(Minghui.org) He pasado por arduas tribulaciones en mi camino de cultivación durante último el año. Primero me arrestaron y me llevaron a un centro de detención durante 10 días. Luego, la policía vino a mi casa dos veces para acosarme a principios de este año. Bajo la protección compasiva del Maestro Li Hongzhi, seguí mirando hacia adentro, mantuve pensamientos y acciones rectos y finalmente superé estas tribulaciones.

Durante el proceso, descubrí que más y más personas (incluidos oficiales de policía y guardias) se han despertado y saben que Falun Dafa (también conocido como Falun Gong) es bueno.

Arrestado y detenido durante 10 días

Conduje mi motocicleta de regreso a mi ciudad natal para aclarar la verdad y distribuir materiales informativos. Alguien me denunció a la policía, me arrestaron y me llevaron a la estación de policía.

"¡Su discurso es realmente bueno!"

Cuatro jóvenes oficiales me interrogaron en la estación de policía. No cooperé con ellos. El director de la policía entró más tarde y dijo ferozmente: "¡Así que te niegas a hablar!".

Me llevaron debajo de las escaleras, donde no llegaban las cámaras de seguridad. El director me ordenó arrodillarme, mientras dos oficiales presionaban mis hombros y alguien me golpeaba en las piernas. Estaba determinado a no arrodillarme. El director me abofeteó y los cuatro oficiales se unieron. Me abofetearon diez veces, pero no sentí dolor y mi mente estaba vacía.

Luego los oficiales me llevaron a una habitación, me esposaron a una silla de hierro y me continuaron interrogando. Seguí hablándoles sobre Dafa, la farsa de la autoinmolación de la plaza Tiananmen, la piedra del carácter oculto, el crimen de la sustracción forzada de órganos a practicantes de Falun Dafa, así como también la importancia de renunciar a sus membresías del PCCh. Escucharon atentamente.

Cuando mencioné la piedra en Guizhou que profetiza la caída del PCCh, un oficial dijo: “Si maldices al Partido Comunista podrías ir a prisión”.

Cuando les dije: “¡Libertad de expresión! te estoy diciendo la verdad” se rieron.

Un oficial tomó notas en una computadora. Otro se acercó a mí y me susurro: “¡Su discurso es realmente bueno! ¡Hemos arrestado a muchos practicantes de Falun Dafa, pero tu eres él que mejor ha explicado las cosas!”.

Continué: “¿Entiendes lo que digo? El Partido Comunista es malo y el Cielo lo destruirá. Hay más de 370 millones de personas que han renunciado al partido. Deberían renunciar al PCCh en sus corazones”. Un oficial dijo: “¡Si! Bien”.

Después de ser liberado del centro de detención 10 días más tarde, fui a la estación de policía para recoger mis pertenencias. Solo me devolvieron mi cinturón y mi dinero, por lo que les dije: “Por favor, devuélvame mis materiales de Dafa”.

El oficial estaba a punto de ir y tomarlos, cuando otro oficial dijo: “Tienes que obtener permiso del director primero”. El director se rehusó a devolverlos.

Cuando fui a recoger mi motocicleta, dos oficiales me siguieron. Uno de ellos me siguió preguntando: “Continuarás practicando?”. Me reí sin contestar.

El otro oficial lo cuestiono: “¿Por qué le preguntas eso?”. Luego volteó hacia mí: “La motocicleta no fue conducida por días; probablemente no encienda fácilmente”. Entonces me ayudó a encender la motocicleta. Más allá de que su acción fue banal, demostró el respeto hacia los discípulos de Dafa.

Oficial de policía: “¿Me odias?"

Cuando fui arrestado en la madrugada, varios oficiales me llevaron a un hospital para una examinación médica. Les aclaré la verdad en el camino. Uno de los policías flexionó su muñeca y dijo avergonzado: “Mi mano sigue entumecida. Te golpeé muy fuerte. ¿Me odias?”.

“No, no te odio” contesté. “Nosotros [los practicantes] nos cultivamos para ser buenas personas. El Maestro de Dafa dice: '...los cultivadores no tienen enemigos...'” (Girando la Rueda hacia el mundo humano, Escrituras esenciales para mayor avance (III)).

El oficial respondió: “Es grandioso si piensas de ese modo”.

Dos hombres valientes

Mientras estaba detenido en el centro de detención, sentí que el ambiente era muy bueno. Debió ser porque los practicantes que habían estado previamente hicieron un buen trabajo aclarando la verdad. Nadie me detuvo al hablar con los presos sobre Dafa. Durante el descanso, las personas me rodeaban y pedían que les hablara sobre la práctica.

Había dos muchachos jóvenes que habían sido detenidos. Les dijeron a las personas que sus madres practicaban Falun Dafa. Ambos afirmaron “Los practicantes de Falun Gong son buenas personas, ¡muy buenas personas!”.

Uno de ellos agregó: “En el pasado, muchas personas en nuestro pueblo practicaban Falun Gong. Después de la cena, venían a mi casa para mirar los videos de las conferencias del Maestro Li. Desde que practicaron Falun Gong, los pueblerinos cambiaron para mejor y convivimos en armonía. Desafortunadamente, cuando la persecución comenzó, hay menos personas practicando”.

Algunos de los prisioneros después me pidieron que les demostrara los ejercicios. Los dos jóvenes me animaron y dijeron: “¡Deberías mostrarles! ¡Vigilaremos y veremos quién se atreve a molestarte!”.

Les mostré el primer juego de ejercicios. Tan pronto como cerré mis ojos, inmediatamente entré en un estado de vacío. Mi campo dimensional era rojo con una fuerte energía y me sentía muy confortable. Todos aplaudieron y algunos gritaron: “¡Buena práctica! ¡Buena práctica!”. Uno de los jóvenes me levantó el pulgar. Un guardia que estaba cerca fingió no ver nada.

“¡Sería genial si todos fueran como los practicantes de Falun Gong!”

Cuando los presos se formaban para conseguir agua caliente o una comida en la cafetería, a menudo había personas que se colaban en la fila. Yo me consideraba un practicante y me quedaba silenciosamente al final de la fila.

Un día, hubo una pelea y, como siempre, el chef de la cafetería de 6o años de edad no pudo soportarlo y dijo: “¡Ustedes siempre pelean entre sí! Miren a este caballero. ¡Sería genial si todos fueran como los practicantes de Falun Gong!”.

Un dueño de un negocio: “¡Falun Gong es bueno!”

Varias personas de la provincia de Fujian fueron detenidas en un centro de detención. A ellos les gustaba escuchar sobre Dafa, especialmente al dueño de un negocio de 50 años, quien a menudo me molestaba para hablar, como si no hubiera escuchado suficiente. En el descanso, solía saludarme y me gritaba con un fuerte acento Hokkien: “¡Oye, ven aquí. Cuéntame sobre tus cosas!”.

Hablé con él durante unos días. No recordaba si estaba siendo repetitivo y pregunté: “¿Ya te he dicho esto?”, respondió: “Me gusta mucho lo que dices. Continúa”.

Un día, él centro de detención llevó a cabo una inspección. Nos paramos en dos filas y los oficiales revisaron cada celda por dentro. Dos jóvenes no habían estirado las sábanas y doblado las mantas apropiadamente, así que el oficial les ordenó que lo rehicieran. Lo hicieron, pero seguían sin cumplir los requisitos. El oficial se puso furioso, así que entré a la celda y silenciosamente rehice las camas.

Colillas de cigarrillo también estaban tiradas en el suelo. El oficial le ordenó a los jóvenes entrar y barrer el suelo, pero actuaron como si no hubieran oído las órdenes. Luego tomé una escoba y limpié el piso.

Cuando tomé el cesto de basura, el dueño del negocio levantó su mano derecha y gritó en frente de todos: “¡Falun Gong es diferente! ¡Falun Gong es bueno!”. Sus palabras rompieron el silencio. Todos en la escena, incluyendo los guardias estaban sorprendidos, pero ninguno dijo nada.

Guardia de centro de detención: “¡El Partido Comunista es tan malo!”

Las personas usualmente se sientan en taburetes a la hora del descanso, mientras yo me sentaba en el piso con las piernas cruzadas. Un día, un oficial se acercó y me preguntó: “¿Cuánto tiempo puedes sentarte así?”.

“Más de una hora” respondí.

Tome la oportunidad para aclararle la verdad. Dijo: “Los practicantes de Falun Gong que han venido antes me contaron mucho. Creo en lo que dices”.

“Sé sobre Falun Gong. Cuando viajé a Singapur, vi a personas practicando en los parques y plazas. También leí los folletos que me dieron. También lo he visto en Hong Kong y Macau”.

Le dije: “Personas en más de 100 países practican Falun Gong”.

Él añadió: “Es solo en China que no está permitido. ¡El Partido Comunista es tan malo! Es una dictadura unipartidista. Debes prestar atención a tu seguridad. Muchos practicantes distribuyen folletos en la noche. Pero tú lo haces en pleno día. ¡¿Cómo te atreves a hacerlo?! Si sales en la noche, ¿quién te podría arrestar? Falun Gong es bueno, pero tienes que prestar atención a tu seguridad”.

El día que fui liberado, se acercó y me preguntó: “¿Cuáles son los beneficios de Falun Gong?”.

“Hay muchos” contesté. “Los más fundamentales son mantener el cuerpo saludable y en forma, ser una buena persona y traer armonía a la familia y a la sociedad. A un nivel más alto, puedes volver a tu ser original y obtener el Tao”.

Dejó escapar un largo "Ohhh" mientras me iba.

2. Dos veces acosado en casa

Oficial protege mi copia de Zhuan Falun

A finales de febrero de este año, dos oficiales de policía vinieron a mi casa, un hombre y una mujer. El hombre era uno de los oficiales que me había arrestado previamente. Esta vez, se veía arrepentido. La mujer tomó mi copia de Minghui Weekly, un calendario de escritorio y el libro Zhuan Falun y dijo que se los llevaría.

El oficial se acercó, tomó Zhuan Falun, lo miró y lo separó del resto. Cuando la oficial se llevó los otros materiales, traté de detenerla, pero el oficial me detuvo y guiñó un ojo, insinuando que había guardado Zhuan Falun para mi.

Después de salir por la puerta, la oficial parecía reacia a irse, diciendo que sería difícil para ella reportar que había cumplido con su deber si dejaba atrás a Zhuan Falun. El oficial trató de asegurale que estaría bien. Luego se fueron.

Comisario político culpable

Tres oficiales volvieron tres días después. El oficial de antes era uno de ellos, pero él se quedó en el auto. El comisario político era otro. Al principio me miró intensamente y quería llevarme a la estación de policía.

No cooperé con ellos. Él y una oficial joven me jalaron tan fuerte que desgarraron mi ropa. El oficial de antes no participó en eso.

Me jalaron hasta la puerta del frente y vi que muchos transeúntes se habían reunido. Los oficiales no pudieron moverse, así que sacaron un verso de Dafa de mi puerta.

Mientras el comisario político me amenazaba con llevarme, dijo: “Esta bien para mi ir contigo, pero debes mostrarme tu identificación. No quiero ser perseguido sin razón”. Luego le dije a mi esposa que tomara una foto de identificación.

Viendo esto, el joven oficial desapareció de vista. El comisario político sacó su identificación, la abrió y luego rápidamente la cerró así mi esposa no pudo tomarle una fotografía.

Había muchas personas mirando en la calle. El comisario político parecía avergonzado y llamó a la estación de policía. Pronto otros dos oficiales llegaron, incluyendo al director.

Después el director habló con el comisario político. El comisario político me dijo: “Debes ir a registrarte a la estación de policía esta tarde”. Luego se fueron.

Esa tarde no fui a la estación de policía. Nadie ha venido por mí desde entonces.

Debo agradecer al respetado Maestro. ¡Gracias por su compasiva protección!

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