(Minghui.org) La muerte de mi marido en 1996 solo aumentó mi carga financiera y empeoró mi pobre estado de salud. Por mencionar algunas de mis dolencias, padecía fatiga crónica, mareos, inflamación de los pulmones y de la vesícula biliar, hipotensión, migrañas agudas y visión borrosa. En el verano de 1997, mi nieta corrió a casa y me dijo: "Abuela, un grupo de personas practicará Falun Dafa en el Centro Cultural. Muchas personas se han curado de sus enfermedades milagrosamente. Deberías ir y probarlo también".

¡Seguí su consejo y quedé sorprendida por los resultados! Aunque todavía tenía que ajustar los cinco ejercicios, los beneficios para mi salud eran bastante obvios. Podía conciliar el sueño sin tomar mis pastillas para dormir, y cuando me despertaba me sentía excepcionalmente revitalizada y llena de energía. Me convertí en una practicante de Falun Dafa. Como era analfabeta, tan solo escuchaba las conferencias del Maestro y veía las grabaciones de video del Maestro a diario. Con el tiempo, empecé a relacionar las palabras escritas con el lenguaje hablado y a escribir anotaciones en un papel aparte. Un año, había aprendido a leer Zhuan Falun, así como los demás libros de Dafa.

Una mañana, una compañera practicante me entregó una conferencia recientemente publicada por el Maestro Li Hongzhi, el fundador de Falun Dafa. Quería que alguno de mis hijos copiara el texto, para poder pasarles el artículo a los demás practicantes aquella misma tarde. Sin embargo, mis hijos se encontraban fuera y no regresarían durante algún tiempo. Como el tiempo apremiaba, decidí copiarlo yo misma. El Maestro debe haberme ayudado, porque logré copiar bien todas las palabras de la nueva conferencia. Cuando mis hijos regresaron, les mostré la copia que había hecho. Mi hijo mayor preguntó con escepticismo: "Mamá, ¿lo hiciste tú?". Cuando afirmé que lo había hecho, mi nieta exclamó: "Los caracteres son claros y nítidos, no se parece a lo que se esperaría de alguien analfabeto".

Aclarando la verdad con las bendiciones del Maestro

En julio de 1999, el partido comunista chino (PCC) inició su irracional persecución contra Falun Dafa y sus practicantes. Nos forzaron a abandonar muchos sitios locales de práctica, y la gente empezó a aconsejarme que dejara la práctica. Pero Dafa había curado mis dolencias, ¿cómo podría abandonarlo cuando más nos necesitaba? Me embarqué, decididamente, en una misión para ayudar a aclarar los hechos. Ese invierno, mensajes negativos sobre Falun Dafa aparecieron en la pared de una subestación eléctrica minera de la localidad. Un compañero practicante y yo nos las arreglamos para quitarlos con agua caliente y trapos.

Un día, tres de nosotros decidimos salir por la noche para colocar carteles de aclaración de la verdad. Empezamos, a pesar de la ligera lluvia, y después de recorrer cien metros, la lluvia paró milagrosamente. Para asegurarnos de que nuestros carteles permanecieran secos, buscamos meticulosamente áreas protegidas de la lluvia. Nos ayudamos mutuamente para llegar a los sitios más elevados, normalmente inaccesibles. Colocamos nuestros mensajes en cada árbol o poste de luz, estratégicamente ubicados. Hicimos un círculo completo alrededor de la ciudad. En cuanto llegamos a casa volvió a llover.

En otra ocasión, me tropecé dos veces en una zanja profunda y seca, mientras colocaba carteles. Por extraño que parezca, salí de cada accidente ilesa, tras caer con los dos pies firmes en el fondo de la zanja. El Maestro me estaba protegiendo en ese momento.

Mientras distribuía los calendarios de escritorio de Falun Dafa, me encontré con un miembro retirado del PCCh. Tomó con entusiasmo el último calendario que tenía a mano antes de preguntarme: "Uno no es suficiente. ¿No tiene más?". Lamentablemente, cuando le dije que no me respondió: "Mi hijo y mis amigos saben que Falun Dafa es bueno. Quiero regalarles estos calendarios". Conmovida por su sinceridad, prometí proporcionarle dos calendarios para que los colgara en la pared. Él acudió al lugar de reunión que acordamos al día siguiente, tomó los calendarios y proclamó en voz alta: "¡Falun Dafa es bueno!".

Mi familia y su apoyo a Falun Dafa

En noviembre de 2003, mis hermanos vinieron a visitarme desde mi lejana ciudad natal. Mi hija menor también vino a saludar a sus tíos y tías. Como sufría de una tos crónica, me pidió uno de mis colgantes especiales de Falun Dafa para usarlo. Examinó el colgante y leyó la inscripción: "Honestamente, recita las palabras: 'Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno', y tu vida estará a salvo en tiempos peligrosos". Para sorpresa de mi hija, su tos desapareció instantáneamente y dijo: "He tenido esta tos durante varios días a pesar de que he probado varios medicamentos. ¡Estoy verdaderamente convencida del poder de Dafa!". Esto también sirvió para que mis parientes se convencieran de los poderes de Dafa.

A mi segunda hija le diagnosticaron cáncer de vejiga en el verano de 2009. Después de ser operada en el hospital de la ciudad, el médico le dijo: "Tienes que hacerte un examen de seguimiento anual. Esta enfermedad tiene un alto índice de recurrencia, y requiere que se opere cada tres o cinco años". Mi hija dejó el hospital física y mentalmente exhausta e incapaz de dormir. Después de enterarme de su estado, la invité a quedarse conmigo y le aconsejé que recitara: "Falun Dafa es bueno. Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Poco después, podía conciliar un sueño profundo y reparador por las noches, lo que la llevó a recobrar su resistencia y fuerza en pocos días. Han pasado nueve años desde su primera cirugía, y no han descubierto ninguna anomalía en cada una de sus revisiones anuales. Mi hija agradecida dijo una vez: "Mamá, me he beneficiado mucho de Dafa. Falun Dafa es realmente bueno".

Mi familia ahora apoya incondicionalmente mis actividades de aclaración de la verdad en favor de Falun Dafa. Un día, la policía local y otros funcionarios pasaron por mi casa. En ese momento, la casa estaba vacía y la puerta estaba abierta. Mi hijo mayor regresó a casa y encontró a todo el grupo de pie en mi patio. "¿Qué están haciendo? ¿Cómo se atreven a entrar en mi casa sin permiso?". Los hombres se identificaron como policías y funcionarios y afirmaron que estaban allí para pedir aclaraciones sobre mi demanda contra Jiang Zemin. Mi hijo les regañó: "Han infringido la ley. Mi madre no está en casa. Váyanse de inmediato y no nos acosen nunca más". Se escabulleron en silencio.

Un buen día, mi nieto nos llevó a su madre, a su esposa y a mí a una colina cercana para hacer una excursión. Viendo que yo traía carteles de aclaración de la verdad y pegamento, mi hija y mi nieto se ofrecieron a ayudarme. Mi nieto se ofreció a poner los mensaje en lo más alto, y mi hija pegó los avisos en las zonas bajas. La esposa de mi nieto vigiló nuestro entorno, mientras nos animaba alegremente.

Para mi 80 cumpleaños, mis hijos, parientes y amigos decidieron organizar una gran celebración de cumpleaños. Mis hijos reservaron un restaurante, y mis amigos y familiares se presentaron para el evento sorpresa. Cuando mi nieta mostró el pastel y me pidió que pidiera un deseo, junté mis manos y en silencio recité: "¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno! Que todos los seres conscientes hallen la salvación".

Mi cuñada ofreció un brindis y proclamó: "¡Cuanto más tiempo vivas, más joven serás! ¡Tus oídos y ojos no están embotados por la edad y tu espalda permanece recta!". Le respondí: "Es porque recito: 'Falun Dafa es bueno' frecuentemente". Mi cuñada se rió: "Lo sé. Leí tus labios cuando estabas pidiendo tu deseo de cumpleaños. Recitaste: 'Falun Dafa es bueno; Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno'". Mis parientes se rieron al escuchar eso y todos los presentes decidieron renunciar al PCCh.