(Minghui.org) Desde que empecé la cultivación, he tropezado de vez en cuando. Durante el proceso, aprendí muchas lecciones; sentí amargura, alegría y también elevación y mejora. Me gustaría compartir lo que experimenté al validar Dafa realizando pequeñas cosas.

Hace algunos años, me arrestaron y me llevaron a un centro de detención donde había una persona con hemiplejía (la mitad de su cuerpo paralizado) que contrajo después de ser sometido a una craneotomía, tras sufrir un grave accidente de coche. Cojeaba de aquí para allá; siempre lucía sucio y olía mal. Por tal razón, todos trataban de mantenerse alejados de él. Me caía muy simpático. Pese a que yo siempre he sido muy exigente con la higiene personal, no lo evitaba. En lugar de eso, le ayudaba a asearse, a doblarle la ropa, a limpiarle su ropa interior sucia y a cortarse las uñas. Mis bondadosas acciones le hicieron sentir la compasión propia de un practicante, y su corazón se llenó de gratitud. Después de presenciar la belleza de Dafa, renunció con gusto a su membresía en el partido comunista chino (PCCh).

Después de hacer eso, lo transfirieron a otra celda. Cuando lo dejaban salir, me visitaba. Me saludaba y charlaba un poco conmigo. Cuando se encontraba conmigo en el pasillo, también me saludaba con entusiasmo. Su semblante siempre se mantenía sombrío. Sin embargo, cuando me veía, sonreía. Como provenía del fondo de su corazón, su sonrisa me proporcionaba una sensación de calidez.

Aunque solo hice algunas pequeñas cosas por él, la bondad de un practicante le dejó un recuerdo imborrable. Sabía que el Maestro me alentaba, para que validara la belleza de Dafa con cada pequeño acto y para que mostrara el comportamiento de un practicante con el fin de establecer una imagen muy positiva sobre los practicantes de Dafa.

En el centro de detención, no se tenía en cuenta la edad ni el estado de salud. Todos los detenidos tenían que trabajar en turnos nocturnos. Una vez, a un recluso se le cayó la medicación del bolsillo mientras dormía la siesta al mediodía. Cuando vi la botella por casualidad descubrí que tenía un problema de corazón. Posteriormente, me enteré de que también tenía hipertensión, así que le propuse a los guardias que yo cubriría todos sus turnos.

El terrible ambiente en el centro de detención somete a la gente a un fuerte estrés. Los reclusos tenían que hacer trabajos pesados durante todo el día, así que también trabajar en el turno de noche resultaba muy duro. Sin embargo, me las arreglé para hacer su trabajo hasta que se marchó. Apreció realmente lo que hice y me elogió diciendo que era alguien maravilloso. Justo antes de irse, pidió algo de comida para devolverme el favor. En lugar de quedármela, la distribuí entre los reclusos que tenían poco dinero. Cuando regresó a casa, empezó a explicar a la gente que los practicantes eran maravillosos, lo cual contribuyó a que la gente a su alrededor eliminara sus malentendidos sobre Dafa y los practicantes, hasta cierto punto.

Llegué a comprender que mientras tenga a Dafa en mi mente en todo momento y me considere un practicante en todo lo que hago, el poder de Dafa se reflejará. La cultivación no es de la boca para afuera. Se refleja en nuestras acciones. He llegado a la conclusión de que si estamos detenidos, debemos atenernos aún más estrictamente a los estándares de Dafa. Si lo hacemos correctamente, la gente a nuestro alrededor nos admirará. Además, podemos mejorar el ambiente de verdad. Aunque intentaron transformarme una y otra vez, no cooperé con los guardias. Al final desistieron.

Estar en el Fa o no, se manifiesta en cada uno de nuestros pensamientos, palabras y acciones. Si podemos mantener los estándares de "Verdad-Benevolencia-Tolerancia" e influenciar a los demás, el poder de Dafa se manifestará continuamente, y los demás entenderán que los practicantes son buenas personas.

Una vez me declaré en huelga de hambre para protestar por las torturas de que estaba siendo víctima en el centro de detención. Al verlo, algunos internos introdujeron una tableta de chocolate en mi bolsillo y me dijeron: "Mientras los guardias estén mirándote, sigue con tu huelga de hambre; pero cuando no puedan verte, adelante, disfruta de esta barra de chocolate".

Comprendí su bondad y consideración. Sin embargo, soy un discípulo de Dafa, así que me guío según los estándares de Dafa. No hice lo que me sugirieron. Continué con mi huelga de hambre hasta que conseguí que los guardias dejaran de torturarme para forzarme a "confesar".

En el centro de detención, un guardia de alto rango me dio una paliza porque me negaba a usar el uniforme de la prisión. Lo demandé sin dudarlo. Después de aquello, no se presentó a trabajar durante algún tiempo. Posteriormente, su actitud hacia mí cambió, completamente. A menudo me llamaba y me pedía que me ocupara de alguna cuestión para que pudiera tomarse un descanso fuera de mi celda. Sabía que esto era el resultado de que el mal que le interfería desde otras dimensiones había sido eliminado, y su verdadera naturaleza podía revelarse.

Otro recluso, de apellido Gao, que cumplía una sentencia de muerte aplazada y apenas se fijaba en mí, se quedó muy impresionado tras observar cómo me comportaba. Un día, se presentó y me habló de su situación familiar, luego me preguntó sinceramente: "¿Puedo dejar a mi esposa e hijo con usted? Por favor, ayúdeme a cuidarlos, ¿quiere?".

Volvería a preguntarme lo mismo varias veces. Lamentablemente, perdí los datos de contacto de su familia cuando salí de la prisión.

El líder del equipo encargado de "transformarme" en prisión, era una persona extremadamente perversa. Cuando no seguí su orden de difamar al Maestro ni escribí ninguna declaración de renuncia, me castigó estrangulándome. Aunque no le di mayor importancia, él nunca olvidó el incidente. Antes de que me liberaran, se acercó y me dijo: "Te hice daño, lo siento mucho. Por favor, acepta mis disculpas". Resultó ser una confesión y una disculpa desde el fondo de su corazón. Me sentí realmente feliz por su honradez y por que su conciencia despertó.

Como prestaba atención a las cosas pequeñas, me las arreglé para despertar la conciencia de la gente. Como resultado, muchos decidían renunciar al partido comunista chino (PCCh). Hice una lista con sus nombres, logré sacarla del centro de detención y los registré en la página web de Tuidang.