(Minghui.org) Poco después de que salí a aclarar la verdad el 4 de diciembre de 2019, me di cuenta de que alguien me estaba siguiendo. Me di la vuelta y vi a un oficial de civil y a una señora de la oficina comunal a quien las autoridades le habían encargado que me vigilara.

Aceleré el paso para perderlos y pronto llegué a una zona comercial muy concurrida donde sería fácil esconderse. Ellos corrieron tras de mí para evitar que me escapara.

Entré rápidamente en un edificio por la salida de emergencia pero oí que la puerta se abría mientras me seguían. Inmediatamente envié pensamientos rectos y caminé hacia el pasillo en el mismo piso. Todas las puertas del pasillo estaban cerradas.

Entonces se abrió una puerta y salió una señora. Me miró un par de segundos y dijo: "Por favor, entra". No sabía quién era, pero no tenía mucho tiempo para pensar, así que entré rápidamente al cuarto. Unas cuantas personas estaban sentadas en el suelo dentro de la habitación. La señora me dijo que me escondiera en un pequeño almacén.

Alguien comenzó a golpear la puerta de la habitación principal. La señora le abrió, y escuché las voces de los dos que me habían seguido. Le dijeron a la señora que me habían visto entrar en la habitación. La señora les dijo que yo era un nuevo empleado y que estaban en medio de una sesión de entrenamiento.

Los dos que me habían seguido querían registrar el lugar, pero la señora se negó, diciendo: "Ya han interrumpido nuestras operaciones comerciales muchas veces. Somos una empresa coreana legal. Debe tener una orden de cateo para registrar nuestro lugar de trabajo".

El policía le dijo: "Hoy están de suerte. Tengan cuidado la próxima vez, no dejen que los atrape con pruebas". La mujer de la oficina comunitaria escupió en el suelo y luego los dos se fueron.

Después de que se fueron, me dijeron que todo estaba bien, así que salí del almacén y vi a todos vestidos con camisas blancas y pantalones negros.

Sonrieron con amabilidad. La señora que me había dejado entrar les dijo a todos: "Sigamos con nuestra reunión". Lo que acaban de presenciar es exactamente como lo que dice el Libro del Apocalipsis: que la gente con creencias justas será perseguida cuando el día del juicio final esté cerca".

El lugar con el que me tropecé era una oficina de una compañía, pero también era un lugar de reunión de una iglesia clandestina. El malvado partido comunista chino (PCCh) persigue a todas las religiones, incluyendo a las iglesias clandestinas.

Tenían que reunirse en secreto en la oficina de la compañía. Todos se quejaron de la supresión del PCCh y me dijeron que algunos de ellos habían sido arrestados.

La señora dijo: "Tan pronto como te vimos supimos que eras una persona con una fe justa. Vi luces en tu cuerpo".

Les dije que la razón por la que me perseguían era porque había salido a contarle a la gente la verdad sobre Falun Dafa, y les mostré los materiales aclaratorios de la verdad que había traído conmigo.

Ya que ellos estaban estudiando el Libro del Apocalipsis, les recordé acerca de la profecía en la Biblia de buscar al Creador, así como quién era el dragón rojo, quién era la "gran prostituta" referenciada en el libro, y cuál era la marca de la bestia en el Libro del Apocalipsis. Compararon lo que dije con el libro y siguieron asintiendo con la cabeza.

Un hombre me dijo: "Hemos estudiado la Biblia durante muchos años, pero aún no entendemos el Libro del Apocalipsis. En pocas palabras, nos ha llevado a entender mucho. Realmente hemos perdido mucho tiempo esforzándonos en vano".

Aproveché la oportunidad para aclarar la verdad sobre por qué tenían que renunciar al PCCh y sus organizaciones afiliadas para así borrar la marca de la bestia. También les dije cómo los discípulos de Dafa dejaron todo, incluso sus vidas, para ayudar a la gente, tal como lo hicieron los santos cristianos que fueron martirizados.

Todos estaban conmovidos, algunos hasta las lágrimas. Volví al lugar de reunión de la iglesia clandestina unos días después.

Leyeron todo el material que traje y entendieron claramente la maldad del PCCh. Uno de ellos dijo que el "dragón rojo" ha envenenado las mentes de mucha gente en el mundo y que los practicantes de la Dafa son los únicos que luchan contra el mal.

Todos ellos usaron sus nombres reales para renunciar al PCCh. También me pidieron que les trajera cualquier material informativo nuevo tan pronto como estuviera disponible.

Cuando salí de la oficina, ellos presionaron sus palmas juntas en el gesto tradicional de respeto y repitieron: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".

Fui testigo de la verdad sobre Falun Dafa propagándose entre la gente con fe y experimenté verdaderamente la grandeza de Dafa.