(Minghui.org) Soy un profesor de secundaria jubilado de 81 años de edad. Comencé a practicar Falun Dafa en mayo de 1997. En ese tiempo, sufría de varias enfermedades, incluyendo gastritis crónica, hipoglucemia, hipotensión, enfermedad coronaria, y atrofia cerebelosa (para la cual no había cura). Sin embargo, después de practicar Falun Dafa, ¡todas mis enfermedades desaparecieron! En otras palabras, Dafa me dio una segunda vida.
Desde que era pequeño, siempre reflexioné sobre el significado de la vida humana. Gracias a Falun Dafa, ahora comprendo que el propósito de la vida es volver al verdadero ser original. Dafa nos provee una escalera al Cielo; ¡tengo tanta suerte de poder practicar Falun Dafa!
Presenciando los milagros de Dafa
Aprendí los ejercicios de Falun Dafa el 21 de mayo de 1997. Un día después, me uní a un seminario, el cual reproducía grabaciones de video de las conferencias de Shifu Li Hongzhi (el fundador). Shifu abrió mi ojo celestial después de la segunda conferencia. Tuve la visión de que el lugar de la práctica era un campo de batalla en una época antigua; ¡incluso vi cómo luchaban los soldados!
Un día, Shifu me mostró las tres palabras: "Verdad-Benevolencia-Tolerancia" en el Cielo, apareció una señal de que debería seguir estos principios. Otro día, vi el big bang del universo. Shifu también me dejó ver algunas de mis reencarnaciones de diferentes vidas: había sido una niña, un niño y una tortuga.
Entendí que Shifu me decía que no era un accidente que aprendiera Falun Dafa en esta vida. En efecto, fue arreglado hace decenas de miles de años. He esperado este momento por siglos y debo atesorar esta oportunidad.
Mi esposa y yo trabajamos en la misma escuela y aprendimos Falun Dafa al mismo tiempo. La severa enfermedad cardiaca reumática de mi esposa y mis enfermedades, incluyendo la enfermedad coronaria y la atrofia cerebelosa, desaparecieron en dos meses.
Ese julio, nos unimos a una excursión organizada por la escuela. Nuestros colegas se sorprendieron mucho al vernos a ambos, que solíamos tener problemas para respirar después de caminar unos pasos, subimos con facilidad a la cima de la montaña Diecai en Guilin. "¡Falun Dafa es un milagro!", exclamaron.
Durante los primeros días de nuestra cultivación, mi esposa y yo memorizamos un nuevo Jinwen de Shifu cada noche antes de ir a la cama. Una noche, mi esposa dijo que tomaría más tiempo de lo habitual. Yo dije que lo memorizaría después de tres lecturas.
Después de leerlo tres veces, mi esposa me pidió que lo recitara de memoria. Lo hice sin ningún error. "¡No sabía que tu memoria fuera tan buena!". Ella estaba sorprendida.
"No es mi memoria". Mis lágrimas comenzaron a caer. "Shifu me mostró todo el artículo en otra dimensión. ¡Solo lo estaba leyendo!".
¡Shifu siempre te ayudará cuando tu corazón esté en el lugar correcto!
Una noche de verano, cuando dejamos el lugar de la práctica después de un grupo de estudio del Fa, algo cayó repentinamente de un árbol, aterrizó suavemente en mi cabeza, y cayó al suelo. Lo recogí, ¡era la llave de mi casa! Había olvidado la llave en el lugar de la práctica, ¡y Shifu me la trajo de vuelta!
Todos los compañeros de práctica que presenciaron el incidente quedaron asombrados: "¡Es milagroso! ¡Shifu es tan amable!".
"¡Viva Falun Dafa!".
Shifu dijo:
"La cultivación precede a la práctica. La cultivación va en primer lugar, mientras que la práctica ocupa un segundo lugar. Sin embargo, si desean completar la cultivación en esta escuela, las dos son indispensables, la cultivación y la práctica" (Exponiendo el Fa en Sidney).
Shifu también dijo claramente:
"Cuando tu xinxing se eleva, tu gong crece. Tan alto es el xinxing, tan alto es el gong” (Primera Lección, Zhuan Falun).
Me gustaría compartir algunos hechos, en los que Shifu hizo que dejara el apego a la fama y a los beneficios personales:
A finales de 1997, nuestra escuela anunció que la junta de educación aumentaría el salario de una docena de profesores destacados, elegidos de entre los más de 200 que hay en la escuela. Todos los profesores solicitaron este aumento excepto mi esposa y yo. El director de la escuela nos preguntó por qué no lo solicitamos cuando ambos estábamos casi seguros de ser elegidos. Dijimos que Falun Dafa nos enseñó a no ser egoístas y a considerar siempre primero a los demás. El director se conmovió, diciéndonos que aprendería Falun Dafa al jubilarse.
En agosto de 1998, ocurrieron grandes inundaciones en ciertas áreas del Río Yangtze. Mi esposa y yo donamos todo lo que habíamos ganado de enseñando en el verano. Un oficial del cuartel general de control de inundaciones nos preguntó nuestros nombres cuando hicimos la donación. Simplemente respondimos:
"¡Nuestro nombre es Falun Dafa!".
Durante las inundaciones, los practicantes de nuestro sitio de práctica se turnaron para ir al terraplén de prevención de inundaciones, trayendo comida y bebida a los trabajadores. El personal de ayuda de emergencia preguntó nuestros nombres y dijimos: "¡Nuestro nombre es Falun Dafa!".
Ellos declararon: "¡Viva Falun Dafa!".
Mejorando mi carácter
Shifu dijo en Zhuan Falun:
“Siendo nosotros personas que refinan gong, repentinamente se pueden producir conflictos. ¿Cómo hacemos? Si mantienes en todo momento un corazón misericordioso y una actitud serena y pacífica, al encontrarte con problemas podrás actuar bien, porque eso da espacio para amortiguar. Si siempre eres misericordioso, tratas a los demás benevolentemente, consideras a los demás al hacer cualquier cosa, y cada vez que se presenta un problema piensas primero si los demás podrán aguantar o no y si dañas a otros o no, entonces no surgirá ningún problema. Por consiguiente, debes refinar gong según estándares altos, exigirte con estándares aún más altos”. (Cuarta Lección, Zhuan Falun).
Durante una clase, noté que una estudiante puso su cabeza sobre sus brazos en el escritorio y no prestó atención a mi clase. Pensé que se había quedado dormida, así que intencionalmente la llamé por su nombre y le hice una pregunta para despertarla. Para sorpresa de toda la clase, en lugar de avergonzarse o disculparse, se puso de pie y gritó furiosa: "No escuché". No sé la respuesta".
La sangre me brotó en la cara. ¡No había visto a una estudiante perder los estribos así en todos mis años de enseñanza! La estudiante habría sido severamente castigada si informaba a las autoridades de la escuela del incidente. En ese preciso momento, escuché una voz en mi cabeza: "Verdad-Benevolencia-Tolerancia".
Era la voz de Shifu. Inmediatamente me calmé y dije suavemente: "Siéntese por favor. Hablaré con usted después de la clase".
Cuando sonó la campana, caminé hacia la estudiante. Toda la clase se puso de pie, conteniendo la respiración y mirando. Su compañera de escritorio dijo rápidamente: "Profesor, ella (la estudiante) escuchó esta mañana que su mejor amiga de la escuela secundaria se ahogó mientras nadaba. Está muy alterada".
Yo estaba conmocionado y me sentí avergonzado de haberle llamado la atención.
"Lo siento mucho", dije. "Vi que te inclinaste sobre tu escritorio tan pronto como entré al salón de clases. Debí haber venido a ver si estabas bien. No me preocupé lo suficiente".
Lloró y respondió: "¡Lo siento, profesor! No debí haberle gritado. No está enfadado conmigo, ¿verdad?".
La consolé y le pedí al presidente de la clase que le prestara los apuntes. También le ofrecí venir a hablar conmigo si tenía alguna pregunta sobre los materiales de la clase en el futuro. Varios estudiantes se conmovieron hasta las lágrimas.
A la mañana siguiente, cuando entré en el aula, vi tres macetas de flores en mi mesa. Me las trajo la estudiante del incidente de ayer. Cuando me vieron, todos los estudiantes se pusieron de pie y dijeron al unísono: "¡Profesor, es usted muy amable! ¡Gracias!".
¡Nunca me he sentido tan honrado por mis alumnos!
Respondí a la clase: "A decir verdad, ayer cometí errores. No logré descubrir el problema a tiempo. En lugar de consolar a su compañera, la llamé con la intención de avergonzarla. Fue terrible, y lo siento mucho".
"Solo he visto a los profesores criticar a los estudiantes. Usted es el primer profesor que he visto que pide perdón a un alumno", dijo un alumno mientras se ponía de pie, secándose las lágrimas.
"¡Es usted tan amable, profesor!", gritó la clase de nuevo.
Mis ojos también estaban llenos de lágrimas. "Soy capaz de hacerlo porque mi Maestro me enseñó esto. Practico Falun Dafa, que cultiva 'Verdad-Benevolencia-Tolerancia'". Escribí las tres palabras en su pizarra.
"¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno!". Se las dije a todos.
La protección de Shifu
Un día en junio de 1997, un mes después de que empecé a practicar Falun Dafa mientras enseñaba una clase, un relámpago brilló y un trueno rugió afuera. De repente, un brillante relámpago entró en la clase a través de una ventana hacia mí. Había venido a quitarme la vida, podía sentirlo. Cuando el rayo estaba a punto de alcanzarme, dio un giro repentino y fue hacia un estudiante. Se arremolinó alrededor de la cabeza del estudiante y salió del aula a través de una ventana del otro lado. Un fuerte rayo lo siguió justo fuera de la ventana. Los estudiantes gritaron. Cerré las palmas de las manos frente a mi pecho, agradeciendo a Shifu por salvarnos.
Les expliqué a los estudiantes que yo era practicante de Falun Dafa, y que todos habíamos sido testigos de la protección de Shifu. Era un Falun (rueda de la ley) que hizo que el rayo se alejara en el último momento. Mis estudiantes se unieron a mí para admirar el asombroso poder de Dafa.
En la primavera de 1999, participé en un Fahui o conferencia para compartir experiencias de cultivación en grupo. Terminó alrededor de las once de la noche. No había ningún autobús público que funcionara tan tarde, y no había manera de llamar a un taxi en el área. Me llevaría unas tres horas llegar a casa a pie. La puerta del distrito en el que vivía se cerraba en media hora, a las 11:30 p. m., así que tuve un pensamiento recto y firme: Debo volver a casa dentro de treinta minutos.
Caminé lo más rápido posible. Noté que los edificios alrededor de la carretera no eran los mismos que había visto cuando venía en autobús. Sin saber realmente lo que estaba pasando, me encontré de repente en la puerta de mi distrito. Miré mi reloj: Eran las 11:10 p. m. ¡Vaya! ¡Solo me había llevado diez minutos caminar a casa! ¡Fue el misericordioso Shifu quien me envió a casa rápidamente y con seguridad!
Mientras nos cultivemos verdaderamente, Shifu siempre nos vigila y protege en todo momento. ¡Gracias, Shifu!
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Categoría: Caminos de cultivación