(Minghui.org) Tengo 39 años. Después de casarme en 2011, la policía me acosaba a menudo por practicar Falun Dafa. La policía también acosó a mi marido en el trabajo. Lo amenazaron y lo obligaron a "trazar una línea clara" entre él y yo o perdería su trabajo.

Además, mi suegra no entendía la importancia de mi cultivación en Dafa y me culpaba. Para proteger su trabajo, mi marido decidió divorciarse, diciendo: "Si pierdo mi trabajo, mi madre se pondrá furiosa conmigo".

Para proteger el trabajo de mi marido y no enfadar a mi suegra, que tenía la tensión alta, acepté el divorcio.

Después del divorcio, mi marido dijo: "Sigamos viviendo juntos para poder cuidar de nuestros dos hijos, aunque estemos divorciados". En ese momento, no había cultivado Dafa por mucho tiempo y no me di cuenta de que vivir juntos después del divorcio era inmoral e incorrecto.

Acepté vivir de esa manera, pero no se lo mencioné a nadie, incluyendo a mi madre, que también es practicante. Continué viviendo con mi exmarido, los suegros y dos niños durante los siguientes tres años.

Una noche a principios de mayo de este año, de repente empecé a tener una hemorragia vaginal grave. La sangre empapó rápidamente los pañuelos que usé para tratar de detenerla. Cambié las telas cuatro o cinco veces en el baño, y de repente me sentí mareada. Me preocupaba que esto molestara a otros familiares.

En ese momento, pensé en Shifu, y en mi corazón, lo llamé para que me salvara. No sé cómo volví al dormitorio, pero estaba demasiado débil para llegar a la cama y me caí sobre la alfombra de juego de mis hijos. A la mañana siguiente, se sorprendieron y preguntaron: "Mamá, ¿por qué dormiste en el suelo?".

A mediados de mayo, tuve un fuerte dolor en la parte baja del abdomen izquierdo. Pensé que era un problema intestinal, así que tomé dos pastillas laxantes. Esa noche, empecé a sangrar sin control. Usé medio rollo de papel higiénico para tratar de detener la hemorragia, pero continuaba.

Empecé a rogarle a Shifu que me ayudara de nuevo, y entonces la hemorragia se detuvo. A la mañana siguiente, cuando me levanté, la hemorragia comenzó de nuevo. Cuando llegué al baño, mis pantalones estaban empapados de sangre. Le rogué a Shifu que me salvara.

Cuando intenté levantarme, me desmayé, y mis suegros me llevaron al dormitorio. Mi exmarido me llevó al hospital. Me examinaron y me hicieron pruebas, y tres días después me dijeron que tenía cáncer de útero pero que no lo podían tratar.

Me aconsejaron que fuera al hospital provincial de cáncer para que empezara a recibir quimioterapia inmediatamente. Para entonces ya había perdido mucha sangre —la mitad de la que debería tener.

En ese momento me di cuenta de que solo nuestro benévolo y gran Maestro y Dafa me podrían salvar. Le dije a mi exmarido que me llevara a la casa de mi madre y planeé en mi corazón confesarle a Shifu las cosas malas que había hecho en los últimos años.

Él no me quería llevar a la casa de mi madre. Dijo que iba a organizar un tratamiento para mí, pero no hizo nada. Cuando insistí, finalmente me llevó a la casa de mi madre.

Pasé dos días estudiando el Fa y haciendo los ejercicios. Le dije a mi madre que me había divorciado de mi marido en 2017 pero que había seguido viviendo con él. Intercambiamos pensamientos y miré hacia adentro y me di cuenta de la gravedad de mi problema.

Había cometido un gran error.

Desde que comenzó la persecución a Falun Dafa, no había tomado mi cultivación en serio. Busqué la ayuda de Shifu cuando tuve problemas y luego volví a ser una persona normal después que los problemas se resolvieron. Todavía consideraba importantes los intereses y el amor de la gente común. En efecto, me había hundido más y más en el mundo ordinario.

Me arrodillé frente a la foto de Shifu y me confesé. Nuestro benévolo y gran Maestro no se dio por vencido conmigo y purificó constantemente mi cuerpo.

En unos pocos días, casi había recuperado mi salud. Me arrodillé y le agradecí a Shifu por haberme salvado la vida.

No hay palabras para expresar mi gratitud a Shifu. Solo puedo hacer bien las tres cosas y cultivarme diligentemente. ¡Falun Dafa es grandioso!