(Minghui.org) Hablando de maldad en el mundo actual, nada puede compararse con la sistemática sustracción involuntaria de órganos sancionada por el régimen del partido comunista chino (PCCh), tanto por su magnitud como por el nivel de corrupción que conlleva, señaló el senador australiano Eric Abetz en un foro realizado el 24 de febrero de 2021.

Organizado por la Coalición Internacional para Acabar con los Abusos en los Trasplantes en China (ETAC), en el foro intervinieron desde expertos jurídicos y un profesor de ética hasta abogados de derechos humanos. Representantes de la Cámara de los Comunes de Canadá y del Parlamento Europeo también pidieron un esfuerzo conjunto de la comunidad internacional para poner fin a este atroz crimen.

Uno de los muchos crímenes del PCCh

El senador australiano Eric Abetz intervino en la Conferencia en línea de la Coalición Internacional para Acabar con los Abusos en los Trasplantes en China (ETAC) el 24 de febrero de 2021.

Senador desde 1994, Abetz es actualmente presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores, Defensa y Legislación Comercial. Dice que entre las víctimas de la sustracción forzada de órganos se encuentran practicantes de Falun Dafa, cristianos, uigures, budistas tibetanos y otros. Sus órganos se utilizan después para trasplantes de órganos mediante intercambios secretos.

Aunque el PCCh niega con vehemencia el delito y lo encubre, cada vez hay más pruebas que confirman su existencia. Esto significa que la comunidad internacional debe tomar medidas más concretas para acabar con esta actividad criminal.

El genocidio que supone la sustracción de órganos es solo uno de los muchos tipos de brutalidad de los que es responsable el PCCh, añadió Abetz. La lista incluye también el sistema de crédito social, la detención de disidentes políticos y la restricción de las libertades en Hong Kong. Este desprecio por los derechos humanos es una realidad espantosa a la que se enfrentan los chinos, junto con el resto de la humanidad.

No repetir los errores

En respuesta a esta situación, el PCCh ha amenazado a los países extranjeros -incluido Australia- para que guarden silencio sobre esta violación de los derechos humanos. Pero Abetz dijo que su país no cedería. Ningún interés económico afectaría al apoyo de Australia a las víctimas de la sustracción de órganos. Una y otra vez, las soluciones temporales y miopes demuestran su ineficacia. Además, las acciones insensatas impulsadas por la corrupción moral no deberían repetirse.

Ahora más que nunca, las víctimas de la sustracción forzada de órganos necesitan que hablemos en su favor. Las generaciones futuras mirarán hacia atrás y verán quiénes decidieron guardar silencio sobre este asunto". Abetz dijo que se alegraba de ver a tantos representantes de tantos países participando en el foro en línea. Afirmó que solo una conciencia clara y una sólida voz conjunta pueden provocar el cambio, y que por eso el foro es tan importante.

Tanto el Parlamento canadiense como el holandés aprobaron en febrero de este año sendas mociones que calificaban de genocidio el maltrato recibido por los uigures por parte del PCCh. El senador australiano Rex Patrick propuso una moción similar y pidió a su gobierno que emprendiera acciones legales para protestar contra el genocidio de los uigures.

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