(Minghui.org) Como no tenía ningún gran acontecimiento sobre el que escribir y ya no era tan joven, no había escrito ningún artículo compartiendo mis experiencias. Pero posteriormente, llegué a comprender que escribir las experiencias de cultivación de uno, es un proceso importante y precioso. Es un proceso de mejora de uno mismo. Así que me armé de valor y escribí sobre varias pequeñas experiencias de mi cultivación.

1. Me liberé de la enfermedad

Comencé a practicar Falun Dafa en febrero de 1994 en Lingyuan, provincia de Liaoning.

Antes de practicar, sufría bradicardia, púrpura trombocitopénica, indigestión e insomnio graves. También tenía un gran tumor de tiroides en el cuello. Estaba muy delgada y débil. Incluso caminar me resultaba difícil.

Mi sufrimiento parecía interminable. A menudo me preguntaba por qué vivía en este mundo. A veces, pensaba que sería mejor morir.

Después de empezar a practicar Falun Dafa, comprendí el propósito de la vida y por qué la gente se enferma. Tiré todas las medicinas que tenía. Ignoré mi enfermedad y dejé de quejarme de lo injusta que era la vida conmigo. Poco después, todas mis enfermedades desaparecieron.

Ahora tengo 71 años y estoy muy sana. Me ocupo de todas las tareas domésticas y cuido de mis dos nietos. Todos los días salgo con otros practicantes para aclarar la verdad a la gente sobre Falun Dafa y aconsejarles que renuncien al Partido Comunista Chino (PCCh) y de sus organizaciones juveniles. Estoy llena de energía. ¡Agradezco al Maestro Li, el fundador de Falun Dafa, que me haya dado una segunda vida!

2. La policía no pudo ver a los practicantes salir

Me trasladé de Beijing a una ciudad del sur de China no mucho antes de que comenzara la persecución en julio de 1999.

Los practicantes locales le pidieron al gobierno municipal justicia para Falun Dafa. Ese día, un funcionario del gobierno nos llevó a una sala de reuniones. Muchos practicantes se levantaron y hablaron acerca de cómo Falun Dafa les había beneficiado tanto física como mentalmente.

Al final de la reunión, los funcionarios del gobierno pidieron a los practicantes que firmaran con sus nombres. El coordinador de mi lugar de ejercicio me sugirió que no firmara. Como me acababa de mudar a la ciudad, pensó que sería mejor no exponer mi identidad.

Varios días después, comenzó una detención masiva de practicantes. Al enterarse, tres practicantes vinieron a esconderse a mi casa. Dos coordinaban los lugares de práctica y otro estaba a cargo del sitio de práctica principal de la ciudad. Yo vivía sola en ese momento. Juntos estudiamos el Fa, hicimos los ejercicios, nos mantuvimos en contacto con otros practicantes, compartimos información y nos animamos mutuamente.

Un par de días después, pensamos que escondernos así no era el camino correcto. Pensamos que debíamos afrontar la realidad. Así que los tres se fueron a sus casas.

En cuanto se fueron, la policía vino a mi puerta. Al no ver a nadie allí, aparte de mí, se quedaron perplejos: "Hemos estado vigilando esta puerta todo el tiempo. ¿Cuándo se fueron? ¿Cómo es que no les hemos visto salir?".

Yo no era en absoluto consciente de que mi casa estaba siendo vigilada. Más tarde, un guardia de seguridad de mi distrito me dijo que la estación de policía local había enviado a varios agentes y que habían vigilado mi casa durante dos días. Sabían que yo era de Beijing.

Un agente de la policía local me preguntó: "Llevamos tres meses vigilándote. Sabemos quién eres. ¿Qué labores estás llevando a cabo aquí? ¿Cuántas personas has reclutado?".

Le dije a la policía que me había trasladado a esta ciudad por el trabajo de mi marido. No cumplía ninguna labor aquí. Practicaba Falun Dafa para mejorar mi salud. Falun Dafa no tiene ningún tipo de afiliación. Cada cual puede decidir si practica o no. La enseñanza es libre. No existe algo como el "reclutamiento" de personas.

También le dije que la Exposición de Salud Oriental nombró a Falun Dafa como la "Escuela Estrella de Qigong". Le pregunté: "¿Por qué se prohíbe de repente? Falun Dafa solo beneficia a nuestro país. ¿Por qué es un crimen seguir la Verdad-Benevolencia-Tolerancia?". Dije: "¡Ustedes no están siendo razonables!".

El oficial se enfadó: "No puedo controlarlos. Pediré a oficiales de mayor nivel que se ocupen de vosotros". Inmediatamente sacó su teléfono y marcó un número: "Esta persona tiene una mala actitud. Por favor, vengan y llévensela".

Me di cuenta de que no había sido lo suficientemente amable al hablar con la policía. Me dije que debía calmarme y ser compasiva.

Con una voz mucho más suave, le conté lo mal que estaba mi salud y cómo la práctica de Falun Dafa me concedió una segunda vida. Falun Dafa enseña a los practicantes a considerar primero a los demás.

"Si todo el mundo siguiera Verdad-Compasión-Tolerancia, la civilización espiritual y la seguridad pública mejorarían, y ustedes, los policías, lo tendrían mucho más fácil", dije con sinceridad y amabilidad.

El oficial también se volvió más amable.

Ese día no me arrestaron. ¡Estoy tan agradecida por las pistas y la protección del Maestro que me permitieron pasar esta tribulación!

3. El huracán evitó mi casa

En 2014, vivía en un edificio de apartamentos en una ciudad costera de China. Un fuerte huracán azotó la ciudad. Muchas ventanas y puertas de los edificios de mi barrio estallaron. Incluso arrancó de raíz algunos árboles grandes.

Cuando el huracán llegó, mi marido y yo estábamos visitando a nuestra hija en Estados Unidos.

Cuando volvimos a casa, nos dimos cuenta de que nuestra casa no había sufrido daños, aunque nos olvidamos de cerrar una de las ventanas cuando salimos de viaje. Vivíamos en el piso 15. Las ventanas y puertas de las residencias que nos rodeaban habían saltado por los aires.

Una vecina me dijo: "Hicimos muchos preparativos antes del huracán. Sin embargo, nuestras ventanas y puertas siguieron volando. Ustedes no estaban en casa, y ni siquiera cerraron bien la ventana, y sin embargo su casa no sufrió ningún daño. Eres un verdadero bendecido". Como ella sabía que yo practicaba Falun Dafa, le conté más cosas sobre las maravillas de Dafa. Todos los miembros de su familia acordaron renunciar al PCCh y a sus organizaciones afiliadas.

4. Nuestro jugo de coco se llenó de nuevo

Durante un período de tiempo, me mudé varias veces, y dejé de entrar en contacto con los practicantes locales. Por lo tanto, me cultivaba básicamente sola. Aclaraba la verdad a familiares, amigos y vecinos, y ocasionalmente a la gente de la calle. También produje algunos materiales de aclaración de la verdad y los distribuí.

Después de mudarme a una ciudad costera en 2015, conocí a otra practicante. Salíamos todos los días para hablar a la gente sobre Falun Dafa.

Esta ciudad es un destino turístico popular, así que íbamos a un parque todos los días para hablar con la gente. Primero les hablábamos de las atracciones turísticas locales, y luego pasábamos al tema de Falun Dafa. Nuestro enfoque funcionó muy bien. La mayoría de los turistas con los que hablábamos se mostraban contentos de renunciar al PCCh y a sus organizaciones afiliadas.

Al ver a los turistas haciéndose fotos, me ofrecía a hacerles las fotos. Luego les contaba la verdad sobre Falun Dafa. Esto también funcionaba bien.

Un día vimos a una mujer sentada sola en un banco del parque, que parecía deprimida. Intentamos hablar con ella y le preguntamos si necesitaba ayuda. Nos dijo que no. No parecía encontrarse bien. Charlamos un poco más con ella. Nos confesó que planeaba suicidarse saltando al mar cuando oscureciera.

Le empezamos a hablar de Dafa. Le contamos por qué la gente sufre, el propósito de la vida y la terrible consecuencia de suicidarse. Hablamos de lo preciosa que es la vida de uno y de las maravillas de Falun Dafa.

Nos escuchó atentamente y poco a poco se fue animando.

"Hermanas", nos sonrió: "ahora entiendo mucho más sobre la vida por lo que me han contado. Nunca pensaré en hacer una cosa tan tonta como suicidarme".

Al final de nuestra conversación, aceptó renunciar al PCCh. Nos alegramos mucho por ella.

Un día de lluvia, junto con una docena de turistas, corrimos a refugiarnos bajo un pabellón del parque. Fue una gran oportunidad para aclarar la verdad. Empezamos mencionando que los funcionarios del PCCh son corruptos. Todos estuvieron de acuerdo con nosotros. Seguimos hablando de Dafa y de la persecución. Ocho de ellos aceptaron renunciar al PCCh en el acto. La lluvia paró justo cuando terminamos. Sé que fue el Maestro quien organizó esta oportunidad para que salváramos a estas personas.

En otra ocasión, era un día muy caluroso, salíamos del parque y vimos a mucha gente bebiendo jugo de coco en la puerta del parque. También compramos zumo de coco y nos sentamos junto a un joven. El joven se alegró mucho al oírnos hablarle de Dafa.

Cuando aceptó renunciar al PCCh, le pregunté su apellido. Dijo que su apellido era "Zeng".

"Usemos el nombre "Zeng Fu" para declarar su renuncia", le dije. ("Fu" significa buena suerte en chino).

"¡Mi verdadero nombre es Zeng Fu!" Se sorprendió. "¿Cómo lo has sabido? Es increíble".

De repente me di cuenta de que, durante nuestra conversación, ¡mis cocos se llenaban de zumo por sí solos! A mi compañera le ocurría lo mismo. Cada vez que chupábamos todo el zumo por la pajita, ¡aparecía más líquido! Tomamos esto como un estímulo del Maestro, ¡y estábamos muy agradecidas!

5. Cultivarse sin descanso

Han pasado 22 años desde que el PCCh comenzara a perseguir a los practicantes de Falun Dafa.

Recuerdo que durante los momentos más oscuros, escuché la voz del Maestro en mi sueño una noche. Sabía que el Maestro me estaba animando. A pesar de la brutal persecución, siempre he creído en el Maestro y en Dafa. Nunca tuve la menor duda de que cultivaría Dafa inquebrantablemente.

He cultivado Dafa durante 27 años. He sido muy afortunada de tener la oportunidad de conocer Falun Dafa, e incluso de haber conocido al Maestro en persona en esta vida.

***

Todos los artículos, gráficos u otros contenidos publicados en Minghui.org están protegidos por derechos de autor. Al reimprimir y redistribuir el contenido para uso no comercial, se pide indicar el título del artículo y su enlace original.