(Minghui.org) La actual campaña nacional de “Reducción a Cero" ha creado una gran presión para muchos practicantes de Falun Dafa en China. En mi opinión, no es diferente de lo que ha sucedido en la persecución de los últimos 21 años. Todos estos eventos prueban si un practicante es firme en su creencia. Si lo son, nada sucederá, pero si no, el mal los molestará sin cesar con el propósito de hacer daño.

Tomemos como ejemplo la ciudad de Yichang, en la provincia de Hubei. Casi todos los practicantes fueron acosados recientemente. Los casos fueron especialmente graves en el distrito de Wujia. Los principales represores incluyen a un secretario del partido de apellido Zhang y Ye Bing, un jefe de sección en la estación de policía del distrito.

Escuché que a cada oficial que participó en el acoso se le daría una bonificación si lograban obligar a un practicante a firmar una declaración renunciando a su creencia. Así pues, muchos oficiales trabajaron juntos y acosaron repetidamente a los practicantes para maximizar su recompensa. Si no podían obligar a los practicantes a renunciar a su creencia, amenazaban a las familias de los practicantes y trataban de obligarlos a firmar las declaraciones en nombre de los practicantes. Esto me recuerda lo que sucedió en los dos primeros años de persecución, todo fue exactamente igual.

Esto es lo que unos practicantes han experimentado.

El personal del comité local de residencia y los oficiales de policía fueron repetidamente a la casa de una practicante para acosarla. Al principio, ella fue muy firme y dejó claro que se negaba a firmar el documento.

Los agentes fueron a amenazar a su hijo: "Si tu madre se niega a firmar, serás despedido y tu hijo será expulsado de la escuela". Su hijo se asustó y volvió a casa, regañó a su madre y dijo muchas cosas hirientes. Pero el corazón de ella no se movió. Entonces, su hijo amenazó con que si no firmaba el documento, toda su familia se suicidaría. El marido de la practicante también se unió a su hijo y empezó a pegarle. Finalmente, la practicante firmó la declaración de renuncia a Falun Dafa.

Sin embargo, esto fue solo el comienzo. Pronto, esas personas le dijeron que firmara una "declaración de arrepentimiento" por practicar Falun Dafa. Su esposo se dio cuenta de que algo andaba mal y les pidió que se fueran. Entonces fue a preguntarle al director del comité residencial: "¿Por qué acosa a mi esposa sin cesar?", el director no pudo responder pero solo trató de calmarlo.

Cuando el marido de la practicante volvió a casa, le dijo: "No deberías firmar ese documento. Ahora se lo toman como si hubieras hecho algo malo y nos acosan sin cesar". La practicante respondió: "Si no te hubieras puesto de su lado y me hubieras obligado a firmar el documento inicial, ¿lo habría firmado?".

El director del comité residencial continuó acosando al hijo y a la nuera del practicante y trató de persuadirlos de grabar un video para calumniar a Falun Dafa y persuadir a otros practicantes de que renunciaran a su fe.

Otro practicante pasó por una prueba similar, con su esposa e hijo presionados por los funcionarios locales para persuadirlo de que renunciara a su fe. Cuando se negó a firmar las declaraciones, su hijo lo culpó de causar problemas a la familia. Aclaró los hechos sobre Falun Dafa a los oficiales locales y a la policía, pero ellos siguieron atacándolo.

Está muy claro que el mal no dejaría de perseguir a los practicantes aunque firmen las declaraciones para renunciar a Falun Gong. Viendo que algunos practicantes habian cedido a causa de la intimidación, el mal continuaba presionándolos para que escriban más declaraciones y cartas de arrepentimiento. Si los practicantes caen en las trampas y cometen más errores uno tras otro, será cada vez más difícil para ellos compensarlo.

La rectificación de Fa ha llegado a su etapa final. Cada vez habrá menos oportunidades para que podamos trascender nuestros corazones humanos. Quienes no se han cultivado bien, tomemos el acoso como oportunidades para cultivarnos. Solo cuando vemos a través de la persecución y tenemos una fe sólida como una roca, podemos resistir y liberarnos del acoso.