(Minghui.org) Soy granjera y vivo en el campo. Un día, un practicante de Falun Dafa de mi aldea se me acercó y me dijo: “Hay una persona muy buena que no puede regresar a su casa. ¿Podrías ayudarlo, acogiéndolo por un tiempo? A cambio te ayudará con las labores agrícolas". Le pregunté por qué una persona tan buena no podía volver a su casa. Me respondió: “Practica Falun Dafa. La comisaría intentó arrestarlo por practicarlo. Todo aquel que practica Falun Dafa goza de buena salud y ahorra mucho dinero a China en gastos médicos. Son personas bondadosas que no pelean con los demás por beneficios personales. Sin embargo, el líder del partido comunista teme que le quiten su poder. Así que difama a Falun Dafa y arresta a los practicantes”. Lo que hacía el partido comunista chino (PCCh) me enojó muchísimo. Me molestó que los practicantes fueran tratados injustamente. La policía no estaba tratando de encontrar a los criminales, sino que perseguía y arrestaba a gente buena. Acepté acogerlo.

El practicante llegó esa noche. Nos agradeció la ayuda. Me disculpé porque vivíamos en un sitio remoto y las condiciones no eran las ideales. Me dijo que no le importaba. Mi esposo y yo tuvimos una conversación aquella noche: “¿Qué es Falun Dafa? ¿Tan bueno es que prefiere perder su trabajo y no regresar a casa con su familia?". No lo entendíamos.

Mas tarde hablamos con el practicante. Nos contó que padecía una enfermedad grave y que se sometió a delicadas cirugías que no lo ayudaban. Sentía tanto dolor que llegó a pensar en suicidarse. Pero en cuanto comenzó a practicar Falun Dafa, todas sus enfermedades se resolvieron. Le ahorró al sistema de salud muchos gastos médicos. Además, dejó de tener mal genio y su familia se volvió armoniosa.

También nos dijo que el mayor beneficio de practicar Falun Dafa era volverse una buena persona y alcanzar el reinos de los budas. Cuando escuché la palabra "budas", me sorprendí. Mi tío era un famoso adivino y hacía muchos años me había dicho que los dioses y budas me ayudarían. Mi esposo y yo nos emocionamos tanto que no pudimos dormir. Decidí practicar Falun Dafa. Aunque mi esposo no empezó a practicar, entendía la grandeza de Dafa. Dejó muchos malos hábitos y me ayudaba a aclarar la verdad.

Formando un grupo de estudio del Fa y un sitio de materiales

En cuanto comencé a practicar Falun Dafa, nuestro negocio agrícola empezó a mejorar, cada día, y también nuestras vidas. Además de trabajar en el campo, todos los días estudiaba el Fa y practicaba los ejercicios. El practicante nos dijo: "Deberían regresar a su casa de la aldea y organizar a todos los practicantes para estudiar el Fa en grupo". Estuve de acuerdo y dije: "Haré lo que Shifu quiera".

Al tener nuestra granja en una zona rural, no sabíamos mucho de lo que sucedía en otros lugares. Más tarde supimos que el PCCh había acabado con el grupo de estudio del Fa que se organizó en la aldea. Hablé con los practicantes y acordamos formar un nuevo grupo de estudio del Fa en mi casa. Los practicantes locales volvieron a disponer de un lugar para estudiar el Fa, practicar los ejercicios y compartir experiencias.

Shifu nos dijo: "Ustedes juegan el papel principal en este período de la historia" (Camina tu sendero rectamente, Escrituras esenciales para mayor avance (III)). En este momento crítico de la historia debemos hacer bien las tres cosas y salvar a más personas. Sentí que me había rezagado con respecto otros practicantes y que tenía que darme prisa. Me di cuenta de que los practicantes locales tenían muy limitados medios para producir materiales de aclaración de la verdad, así que decidí comprar máquinas para producirlos. Aunque no sabía cómo hacerlos, estaba decidida a aprender. Creo que como practicantes del período de la rectificación del Fa somos capaces de hacer cualquier cosa. El sitio de materiales se estableció con éxito en mi casa y ahora los practicantes pueden leer Minghui Weekly y distribuir materiales para aclarar la verdad.

Eliminando carteles que calumnian a Dafa

Un día de 2014, un practicante dijo que había un cartel que difamaba a Dafa y al Maestro en una oficina de una aldea. Por la noche, fuimos con él a la aldea para retirar el cartel. Aprecié que el practicante enviara pensamientos rectos y me ayudara.

Otro practicante dijo un día, en 2018, que había un cartel con caricaturas difamando a Dafa en los paneles informativos de un hospital. Me di cuenta de que no escuchaba aquello por casualidad. Debía tener todavía un apego al miedo, que afectaba seriamente a mi cultivación así que me decidí a eliminarlo. Estudié el Fa y recité Hong Yin durante varios días. Entendí que aquel miedo no era yo y que necesitaba eliminarlo. Un día decidí retirar el cartel del hospital y le pedí al Maestro que me fortaleciera. Cuando llegué al hospital fue como si la persona encargada no pudiera verme. Fui hacia el cartel. Había dos personas sentadas debajo del cartel. Me di una vuelta para hacer algo de tiempo y cuando regresé, se habían marchado. Le pedí otra vez a Shifu que me ayudara e inmediatamente retiré el cartel y las caricaturas. Cuando salí del hospital, la persona encargada estaba mirando su teléfono. Shifu volvió a ayudarme.

El Maestro me ayuda a regresar a casa

En agosto de 2019, visité un lugar remoto con la intención de repartir materiales de aclaración de la verdad. Algunas personas me dieron las gracias. Otras me invitaron a beber un poco de agua en su casa. Algunos no aceptaron lo que les decía e incluso me regañaron. Era tal y como lo enseñó el Maestro:

“Vagar es algo bastante sufrido; yendo a pie en la sociedad mendigando comida, se encuentra con toda clase de personas que se burlan de él, lo injurian o se aprovechan de él, puede encontrarse con toda clase de situaciones” (Octava Lección, Zhuan Falun).

Aunque me sentía cansada y sedienta, me alegraba mucho de poder salvar a más personas. Aunque pronto oscurecería, todavía tenía dos folletos. Le pedí a Shifu que antes de regresar me enviara a los predestinados. En ese momento, vi a dos hombres saliendo del trabajo. Me acerqué y charlé con ellos: “Les pido solo dos minutos de su tiempo para decirles algo importante. ¿Han escuchado que millones de chinos están renunciando al PCCh y a sus organizaciones afiliadas?”. Me dijeron que lo habían escuchado, pero que no lo creyeron. Continué: “Es verdad. Ustedes parecen buenas personas. Por favor piénsenlo. Todos los funcionarios del PCCh en China son corruptos. Los ciudadanos de a pie luchan por salir adelante. Ustedes usaron el pañuelo de los jóvenes pioneros en la escuela primaria y juraron dar su vida por el partido. Deben negar aquel juramento que hicieron cuando se unieron a los jóvenes pioneros y a las organizaciones afiliadas al PCCh para evitar verse implicados en los crímenes del partido". Acabaron entendiéndolo y dijeron: “También nos unimos a la liga de las juventudes comunistas. Por favor ayúdenos a renunciar a eso también". Acepté con mucho gusto. Sentí su felicidad y les entregué los dos últimos folletos. Después de darme las gracias, se fueron. Me alegré por ellos y también sentí mucho agradecimiento hacia los practicantes que les habían aclarado la verdad previamente, construyendo una buena base para que esto sucediera.

Me di cuenta de que había oscurecido y no podía recordar cómo regresar a casa. Mientras trataba de hacer memoria, se me acercó un vehículo blanco. Al principio pensé que podría ser un automóvil de la policía y que tal vez alguien me había denunciado. Entonces me di cuenta de que este pensamiento no era correcto, ya que estaba haciendo la cosa más correcta, que es salvar a la gente.

El auto se detuvo frente a mí y me sorprendí al ver a mi sobrino bajar del vehículo. Había viajado a esta zona por negocios y me vio por casualidad. Le dije que no lograba encontrar el camino de regreso a casa. Me dijo: "Te llevaré". Comprendí que el Maestro siempre está a mi lado y me ayuda. Inmediatamente derramé lágrimas de gratitud pensando en el Maestro.