(Minghui.org)

¡Saludos venerable Shifu, saludos compañeros practicantes!

Hoy quisiera contar mi experiencia de cultivación en estos años dentro del ambiente de practicantes y la experiencia del período de cuarentena para iluminarme a la importancia que tiene un ambiente de cultivación:

Atravesando pruebas e interferencias para estar en un ambiente de cultivadores

El Maestro dijo:

"La forma de cultivación que he dejado a los discípulos de Dafa garantiza que los discípulos puedan mejorarse realmente a sí mismos. Por ejemplo, les pido que hagan la práctica en grupos en los parques para formar un ambiente. Este ambiente es la mejor manera para cambiar la superficie de una persona. Las elevadas conductas que los discípulos de Dafa han formado en este ambiente –incluyendo cada palabra y cada acción– pueden hacer que la gente reconozca sus propios defectos y encuentre en dónde se quedan cortos; puede conmover el corazón de otros, refinar los comportamientos de la gente y puede hacer que la gente se mejore más rápidamente" (Ambiente, Escrituras esenciales para mayor avance).

Comencé a practicar Falun Dafa hace 5 años; cuando tenía 21 me fui de mi casa del sur del país en una búsqueda espiritual que contestara mis preguntas sobre el sentido de la vida y fue en el norte del país donde lo encontré. El último día en una visita de mis padres, decidimos ir al parque temprano antes de que se despidieran para volver al sur, fue allí donde me entregaron el volante explicando que Falun Dafa se basaba en los principios universales de “Verdad-Benevolencia-Tolerancia”. Al siguiente día fui y comencé a ir todos los días a hacer los ejercicios, y sentía que esa porción del día era la más importante de la semana.

El horario de mi trabajo no me dejaba estar mucho más tiempo al finalizar los ejercicios, así que no tenía mucha interacción con los practicantes. Dos meses más tarde, el horario de práctica se cambió a la noche y ya no pude participar más. Recuerdo que fue el momento donde tuve que tomar la decisión de ser practicante o no; ya que no podría participar más del sitio de práctica y solo había dos horas de lectura a la semana en grupo, pero me determiné a seguir en este camino de cultivación iniciando este maravilloso viaje.

Dos meses y medio más tarde, para el Fahui del 2016 tomé las pocas pertenencias que tenía y me mudé a la capital del país. Sin embargo, la bienvenida no fue lo que esperaba; cuando llegué, pese a mis expectativas, en la oficina de lectura me encontré saludando sin siquiera recibir una respuesta, saludé de nuevo y apenas se escuchó un “mmm” de alguno al fondo, luego de la lectura en vez de intercambiar, cada uno agarraba su computadora y allí terminaba el asunto, así fueron las primeras semanas, incluso en la casa del practicante donde me estaba alojando no sabía si podía seguir allí o esperaban que me vaya, parecía que me tenía que iluminar por mí mismo. A la tercera semana me fui de ese departamento para alojarme en la casa de mi hermana, que “casualmente” vivía muy cerca de donde estaba, así que mientras buscaba donde hospedarme, un supuesto practicante, luego de la lectura me invitó a ver su casa para a vivir con él. Antes de salir, un practicante (que casi nunca me había hablado) me preguntó: “¿A dónde vas?”. Le contesté y su respuesta fue fruncir el ceño, me pareció raro pero no dije nada y nos fuimos. Mientras íbamos a ver su casa, este supuesto practicante me habló muy mal de los practicantes donde me había hospedado. Cuando llegamos a su departamento me dijo que seguro no me iban a dejar vivir con él y que me iban a empezar a escribir todos, en ese mismo momento me llega un mensaje de una practicante diciéndome si quería trabajar con ellos y que vaya en ese momento para charlar y arreglarlo, me pareció que este supuesto practicante tenía razón y apagué el celular. Al llegar a casa de mi hermana todos me llamaban por teléfono, me escribían mensajes, me llamaron hasta personas que conocía del norte, y para hacerlo aún más confuso, me llamó el practicante dueño de la casa donde me alojé al principio para que volviera a su casa. Realmente fue muy raro, mi hermana que presenció esta secuencia, enojada me replicó: ¿Qué le pasa a esta gente? Te están persiguiendo”. Yo estaba atónito y molesto, no podía comprender qué estaba pasando, por un lado yo había venido a Buenos Aires para quedarme pero el escenario parecía hostil y cuando encuentro un lugar para quedarme, de pronto todos me llamaban apresuradamente para que no me quedara con ese supuesto practicante; estaba muy confundido.

Gracias al Shifu, antes de venir a Buenos Aires, una familia de practicantes había ido al norte y había hablado con ellos, así que sentía que eran los únicos de confianza y accedí solamente a hablar con ellos. De camino a la casa de esta familia, ese mismo día, me crucé con otro practicante que me dijo que se sentía muy incómodo estando en Buenos Aires, me habló mal de los practicantes y me comentó que tenía pensado irse (luego cuando estuvo más claro explicó que fueron personas que estaban desbaratando a Dafa quienes lo engañaron hablando mal de otras personas). En la casa de esta familia estuvimos varias horas hablando y me aclararon la situación; que en realidad todos estaban preocupados por mí, me ayudaron a desatar algunos nudos de este conflicto y me animaron a unirme al grupo y tomar el trabajo que me habían ofrecido los practicantes, pero no estaba completamente seguro así que no fue hasta luego de algunas charlas y practicar los ejercicios en grupo que de pronto sentí mi cuerpo limpio, y al terminar una de las práctica de ejercicios decidí trabajar con los practicantes y volver a la casa del practicante donde me había alojado al principio.

Fue una gran prueba en la que podría haber caído si le hubiera hecho caso a este supuesto practicante y hubiera querido escuchar más “chismerío” sobre otros practicantes o incluso a mi hermana quien me recriminaba el camino que estaba tomando. Podría nunca haberme subido al barco del Fa, pero gracias a la protección del Shifu pude comenzar mi camino de cultivación. Gracias Shifu.

Madurando en los proyectos y las actividades de aclaración de la verdad. 

Para mi suerte comencé a trabajar en un restaurante manejado por practicantes. Allí tuve la fortuna de poder ayudar con Shen Yun, fue una pronta experiencia incluso sin haber visto el espectáculo. Ver a mis compañeros practicantes trabajando duro para que todo salga perfecto fue de gran motivación, mantener la clientela del restaurante y preparar la comida para la compañía nos dejaba exhaustos pero muy felices, incluso terminé durmiendo en el piso varias veces.

También este ambiente fue muy bueno para mi crecimiento personal, llegué sin saber muchas cosas y mis expectativas no eran muy altas, sin embargo la visión de muchos practicantes y el deseo de mejorar aún más me enriqueció de experiencias y desafíos que solo nunca podría haber alcanzado.

Por ejemplo: Se decidió abrir un restaurante en el país vecino, Uruguay, para la promoción de Shen Yun 2018. Abrimos un restaurante desde cero en aproximadamente un mes, tenía 23 años y fui como ayudante, pero el último mes las encargadas se volvieron a Argentina y quedé a cargo de la cocina, fue un desafío muy grande que incluso tuve que superar al año siguiente.

La temporada de verano siguiente, ambas cocineras estaban esperando familia y tuve que ir yo como encargado, pero esta vez teníamos el restaurante el cual habíamos abierto el año anterior más una refacción que lo unía con el local de al lado. Considero que este fue el mayor desafío para madurar en mi cultivación.

Yo era el encargado y el único que era practicante en la cocina, así que tenía que llevar adelante la logística del restaurante y al comienzo, utilizaba gran parte del tiempo en las personas nuevas que se postulaban para trabajar pero al día siguiente no aparecían, lo que hizo que todo se dificultara un poco más. Durante esos días comenzaron a venir más y más clientes con el avance de la temporada y las dificultades de cada día parecía que me iban a desbordar, incluso contesté mal varias veces a diferentes personas, así que vino la prueba.

Tuvimos una charla con las jefas en las que me decían que no lo iba a poder lograr e iban a llamar a otro cocinero para que tome mi puesto pero les pedí que no lo hagan, que era una oportunidad invaluable y que lo iba a poder hacer bien, y así fue, al final estaba a cargo de seis personas y yo abría el restaurante en la mañana y lo cerraba en la noche, los días eran largos y varios de los empleados eran nuevos en gastronomía y necesitaban constantemente ayuda para hacer las tareas, como eran personas comunes se quejaban cada vez que había que hacer un poco más de esfuerzo y querían que les paguen más por ese poco esfuerzo, así que muchas veces yo hacía sus tareas. Fue una muy buena experiencia, aunque a veces también perdía los estribos llegando a patear el horno por impotencia cuando algo se me quemaba en medio del despacho, viendo esto como un proceso, al final logré liderar a todo un equipo atravesando muchas dificultades.

Un ejemplo fueron los días de lluvia: la gente tomaba las mesas de cualquier lado y se sentaban incluso donde no había lugar exigiendo ser atendidas, era gracioso ver cómo las personas pasaban frente a la cocina cargando mesas y por poco se metían en el vestuario para tener un lugar para comer, de todas formas pudimos lidiar con todos, o la mayoría. Estos eventos me ayudaron a cambiar mi mentalidad de queja cuando me sentía desbordado, a una mentalidad más optimista, pensando en cómo superar las tribulaciones.

Fueron dos meses de un antes y un después. Al volver a Argentina, en los comienzos estuve a cargo del nuevo restaurante que abrimos con la empresa, que con esta experiencia previa ya estaba más organizado, más responsable y más serio en los asuntos con los que me tocó lidiar de ahí en más.

También en la aclaración de la verdad cara a cara aquí en la capital hay muchas experiencias como en el barrio chino, varios sitios de práctica, hasta mantener ya un sitio de práctica en una ciudad a 55 km de aquí ya por tres años, la aclaración de la verdad en las universidades, la Feria del Libro y muchas más, dejándome muchas experiencias de cultivación y también otras más serias cuando queremos aclarar la verdad sobre la sustracción forzada de órganos y la perversidad del PCCh. Una gran impresión que me dejaron estos “conflictos” es: cómo actúa un cultivador frente a la maldad y que no se debe cooperar con la maldad. Mi entendimiento actual es que en base a que las viejas fuerzas respetan a Shifu, si uno se considera una partícula de Dafa, no puede ser tocado, si lo es, las viejas fuerzas que también están atadas a los principios de Zhen-Shan-Ren estarían dañando a Dafa, y tendrían que pagar por lo que hicieron, por ende, juegan astutamente para que los practicantes aprueben sus arreglos aunque sea de manera pasiva. Tengo dos ejemplos al respecto: Un año estábamos muy activos en la aclaración de la verdad en las universidades y en diferentes partes de la ciudad pero recuerdo uno en el cual fuimos al microcentro, estábamos en el punto más concurrido de gente y en el mejor horario, frente a un banco chino, desplegamos el banner y comenzamos la aclaración de la verdad, me senté a hacer la meditación para que mis compañeros repartieran volantes, en ese instante llega un “policía” vamos a decirle, es de espacios públicos; nos pedía que sacáramos inmediatamente el cartel sobre la persecución, que no podíamos estar con eso allí, mientras yo meditaba escuchaba como mi compañero conversaba con él, este policía y sus compañeros entendieron lo malo de la persecución y firmaron nuestra petición pero insistió en que nos fuéramos, dijo: “Termina tu compañero de meditar y se van”. Yo escuché eso y pensé: “Perfecto, me quedo una hora sentado y es tiempo suficiente para que mi compañeros aclaren la verdad, ya que el policía tampoco nos negaba repartir volantes mientras yo estuviera sentado.

Lamentablemente mientras transcurría el tiempo, se acercaron más policías y empezaron a ponerse un poco más ansiosos, aunque no habían cambiado su postura de que si me mantenía meditando podíamos seguir. En vez de concentrarme completamente seguí escuchando, y a los 40 minutos desdoblé las piernas y ya tuvimos que desarmar el banner e irnos.

Podría haber estado mucho más tiempo sentado, pero por prestarle atención a los elementos externos no pude concentrarme y utilizar mejor esa oportunidad, mis compañeros cuando nos fuimos comentaron que el escenario fue de gran ayuda para repartir volantes, casi todos tomaron uno e incluso se quedaron escuchando la aclaración de la verdad. Lamenté no haberme quedado más tiempo con las piernas cruzadas y ayudar a que mis compañeros lleguen a más seres conscientes.

La otra experiencia fue a fines del 2018 cuando fue el G20 en Argentina. Venía Xi Jinping a Buenos Aires y queríamos desplegar un cartel de aclaración de la verdad

Era mi primera experiencia en algo así, había mucha seguridad vigilando el lugar pero lo más impactante era la cantidad de chinos con banderas rojas, ocupaban toda la vereda y todo el espacio que alcanzaba a ver estaba de rojo, se movió un poco mi corazón al ver semejante escena pero me traté de calmar y seguimos, había un espacio en frente, aunque estaba todo vallado tenía una entrada por un costado, nos pusimos en frente de toda esa multitud y todo comenzó a agitarse, la policía se acercó a hablar y los chinos se vinieron encima nuestro rápidamente. En un instante otros compañeros desplegaron la bandera apresuradamente así que nosotros tuvimos que hacer lo mismo porque los chinos nos estaban poniendo sus banderas rojas encima; de pronto el primer policía de todos los que iban a aparecer vino corriendo directamente a mí y jaló la bandera con mucha fuerza, como yo no pretendía forcejear con la policía, este salió volando hacia atrás al menos dos metros de distancia, los chinos se volvieron locos y empezaron a agitar la situación, más policías vinieron corriendo a forcejear por la otra bandera que teníamos. Cuando fuí a ayudar para que no la rompieran, otro policía me hizo una traba y me alejó del escenario. Me dijo que no entendía nada de quienes éramos y qué estábamos haciendo, le aclaré la verdad y entendió muy bien, incluso nos dimos un abrazo y me pidió que por favor me vaya, y que no vuelva.

Cuando salté la valla y me quería alejar, una policía de tránsito estaba destrabando un atascamiento de autos y cuando la miro me dice: “No te preocupes por lo que pasa, acá están todos dormidos”. Entendí que era una señal de Shifu que me ayudó a tranquilizarme pero cuando me estaba yendo, vino una practicante y me pidió que volvamos con los demás practicantes. Aunque eso implicara volver a donde estaba el conflicto, fui.

Allí un chino me señaló a mí y otros practicantes y la policía nos agarró; a dos compañeras se las llevaron directamente pero yo tuve una oportunidad más. Este policía me llevó cruzando la calle al otro lado y me sentó a un costado del tumulto de gente justamente en frente de mi jefa del restaurante, que es practicante china, junto a otra compañera que estaba parada allí.

Lo que me enteré después es que la policía tenía como orden, no tocar a los chinos, por eso se presentó esta última oportunidad de no ir preso.

Mi jefa sorprendida, le dijo al policía: “¿Qué hace con mi empleado? el policía replicó: ¿Su empleado? ¿Cómo se llama? ella dijo: Jeremías. El policía contestó: “Jeremías ¿Qué? ¿Cuál es su apellido? Mi jefa y mi compañera de trabajo que también estaba ahí para ayudar, para no equivocarse con mi apellido, buscaron rápidamente en el celular para confirmarlo. Cuando al minuto pudo confirmar el apellido en su celular (que para mi fue como un día entero), dijo: Arauz, pero, el policía exclamó: “ya es muy tarde” me agarró del brazo y me llevó detenido con los demás practicantes.

Es interesante como es que tuve la oportunidad de quedar libre en dos oportunidades ese día pero no pude. (Bromeando) ¡Quiero agradecer a la practicante que me llevó de vuelta al conflicto y a mi jefa y mi compañera por no acordarse mi apellido! Espero que lo recuerden ahora.

La detención de mis compañeros fue pasada por televisión y algunos periodistas que nos conocían por repartir volantes en la embajada nos apoyaron en vivo, además salimos en el diario como “insólito, budistas presos en el G20”, así que tuvo su efecto positivo también.

Pensando en ese momento, podría haberle aclarado mejor la verdad al policía o simplemente sentarme en meditación cuando me apartó a un costado en vez de sentarme, pararme y hacerle caso cada vez que me daba una orden. Él me tomó de mi remera y me empujó cuando el chino me señaló, una medida altamente inconstitucional, no debería haber cooperado ni en la más mínima orden. Desde otro punto de vista, fue una interferencia de la maldad y debería haber rechazado la manipulación completamente.

Cuando nos leyeron nuestros derechos, el policía que nos leía tenía una expresión de tristeza, ya que era el policía que entendió qué estábamos haciendo y me pidió que me vaya, me conmovió porque él tuvo que hacer algo en contra de su conciencia por su trabajo. Sin embargo esto será reconocido por los dioses y sé que está bien posicionado con Dafa y eso me alegra por él.

Nos dijeron que nos iban a llevar muy cerca a una comisaría a unas cuadras, sin embargo tomó alrededor de una hora llegar a la presunta comisaría. Yo no sabía dónde estábamos y tampoco nos querían decir, en el chequeo nos hicieron desnudar para corroborar que no tuviéramos armas, fue bastante vergonzoso y fuimos tratados al principio como delincuentes. Le aclaré la verdad a todos los policías que pude, mis compañeros hicieron lo mismo, yo fui el último y pude ver en la segunda instancia que habían entendido la verdad, y aunque decían que solo cumplían órdenes, al final nos trataron bien.

Mientras estaba en la celda no estaba muy tranquilo, aunque solo era una ínfima porción de lo que sucede en china, pensaba en cómo lo sentían los practicantes allí. No tenía celular, no sabía dónde estaba y tampoco sabía cuándo nos iríamos. Aproveché el tiempo e hice los ejercicios, luego pensé que quería leer el Fa; en ese entonces estaba memorizando el Lunyu, aunque no lo recordaba muy bien, pero sí recordaba “Saludos al Fahui en Argentina” que nos escribió Shifu, lo recité una y otra vez sin parar, hasta que el Jingwen apareció frente a mis ojos y luego se introdujo en mi corazón. Ahí sentí una gran armonía, que todo estaba arreglado y controlado.

Tarde en la noche luego de declarar le pregunté al policía la hora y me dijo que era la una de la madrugada (hora del FZN local) así que hice FZN y luego me dormí profundamente. Esa noche hubo un sismo que agitó la celda, algo que no ocurre nunca en esta parte del país, fue una señal para los seres conscientes. Al día siguiente nos enteramos que era una prisión casi en provincia. Por la tarde fuimos a la fiscalía y luego liberados.

Recordando lo sucedido, puedo ver que no actué bien en varios aspectos y mantuve a pesar de estar en el foco de conflicto, una mentalidad y un accionar muy pasivo y cooperé de alguna forma con el mal. A través de esta experiencia pude hacerlo un poco mejor en otras ocasiones y aunque en otras no tan bien. Espero que esta experiencia me sirva tanto a mí como a mis compañeros practicantes en situaciones así en el futuro.

Estas actividades se han logrado gracias a la coordinación y el apoyo entre los practicantes, así es como también se han logrado cosas más estructurales como una reunión a la semana donde podemos leer todos juntos y hablar de cultivación; incluso aún tenemos lectura semanal de lunes a viernes en un horario realmente accesible para todos. Siendo cultivadores occidentales en el país más al sur del mundo es realmente un ambiente digno de ser apreciado pero, al obtenerlo de manera natural, en el pasado lo vi de manera superficial, como algo que ya estaba allí y no algo que se logró con esfuerzo y perseverancia y eso solo lo pude aprender al perderlo.

Mientras escribía esta experiencia de cultivación, recientemente estuve participando en diferentes actividades y organizándolas. Al mismo tiempo, intercambié con otros practicantes que no comprenden la fortuna que tenemos de un ambiente como este, siento que no es fácil verlo, así que quisiera ampliar un poco más esto desde mi punto de vista..

Dada la forma de organización que tiene el país, Buenos Aires es el epicentro comercial, cultural, y económico de Argentina, aquí es donde están las embajadas, los centros culturales más grandes, la diversidad étnica, primer punto de turismo de extranjeros y demás cosas; haciendo una ciudad cosmopolita y de gran importancia incluso de Sudamérica.

Muchos practicantes han venido de otras partes del país teniendo esto en cuenta y han aprendido a coordinar en proyectos de aclaración de la verdad utilizando las posibilidades que ofrece la capital. El punto es que no son unos practicantes más importantes que otros, sino más bien, apreciar la oportunidad y el ambiente fértil para la amplia difusión de Dafa a través de proyectos de aclaración de la verdad, incluso aquí es donde más se ve reflejada la decadencia moral y cualquier problema político que afecte a la sociedad y donde la gente toma un rol activo antes de que pase a las demás provincias. Espero que en todo el país los practicantes puedan estar más en contacto y realizar juntos proyectos a largo plazo para salvar a la gente como lo hacemos aquí.

La oportunidad está y el ambiente también, pero sabiendo esto uno aún puede no estar claro y quisiera contar mi experiencia de este último año cuando la cuarentena nos quitó el ambiente.

Cayendo durante la cuarentena para valorar el ambiente de cultivación

Dado que soy joven y me fui de la casa de mis padres hace casi ocho años tomando un camino diferente a las costumbres familiares, hay un poco de presión familiar en cuanto a cuánto dinero gano, que hago con mi vida, mi futuro, etc. Muchas veces ha sido difícil que mi familia entienda el camino que tomé por no seguir las normas decadentes actuales para los jóvenes pero gracias a este ambiente puedo abarcar los aspectos sociales, trabajo y dinero ¡incluso con mejores resultados que una persona con búsqueda de la gente común!

Sin embargo durante un tiempo sentí que al ser el único joven varón cultivándose aquí, algo siempre me faltó, como tener amigos y pasar tiempo de ocio con ellos, un pensamiento que dejaba una brecha para que entren las viejas fuerzas y quitarme de las tropas de Dafa.

Durante el cierre total que hubo en el país, esta noción en poco tiempo salió a la luz con gran fuerza ya que las actividades que eran cara a cara se vieron cortadas, el trabajo disminuyó drásticamente y pasé mucho tiempo encerrado en un monoambiente, “algo que jamás hice y espero que no vuelva a pasar”.

En combinación con estos pensamientos, antes de que comiencen los cierres gané una beca para viajar a Taiwán para aprender chino mandarín, mis familiares, conocidos y practicantes me preguntaban qué iba a hacer con el viaje, qué cosas podría hacer allí y que lo haga de esta o de aquella manera. Al no estar claro mentalmente y tener mucho tiempo libre comencé a divagar en mis pensamientos sobre estos asuntos mundanos y me distraje del estudio del Fa. Los proyectos que quería hacer online no prosperaron, como hacer los ejercicios por Internet, o aclarar la verdad desde mi red social, ya que no estaban bien organizados ni tampoco tenía coordinación con otros practicantes duraron muy poco tiempo.

Mis actividades de aclaración de la verdad eran todas cara a cara y eso me afectó bastante, sumado a que los proyectados por Internet no habían prosperado, más el no poder salir de casa, luego de un mes sentí que el tiempo sobraba y me relajé. Empecé a ver videos por Internet de economía, me concentré en aprender inglés, miraba debates políticos, comencé a seguir a gente reconocida y cada vez estudiaba menos el Fa, solo una lección al día y una hora de ejercicios. Empecé a evitar los esfuerzos extra y perdí mucho tiempo en las redes sociales, incluso apareció la ansiedad por no saber qué iba a pasar en el futuro y me entrelacé en los asuntos mundanos, dejando que el qing, la injusticia y la depresión de la sociedad común tomaran mi cuerpo y mente.

Luego de cuatro meses cuando volvimos a hacer la lectura grupal presencial, comencé a ir, pero solo dos o tres veces a la semana, aunque pudiera ir todos los días, leía y me iba sin ningún tipo de intercambio y tampoco me contactaba mucho con otros practicantes, simplemente había comenzado a hacer mi vida, una vida egoísta y triste, sin estar en el presente, solo pensando en el futuro propio que se veía nublado.

En noviembre, cuando estuve a punto de viajar a Taiwán se canceló el viaje a una semana de partir, lo que de alguna forma me desestabilizó aún más, me deprimí y me volví más ansioso e inseguro. En ese momento las actividades de aclaración de la verdad se estaban retomando, así como la lectura grupal pero a esa altura ya no estaba haciendo ningún tipo de esfuerzo por intercambiar con los practicantes o participar de manera proactiva de las actividades de aclaración de la verdad, hasta mi trabajo lo hacía de manera desganada. Me alejé más y más de los requisitos de Shifu y de hacer las tres cosas.

Shifu dijo:

"Hablando hasta acá, quisiera hablar sobre un asunto, del cual no he hablado con ustedes antes. Sabemos que todos están hablando de xiulian, xiulian. ¿Qué es xiulian? De hecho no hay muchas personas que realmente estén claras sobre su significado verdadero. El xiulian es forjar vidas. No significa que estar en una religión es xiulian, tampoco solo los grupos de cultivación son el xiulian" (Explicando el Fa en Washington D. C. 2018).

No me había dado cuenta de que me estaba alejando cada vez más de las exigencias de un practicante, estando en grupo o sin estarlo, simplemente estaba “haciendo cosas”. No soportaba más estar sentado en la computadora por tantas horas sin poder salir y comencé a quejarme e hice todo superficialmente, no miré para adentro y dejé a mis apegos dominar mi cuerpo, incluso me involucré en una empresa para hacer dinero y no trabajar, perdiendo al final la mitad de mis ahorros.

Para diciembre ya no me alcanzaba el dinero para el alquiler y supuestamente iba a viajar a Taiwán en dos meses (Viaje que se postergó ya varias veces). Mi familia me recomendó pasar los últimos meses con ellos antes de viajar para ahorrar y pasar tiempo en familia, así que vendí todas mis cosas, dejé el departamento y me fui al sur.

De vuelta en mi pueblo en el sur, mi familia estaba muy preocupada por el estado que reflejaba, mi estado natural es alegre, enérgico y entusiasta pero esta vez era un joven triste, inseguro, deprimido y sin energía.

Shifu arregló para ese período una oportunidad. El hermano de uno de mis amigos del sur quería comenzar la cultivación, así que sabiendo que el viaje a Taiwán se había pospuesto de nuevo y tampoco estaban las condiciones para volver a la capital, decidí quedarme más tiempo en el sur.

Le comenté mi decisión a un practicante, el practicante me dijo: "Tenés que pensar en tu cultivación, no puedes pensar en irte solo para ayudar a alguien nuevo". Aunque entendía el punto del practicante por la dificultad de estar fuera de un buen ambiente de cultivación, sumado al estado de inseguridad en el que estaba, también sabía que para que alguien nuevo pueda avanzar y ver el reflejo de las bondades de Dafa dentro de este mundo caótico, un ambiente para él también era necesario. Así que tomé este asunto como una oportunidad y seriamente elevar mi estándar depresivo fuera del ambiente al que estaba acostumbrado y ayudar a un nuevo practicante a entrar al barco del Fa. Esto benefició al nuevo practicante y a mí.

Durante varios meses estuvimos intercambiando casi a diario y manteniendo un sitio de práctica, motivando a las personas que llegaban a practicar y aclarando la verdad en diferentes lugares.

Aunque muy diferente al ritmo que se vive en la capital, de a poco y con constante lectura fui mejorando mi estado emocional, incluso durante ese tiempo mi familia me brindó un ambiente de cultivación forzándome a no relajarme y mantenerme activo, cambiar mis malos hábitos de una persona que vivía sola y aprender a convivir con ellos luego de casi ocho años estando afuera. Sin embargo, luego de cinco meses, sentía que ya no debía estar allí; la armonía en casa ya era estable, había ido a todos los sitios que conocía para aclarar la verdad y era difícil proyectar algo a futuro sabiendo que me iría pronto.

También quisiera mencionar que durante ese período, sin un ambiente de cultivadores, las conversaciones e intercambios con otros siempre fueron muy limitadas a asuntos mundanos, y difícilmente escalaban un poco más, hasta podrían ser contadas con una sola mano, a diferencia de lo que he podido crecer gracias a los intercambios y experiencias junto a mis compañeros practicantes cuando estuve en la capital.

Se acercaba el 13 de mayo y se iban a realizar actividades en las que quería participar y animé al nuevo practicante a ir conmigo. En las actividades, el sentimiento de apuro de los practicantes me ayudaron a recordar la importancia y la urgencia que deben tener los discípulos de Dafa. La aclaración de la verdad y los ejercicios grupales captó la atención de todos, como el caso en que la policía quiso detener el día de ejercicios en el parque pero terminó cuidando de nosotros por si alguien nos molestaba. Mientras otros practicantes hablaban con la policía pude ver muchas cosas en el campo de practicantes y mi corazón se determinó inmediatamente ¡Yo tengo que estar aquí!

Al volver a casa me sentía muy enérgico y ya más determinado en la decisión, había recuperado mis pensamientos rectos. Le dije al nuevo practicante que volvería a Buenos Aires y que aprovechara él también esta oportunidad para vivir en un ambiente donde hay muchos practicantes pensando en el xiulian y aclarando la verdad a gran escala.

Durante ese período, leyendo las últimas conferencias pude ver que se presta especial atención al asunto de coordinar en los proyectos para salvar seres conscientes. Me pregunté ¿Dónde estoy yo? Por primera vez en toda mi cultivación sentí que Shifu no me estaba hablando a mí, es decir, no estaba en ningún proyecto como se habla en las conferencias, no tenía nada que coordinar, no tenía ninguna gran dificultad, no estaba “ordenando la casa”, solo estaba viendo pasar el tiempo antes de viajar, incluso hacer dinero fue sumamente fácil, con dos o tres día de trabajo a la semana podía hacer más dinero que en otro lugar, pero no estaba siguiendo lo que pide Shifu. Le rogué al Shifu que me ayude a volver al camino del xiulian, necesitaba un proyecto de Dafa inmediatamente, a las pocas horas un practicante de otro país me llamó para participar en uno, sin dudar lo tomé y también programé mi pronta vuelta a la capital.

Otro pensamiento que me ayudó a reconocer mi apego a la comodidad y beneficio personal fue un comentario que le hice a uno de mis amigos: “Si en el viaje a Taiwán tengo que comer arroz todos los días y dormir en una habitación pequeña para ahorrar dinero y poder quedarme más tiempo para aprender mandarín, lo haría”. Luego, reflexionando sobre lo que dije pensé, si pudiera hacer eso allá ¿Por qué no lo podría hacer en la capital? Me di cuenta que gran parte de mi desviación había sido por la búsqueda de comodidad y un mal entendimiento de estatus social, sin embargo, en un viaje con deseos personales SÍ podría tener un mal pasar para lograr mis objetivos, me desperté aún más al ver tales apegos de pereza, fama, qing, reputación e incluso mezclado con la búsqueda de beneficio personal.

Esta vez siento que tengo una segunda oportunidad de comenzar, con determinación en la cultivación, que ya teniendo un entendimiento del Fa y de la sociedad, a diferencia de cuando comencé a los 21 años sin saber nada más allá de lo que me incumbía, puedo tomar la cultivación en base a mi nivel del Fa, tomar las dificultades a sabiendas y responsabilidades con mayor determinación, esa materia que mantuve durante todo este tiempo fue limpiada y me siento sumergido en el Fa, ya no hay asunto de la sociedad común que me haga sentir que me estoy perdiendo de algo, sino más bien puedo entender un poco mejor la misión como discípulo de Dafa y espero poder lograrlo. En el saludo de Shifu en el último Fahui dijo:

“El xiulian de Dafa es diferente del xiulian de otras religiones, ya que los Dafa dizi tienen una misión, la cual es tener que salvar a las multitudes de seres en el proceso individual avanzando a la Perfección” (Al Fahui del continente de América del Sur).

Conclusión

Durante este período me reencontré con viejos amigos y conocidos, también viví la experiencia de estar entre la gente común con asuntos de gente común, que por alguna razón pensaba que necesitaba verlo para abandonarlo. Puedo decir que esta experiencia fue muy fructífera, a pesar de haber durado más de un año, atravesé el apego al dinero, búsqueda de beneficio personal, reputación e incluso la pereza. Realmente es como dijo Shifu: "¡Tras el verde oscuro del sauce, se hallan resplandecientes flores y otra nueva aldea" (Zhuan Falun).

Al ver y vivir entre la gente común pude sentir que los deseos de persona común son un cuerno de buey y al mismo tiempo una lucha por seguir las nociones postnatales. El esfuerzo en la cultivación es el mejor camino que uno puede tomar, incluso ahora puedo apreciar los intercambios, las dificultades en la cultivación con mayor seriedad, respeto y compromiso.

También una profunda impresión difícil de explicar de lo que enseñó Shifu: "el propósito de la vida humana no es para ser un humano, sino para que regreses al origen y retornes a la verdad, es para regresar" (Zhuan Falun, Tercera Lección).

Espero que el camino atravesado pueda servir a quienes sienten que aún hay algo allí afuera, que entre la gente común la vida es mejor o más feliz. Dafa es la verdadera felicidad, y salvar a la gente es lo que queremos hacer, allí están las mayores alegrías.

Este es mi limitado entendimiento a mi nivel de cultivación. Por favor señalen amablemente cualquier entendimiento equivocado.

¡Gracias Shifu, gracias compañeros practicantes! Heshi.

Presentada en la Conferencia de Intercambio de Experiencias de Falun Dafa en Argentina 2021