(Minghui.org) Empecé a practicar Falun Dafa en 1998 pero lo dejé cuando el partido comunista chino (PCCh) inició la persecución en 1999. Caí en las mentiras y la propaganda del PCCh y escribí una declaración de garantía para dejar de practicar Dafa. En 2006, con la ayuda de otros practicantes, volví a la cultivación.

Volviendo a Dafa

Con la ayuda de otros practicantes, reanudé la cultivación de Falun Dafa (también llamado Falun Gong) en mayo de 2006. Publiqué una solemne declaración en el sitio web de Minghui de que me cultivaría en Dafa hasta el final.

Trabajaba en una oficina del gobierno como subdirectora en ese momento. Le dije al Maestro Li en mi corazón: "Maestro, he perdido tanto tiempo precioso en la cultivación y debo ponerme al día rápidamente".

El Maestro abrió mi sabiduría y me hizo entender muchos de los principios del Fa. Me di cuenta de que Verdad-Benevolencia-Tolerancia es el Fa del universo y que los practicantes de Dafa del período de la rectificación deben hacer bien las tres cosas.

Al principio, distribuía material informativo y CDs de Dafa en los pasillos de los edificios residenciales, pero tenía miedo. A medida que mis temores se calmaban, empecé a repartir los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista a mis parientes y conocidos.

Para poder hablar con la gente cara a cara y responder con confianza a sus preguntas o ayudar a aliviar sus dudas, leí dos libros, los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista y Desintegrando la Cultura del Partido. También pensé en compartir artículos en el Minghui Weekly.

Shifu dijo:

“Si no tienen la clase de Shan que tiene un discípulo de Dafa, entonces no pueden llamarse cultivadores. Si un discípulo de Dafa no puede validar el Fa, entonces no es un discípulo de Dafa” (Sobre La Dignidad de Dafa, Escrituras esenciales para mayor avance (II)).

Ayudando a familiares y amigos

Fui al lugar de mi anterior trabajo para aclarar algunos asuntos personales y hablar con excolegas, pero no me atreví a mencionar que practicaba Falun Gong.

Tuve un sueño esa noche en el que estaba sentada en un autobús con otros pasajeros. El autobús se detuvo, y me bajé. Cuando miré atrás, el autobús estaba en llamas. Corrí al autobús y rescaté a los demás pasajeros uno por uno. Me di cuenta de que el Maestro me estaba dando una pista para que me diera prisa y despertara el sentido del bien y del mal de la gente. Desde entonces, siempre intentaba encontrar oportunidades para aclarar la verdad a la gente.

Visité a una amiga y me llevé los Nueve Comentarios y Zhuan Falun. Su marido era secretario del partido y estaba a punto de jubilarse. Después de charlar un rato con su marido, le dije: "He empezado a practicar Falun Gong de nuevo. Falun Gong está siendo perseguido. El incidente de autoinmolación en la Plaza Tiananmen fue un montaje. Era una mentira".

Su marido dijo que no tenía una buena impresión del PCCh. Le dije que renunciar al PCCh le aseguraría un futuro brillante y que recordar que "Falun Dafa es bueno" le traería bendiciones.

Aceptó lo que le dije y accedió a renunciar al PCCh.

Unos días después, mi hermana nos invitó a mí y a una de sus amigas a cenar. Con anterioridad le había dado Zhuan Falun a mi hermana para que lo leyera. Tan pronto como entré en su casa, ella dijo: "¡Es asombroso! He leído la mitad del libro que me diste. Un día, cuando estaba usando la olla a presión, explotó y la sopa me salpicó. Pero estaba fría y no me quemé en absoluto".

Dije: "El Maestro de Dafa te protegió". Cuando le conté a su amiga sobre Dafa, ella renunció al PCCh para ella y su esposo. Le pedí que le explicara la verdad a su marido cuando llegara a casa y le di una copia de los Nueve Comentarios y un amuleto de Dafa.

En el otoño de aquel año, mi marido fue invitado a celebrar el cumpleaños de un excompañero de trabajo. Todos los invitados eran empleados del gobierno. Me pidió que viniera también. Preparé folletos de aclaración de la verdad y los Nueve Comentarios. Al despertarme temprano a la mañana siguiente, me sentí mareada y vomité. Me di cuenta de que eran las viejas fuerzas interfiriendo conmigo, tratando de impedir que ayudara al Maestro a despertar la conciencia de los seres conscientes.

Le supliqué al Maestro en mi corazón: "Hoy debo ir a la fiesta de cumpleaños". Envié pensamientos rectos y estudié el Fa. Para la hora de irnos ya me encontraba bien. Ese día, 11 personas renunciaron al PCCh y repartí muchos folletos y copias de los Nueve Comentarios.

En 2008, asistí a dos reuniones escolares y ayudé a más de 30 personas a renunciar al partido. Antes de jubilarme, ayudé a una docena de personas en mi lugar de trabajo a renunciar, y varias personas me pidieron los Nueve Comentarios.

Resolviendo problemas familiares

Mi suegro tuvo un derrame cerebral y estaba postrado en cama. Mi suegra tenía mala salud y necesitaba tomar medicamentos durante todo el año. Mi esposo es un gerente en su lugar de trabajo y estaba teniendo una aventura. A menudo se iba de casa por la noche sin decir una palabra y a veces no volvía a casa en toda la noche.

Mi marido no mantiene a la familia económicamente, así que recae sobre mis hombros. Al principio, me sentí triste y agraviada y no estaba dispuesta a hacerlo. Pero después de practicar Dafa, empecé a vivir según los principios de Dafa. Dejé de pelear con mi marido, cuidé bien de mis suegros y mantuve a toda la familia.

Mi nieta nació en 2008. Para que no afectara a mi cultivación, mi hijo contrató a una niñera para que la cuidara. Estudiaba el Fa con otros practicantes tres días a la semana, y por las tardes salía a distribuir material informativo de Dafa y hablaba con la gente cuando podía. El edificio de apartamentos de mi hijo está al lado del mío. Mi nuera volvió a trabajar después de su permiso de maternidad, mientras que la niñera y el bebé se quedaban en mi casa, y yo cuidaba al bebé por la noche.

Cuando mi nieta tenía menos de un año, mi hijo y mi nuera se divorciaron. Mi nieta vivía con mi hijo. Su repentina ruptura me hizo llorar durante días, era como si el cielo se hubiera caído. Mi mente estaba preocupada por mi nieta en esos días, y no podía mantener la calma durante el estudio del Fa ni tampoco cuando estaba haciendo los ejercicios.

Odiaba a mi hijo por no cuidar de su familia y también temía que mi nieta fuera una carga para mí y afectara mi cultivación. Mis apegos de resentimiento y de interés propio crecieron.

Un practicante me dijo: "Tienes un gran afecto por tu nieta. Déjalo ir, y ven al grupo de estudio del Fa".

Fui, y después de unos días de estudio del Fa, mi mente se aclaró. Me di cuenta de que, como cultivadora, nada sucede por accidente, y yo solo debo seguir el curso de la naturaleza.

Desarrollé una rutina. Por las mañanas, participaba en el estudio del Fa en grupo; por las tardes, salía con otros practicantes para hacer saber a la gente sobre Falun Dafa; y por la noche, si alguien estaba en casa, me iba al almacén a estudiar el Fa y enviar pensamientos rectos. Si no había nadie en casa, mi nieta y yo escuchábamos las conferencias del Fa del Maestro, le reproducía la música "Pu Du" y veíamos los DVD's sobre Falun Dafa.

Sin importar lo cansada que estuviera, seguía estudiando el Fa y recitaba los poemas del Maestro una y otra vez.

Mi xinxing mejoró rápidamente, y ya no estaba resentida con mi marido y mi hijo. Y ellos tampoco estaban enojados conmigo. Les preparé una buena comida cuando volvieron a casa. La amante de mi marido incluso vino a mi casa. Dejé los celos, la traté amablemente, le hablé de Dafa y la ayudé a renunciar al PCCh.

Mi nieta me preguntó: "Abuela, ¿por qué eres tan buena con ella?".

"También tenemos que despertar su conciencia", respondí.

Enfrentando las tribulaciones con pensamientos rectos

Cuando hablaba con la gente de Dafa en persona, a veces me encontraba con gente que me maldecía, me golpeaba o me escupía. Uno incluso amenazó con dispararme. Pude mantener la calma, mirar hacia adentro y enviar pensamientos rectos.

A principios de 2017 otro practicante y yo hablamos con un joven y le dimos un software para burlar el cortafuegos de Internet.

Más tarde, después de que nos mudáramos, un coche de policía llegó y dos policías nos arrastraron a su coche. El joven que acabábamos de conocer estaba sentado dentro. El otro practicante y yo nos miramos, lo que significaba que debíamos enviar pensamientos rectos.

En la comisaría, un oficial alto me dio un puñetazo en la boca, me arrastró a una habitación y me esposó a una silla. No tuve miedo y le pedí al Maestro que reforzara mis pensamientos rectos para eliminar los elementos de las viejas fuerzas que controlaban al oficial y así no permitir que el mal lo manipule para cometer más crímenes contra Dafa.

El oficial registró mi bolso, en el que tenía unos cuantos billetes con mensajes sobre Falun Gong escritos en ellos, el software anticensura y CDs de aclaración de la verdad. Los puso sobre la mesa, y dijo: "¡Esta es la evidencia que necesitamos! ¡Dime tu nombre!".

No dije una palabra y solo envié pensamientos rectos. Se marchó y fue a ver al otro practicante. Dos jóvenes entraron en la habitación. Les hablé de Dafa y les pregunté el apellido del policía que acababa de salir. Dijeron que se llamaba Gao y que era el subdirector de la estación de policía.

Dos horas y pico después, Gao regresó, me llevó a otra habitación y me encerró en una jaula con una persona con tuberculosis. Pensé que la tuberculosis no tenía nada que ver conmigo, así que envié pensamientos rectos y recité el Fa.

Recité Lunyu una y otra vez y el poema del Maestro Pensamientos rectos:

“Rápido como un rayo, elevándose a alturas cósmicas
Poderoso como un trueno, llegando más allá de los cielos
Barriendo todo el cosmos, ningún lugar queda afuera
Eliminando juntos todos los desviados y los deteriorados”
(Pensamientos rectos, Hong Yin IV).

Sentí que el Maestro estaba a mi lado, y no tenía miedo de nada. Dos horas más tarde, el alto oficial de policía me llevó de vuelta a la otra habitación. Tenía una actitud mucho más relajada.

Me preguntó mi nombre. En lugar de responder, le dije: "Déjame recitar el Fa para ti". Empecé a recitar Lunyu. Llamó a dos jóvenes policías para que me quitaran las esposas. Nos liberaron esa noche.

Gracias a nuestro compasivo y gran Maestro por guiarme y protegerme, y también a nuestros compañeros practicantes por su ayuda desinteresada.