(Minghui.org) Siempre que comparto con los practicantes o abordo problemas, estoy bastante ansioso por expresar mis puntos de vista y rechazar las opiniones de la otra persona antes de escuchar claramente lo que tiene que decir o conocer su intención. También acostumbro a interrumpir a la otra persona antes de que termine de hablar.

Me pasa lo mismo cuando comparto sobre los principios del Fa. Si un practicante insiste en su punto de vista, discuto con él.

El Maestro dijo:

“¿Entonces qué caracteriza el estado de su mente? La tolerancia, una tolerancia sumamente inmensa, siendo capaces de aceptar a otros seres y realmente pensar desde el punto de vista de otros seres. Esto es algo que muchos de ustedes en su cultivación no han alcanzado aún, pero gradualmente lo están entendiendo y logrando. Cuando otro dios propone una idea, no se impacientan por rechazarlo o por expresar sus propias ideas, ni tampoco creen que sus propias ideas son buenas. En cambio, miran cuál sería el resultado final del plan propuesto por otro dios. Los caminos son diferentes –el camino de cada uno es diferente– y las verdades que los seres validan y a las que se iluminan en el Fa son diferentes también, pero los resultados muy bien podrían ser los mismos. Es por eso que ellos miran los resultados, y si el resultado de la idea de un dios puede alcanzar el objetivo, si realmente puede alcanzarlo, entonces cada uno lo seguirá. Así es como los dioses piensan. Además, si algo parece faltar, ellos sin poner condiciones y de forma silenciosa lo complementarían para hacer así las cosas más completas y perfectas. Es de esa manera como ellos manejan las cosas” (Exponiendo el Fa en el Fahui de Filadelfia, Estados Unidos, 2002, Colección de enseñanzas del Fa, Vol. II).

La gente común suele decir que se puede tener una buena vida aprendiendo de las sugerencias de los demás. Cuando los practicantes comparten, expresan entendimientos en sus niveles y reinos, y sus palabras contienen elementos de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. También es probable que el Maestro utilice las palabras de otros practicantes para iluminarnos.

Una vez le dije a una practicante que solo quería ser responsable del aspecto técnico de un proyecto, ya que no tenía tiempo para nada más. Me contestó: "Eso no va a funcionar. Si un practicante te pide ayuda, significa que puedes hacerlo, y debes hacerlo".

Ella quería que asumiera más responsabilidades y que trabajara con otros. En la cultivación no hay coincidencias. Ciertas cosas son, en efecto, más difíciles para otros practicantes, y yo puedo aprender cosas más rápido en comparación con ellos. Lo pensé y acepté hacerlo.

La razón por la que no quería asumir más responsabilidades era el egoísmo. Por ello, cambié mi actitud y traté de adaptarme a las peticiones de otros practicantes, siempre que tuviera tiempo y la habilidad. No importaba si era mi trabajo o el suyo, simplemente trabajaba con los demás de manera discreta.

También me recordé que debía trabajar más y hablar menos, y no hablar de lo que había hecho. Sabía que no sería fácil conseguirlo, pero intenté esforzarme por alcanzar ese objetivo. Cuando pensaba menos en mí y más en los demás, era más fácil terminar la tarea, y me sentía bien.

Un día compartí con los practicantes: "A los practicantes nos gusta oír palabras agradables y sobre cosas buenas. Queremos que los demás nos traten con compasión, y no nos gusta que los demás sean "arrogantes". Sé que puedo ser 'arrogante', y a los demás no les gusta eso. No me di cuenta de que mis palabras estaban mezcladas con acusaciones y quejas. No podía controlar el tono, el ritmo ni la intensidad de mis palabras. Mi tono enfático y mi sentido de la superioridad presionaban a los demás, y creía que hablaba con 'solemnidad'. Las acusaciones y las quejas son nociones humanas, son formas de la cultura del partido comunista y son demoníacas. Las acusaciones, las quejas y todos los apegos provienen del sentimentalismo humano, y son cosas que los practicantes deben eliminar. Por otro lado, la solemnidad del Fa es una manifestación de compasión. Es amable y contiene la naturaleza Fo".

Un practicante compartió lo que dijo el Maestro sobre estar tranquilo:

“Por contraste, el estado de la serenidad es benevolente, y de hecho es el verdadero estado de un ser humano. Dentro de la serenidad hay altibajos, pero es completamente racional, dentro de la serenidad también existe representación de gloria, aunque esa gloria está basada en la serenidad” (Exponiendo el Fa en la reunión sobre la creación de música).

Por lo tanto, cuando nos comunicamos con otras personas, no es necesariamente más eficaz que hablemos más que los demás, que hablemos con un tono más alto o que tengamos una actitud más imponente.

La compasión y la solemnidad se expresan mejor a través de un comportamiento tranquilo y pacífico. Cuando hablamos con un estado de ánimo tranquilo y un tono pacífico, es más fácil explicar las causas, las consecuencias y la gravedad de los actos que no están en base a los principios del Fa. Cuando ofrecemos amablemente soluciones a los problemas, los demás están más dispuestos a aceptar las sugerencias.

En el pasado fui una persona muy testaruda. Y a los ojos de mis compañeros y colegas, tenía mucha personalidad. Me volví astuto y escurridizo después de entrar en el mundo laboral.

El Maestro dijo:

“La “astucia”, viéndola dentro de este universo nuestro, ya es incorrecta” (Segunda Lección, Zhuan Falun).

Después de años de cultivación, la astucia perdió gradualmente su agudeza. Si podemos trabajar con los demás y deshacernos de la "astucia", podremos armonizarnos entre nosotros cuando surjan conflictos y elevar el nivel de cultivación del grupo. ¿No es eso lo que el Maestro espera de nosotros?

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