(Minghui.org) El primer día de Año Nuevo Chino, tanto en las zonas rurales como en las ciudades, la gente siempre se visita unas a otras para felicitarse por el Año Nuevo. Pero en 2020, el primer día del Año Nuevo Chino vi muy poca gente en la calle, lo que me pareció extraño. Más tarde me enteré de que alguien se había contagiado de coronavirus en un pueblo cercano, y el pueblo fue posteriormente confinado.

Al día siguiente, la oficina de nuestro pueblo empezó a transmitir: "No salgan, no se reúnan, quédense en casa". Por la tarde, se asignaron personas para vigilar las entradas del pueblo y registrar los datos personales de los ocupantes de los vehículos.

Los practicantes de Falun Dafa del pueblo vecino nos llamaron el sexto día del Año Nuevo Lunar. Habían comenzado a distribuir materiales sobre la práctica a gran escala y nos preguntaron si queríamos algunos ejemplares de La Profecía de Liu Bowen que acababan de adquirir. Decidimos aceptar 1.000 ejemplares. Después de recibir los materiales, el dolor de mis rodillas, que había durado varios días, desapareció.

Es imperativo salvar a las personas

Esa tarde, pusimos los folletos en bolsas. Al día siguiente, junto con otro practicante distribuimos 500 ejemplares cada uno.

Empecé después de las 21:00. Escuché la grabación del Fa en mi teléfono mientras distribuía los materiales, y me sentí más seguro. Los numerosos habitantes del pueblo que regentan negocios tienen perros y cámaras de vigilancia. Algunas familias tienen dos cámaras. Los perros de ciertas familias ladraron antes de que me acercara, y los dueños de las casas salieron inmediatamente a ver qué pasaba. Algunas luces con sensor de movimiento se encendieron de repente al llegar. Cuando sucedían estas cosas, me escondía un rato y enviaba pensamientos rectos. Continuando con mi tarea cuando ya no había peligro.

Cuando quedaban unas 80 copias, de repente sonó una sirena de policía. Me pregunté si habría sido captado por una cámara de vigilancia y denunciado a la policía. Decidí esconderme y quedarme un rato. Mis piernas estaban tan cansadas que apenas podía moverme. Después de enviar pensamientos rectos durante unos diez minutos, todavía se oía la sirena de la policía. Pensé: "Es imperativo que salve a la gente durante la pandemia. El Maestro me protege y los dioses guardianes del Fa también están conmigo. La policía no me encontrará". Dejé de esconderme y continué distribuyendo la información. Dejé materiales en todas las casas de la zona. Cuando volví a mi casa, eran casi las dos de la madrugada.

Salvando a la gente de otros pueblos

Después de cubrir nuestro pueblo y dos pueblos vecinos, decidimos distribuir materiales en las aldeas del norte. Esta vez fuimos cinco practicantes. Cuando terminamos con cuatro de las aldeas, un practicante nos dijo que en la quinta aldea del norte vivían tres practicantes, todos de 70 años, que debíamos avisarles para distribuir materiales a nivel local.

Fui a esa aldea en busca de los practicantes. Todas las carreteras estaban bloqueadas, así que tuve que caminar por las vías secundarias. Caminé durante una hora, pero no pude encontrar sus domicilios, así que regresé a casa.

Al día siguiente, obtuve la dirección de un contacto y me puse en marcha. De nuevo las carreteras estaban bloqueadas. Un aldeano me dijo qué entrada podía utilizar. Como no pude encontrar la dirección, le pedí al Maestro que me diera una pista. Finalmente encontré la casa del practicante. Me dijo que se quedaría con 250-300 copias, pero que los otros dos practicantes no querían participar en la distribución. Dijo que esas personas iban a su casa todos los días después de las 18:30 para estudiar con ella. Quería que fuera a su casa, que asistiera al estudio en grupo y compartiera con ellos mis experiencias de cultivación.

Fui a su casa la tarde siguiente, llevando el libro Colección de Enseñanzas del Fa, Vol. IX. Leímos:

“Si yo fuera a terminar este asunto ahora mismo, se destruirían demasiadas vidas futuras. Esas personas que bajaron para obtener el Fa, esas personas que vinieron para obtener el Fa, habrían venido en vano. Sin importar lo que estas vidas están haciendo ahora, al comienzo ellos eran dioses. Ellos vieron cuán terrible era aquí, y sin embargo se animaron a saltar de cabeza adentro, se atrevieron a venir. ¿Por qué? Porque tenían esperanza en la rectificación del Fa y en Dafa, y vinieron debido a una profunda fe. No importa cómo se estén comportando ahora, necesitamos mirar las cosas como eran originalmente y mirar su historia, cómo era esa vida, y hacer lo posible por salvarlos. Después de todo, este es el Dafa del cosmos y, para los incontables seres conscientes, es una oportunidad difícil de encontrar. Está aquí solo por esta vez, y si ellos pueden permanecer, permanecerán si no pueden, entonces desaparecerán para siempre. Así que siento que necesitamos seguir haciendo esto y seguir salvándolos” (Enseñando el Fa en el Fahui Internacional de Gran Nueva York 2009, Colección de Enseñanzas del Fa, Vol. IX).

Después de estudiar juntos, los pensamientos rectos de todos se reforzaron, y todos decidieron salir a distribuir los folletos. Cada uno tomó la misma cantidad.

Volví a casa después de las nueve de la noche. Pensando en lo sucedido, me di cuenta de que había seguido un camino diferente y desconocido, pero nunca me perdí bajo la guía del Maestro. Me di cuenta de que pasaba por muchos puestos de vigilancia, pero cuando pasaba en mi bicicleta, la gente de guardia estaba ocupada comiendo en tiendas de campaña. Si volvía por la misma ruta, me paraban y me interrogaban.

Salvando a más personas

Unos dos meses después, se levantaron los bloqueos de las carreteras. Descargué materiales del sitio web de Minghui e imprimí 560 copias. Fuimos cuatro practicantes al pueblo donde se habían registrado los primeros casos de coronavirus en nuestra zona. Distribuimos los materiales sin incidentes. Pero nos faltaron unos 40 folletos, y decidimos volver más tarde para terminar de distribuirlos.

Recorrimos otras dos aldeas en las que anteriormente no habíamos distribuido materiales a gran escala. En ninguno de los dos lugares había practicantes. Pasaron muchas cosas interesantes. Nos dividimos en grupos de dos practicantes. Yo iba con el compañero conductor. Nos perdimos al distribuir el material porque no estábamos familiarizados con los lugares, pero después de rogar al Maestro que nos ayudara, pronto encontré al conductor esperándome al lado de la carretera.

Un perro nos ladró con fuerza. Le dije: "Si quieres entrar en el nuevo cosmos, por favor, recuerda que 'Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia en bueno'. Si sigues ladrando e interfiriendo con nosotros, ¿sabes el gran pecado que cometerás?". Inmediatamente dejó de ladrar. Distribuimos con éxito todos los materiales.

Después fuimos a otra aldea, que era la última que queríamos abarcar en nuestra zona. Nos dimos cuenta de que había muchas cámaras de vigilancia en los alrededores y que una de cada dos casas tenía una farola. Uno de los practicantes sugirió que volviéramos en un día de lluvia. Volvimos cuando llovía mucho, con chubasqueros y botas de lluvia, y finalmente cumplimos nuestro deseo.

Durante los últimos seis meses, nuestra principal tarea fue distribuir el mayor número posible de materiales de aclaración de la verdad y salvar a más personas durante la pandemia. Debemos ser más diligentes, y salvar a más seres conscientes, para no decepcionar al Maestro.

Todos los artículos, gráficos u otros contenidos publicados en Minghui.org están protegidos por los derechos de autor del sitio web Minghui. Al reimprimir y redistribuir el contenido para uso no comercial, se pide indicar el título original y el enlace URL y aclarar que proviene de Minghui.org.