(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Dafa en 1996. Mi cuerpo y mi mente se purificaron, mi nivel moral mejoró y mis muchos problemas de salud se resolvieron. Después de que mi familia vio los cambios positivos en mí, supieron que Dafa era bueno y que los practicantes eran buenas personas. Después de comprender la verdad, docenas de mis parientes renunciaron al PCCh (Partido Comunista Chino). Algunos de ellos comenzaron a leer las enseñanzas del Fa y a hacer los ejercicios. Me gustaría compartir algunas historias sobre los beneficios físicos y mentales que los miembros de mi familia han experimentado desde que comencé a practicar Falun Dafa.

El cáncer de mi marido se ha resuelto

Mi marido tiene 67 años. Le diagnosticaron cáncer de pulmón en mayo de 2014 y al mes siguiente fue al Hospital 301 de Beijing. El médico dijo que tenía cáncer de pulmón de células pequeñas. Dijo que este tipo de cáncer se propaga rápidamente y que mi marido podría vivir solo 18 meses más. Me pidió que estuviera preparada mentalmente. Me sentí como si el cielo se hubiera caído y lloré.

Después de un tratamiento de quimioterapia en el hospital, mi marido volvió a casa y empezó la quimioterapia en un hospital de provincia. El médico le sugirió un tratamiento intensivo de mantenimiento en la cabeza, y luego radioterapia craneal durante otro mes como prevención. Nos explicó que el cáncer de pulmón de células pequeñas suele extenderse directamente a la cabeza. No tuvimos más remedio que seguir la sugerencia del médico. Durante el año siguiente, mi marido fue a diferentes hospitales y probó distintos tratamientos, como radioterapia, quimioterapia, crioterapia, terapia intervencionista, terapia biológica, etc., todos los cuales no consiguieron controlar el cáncer. Al cabo de un año, las células cancerosas se habían extendido al riñón izquierdo, a los ganglios linfáticos del cuello y a la cabeza. Más tarde, mi marido desarrolló un cáncer de glándulas salivales y se le diagnosticaron cinco tipos de cáncer.

En la primera mitad de 2015, mi marido estaba delgado y débil. Su rostro estaba pálido y llevaba un sombrero para cubrirse la cara. Me dijo: "Puede que no viva mucho más. No tengo fuerzas ni para lavarme la cara". Después de sufrir un ataque al corazón, abandonó la quimioterapia.

Había sido envenenado por el ateísmo del PCCh y no aceptaba ninguna creencia espiritual. Cuando empecé a practicar Falun Dafa, se opuso. Más tarde fui perseguida por el PCCh, lo que le molestó mucho. Decía y hacía cosas irrespetuosas para el Maestro y Dafa. A veces me golpeaba y abusaba verbalmente de mí. Hizo todo lo posible para que no practicara. En una ocasión, invitó a doce de mis parientes a cenar a un restaurante y les pidió que me persuadieran a dejar de practicar Falun Dafa. Le aclaré la verdad muchas veces, pero se negó a escuchar. En cambio, me gritaba.

Tal y como predijo el médico, el cáncer se desarrolló rápidamente y mi marido fue empeorando. Sabiendo que no viviría mucho más, se deprimió y se puso de mal humor. Actuaba de forma imprudente.

Un día, cuando estaba de mejor humor, le dije que solo el Maestro podía salvarle. Me escuchó mientras le hablaba de nuevo de Dafa. Le dije que renunciara al PCCh y a las organizaciones afiliadas a las que se había unido y que entonces los dioses y los Budas le bendecirían. Lo entendió y me preguntó cómo hacerlo. Le dije: "Los dioses y los budas son compasivos. El Maestro vino al mundo para salvar a la gente. Yo te ayudaré. No es necesario que uses tu nombre real. Puedes usar un apodo". Levantó su mano derecha sobre su cabeza y gritó: "¡Acepto! Estoy de acuerdo en renunciar al PCCh".

Estaba muy emocionado. Con lágrimas en los ojos le pregunté de nuevo: "¿Aceptas sinceramente renunciar el PCCh y sus organizaciones afiliadas?". Volvió a levantar la mano derecha sobre su cabeza y dijo: "Estoy de acuerdo en renunciar". Mi emoción no tenía palabras y lloré. Le dije: "¡Te salvarás! Te salvarás".

Desde entonces, mi marido lleva un amuleto de Falun Dafa. Su salud siguió mejorando. Ha ganado peso y tiene un aspecto saludable. Cuando la gente comentaba su estado, mi cuñada decía: "Es porque mi cuñada practica Falun Dafa que mi hermano está bien hoy".

Mi marido aún no ha empezado a practicar, pero me apoya en silencio. Cuando el PCCh comenzó su llamada campaña de "reducción a cero", él me protegió. El Maestro le dio una segunda vida y toda nuestra familia está agradecida por la compasión del Maestro. ¡Gracias, Maestro! ¡Gracias, Dafa!

La depresión de mi hermana

Hace diez años, mi hermana tenía mala salud. Perdía el apetito, tenía problemas para dormir y se sentía mal en general. Fue a varios hospitales. Un médico le dijo: "Puede ser la menopausia". Empezó a tomar medicamentos para aliviar los síntomas, pero su salud fue empeorando y se deprimió.

Su amiga vio que la salud de mi hermana declinaba, así que le presentó a un supuesto "gran inmortal". Eso no solo no ayudó, sino que atrajo a los animales poseedores. Cuando los síntomas de mi hermana se agravaron, fue hospitalizada. Incluso fue ingresada en un hospital psiquiátrico. El médico le diagnosticó depresión.

Le hablé a mi hermana varias veces de la belleza de Falun Dafa. Ella vio cómo cambié y supo que Dafa era bueno. Como sabía que los practicantes eran perseguidos, tenía miedo de practicar. Le dije que solo practicando Falun Dafa podría estar sana y que podía venir a mí para aprender la práctica cuando estuviera preparada.

Hace tres años vino a mi casa llorando. Me sorprendí cuando la vi. Su rostro parecía gris. Me dijo con lágrimas en los ojos: "He buscado una cura por todas partes, pero mi salud empeora cada vez más. No tengo valor para vivir. Por favor, enséñame a hacer los ejercicios".

Desde ese día, mi hermana leyó las enseñanzas del Fa e hizo los ejercicios. Como su cuerpo llevaba cosas desordenadas, tenía muchas interferencias. Cuando fui a su casa una vez, ella estaba muy disgustada y antipática. Me dijo: "No vuelvas a venir a mi casa". Me sorprendí y me pregunté qué había pasado: nunca había estado así. Más tarde comprendí que se trataba de una posesión de espíritu.

Con el consentimiento de mi hermana, limpié su casa. Quemé o regalé todo lo relacionado con esas prácticas desordenadas relacionadas con los espíritus. Ella vio lo que hice y me preguntó: "¿No tienes miedo de causar problemas?". Le dije: "No tengo ninguna habilidad. En apariencia, lo estoy haciendo, pero en realidad todo lo hace el Maestro".

Después de eso, ella fue capaz de estudiar el Fa y hacer los ejercicios sin interferencia. En menos de un mes recuperó el apetito y pudo dormir. Su cutis se iluminó y ganó peso. Su depresión desapareció.

Toda nuestra familia fue testigo de la grandeza del Maestro.

El 12 de agosto de 2021, mi hermana conducía un coche de pilas (estos coches suelen tener solo tres ruedas). Iba a gran velocidad, no vio un vehículo aparcado y chocó contra él. Salió despedida más de diez metros, pero no resultó herida. Solo se rompió el espejo retrovisor del coche. Se levantó, volvió a subir al coche y se marchó. Dijo con emoción que fue el Maestro quien le salvó la vida.

Gracias, Maestro, por tu gracia salvadora.

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