(Minghui.org)
Empecé a practicar Falun Dafa en 2012 y ahora tengo 37 años. Dafa me ha enseñado a ser una buena persona y a ser considerada con los demás en todas las circunstancias. Evalúo mi conducta usando los principios de Dafa: Verdad, Benevolencia y Tolerancia.
Abandonando el apego al interés personal
Todo el mundo sabe que la corrupción es muy común en la China de hoy. Fue fácil para mí seguir la corriente cuando no tenía ninguna restricción moral. Solía recibir 10.000 yuanes de ingresos extra cada mes a través de medios inescrupulosos. Después de convertirme en discípula de Falun Dafa, corregí mi comportamiento basado en los requisitos de Dafa y ya no acepté ni un centavo que no me hubiera ganado.
Trabajo en ventas de comercio exterior. Hoy en día, los departamentos de ventas de las compañías en China son un desastre. Es común que los vendedores se peleen por las ganancias. Después de que empecé a practicar Falun Dafa, no competí por tales beneficios. Las relaciones de mis colegas en la oficina se volvieron más armoniosas cuando empezaron a seguir mi ejemplo.
En una feria comercial me asignaron un cliente que luego contactó a mi gerente usando el WeChat. Le dije al gerente que no quería usar la aplicación WeChat (porque es usada por el PCCh para espiarnos), así que el gerente le pidió a otro empleado que se pusiera en contacto con el cliente. Sin embargo, por más que lo intentó, no pudo llegar a un acuerdo con el cliente. Otro comprador de este cliente me envió un correo electrónico, y después de consultar con mi gerente, me comuniqué con el otro empleado para ver qué pensaba. Ellos unánimemente acordaron ponerme en contacto con el cliente. El cliente hizo más tarde un pedido de 1,1 millones de yuanes, que fue el mayor pedido en la historia de nuestra empresa.
En otra feria comercial, me enteré de que el cliente que yo atendía tenía un negocio muy grande, y un pedido de su empresa podía equivaler a un millón de yuanes al mes. Cerrar un trato de esa magnitud significaría 30.000 yuanes al mes de ingresos para el vendedor. El jefe asignó este cliente a un colega que era su pariente. Como practicante de Dafa, tengo mis normas y no discutí la decisión de mi jefe. En cambio, estaba feliz por todos los involucrados. Mi jefe confió en su pariente para manejar esta importante cuenta. Además, su pariente tenía una gran hipoteca sobre su casa. Ella tenía padres ancianos e hijos, como yo. Me alegraría por ella si pudiera pagar su hipoteca más rápido. Así de fácil, lo dejé pasar.
Yo estaba trabajando para una compañía coreana. Mi nueva directora general, graduada de una escuela secundaria técnica, solía trabajar por cuenta propia. Debido a que tenía una buena relación con el jefe, fue contratada para dirigir la empresa. La empresa había perdido mucho dinero debido a la mala gestión de su predecesor, pero ella lo hizo aún peor. Creó varias empresas propias utilizando la relación de clientes de la empresa coreana. Sin embargo, sus empleados fueron pagados por la empresa coreana.
No aprobé su comportamiento y realmente la desprecié. Entonces me di cuenta: ¿Por qué estaba disgustada? La sociedad es una mezcla de lo bueno y lo malo. Así es el mundo ahora.
Una de sus empresas necesitaba ventas de comercio exterior, así que me transfirió a ese sitio. Sin embargo, era demasiado suspicaz para confiar en alguien y a menudo leía mis correos electrónicos. Como no entendía inglés, me hizo traducir los correos electrónicos para ella. Me pidió que le enviara una copia de cada correo electrónico y que incluyera en mis respuestas que ella era la directora general. Tenía miedo de que le quitara clientes. Su comportamiento me repugnaba.
Como practicante de Dafa, hice todo honestamente. Los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia están muy por encima de la ética profesional. No obstante, ella todavía sospechaba de mí. Así que a veces intencionalmente no la copiaba cuando enviaba mis respuestas a los clientes.
Sabía que esto no estaba en línea con los requisitos de Dafa. Yo estaba siendo de mente pequeña. Tenía que pensarlo desde su perspectiva. Ella no sabía mucho sobre el negocio y tenía miedo de ser engañada. Así que sospechaba. Al darme cuenta de esto, sentí lástima por ella. Soy una practicante y me tomo el interés propio a la ligera. ¿Por qué me importaba que ella leyera mis correos electrónicos y me vigilara? Decidí dejar ir todo. Seguiría sus órdenes, fueran o no razonables.
Cuando recientemente conseguí un gran cliente, mi jefa arregló que su hermano fuera mi "aprendiz". De hecho, me enteré de que había dejado que su hermano leyera mis correos electrónicos. En la superficie, ella arregló que su hermano fuera mi "aprendiz" para ayudarme con mi trabajo, pero, de hecho, le había dicho a su hermano que aprendiera de mí, para que pudiera hacerse cargo de los grandes clientes más tarde.
Por supuesto, yo entendía sus intenciones y pensamientos, así que organicé un programa de entrenamiento para su hermano y le dije mi contraseña de correo electrónico para que pudiera leer mis correos electrónicos en cualquier momento. Como cultivadora, no me importaba si esto me afectaba negativamente. En cambio, estaba dispuesta a ayudar a ambos.
Colegas, amigos y parientes sabían cómo me trataba la gerente. Sabían que hacía bien mi trabajo, y a menudo trataban de persuadirme para que trabajara por cuenta propia. Una colega dijo que su amiga tenía una empresa comercial, quería que la ayudara con su negocio, y que compartiría los beneficios al 50%. Mis parientes querían especialmente que fuera a trabajar por mi cuenta, independientemente, para que pudiera trabajar desde casa y tener más tiempo con mis hijos.
Trabajar desde casa siempre ha sido mi sueño. Tengo dos hijos, mi suegra falleció prematuramente, y mi suegro no estaba bien. Nadie podía ayudarme a cuidar de los niños. La tentación era grande. Si sacaba a mis clientes de la empresa, como lo hacían muchos vendedores, sería sin duda una gran pérdida para la compañía. Como cultivadora, no podría hacerlo.
El período de rectificación del Fa se acerca al final y el tiempo es muy valioso. Si trabajara independientemente, tendría que poner más tiempo y esfuerzo en el trabajo. Como cultivadora, no era mi objetivo. Mientras pudiera ganarme la vida en mi trabajo actual, era suficiente. La cultivación es dejar de lado los intereses personales. ¿Cómo podría complacer mis apegos a la codicia y al deseo?
No importa cuán grande sea la tentación, hago mi trabajo de acuerdo con lo que el Maestro pide. Eso es todo lo que necesito hacer. Debo enfocar mi energía principal en la cultivación.
Insistiendo en aclarar la verdad
Durante los dos primeros años de mi cultivación, aclaré la verdad sobre Dafa usando mi teléfono. Después vi a mi tía hablando con la gente sobre Dafa en persona y le mencioné que yo tenía que hacer lo mismo. Desde entonces, salí a contarle a la gente los hechos de Dafa los fines de semana. Los ayudé a distanciarse del partido comunista chino (PCCh) renunciando a este y a sus organizaciones afiliadas.
Comencé a sangrar cuando estaba embarazada de mi segundo hijo. Durante un mes, me quedé en la cama y no fui a ninguna parte. Mi tía compartió conmigo que un practicante de Dafa tiene que cumplir su misión. Me sentí avergonzada y al fin de semana siguiente monté mi bicicleta eléctrica para hablar con la gente sobre Dafa para que tengan un mejor futuro. Pero después de una hora, estaba exhausta, mareada y con náuseas. No podía seguir, así que me fui a casa. La semana siguiente, salí de nuevo, pero esta vez no me sentí cansada en absoluto. A partir de ese día, no hubo más sangrado. Sabía que el Maestro me estaba animando.
Cuando estaba embarazada de cuatro meses, los miembros de nuestro grupo de estudio del Fa decidieron enviar pensamientos rectos cerca de donde un practicante iba a ser juzgado. Me tomé medio día libre y conduje al grupo hasta el lugar.
Aparqué el coche justo fuera de las puertas de la prisión. Más tarde, vimos que la gente de la oficina 610 y de la estación de policía local también estaban allí. Probablemente nos reconocieron mientras caminaban alrededor de nuestro automóvil.
Un oficial de civil golpeó mi ventana y dijo que quería comprobar mi identificación. Le dije que no la llevaba conmigo. Me ordenó que le mostrara mi licencia de conducir. Le dije que solo se lo mostraría a un oficial de tránsito. El otro oficial de civil estaba exasperado y dijo: "Bueno, espera", y fue a un BMW sin licencia estacionado al otro lado de la carretera. Sacó la chaqueta de un policía de tránsito y se la puso. Luego se acercó a mi coche y dijo: "¿Es esto suficiente?". Le dije: "No puedes cambiar tu identidad de un oficial de policía a un patrullero de tráfico, ¿verdad?". Lo ignoré.
Nunca antes había estado en una situación así y estaba un poco nerviosa. Pero tenía una cosa en mente: No cooperaría con ellos. Me dijeron que abriera las ventanas del coche, así que las abrí un poco y cerré todas las puertas. Cuando vieron que no podían alcanzarnos, estacionaron dos autos frente al mío para bloquearnos el camino.
Cuando las tácticas duras fallan, se utilizan métodos suaves. Uno de los oficiales saludó a la practicante en el asiento del pasajero y le dijo que saliera del coche para charlar. Ella no se movió. La policía se quedó sin opciones. Aproximadamente siete personas, incluyendo el jefe de la oficina 610 y el jefe de la comisaría local, se acercaron a mi auto al mismo tiempo, tomando fotos y video y amenazándonos. Fue muy tenso.
Dije: "Cooperaremos, pero ustedes tienen una mala actitud. Si todos ustedes se van, hablaremos con él", y señalé al oficial de civil más cercano que mostraba una actitud un poco mejor. Para mi sorpresa, aceptaron, se retiraron y se mantuvieron a distancia. Los pasajeros del coche enviaban pensamientos rectos mientras yo hablaba con el oficial.
Entonces el abogado y la familia del practicante detenido salieron de la prisión. Fuimos a explicarles la situación, y el abogado razonó con la policía. El abogado señaló que conducían un BMW sin licencia y les dijo que movieran los coches que nos bloqueaban. En ese momento, las familias de los otros practicantes también vinieron y razonaron con otros en el grupo, para que yo pudiera alejarme.
Regresamos a casa a salvo. Más tarde, nos enteramos de que varios practicantes en otros coches nos ayudaban con pensamientos rectos.
Durante mi embarazo, seguí aclarando la verdad hasta el fin de semana antes de que naciera el bebé. Un mes después, le pedí a mi suegro que cuidara al bebé durante dos horas al día, tres días a la semana, para darme tiempo de salir y contarle a la gente sobre Dafa.
Cuando mi bebé tenía seis meses, los practicantes locales planearon ir a un área rural a unos 30 kilómetros de distancia para distribuir material informativo sobre Falun Dafa. Era diciembre y haría demasiado frío para andar en bicicleta eléctrica allí, así que dejé mi bebé al cuidado de mi suegro y conduje al grupo en mi coche. Repartimos los folletos de casa en casa.
Un practicante y yo vimos a varias personas sentadas, disfrutando del sol. Fuimos y les hablamos sobre Falun Dafa. Estaban felices de saber los hechos. Entonces todos dijimos juntos: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Fue un momento inolvidable.
Un día, la prima de mi marido dijo que había oído a su madre comentar que "la gente decía" que yo estaba escuchando la radio de Falun Gong en casa. Ella amenazó que llamaría a la policía y que me haría arrestar. Le conté los hechos sobre Falun Gong, pero no me escuchó y se fue.
Pensé que era hora de hablar con su madre, la tía de mi marido. Por la noche, fui a su casa. Se mostró desilusionada cuando supo que yo quería hablar sobre Falun Dafa. Dijo: "No me hables de Falun Dafa. Yo tenía un colega que practicaba Falun Dafa y fue arrestado. No lo practiques. Traerás problemas a tu familia".
Contesté: "Si un perro loco muerde a un hombre, no se puede decir que el hombre haya hecho mal". Le conté sobre Falun Dafa y la persecución. Finalmente, ella aseguró: "Ahora lo sé. Nunca más diré que Falun Gong es malo".
Esa noche, soñé que un gran fénix nos llevaba a mis compañeros y a mí al Cielo. Creo que el Maestro quería que supiera que hice lo correcto.
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Categoría: Caminos de cultivación