(Minghui.org) Inspirado por otro practicante, recientemente, probé un enfoque distinto en cuanto a salvar a la gente. La idea es hacer llamadas telefónicas a conocidos y concertar citas, luego esclarecer la verdad cara a cara y animarlos a que renuncien al partido comunista chino (PCCh) y a sus organizaciones.

Le pedí al Maestro Li que me diera fuerzas, luego llamé a una amiga. Nos saludamos y, enseguida, quedamos a una hora para vernos al día siguiente. Aunque somos buenas amigas no nos habíamos visto desde hacía dos meses.

Me sorprendió ver que había adelgazado; se la veía algo cansada y parecía depresiva. Entre lágrimas me explicó que su hermano mayor había muerto de cáncer de estómago y que incineraron su cuerpo a toda prisa, durante la pandemia. La gente estaba en estado de pánico como si la vida de todos estuviera en peligro. Mucha gente en Wuhan falleció. Lloraba preocupada temiendo estar infectada.

Lloramos juntas. Me dio pena que no conociera los hechos. Así que la consolé y le hablé de la magnificencia de Falun Dafa y sobre la persecución del PCCh a los practicantes de Dafa. También le hablé sobre el engaño de la autoinmolación de Tianamen, de la roca con la inscripción: “El partido comunista chino colapsará” y le conté por qué la gente sufre.

Le expliqué la situación del virus de Wuhan y el encubrimiento del PCCh. Mucha gente murió debido a que el PCCh ocultó la verdad. Le expliqué que esta plaga es un castigo del Cielo al PCCh, por sus crímenes. Remarqué el hecho de que, los practicantes de Falun Dafa, pese a que siguen los principios universales de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, han sido perseguidos durante más de 20 años.

Wuhan fue uno de los primeros lugares en producir propaganda calumniosa contra Falun Dafa para engañar a la gente y justificar la persecución. El PCCh trajo esta plaga al mundo. La cura definitiva es renunciar al PCCh y a sus organizaciones afiliadas.

Le hablé de las poderosas frases: “Falun Dafa es bueno; Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”.

Escuchó atentamente y derramó lágrimas de gratitud. No solo decidió renunciar al PCCh sino que también quiso ayudar a sus familiares para que renunciaran. Le di algunos folletos y algunos amuletos para que los compartiera con ellos.

“¡Estos son salvavidas!”, dijo con entusiasmo. “Me has dicho la verdad sobre una cura para la plaga cuando el miedo y la pena nos consume y cuando habíamos perdido la esperanza. ¡Qué gran bendición! ¡Muchas gracias! Ya no volveré a tener miedo”.

Dije: “Por favor, dale las gracias a nuestro Maestro. Él lo arregló todo para salvarte. ¡Gracias, Maestro Li por salvar a toda nuestra familia!”.

Hablamos durante cuarenta minutos. Mientras miraba cómo se marchaba, derramé lágrimas de alegría por su salvación y por la compasión del Maestro.

He usado este enfoque una y otra vez. Llamé a mucha gente y concerté citas para encontrarlos en persona. Debido a la pandemia, no es fácil salir. Los trabajadores comunitarios revisaban los pases y tomaban la temperatura de cada persona que entraba o salía del vecindario. El guardia de la puerta me preguntaba por qué no dejaba de salir. Mi familia también trató de detenerme.

Cada vez, antes de salir, envío pensamientos rectos para negar cualquier interferencia y limpiar las mentes de aquellos que necesito salvar.

El resultado ha sido alentador. Mucha gente ha conocido la verdad y ha renunciado el PCCh. En estos tiempos difíciles, siento la urgencia de salir e incluso trato de hablar con la gente que conozco en la calle. Me doy cuenta de que resulta fácil para la gente renunciar a las organizaciones del PCCh cuando mi benevolencia es fuerte.

He gestionado bien mi agenda. Leo dos lecciones de Zhuan Falun, hago dos veces los cinco ejercicios, salgo a esclarecer la verdad por las tardes, estudio otras enseñanzas del Maestro por la noche y me voy a dormir sobre la 1:00 de la noche. Esto se ha convertido en mi rutina.

Mi familia ya no trata de evitar que salga. Siento que si sigo los estándares del Fa, todo saldrá bien.