijo que la relación predestinada de mi padre con Dafa aún está por llegar. Seguí preguntando: "¿Cuándo será ese momento?". El Maestro dijo: "Podría ser durante la segunda mitad de su vida". Me sentí aliviada pues seguía preocupada de que mi padre no pudiera cultivarse en Dafa. Mi madre dijo que no debería estar demasiado apegada a esto, y necesitaba abandonar mi apego al sentimentalismo, y solo entonces podría ser una practicante diligente.

Seré más diligente en el futuro. ¡Gracias, Gran Benevolente Maestro!

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