(Minghui.org) La Pascua es una fiesta solemne en Occidente, únicamente superada por la Navidad. Este día de esperanza también tiene un gran significado para los practicantes de Falun Dafa en Suecia.
Hace 26 años, durante la Semana Santa de abril de 1995, el Maestro Li Hongzhi, fundador de Falun Dafa (también conocido como Falun Gong), visitó Gotemburgo, Suecia, y enseñó la disciplina espiritual durante siete días. Las conferencias permitieron a los habitantes de la zona conocer Falun Dafa por primera vez.
La Dra. Wang, una practicante de medicina tradicional china que se había establecido en Gotemburgo, invitó al Maestro a dar conferencias en Suecia. Aquellos días aún están vivos en su memoria y en la de su hija.
El Maestro Li guía y corrige los movimientos de manos de los alumnos mientras enseña Falun Dafa en Gotemburgo en abril de 1995.
Invitando al Maestro Li a Suecia
La Dra. Wang se radicó en Suecia a principios de la década de 1990 y estableció una clínica en Gotemburgo. "Practiqué muchos tipos de qigong y gasté mucho dinero", recordó la Dra. Wang. "Cuando volví a China a visitar a mis familiares en el verano de 1994, vi a gente practicando Falun Dafa en el parque Zhongshan de Beijing. Me atrajo la maravillosa música.
"Después de hacer los ejercicios, me sentí muy bien. Más tarde, supe que el Maestro Li daría una conferencia en Jinan, provincia de Shandong. La conferencia coincidió con los días previos a mi regreso a Suecia. Tuvimos la suerte de asistir a la conferencia del Maestro en Jinan en 1994".
"Después de la conferencia, mi corazón y mi visión del mundo cambiaron mucho. Muchas preguntas que me desconcertaron durante años encontraron respuesta. Regresé a Suecia feliz. Quise especialmente compartir la belleza y los beneficios de la práctica de Falun Dafa con los honestos y amables suecos".
Cuando la Dra. Wang se enteró de que el Maestro Li enseñaría en Francia en marzo de 1995, se puso en contacto con los practicantes de allí e invitó al Maestro a ir a Suecia. El Maestro aceptó. Ella dijo: "Me alegré tanto al saber que el Maestro vendría a Suecia, y rápidamente comencé a prepararme".
"Yo había dirigido varios talleres de salud en Gotemburgo, por lo que conocía a mucha gente que estaba interesada en la cultura tradicional china y en la medicina china. Les dije a todos mis conocidos que el fundador de Falun Dafa iba a venir a Suecia. También anuncié el evento".
Cuando recordó la escena del Maestro Li enseñando a miles de estudiantes en una conferencia en China, la Dra. Wang se sintió incómoda. Cuando llamó por teléfono al Maestro, Él le aseguró que todo iría bien. Unas 120 personas acudieron al seminario de instrucción de siete días en Gotemburgo; 20 eran de Francia y el resto de Suecia".
La compasión del Maestro Li
Durante la conferencia, la Dra. Wang se dio cuenta de que el Maestro Li era muy fácil de tratar. Recordó: "Cuando el Maestro vino a Suecia, trajo su propia comida: una caja de fideos instantáneos. El Maestro no quería molestar a los estudiantes y siempre pensaba en los demás".
"El Maestro llegaba temprano antes de cada conferencia y se vestía con pulcritud. Para ayudar a los estudiantes occidentales a entender lo máximo posible, el Maestro explicaba repetidamente los principios y respondía pacientemente a las preguntas de los estudiantes hasta que todos lo entendieran".
"El Maestro hizo una demostración de las cinco series de ejercicios. Luego, se dirigió a cada alumno y corrigió pacientemente los movimientos de las manos de todos. Antes de marcharse de Suecia, el Maestro visitó a los practicantes en el lugar de práctica del grupo para ayudar a corregir los movimientos de sus manos. El Maestro siempre pensaba en los demás".
Otra cosa impresionó a la Dra. Wang: "Debido a la falta de personal y a la gran cantidad de trabajo que requería la conferencia, a veces me impacientaba un poco cuando respondía a las preguntas de los alumnos. Un día, el Maestro me llamó aparte y me señaló seriamente el problema. Supe que me había equivocado y me arrepentí mucho".
Dijo emocionada: "Ahora, cuando no lo hago bien, escucho la voz del Maestro en mis oídos, recordándome que debo ser amable con los demás. Sé lo que he hecho mal y lo corrijo rápidamente".
Madre e hija afortunadas
Anna, que trabaja en una guardería, recuerda la escena de hace 26 años: "Estaba embarazada de mi hija y faltaba un mes para el parto. Estaba en la clase de salud pediátrica de medicina china que dirigía la Dra. Wang. Me enteré de que el Maestro Li Hongzhi vendría a Suecia a dar conferencias”.
"Sentí que el Maestro Li era especial y decidí inscribirme inmediatamente. Pero quería que alguien me acompañara. Así que llamé a mi mamá. Mi mamá quiso participar, pero sufría de dolor de espalda y le era muy difícil desplazarse. Volví a llamar a la Dra. Wang. Me dijo que le pidiera a mi madre que hiciera lo posible por asistir a la conferencia".
"Mi madre vino, pero condujo inclinada y recostada hasta la mitad del camino en el asiento del conductor", dijo Anna.
"Para que lo entendiéramos, el Maestro nos explicaba los principios una y otra vez. Aunque no pude entender mucho en ese momento, pude sentir la profundidad".
"Durante el transcurso de la conferencia, mi madre y yo nos mirábamos a menudo con asombro. Dafa nos abrió un mundo nuevo. Yo siempre buscaba cosas espirituales, pero no podía decidir qué era lo que necesitaba. En ese momento, comprendí que lo que estaba esperando era Falun Dafa", dijo Anna mientras sonreía con alegría.
"Tenemos mucha suerte de practicar Dafa. Comprendo el sentido de la vida y he aprendido a mirar adentro [los defectos] cuando enfrento conflictos. No encuentro palabras para expresar mi gratitud al Maestro y a Dafa".
Anna se entristeció cuando el partido comunista chino (PCCh) empezó a perseguir a Falun Dafa en 1999 y a difundir mentiras para difamar a Dafa. Dijo: "Dafa es muy bueno. Nadie me puede impedir que lo practique. Esta persecución es inaceptable. Quiero decirle al mundo entero que Falun Dafa es bueno. Espero que la gente pueda aprender sobre Falun Dafa y no se deje engañar por las mentiras del PCCh".
Anna (derecha) y su madre Christina (izquierda) haciendo los ejercicios de Falun Dafa.
Extraordinaria experiencia con Dafa
A sus 75 años, Christina tiene una piel delicada y suave que siempre luce radiante. Está especialmente agradecida con el Maestro Li por permitir que su hija Anna la llamara.
"Recuerdo que cuando recibí la llamada", "sentí que alguien muy especial aparecería en la vida para Anna. Por aquel entonces, yo sufría de dolores lumbares. Apenas me pude mover durante más de diez días. Pero no quería perder esta oportunidad, así que soporté el dolor y conduje hasta allí. Tardé tres horas", dijo.
Ella sonrió felizmente. "Recuerdo claramente la analogía del Maestro sobre una botella llena de agua sucia. Cuando la traducción no era exacta, el Maestro Li lo sabía. Así que repitió lo que había dicho y lo explicó con más detalle. Las preguntas que planteaban los alumnos eran muy básicas, incluso algo ingenuas. El Maestro les respondió con compasión y paciencia. Nadie en el mundo puede explicar con claridad la relación entre la vida y el universo, excepto nuestro Maestro", dijo.
"Durante la conferencia, el Maestro emitía mucha luz pura y transparente, era una energía muy fuerte que ajustaba nuestros cuerpos. Al terminar la conferencia, estaba muy contenta y mi cuerpo se sentía ligero".
"Volví a mi auto y conduje a casa. El dolor de espalda que me había molestado durante más de medio mes desapareció", dijo con lágrimas en los ojos.
"Sabía que el Maestro había limpiado mi cuerpo y había venido a salvarnos. Esta práctica es extraordinaria. Mi gratitud al Maestro va más allá de las palabras".
Christina sigue la práctica de Verdad-Benevolencia-Tolerancia en su vida diaria. Ella busca en su interior sus defectos cuando se enfrenta a conflictos. Su salud ha seguido mejorando, y su temperamento y carácter también han cambiado. Su marido Leif se sorprendió.
Christina dijo: "Le dije que el libro Zhuan Falun (el texto principal de Falun Dafa) me había cambiado. Después, él leyó el libro. Empezó a aprender los ejercicios y a practicar Falun Dafa. También dejó sus hábitos de décadas de cazar y beber. Si Leif no hubiera practicado Dafa, le habría sido imposible abandonarlos. Dafa es milagroso y realmente maravilloso".
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