(Minghui.org) ¡Saludos, Maestro! ¡Saludos, compañeros practicantes!
En este vigésimo aniversario de la fundación del sitio web Minghui en francés, me gustaría compartir mis experiencias de cultivación. Tuve la suerte de comenzar a practicar Falun Dafa en París en octubre de 1997. Dafa me ayudó a comprender el significado de mi vida y mi sagrada misión en este mundo.
Poco después de comenzar a practicar, ayudé a traducir los libros de Falun Dafa al francés. Más tarde hice algunas traducciones al francés para el sitio web Minghui. Hace dos años empecé a ayudar a coordinar proyectos. Poder trabajar para Minghui es mi honor, mi responsabilidad y mi misión de aclarar la verdad para ayudar a salvar a la gente. Sé que Shifu ha dispuesto diferentes roles para que me cultive y me eleve. No importa si uno es un coordinador o un miembro regular del equipo, uno necesita tratarse como una partícula de Dafa, cooperar con los demás y siempre considerar primero a los demás.
Identificación y eliminación de los apegos
Cuando pensé en escribir este artículo, sentí que no había hecho nada especial. En la superficie pudiera parecer que soy humilde. Entonces me di cuenta de que esta manera de borrarme y menospreciarme tenía una connotación viciosa. Recordé lo que dijo el Maestro: "Una persona malvada es dominada por el corazón de la envidia" (Grado de Conciencia, Escrituras escenciales para mayor avance).
Me di cuenta de que la envidia estaba envidiosa de ese "yo" que no es ella. La envidia es un parásito y está envidiosa de mí. Genera factores negativos en mi campo y los magnifica para que no pueda ver mi lado bueno. Quiere desanimarme y agitar aún más mi voluntad de cultivar. Así que, cuando me sienta deprimida o tenga pensamientos negativos, necesito ver si la envidia está trabajando y necesito eliminarla.
En los proyectos en los que he estado involucrada, cuando siento que otros reciben un trato especial u obtienen el reconocimiento por algo que yo realicé, o cuando mis opiniones no son adoptadas, esta envidia aparece. Incluso puedo pensar: “Entonces hazlo tú. Yo renuncio". Estas palabras han quedado atrapadas en mi garganta muchas veces, pero nunca salieron porque las reprimí. Miro hacia adentro, identifico a esa envidia y la elimino.
Antes de comenzar a practicar Falun Dafa, mis amigos pensaban que me mantenía distante, pues evitaba competir e involucrarme en asuntos mundanos. Después de que comencé a practicar y aprendí a mirar hacia adentro, descubrí que no es que no tenga una mentalidad competitiva, sino que competir me hacía sentir incómoda. Mi apego a la comodidad era más fuerte que mi mentalidad competitiva.
También pensé que podría obtener aquello que mereciera sin luchar por ello. El apego al interés personal también estaba ahí. Cuando me examinaba, descubría que soy egocéntrica y no quiero seguir órdenes. No me gusta que me obliguen a hacer cosas, no me gusta escuchar palabras desagradables y no me gusta que me falten el respeto o me culpen. Todos estos "disgustos" provienen de una mentalidad competitiva.
El Maestro dijo:
“Si el espíritu primordial está en el Palacio Niwan, entonces sentimos, de veras, que el cerebro está pensando en algún asunto y emitiendo mensajes; si está en el corazón, entonces sentimos cierta y concretamente que es el corazón el que está pensando sobre el problema” (Novena Lección, Zhuan Falun).
Un día, cuando estaba leyendo lo anterior, de repente comprendí una capa de su significado. Si tratas al apego como si él fuera tú, él “pensará” y te dirá qué hacer. Uno hará las cosas en función al apego.
Una compañera practicante que no hablaba chino con fluidez, estudiaba el Fa conmigo. Cuando no estaba segura de haber leído una palabra correctamente, preguntaba: "¿Estuvo bien?". Era muy educada, pero cada vez que lo decía me irritaba y yo no quería responderle. ¿Por qué me ponía tan irritada? Decidí leer el Fa con ella porque quería ayudarla a mejorar su chino. Mirando hacia adentro, me di cuenta de que mi intención original era corregirla si cometía un error. Sentía que no había necesidad de decir nada si ella estaba en lo cierto. Sin embargo, cuando me seguía preguntando y forzándome a contestarle, se despertó mi mentalidad de disgusto por estar siendo forzada. Ese apego me hizo enojar. Ese apego no era mi yo real, sino una cosa externa que me controlaba.
Al principio, consideraba esos malos pensamientos como míos y me sentía mal cada vez que ocurrían. De hecho, el apego que se estaba exponiendo era exactamente lo que necesitaba eliminar. Estaba feliz: una vez que identificamos un apego, debemos eliminarlo. Shifu dijo: "Lo que se abandona no es a uno mismo" (Desechando los apegos, Hong Yin (II)).
Tampoco debemos considerar los apegos de otros practicantes como si fuera el practicante mismo. Cuando nos damos cuenta del apego de alguien, debemos ayudarlo a verlo. Debemos recordar que, es el apego lo que hace que el practicante exprese. Por ejemplo, cuando un practicante comete un error, se enoja o se vuelve irracional, o se queja y culpa a otros, su apego está trabajando. Nuestras nociones humanas no son nuestro ser verdadero. Debemos tener compasión.
Cuando leí el siguiente Fa, "…todo el proceso del xiulian del hombre es precisamente un proceso para eliminar continuamente los corazones de apego del hombre” (Zhuan Falun), la palabra "eliminar" me llamó la atención. Me di cuenta de que solo cuando se elimina el apego una persona puede elevarse realmente. Esa es la verdadera cultivación. Para poder elevarme, me dije: "No te enojes", "controla tu temperamento", " la próxima vez no digas esa palabra", etc. Pero hacer esto es intentar elevarte mientras sigues aferrado a tus apegos. Cuando más tarde leí la misma oración, noté la palabra "continuamente". La cultivación es un proceso continuo de eliminar los apegos.
Tolerancia y cooperación
Por trabajar junto con otros dos practicantes en un proyecto, configuré una plataforma para compartir y le asigné un nombre de grupo sin discutirlo con ellos. Un practicante inmediatamente estuvo en desacuerdo con mi decisión. Mi estómago se sintió bloqueado y sentí palpitaciones en el corazón. Inmediatamente supe que mi apego estaba molesto. Por supuesto, podría explicar por qué hice esto y los demás lo entenderían.
Pero el Maestro nos enseñó a mirar siempre hacia adentro cuando encontremos cualquier problema. La objeción de ese practicante ayudó a señalar que tenía demasiado ego. Primero, le pedí disculpas. Me di cuenta de que yo quería tener la última palabra. No consideré los sentimientos de nadie más y asumí que nadie se opondría. Reaccioné a su objeción porque mi apego estaba molesto. Después de que lo identifiqué y lo eliminé, me calmé.
En otra ocasión, otro practicante insistió en su enfoque y no hubo lugar para la discusión. La persona que necesitábamos dijo que no estaba disponible. No sabía cómo salir del callejón sin salida para seguir adelante. Mi noción humana de queja fue despertada por su apego. Me sentí desamparada e incluso pensé en no trabajar con él.
Seguí repitiendo en mi mente las palabras del Maestro:
"No te quejes
Sino sostente a tu bondad"
(Desatando la ilusión para ti, Hong Yin (IV))
Me recordé que era una practicante y que debería cooperar sinceramente con él. No debería intentar identificar su apego. Todos encontramos dificultades en la cultivación, por lo que debemos ser compasivos y tolerantes.
El Maestro dijo:
“Si en un momento ustedes descubren la verdadera razón dentro de sí mismos, se atreven a reconocerla y afrontarla, encontrarán que el asunto ha cambiado y que el conflicto ha desaparecido de una vez. De repente, por razones desconocidas, pareciera como si nunca hubiera pasado ningún conflicto o nada entre tú y la otra persona” (Exponiendo el Fa en el Primer Fahui de Norteamérica, 1998).
Después de mirar hacia adentro, la atmósfera se aclaró. Ese practicante también cambió y el proyecto siguió adelante. Incluso mi cuerpo se sentía más ligero. Empecé a esperar con interés hacer los ejercicios. Podría escribir el Fa de memoria durante una hora mientras estaba sentada en la posición de loto.
Todos nos esforzamos por alcanzar la misma meta, pero es normal que los practicantes tengan diferentes opiniones. Cada quien tiene una perspectiva diferente, así que podemos tener puntos de vista que no concuerdan. De hecho esto es algo bueno: podemos potenciarnos mutuamente y hacer nuestros esfuerzos más perfectos. También nos da oportunidades para cultivarnos.
Siempre que hay un conflicto con un compañero practicante, mi pensamiento inicial es de abandonar. Cuando miro hacia adentro y me elevo, siempre sé que es mejor trabajar con ese practicante. Fue arreglado por el Maestro, así que siempre es lo mejor.
Cuando libero mis apegos, de solo querer mirar los problemas y apegos de los demás y querer discutir sobre quién tiene razón o quién está equivocado, entiendo que todo practicante puede encontrar dificultades en la cultivación. Todos somos obstaculizados por nuestras nociones y apegos humanos lo que nos interfiere. Cuando uno sinceramente quiere para otros lo mejor y encara los problemas con pensamientos rectos, no solo descubriremos los aspectos buenos de los otros, sus brillantes virtudes y sus características únicas, sino que también encontraremos la mejor solución. Esta es la verdadera cooperación.
Conclusión
En conclusión, me gustaría compartir algo que Shifu nos enseñó:
“Trata todo con lo que te enfrentas como un cultivador, y serás capaz de superarlo todo. (Aplausos) Debes preguntarte: si un ser divino se enfrentara con este problema, ¿cómo lo manejaría? Cuando no puedes atravesarlo, deberías pensar en eso. Sólo intenta atravesarlo y manejarlo de esa manera, y mira qué pasa” (Exponiendo el Fa en San Francisco 2005).
¡Gracias maestro! ¡Gracias compañeros practicantes!
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Categoría: Caminos de cultivación