(Minghui.org) Durante los 21 años que he practicado Falun Dafa, siempre que he sentido resentimiento o que no puedo cumplir con el estándar del Fa, trato de dejarlo ir.

El Maestro dijo:

“…Si mantienes en todo momento un corazón misericordioso y una actitud serena y pacífica...”(Cuarta Lección, Zhuan Falun).

Prestaría atención para eliminar el sentimiento de resentimiento. Me di cuenta de los cambios en mí, mi voz se atenuaba y poco a poco podía hablar con calma. El resentimiento parecía desvanecerse.

Para mi sorpresa, recientemente una situación desencadenó mi resentimiento, el resentimiento se manifestó de otra forma, en la superficie, me llevaba muy bien con mi esposo, no obstante, lo odiaba, entonces el pensamiento que tenía antes de comenzar la cultivación apareció de nuevo en mi mente: “Quería divorciarme cuando nuestro hijo creciera”. Ahora, nuestro hijo ha crecido y se ha ido de casa. Es el momento de separarme de él.

Después de casarnos, la primera vez que nos peleamos, pensé en divorciarme, no puedo vivir con él. Cuando aclaraba la verdad a la gente, a menudo les decía que si no fuese una practicante haría tiempo que me hubiera divorciado. Especialmente traté de que mi hijo entendiera que es Dafa quién le da una familia. Mi esposo también sabía esto. Durante todos estos años de persecución por parte del partido comunista chino (PCCh), él fue capaz de resistir proactivamente mi persecución y de proteger muchas veces los materiales relacionados con Dafa. Él también se benefició. Tenía buena salud y logró una buena situación financiera.

Como cultivaba basándome en el Fa, me volví más distante cuando me enfrentaba a un conflicto con mi esposo. Parecía que podía “tolerar calmadamente”. Parecía que el resentimiento ya no existía más. No obstante, cuando visité a una pareja de practicantes que experimentaron juntos la vida y la muerte y presencié cómo el esposo cuidaba de su esposa, y cómo se preocupaba por su mujer, les tomé como ejemplo a seguir. Sin embargo, despertó un profundo resentimiento oculto. Cuando tuve otro conflicto con mi esposo, no pude evitar decir “Divorciémonos, no quiero nada, por favor toma las propiedades familiares como compensación por todo lo que hiciste los últimos años”.

Mi esposo me dijo: “Debes cultivarte en esta familia, no puedes cultivarte sola. Piensa si realmente estás cumpliendo con Verdad, Benevolencia y Tolerancia”. También dijo: “Me gustaría seguirte donde sea que vayas, los quiero como una familia, ¿cómo podemos divorciarnos?”. Me quedé sin palabras. Sé que el Maestro trató de iluminarme a través de él. No me rogó ni me consoló. No fue fácil para él suplicar de esa manera. No obstante, Aún pensé: “Dice eso porque sabe que estoy decidida a divorciarme”.

Al escuchar las palabras sinceras de mi esposo mientras miraba las enseñanzas del Maestro en mi mente, encontré y descubrí de donde venían. El Maestro dijo: La cuestión de perseguir (Segunda Lección, Zhuan Falun).

Después de casarnos, me di cuenta que mi esposo no era el tipo de hombre que esperaba. Se suponía que debía ser responsable, cariñoso y comprensivo. Tuve que encargarme de las cosas grandes y pequeñas, incluso de nuestro hijo. No fue de ayuda.

Solo cuando nuestro hijo tuvo una reunión de padres antes del examen de entrada a la universidad, él participó, ya que yo no tenía tiempo. Esa fue la única vez que hizo algo así. El concepto de que él era una carga estaba profundamente arraigado en mi mente. Eso me hacía no tener esperanza en nuestro matrimonio, pero tenía la mentalidad tradicional de proporcionar a nuestro hijo una familia completa.

Desde que practico Dafa, he cambiado totalmente. Me he vuelto una persona sana mental y físicamente. En los últimos 21 años, no he tenido ninguna enfermedad. Sin embargo, ese resentimiento estaba escondido profundamente en mi corazón. Aparecía de vez en cuando y resultó en conflictos entre mi esposo y yo. Esto me llevó a sacar a relucir el acuerdo de divorcio en lugar de solo hablar de él después de más de 20 años de cultivación.

El mal aprovechó la oportunidad. Cuando me reuní con los practicantes, me di cuenta por casualidad de que alquilaban un apartamento. Parecía especialmente preparado para mí. Esto fortaleció mi idea de marcharme.

Mi yo verdadero y mi falso yo luchaban en mi mente. Mi yo verdadero sabía que esto era un apego y que no estaba alineada con el Fa. Mi yo falso solo quería irse. Incluso le sugerí a mi esposo: “Intentemos separarnos durante medio año”. Por supuesto, mi yo verdadero prevaleció sobre mi falso yo. Ya no insistí más. Un pensamiento inconsciente me despertó, es el asunto de perseguir, mi deseo de que mi marido me acariciara me trajo problemas.

El Maestro dijo:

“Resentimiento. Viene del hábito de querer escuchar palabras lindas y de que te gusta que te pasen cosas lindas; si no te quedas resentido. Piensen todos al respecto, esto no es aceptable. La cultivación no se debería practicar así” (Explicando el Fa en Washintong D.C. 2018).

Confesé mi error al Maestro desde mi corazón y le pedí al Maestro que me ayudara a deshacerme del apego a perseguir. Al cabo de un rato, me calmé. No apareció ningún pensamiento en mi mente. El resentimiento desapareció.

Después de que el Maestro me ayudó a eliminar este apego, ya no esperaba que mi esposo cediera. No tenía ninguna expectativa, pero esperaba que él practicara Dafa. En los días siguientes, él parecía otro, comenzó a preocuparse por mí. Supongo que esto fue una ganancia sin pedirlo.

Escribí esta experiencia de cultivación donde dejé ir el resentimiento, con el fin de exponer mi error y compartirlo con los practicantes. Es posible que detrás del resentimiento existan todo tipo de sentimientos humanos que no son fáciles de detectar. Para eliminar realmente el resentimiento es necesario cavar más profundo.