(Minghui.org) El Sr. Li Guogang, antes sano y fuerte, sufría incontinencia, pérdida de memoria y trastornos mentales cuando fue liberado después de cumplir un año de condena en el tristemente célebre campo de trabajo forzado de Masanjia por practicar Falun Dafa, una disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.

Después de luchar contra una salud débil durante casi una década, el Sr. Li falleció a la edad de 65 años el 3 de enero de 2020, siete años después de que su esposa muriera debido a la persecución hacia su fe que compartía con su esposo.

La muerte del Sr. Li

El Sr. Li, que trabajaba en una fábrica de papel en la ciudad de Linghai, provincia de Liaoning, tuvo una enfermedad de la próstata en 1995 y estuvo hospitalizado durante un mes. Estaba muy débil después de recibir el alta y tenía que llevar pantalones gruesos en verano. En marzo de 1996, comenzó a practicar Falun Dafa. Poco después, se recuperó y volvió a trabajar. Asombrados por su recuperación, muchos de sus familiares también comenzaron a practicar Falun Dafa.

Tras el inicio de la persecución en 1999, el Sr. Li fue a Beijing para apelar por el derecho a practicar Falun Dafa. Fue detenido en septiembre de 1999 y recluido en el calabozo de la ciudad de Linghai durante un año. En 2003, fue detenido de nuevo y se lo condenó a un año en el campo de trabajo forzado de Jinzhou.

La noche del 18 de julio de 2010, cuando regresaba a casa después del trabajo, los agentes de policía le dieron el alto en un puente y lo detuvieron. Lo llevaron a la división de seguridad interna para interrogarlo y lo mantuvieron encerrado en la ciudad de Linghai durante 15 días. A continuación fue recluido en el campo de trabajo forzado de Masanjia durante un año.

El Sr. Li fue liberado el 18 de julio de 2011. A las 3:50 de la madrugada del 23 de julio, se levantó de repente, despertó a su hermana, que vivía con él, y le dijo que tenía que salir porque había un olor desagradable en la casa. Salió y volvió cinco minutos más tarde, diciendo que el mismo olor estaba fuera. Mientras hablaba, empezó a gemir, se cayó y empezó a convulsionar y a echar espuma por la boca. La convulsión duró unos 40 minutos y perdió el conocimiento durante 15 minutos. Al día siguiente, tuvo cuatro episodios similares y sufrió incontinencia.

La familia del Sr. Li lo llevó al hospital para que le hicieran un análisis de sangre y una prueba de imagen cerebral. El médico dijo que su estado se debía a una encefalitis y lo envió a casa.

Durante las siguientes semanas, el estado del Sr. Li siguió deteriorándose. Su memoria disminuía rápidamente. Cuando salía, no podía encontrar el camino a casa. Estaba constantemente hambriento y no paraba de comer. También se volvía irritable y a menudo perdía los nervios.

La hija del Sr. Li lo llevó al hospital para que le hicieran una resonancia magnética el 7 de septiembre de 2011. Como el Sr. Li seguía teniendo espasmos, el médico le puso tres inyecciones de un tranquilizante, que no surtieron efecto. El médico sospechó que podía tener una infección del sistema nervioso central.

El Sr. Li fue hospitalizado durante diez días, pero siguió sin mejorar. Al no poder permitirse seguir pagando 1.000 yuanes al día, su hija se lo llevó a casa.

Después de eso, el Sr. Li empeoró aún más. No podía dormir. A menudo se le ponían los ojos en blanco y decía cosas sin sentido. Como su familia no podía ocuparse de él las 24 horas del día, lo llevaron a un centro de ancianos.

Después de luchar contra su estado mental durante más de nueve años, el Sr. Li falleció el 3 de enero de 2020. Su familia sospecha que podrían haberle inyectado drogas tóxicas en el campo de trabajo.

Muerte de su esposa, la Sra. Wang

La esposa del Sr. Li, la Sra. Wang Lanzhi, fue a Beijing para apelar por Falun Dafa en julio de 1999. Fue detenida el 28 de octubre en Beijing y retenida en el centro de detención del distrito de Dongcheng durante 38 días antes de ser trasladada al centro de detención N.º 1 de Beijing (también conocido como centro de detención de Changping). El 16 de noviembre fue despedida de la empresa Jincheng Papermaking.

Las autoridades aprobaron la detención de la Sra. Wang el 4 de diciembre de 1999. Un mes más tarde, fue llevada de nuevo al centro de detención del distrito de Dongcheng y, posteriormente, el tribunal del distrito de Dongcheng la condenó a seis meses.

La Sra. Wang apeló el veredicto ante el tribunal intermedio de Beijing N.º 2, que decidió mantener su condena original.

Cuando terminó su condena, el 26 de abril de 2000, la Sra. Wang fue trasladada de nuevo a Linghai. Pero las autoridades la llevaron directamente a un centro de lavado de cerebro y le ordenaron que escribiera una declaración en la que se comprometía a no practicar Falun Dafa ni a ir a Beijing a apelar de nuevo. Su familia se vio obligada a pagar a la policía una fianza de 1.000 yuanes.

La Sra. Wang fue detenida de nuevo a mediados de febrero de 2003 por colgar una pancarta de "Falun Dafa es bueno". Fue condenada a seis años en la prisión de mujeres de la provincia de Liaoning.

La tarde en que ingresó en la prisión, los guardias la obligaron a permanecer en la sala de lavandería y ordenaron a las reclusas que la golpearan. Le abofetearon la cabeza, la cara y los hombros con sus zapatillas. La Sra. Wang gritó de dolor y despertó a muchas otras reclusas.

Como la Sra. Wang se negó a renunciar a Falun Dafa, las guardias la obligaron a permanecer en el lavadero sólo en ropa interior todas las noches. Durante el día, la golpeaban constantemente y la maltrataban verbalmente. La reclusa Zhang Yanping, que había sido condenado por asesinato, una vez la abofeteó, la empujó al suelo y le tiró del pelo para obligarla a levantarse porque la señora Wang se negaba a leer libros que calumniaban a Falun Dafa. La propia Zhang recordó una vez que cada vez que golpeaba a la Sra. Wang, le daba más de 30 bofetadas en la cara.

Otras reclusas pellizcaban a la Sra. Wang por todo el cuerpo, lo que la dejaba magullada. Cuando las reclusas se enfadaban, también golpeaban a la Sra. Wang para desahogarse. Se jactaban de que no tenían que pedir permiso a las guardias para golpearla. Y las guardias advirtieron a la Sra. Wang que si quería denunciar las palizas, tenía que pedir permiso a las reclusas que estaban asignadas a vigilarla.

Cuando a las reclusas les dolían las manos de tanto golpear a la Sra. Wang, la golpeaban con sus zapatos o con los percheros. Le tapaban la boca con la ropa y no la dejaban hablar. Tenía que comer y caminar según sus exigencias.

La tortura hizo que la Sra. Wang tuviera reacciones lentas y que sus ojos estuvieran apagados. Cuando la liberaron, ya estaba en un estado de delirio.

Tras la detención del Sr. Li en julio de 2010, la policía saqueó su casa cuando la Sra. Wang estaba sola en ella. Estaba aterrorizada y su trastorno mental empeoró. Vagaba de un lado a otro y no se atrevía a volver a casa. El 12 de febrero de 2013, tercer día del Año Nuevo chino, la señora Wang falleció.

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