(Minghui.org) La Sra. Wang Fan, una profesora de una escuela primaria de la ciudad de Suihua, provincia de Heilongjiang, murió el 31 de diciembre de 2020, a la edad de 54 años. La Sra. Wang regresó a su casa en octubre, luego de terminar de cumplir una condena de 2 años de prisión por distribuir material sobre Falun Dafa (también conocido como Falun Gong), una práctica espiritual perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.

El 3 de octubre de 2018 fue detenida junto a otros 4 practicantes de Falun Dafa. Primero estuvo detenida en el centro de detención de Lanxi, donde fue castigada por negarse a dar su nombre a la policía. Luego fue transferida al centro de detención de la ciudad de Anda, donde fue obligada a llevar pesados grilletes las 24 horas durante más de un mes. Después de ser transferida a la prisión de mujeres de Heilongjiang, fue sometida a abusos físicos y mentales. Como resultado sufrió dolores de cabeza, entumecimiento de las manos, demencia, desmayos y alta presión sanguínea.

La Sra. Wang regresó a su casa a principios de octubre, pero descubrió que había sido despedida por la Escuela Primaria de Shangzhi después de haber enseñado allí durante 30 años y de ser conocida como una profesora muy respetada y querida.

Tan solo dos semanas después de haber iniciado la tutoría en una agencia privada para resolver sus dificultades financieras, se desmayó en su casa el 30 de diciembre y fue trasladada a un hospital. Le diagnosticaron una hemorragia del tronco cerebral y falleció al día siguiente.

Arrestada en el condado de Lanxi

La Sra. Wang fue detenida en el condado de Lanxi con el Sr. Yang Chuanhou, y las Sras. Zhao Tingting, Bai Xia y Wang Fuhua el 3 de octubre de 2018. Los cinco practicantes de Falun Dafa fueron interrogados en la comisaría de la ciudad de Beian. Cuando la Sra. Wang se negó a darles su nombre, un policía le esposó las manos a la espalda y la obligó a ponerse de pie frente a una pared. Continuó maldiciéndola y pellizcándole la cara con violencia.

Otro policía la amenazó con rociarla con agua de pimienta. Un tercer oficial la golpeó varias veces.

Posteriormente la policía obtuvo la información personal de los 5 practicantes utilizando la tecnología de reconocimiento facial. La Sra. Wang se negó a responder a cualquiera de sus preguntas durante el interrogatorio.

Extorsión financiera en el centro de detención de Lanxi

El centro de detención de Lanxi ideó muchas maneras de extorsionar a los detenidos y a sus familias. Cuando el hijo de la Sra. Wang fue a visitarla, se le pidió que pagara 1.000 yuanes en la puerta y que comprara artículos a precios excesivos en la tienda de propiedad y operación del guardia Lu Feifei.

A menudo los guardias tomaban y se comían los artículos personales o los alimentos de los detenidos. Las comidas estándar que proporciona el centro de detención son muy pobres. Para obtener mejor comida, se debe pagar extra. Durante los 12 días que la Sra. Wang estuvo en el centro de detención de Lanxi, su hijo pagó 1.400 yuanes, mientras que otros solo pagaban 500 yuanes.

Torturada en el centro de detención de la ciudad de Anda

Apenas la Sra. Wang y los otros 4 practicantes fueron trasladados al centro de detención de la ciudad de Anda, fueron registrados desnudos. Les dieron uniformes de la prisión para que los usaran. El uniforme incluía una camisa, un par de pantalones y un chaleco con el nombre del centro de detención. La Sra. Wang se negó a usar el chaleco por la etiqueta. Durante un mes, los guardias no le dieron ropa abrigada a pesar del frío.

Había 3 salas en el centro de detención. Los guardias instigaron al recluso en jefe de cada pabellón a atormentar a los practicantes de Falun Dafa. La Sra. Wang vio a otra practicante, la Sra. Song Hongwei, mientras la atormentaba el recluso jefe de otro pabellón. En su primer día en el centro de detención, la Sra. Song se negó a dejar que los guardias le tomaran una foto. El recluso principal y otros reclusos la arrastraron al baño y la rociaron con agua fría. También la golpearon y patearon durante mucho tiempo. Lo mismo ocurrió al día siguiente.

Aunque la Sra. Wang no fue golpeada, a menudo era humillada y ridiculizada por el recluso principal y otros reclusos. Cuando ella se negó a sobornarlos, la obligaron a limpiar el baño durante un mes. Los guardias y otros reclusos se burlaban y la humillaban cuando se sentían disgustados con ella.

Un día de junio de 2019, vieron a la Sra. Wang y a otro practicante haciendo ejercicios de Falun Dafa en su celda. Los guardias le pusieron grilletes que pesaban casi 9 kg (20 libras) a la Sra. Wang como castigo. Ella tenía que usarlos todo el tiempo, incluso mientras dormía. Con los grilletes puestos, solo podía dar pequeños pasos y no podía caminar con la espalda recta. Le dolían las piernas, los muslos, la espalda y la cintura. Necesitaba que varias personas la ayudaran a desvestirse cuando se duchaba.

Después de dos semanas, un guardia le dijo que le quitaría los grilletes si accedía a no hacer más ejercicios de Falun Dafa. La Sra. Wang se negó y dijo que no había hecho nada malo. Otros reclusos estaban muy impresionados por la Sra. Wang, y uno la animó diciéndole en secreto: "Falun Dafa es bueno". Los guardias finalmente le quitaron los grilletes después de 35 días, cuando un equipo de inspección provincial estaba a punto de realizar una visita.

Después, un prisionero en la misma celda le dijo: "Realmente admiro a los practicantes de Falun Dafa. Han mantenido la dignidad de Falun Dafa con sus acciones sin perder sus principios. ¡Falun Dafa es increíble!".

Experiencia en la prisión de mujeres de Heilongjiang

La Sra. Wang fue condenada a 2 años de prisión en mayo de 2019. Después que rechazaron su apelación, fue transferida a la prisión de mujeres de Heilongjiang el 20 de octubre de 2019. Hay más de 300 practicantes de Falun Dafa encarceladas allí por su fe.

A las practicantes de Falun Dafa solo se les permite usar el uniforme proporcionado por la prisión. Incluso en clima frío, no les permiten usar ropa más abrigada. Debido a que la Sra. Wang se negó a renunciar a Falun Dafa, fue forzada a sentarse derecha e inmóvil en un pequeño taburete durante más de 18 horas seguidas, desde las 4 a. m. hasta las 10 p. m. El taburete era estrecho y bajo (solo unos 25 centímetros de alto), y tenía una superficie irregular. Cuando no podía seguir sentándose en él, una reclusa se puso en frente de ella y le mantuvo las piernas juntas, mientras que otra se puso detrás de ella y utilizó su rodilla para mantener la espalda de la Sra. Wang recta. La presión le hacía sentir que su espalda estaba rota.

Las reclusas la llevaron a un lugar de la prisión donde no había cámaras de vigilancia. Le dieron puñetazos, bofetadas y pellizcos en la cara y las piernas hasta la noche. A la mañana siguiente, se despertó temprano para sentarse en el taburete de nuevo. Al mediodía, se sintió mareada. Cuando intentó moverse, se cayó. El recluso que la vigilaba la acusó de fingir una enfermedad. Entonces la Sra. Wang perdió el control de sus manos y pies en el baño y se cayó.

Fue trasladada al hospital de la prisión en una camilla. Su presión sanguínea era peligrosamente alta. Le dieron medicamentos para bajar la presión arterial. Aunque seguía siendo humillada por los reclusos y los guardias, ya no la obligaban a sentarse en el pequeño taburete o a trabajar.

Alrededor de mayo de 2020, a medida que la pandemia iba disminuyendo, la prisión comenzó a exigirle a las reclusas que escribieran informes semanales, mensuales y anuales sobre su "transformación". La Sra. Wang se negó a escribir alguno. Cuando las reclusas la amenazaron con el aislamiento, ella respondió: "Somos buenas personas y estamos siendo perseguidas". Cuando una reclusa la pateó por no sentarse en la posición requerida, la Sra. Wang le dijo seriamente: "Es contra las reglas golpear a alguien". Ella se negó a seguir las demandas irrazonables de los guardias y reclusas que asignaron para vigilarla.

Un día, cuando le ordenaron a las reclusas leer en voz alta el reglamento de la prisión, la Sra. Wang se negó de nuevo. Le dijeron que se sentara en un pequeño taburete en una esquina, pero esta vez se negó a cumplir. La Sra. Wang explicó al equipo que dirigía la persecución la verdad sobre Falun Dafa y que los practicantes no son criminales. El líder del equipo estuvo de acuerdo en que los practicantes de Falun Dafa son inocentes.

La Sra. Wang finalmente regresó a casa el 2 de octubre de 2020. Falleció dos meses después.

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