(Minghui.org) Estaba leyendo la sección sobre "Bigu" en Zhuan Falun durante el verano de 2014 cuando "vi" lo siguiente: una vez fui un daoísta que se cultivaba en una cueva, donde posteriormente morí. Cada vez que leía esta sección, veía episodios de esa vida, incluidas escenas del cielo y del maestro daoísta llevándose a otro yo, mientras que el otro yo pasaba por la reencarnación.

A lo largo de la historia, fue el espíritu asistente el que se cultivó. Shifu nos dejó este punto muy claro hace mucho tiempo.

En Falun Fofa Da Yuanman Fa, Vía de la Gran Perfección, el Maestro escribió:

"Todos los otros métodos de gong transmitidos durante cientos de miles de años entre la gente común cultivan la conciencia asistente. El cuerpo carnal del cultivador y su conciencia principal sólo juegan un rol de vehículo. La conciencia asistente se cultiva hacia arriba y al llegar a la perfección, se lleva el gong. La conciencia principal del cultivador y su benti no se quedan con nada y uno pierde todo lo cultivado durante la vida entera" (Capítulo I, Características de los métodos de Gong, Falun Fofa Da Yuanman Fa, Vía de la Gran Perfección).

En Zhuan Falun, el Maestro escribió:

"De acuerdo con la religión budista, él aún tiene que entrar en las seis vías de la reencarnación. Pero dado que en su cuerpo se cultivó un gran ser iluminado, él también acumuló gran de; entonces, ¿qué se hace? Probablemente en su próxima vida sea un funcionario de alto rango o tenga una gran fortuna. Tan solo puede ser así; pues, ¿acaso no se ha cultivado en vano?" (Octava Lección, Zhuan Falun).

Estoy escribiendo sobre mi historia de cultivación con la esperanza de que otros puedan entender cuán complicada era la cultivación en el pasado, y espero que los compañeros practicantes puedan ser más diligentes después de leer esto.

En esa vida, fui hijo de padres ricos y prestigiosos. Me llamaron Fu Liansheng. Para ser famoso en el futuro, estudié minuciosamente los clásicos chinos, el Libro de los Cantares y el Libro de la Historia desde que era joven. Cuando tenía 15 años, apareció en mi habitación un daoísta de larga cabellera blanca y barba blanca, pero con un rostro joven libre de arrugas. Me miró y dijo: "Tu origen no es malo". Lo miré asombrado. Fue extraño, ni siquiera abrió la puerta. ¿Cómo atravesó la pared así? El daoísta dijo: "Es extremadamente agotador estudiar con tanta atención. Tengo una enseñanza maravillosa que me gustaría transmitirte. Puede permitirte ganar la inmortalidad y evitar el dolor y los sufrimientos del mundo humano, obteniendo así la máxima libertad y ocio". Negué con la cabeza y dije: "Mi vida viene de mis padres. ¿Cómo podría abandonarlos? Más tarde alcanzaré la gloria y el honor para pagarles por criarme". El daoísta se rió y dijo: "Sígueme para cultivar y alcanzar la liberación. Entonces puedes regresar para pagarle a tus padres". Negué con la cabeza de nuevo. El taoísta dijo: "El pretencioso apego a las viejas ideas ha cegado y ensordecido a mi discípulo. Ya he decidido tomarte como mi discípulo. Incluso si te resistes, no sirve de nada".

El daoísta me tomó del brazo y me palmeó la cabeza. Me sentí mareado y confundido y tuve la sensación de que estaba navegando sobre brumas y nubes. Todo lo que pude escuchar fue el sonido del viento. No podía abrir los ojos debido al viento en mi cara. Después de un rato, sentí que mis pies tocaban el suelo. Abrí los ojos para encontrarme en una cueva. Estaba muy ordenado. Noté un gran símbolo de Taiji en el suelo, con algo girando dentro. Me atrajo una especie de energía fantástica e indescriptible, no podía dejar de mirarlo. "Discípulo obediente, mira detenidamente [el símbolo de Taiji]. Saldré a ocuparme de algunos asuntos", dijo el daoísta, se dio la vuelta y se fue.

Seguí mirando el símbolo de Taiji, luego sentí hambre. Vi algunas frutas de la montaña encima de una mesa de piedra, agarré algunas para comer y bebí un poco de agua de una calabaza. Después, seguí mirando el símbolo de Taiji. Cuanto más miraba, más tranquilo me sentía. No tenía pensamientos en mi mente, de vez en cuando sentía que algo giraba dentro de mi cabeza. Seguí mirando el Taiji hasta que me sentí somnoliento, luego me fui a dormir en una cama de madera. Seguí repitiendo todo este proceso en la cueva una y otra vez. No sé cuánto tiempo pasó.

Un día, de repente me acordé de mis padres y me sentí bastante molesto, quería ir a casa. Traté de encontrar la boca de la cueva, pero no pude, incluso después de caminar un círculo completo. Cuando comencé a impacientarme, una voz me dijo: "Practica la cultivación con diligencia. No pienses en volver a casa". Mirando alrededor de la cueva, yo era el único allí. ¿De dónde vino esa voz? Sonaba como si viniera de encima de mi cabeza. Levanté la cabeza y no encontré nada allí. Me quedé perplejo. Intenté de nuevo en vano encontrar una salida. Finalmente me cansé y volví a dormir.

De repente noté una brisa debajo de mis pies y me emocioné mucho. Me las arreglé para correr todo el camino a casa. En la puerta de mi casa, el portero me detuvo y dijo: "¿De dónde eres, joven daoísta? No se te permite entrar". Me miré y descubrí que estaba usando una túnica daoísta de niño. Dije: "Soy el hijo de esta casa". El portero se rió y respondió: "Mira, el hijo ha llegado". Eché un vistazo y vi salir a un chico que se veía exactamente como yo. Llevaba mi buena ropa. Me quedé mirando sin comprender. El portero me empujó y caí de cabeza al suelo.

En ese momento escuché una voz en mi oído: "Despierta rápido, no duermas". En el momento en que abrí los ojos vi al daoísta. Lo agarré del brazo y le dije: "Quiero irme a casa". El daoísta me dijo: "Acabas de regresar a casa, pero no se te permitió cruzar la puerta. Incluso te caíste. ¿De qué sirve volver a casa?". Yo tenía el corazón roto. El daoísta continuó: "¿Por qué estás tan obsesionado? Otros quieren tomarme como su Maestro, pero los ignoro a todos. Vi que tu origen era bueno, así que te acogí. ¿Qué tal esto? Ya te he traído algo de comida que te gustará, está sobre la mesa. Una vez que hayas terminado de comer, te dejaré volver a casa". Me alegré mucho de escuchar eso. Vi comida suntuosa en la mesa, así que tomé unos palillos y comencé a comer. Sin embargo, una vez que me llevé la comida a la boca, me supo horrible, no pude comerlo. Hice una pausa y miré al daoísta.

El daoísta se echó a reír: "Te has estado cultivando aquí durante dos meses. Comiste la fruta de la montaña y bebiste el agua. Ni siquiera los funcionarios de alto rango o la realeza pueden consumir estas cosas. Ya has experimentado cambios. Si no me crees, salgamos juntos y podrás comprobar tus habilidades". Creyéndole solo en parte, seguí al daoísta fuera de la cueva.

El daoísta señaló un gran árbol a 20 metros de distancia y dijo: "Vuela ahí y recoge la fruta". Levité hacia arriba y me encontré tan ligero como una pluma. Volé hacia el árbol, recogí la fruta y volé de regreso. El daoísta dijo: "Hay un manantial de montaña allí, extrae un poco de agua". El daoísta me dijo cómo extraer el agua a distancia, y así hice. Levanté las manos en dirección al lejano manantial de la montaña y vi una corriente de agua que volaba hacia mí desde ese lejano manantial. El daoísta sacó su calabaza y el agua fluyó dentro de ella. Me desconcertó cómo la calabaza podía contener tanta agua. El daoísta luego dijo: "Ok, eso es suficiente". Bajé las manos. El daoísta colocó la calabaza en el suelo.

Luego recogió algunas rocas y las encerró en sus manos antes de rotar sus manos dos veces. Me indicó que debía recoger las piedras [de sus manos], así que extendí las manos, pero me entregó unos huevos de gallina. También estaban calientes, yo estaba muy sorprendido. El daoísta dijo: "Solo un pequeño truco, en realidad no es nada. Tómame como tu Maestro y te impartiré el Dao. Puedes convertirte en un inmortal y alcanzar la liberación".

Pensé por un momento, luego me arrodillé ante el taoísta y dije: "Tu discípulo quiere tomarte como Maestro, pero sigo pensando en mis padres. ¿Puedo pedirte que me muestres a mi familia? El daoísta se echó a reír de nuevo. Casualmente, dibujó un círculo en el aire con la mano y dijo: "Échale un vistazo". Las brumas llenaron el círculo antes de partir para revelar a mi familia. Vi a mi esposa dar a luz a nuestro hijo. Más tarde, mis padres me encontraron una concubina y ella me dio un hijo. Diez años después me enfermé y me quedé postrado en cama. La concubina de mi padre había envenenado mi comida y morí. También envenenó la comida de mi madre y ella también murió. Luego, se convirtió en la dueña principal de la casa. Mi esposa fue expulsada de la casa y tuvo que regresar a la casa de sus padres. La concubina de mi padre maltrató a mi hijo, él contrajo tuberculosis y murió.

La escena se desvaneció repentinamente y el daoísta preguntó: "¿Es este tipo de vida interesante?". Me quedé sin palabras. El daoísta luego puso la calabaza boca abajo y la arrojó sobre una rama. Dijo: "El agua dentro de la calabaza está caliente en este momento. Después de bañarte, tómame como tu Maestro". Me tomé mi tiempo para lavarme en el agua caliente y luego me puse una túnica taoísta.

Me incliné ante el daoísta y le dije: "Maestro". Me ayudó a levantarme y dijo: "Ya he reorganizado tu vida a partir de hoy. No tengas más fantasías raras. Transformé el jade que solías usar en otro tú. Se enfermará después de medio año y morirá. Tu madre le debe una vida a la concubina de tu padre, así que tendrá que pagar esa deuda kármica". Le agradecí a mi maestro por revelarme esto, luego lo seguí de regreso a la cueva para cultivarme.

Me hizo poner las piernas en posición de loto y luego me ató las manos a la espalda. También me ató las piernas. Le dije: "Maestro, no hay necesidad de atarme". Él se rio y dijo: "Deberías practicar con diligencia. Voy a salir un rato". Después de que se fue, practiqué de acuerdo con las enseñanzas del corazón que me transmitió. Estaba bastante cómodo al principio, pero poco a poco me empezaron a doler las piernas. A medida que mis piernas se volvieron aún más dolorosas, quise bajarlas, pero no podía mover las manos, todo mi cuerpo sudaba por el dolor.

Sentí como si mis huesos se estuvieran rompiendo. Me movía de un lado a otro y no podía quedarme sentado en la cama. Me sentí confuso. El dolor se hizo cada vez más real. Sentí como si un cuchillo estuviera cortando mi carne y luego raspando mis huesos. Fue tan doloroso que me mordí los labios hasta que sangraron. No pude soportar más el dolor y me desmayé.

No sé cuánto tiempo había pasado cuando escuché a mi maestro dirigirse a mí: "¿Por qué te estás haciendo el tonto y no practicas diligentemente?". No me atreví a hablar. Dijo: "Caer enfermo y ser envenenado es más doloroso que esto. Disfrutar del ocio y la comodidad mientras se desea volver inmortal, ¿cómo es posible?". Me ayudó a colocarme en una posición sentada adecuada para la meditación. Me indicó que abriera la boca y luego me colocó una pequeña pastilla en forma de bolita en la boca. Me enseñó dos versos y luego se fue de nuevo.

Por un breve momento me sentí ligero, luego el dolor comenzó a rodar nuevamente, haciéndolo difícil de soportar. No importa cómo me torciera o girara, las cuerdas que me ataban no se soltaban. Luego volví a desmayarme por el dolor. Mi maestro se enojó conmigo un día después de ver cómo seguía desmayándome por el dolor. Tomó un látigo y empezó a azotarme, diciendo: "Si no puedes soportar el dolor, vuelve a casa sin demora. ¿Qué clase de discípulo eres? Una vez que el Maestro sale, simplemente te duermes". Me golpeó duramente, estaba extremadamente enojado. Me sentí avergonzado y no pude evitar llorar, esto lo enfureció más. Me desató y dijo: "¿Por qué lloras? No te quiero, vuelve a casa sin demora. Ve y cásate y consigue tu hermosa concubina. Incluso si te envenenan, no tendrás que pasar por todas estas dificultades todos los días ...".

Con lágrimas en los ojos, me arrodillé ante él y le dije: "Maestro ... estoy equivocado. Incluso si me golpea hasta la muerte, no me iré. ¡Por favor, cálmese, Maestro!", me incliné repetidamente. Él dijo: "Levanta la cabeza". Levanté la cabeza y lo miré. Me miró y dijo: "Naciste en una familia adinerada y no puedes soportar el sufrimiento, es mejor que regreses". Me desató y dejó las cuerdas a un lado. Desesperado, dijo: "Necesito relajarme. Al tomar a un discípulo insatisfactorio, casi muero de ira". Se fue, pero mi corazón por la cultivación se solidificó. Tomé las cuerdas y agarré algunas piedras. Coloqué las piedras alrededor de mi cama en un círculo. Doblé las piernas en posición de loto y luego las até. Hice un voto: "Espíritus locales, por favor fortalézcanme, no debo desmayarme".

Poco después de doblar las piernas en la posición de loto, soportar el dolor fue difícil. Pero independientemente de lo doloroso que fuera, no me moví. Después de soportar el dolor por un tiempo, sentí una breve sensación de ligereza. Después de un rato, volvió a ser extremadamente doloroso. En este momento, escuché una voz femenina: "Hermano mayor, ¿estás ahí? Yo estoy aquí". Apareció una monja daoísta sosteniendo un batidor de cola de caballo. Ella me miró y dijo: "Eres ese discípulo que mi hermano acogió. Eres un discípulo bastante bueno. Te han golpeado mucho y mi hermano te ha atormentado, por eso te ves así. Deberías tomarme como tu Maestra, yo te enseñaré".

Después de decir esto, sacó una calabaza, bebió un trago de agua e hinchó las mejillas. Luego roció una niebla por todo mi cuerpo y me sentí extremadamente cómodo. Me di cuenta que las heridas que me fueron infligidas por todos los latigazos se curaron. Mis piernas ya no me dolían también. La monja daoísta continuó: "El temperamento del hermano no es bueno, abusa de su discípulo. Tómame como tu maestra, puedes aprender muchas técnicas y habilidades de mí con facilidad y tranquilidad. Ni siquiera necesitas soportar ningún sufrimiento". Dije: "Un maestro por un día es un padre para toda la vida, no puedo traicionar a mi maestro". La monja daoísta se puso nerviosa y me reprendió: "Voy a romper esta cueva y te arrojaré al lago profundo, donde las tortugas te comerán". Dije: "Si haces eso, entonces no eres una cultivadora". La monja daoísta estaba enojada, luego se dio la vuelta y se fue. Poco después, el Maestro regresó. Me miró y dijo: "Eres un buen discípulo. El Maestro no cometió ningún error contigo".

Después de eso, esos días dolorosos pasaron gradualmente. Mi maestro me hablaba amigablemente y a menudo me hablaba de técnicas daoístas e historias de inmortales. Me enseñó a practicar ciertas técnicas. Repetidamente enfatizó: "Los elementos esenciales de esta escuela son: 'El shishen [conciencia asistente] muere, el espíritu primordial nace'. El shishen hace que una persona se enamore y desarrolle todo tipo de codicia. Deberías inhibir tu shishen; no permitas que se muestre. El espíritu primordial alcanzará una gran libertad y liberación". Cinco años después, sacó un libro de seda enrollado. "Pronto, te entregaré este libro secreto. Después de 20 días, ve a la montaña a cultivarte. Ahora debes dejar esta montaña".

Cuando salí de la montaña en la que residía mi maestro, me topé con otro cultivador. Me dijo: "Amigo daoísta, llevas en tu mochila algo muy preciado. Es brillante y se conecta directamente al palacio celestial. Pero aún te queda mucho por hacer. Además, hay un demonio podrido en el camino exigiendo un pago. Amigo daoísta, cuídate". Dije: "¿Qué clase de principio dice que la cultivación debería ser fácil? Estoy completamente dedicado a mi cultivación y tengo un maestro que me protege. Una vez que descarto todos los pensamientos que distraen, puedo cultivarme de todo corazón". El cultivador respondió: "Se pueden encontrar muchas cuevas a ambos lados de las Tres Gargantas del río Yangtze. Es un buen lugar para la cultivación, deberías ir allá". Le di las gracias al cultivador. Después de dar unos pasos, miré hacia atrás y no encontré rastro del cultivador, ni siquiera sus pasos. Me dije: "Debe ser un ser sobrenatural del libro secreto de cultivación que seguiré, él me estaba dando una pista".

Para entonces, faltaban tres días para el tiempo que mi maestro me había asignado. De repente pensé en visitar mi ciudad natal. Pensé que habría suficiente tiempo, así que regresé a casa con una bata gastada. Llegué a la puerta principal y escuché a alguien decir: "La señora [refiriéndose a mi concubina] y su hijo han salido". Me volví y me fui al escuchar esto. A partir de ese momento, ya no había nada que extrañara de casa. Cuando estaba a punto de irme, noté que mis vecinos se acercaban con su hija de cuatro años en brazos. El vecino no me reconoció, pero su hija me miró y sonrió. Su sonrisa era tan increíblemente pura. Inesperadamente, mi corazón se conmovió.

Puse en uso mis poderes sobrenaturales y llegué a las Tres Gargantas del río Yangzte. Encontré una cueva que me gustó y utilicé un poder sobrenatural para sellar su entrada, entonces comencé a practicar. Antes de empezar a meditar hice un voto. "Estoy decidido a cultivarme. Mientras no me haya cultivado hasta el final, me comprometo a no levantarme y seguiré sentado en esta cueva. Si violara este voto, estoy dispuesto a ser alcanzado por un rayo".

Las escenas de interferencia siguieron manifestándose durante mi proceso de cultivación. Vi a mis padres venir a mí llorando, pero no me conmovió. Escuché el sonido de un tigre feroz abriéndose paso a través de la entrada sellada, podía oírlo respirar. Mi corazón permaneció impasible. Vi un dragón volar a la cueva y enrollarse a mi alrededor. Me quedé inmóvil. Vi a doncellas celestiales colocar comida y bebida ante mí en la cueva, pero no me conmovió. Vi a los funcionarios del infierno venir a mí y decirme: "Ven con nosotros al inframundo para tachar tu nombre de la lista del infierno y luego vuelve a cultivarte". Como antes, permanecí inmóvil. Todo tipo de humanos, inmortales, fantasmas y bestias del Cielo y la Tierra aparecieron ante mis ojos. No estaba confundido y estaba libre de dudas. No me levanté sin importar qué. Una vez, escuché el extraño sonido de una camisa al ser rasgada, pero no abrí los ojos. También surgieron las alegrías de la cultivación, me vi paseando por el cielo, volando a una velocidad inconcebible. Las montañas, los ríos y la tierra estaban vívidos ante mis ojos. Sentí vagamente la enormidad de mi cuerpo y que podía contener las altas montañas y los grandes ríos.

Un día, una joven apareció ante mí y dijo: "Yo soy la chica que solía vivir al lado tuyo, tenemos una relación predestinada. Ahora tengo 16 años y anhelo practicar la cultivación, deseo tomarte como mi maestro". No hablé. Ella dijo: "Desde joven, pude ver muchas cosas extrañas, así que no siento ningún apego a este mundo. Los seres superiores me decían que debía cultivarme. Más tarde, un ser superior me ayudó a encontrarte. Quiero cultivarme, te pido que me enseñes". Fingí no escucharla y permanecí inmóvil.

Todos los días esta chica venía y se quedaba una hora. A veces se quedaba callada, a veces hablaba. Ella hizo esto durante cuatro años. Un día llegó la chica, no dijo una palabra y se sentó a meditar a un lado. Aún sentada, terminó apoyada contra la pared de la cueva y se sentó hasta el anochecer. Luego se acostó de lado y se durmió. No dijo una palabra en todo el día. Me había cultivado durante tantos años y había superado todos los asuntos y relaciones predestinadas de este mundo. Pero no pude encontrarle sentido a esto. Esta era una verdadera chica de carne y hueso. Ella no era un espíritu, ni un demonio, ni era malvada. Me quedé atónito.

Un día, la niña se arrodilló ante mí y dijo: "Me cultivaré de todo corazón. Si el Maestro no me acepta, seguiré arrodillándome y no me levantaré, incluso si estoy demacrada. Prometo no ponerme de pie". Esa chica se arrodilló allí durante mucho tiempo soportando el dolor. Aunque tenía los ojos cerrados en meditación, podía ver su piel arrugarse por el dolor. Estaba decidido a tratar esto como una ilusión demoníaca, y permanecí impasible en mi corazón.

Un día, la niña me dijo: "Jiang Ziya era un oso volador en una vida anterior. Quería tomar al Dios Primitivo del Cielo como su maestro. Pero el Dios Primitivo del Cielo se negó a aceptar al oso volador porque a los animales no se les permite cultivar. Ese oso volador tenía una gran fuerza de voluntad y siguió inclinándose allí sin moverse. El Dios Primitivo del Cielo tomó una siesta. Cuando despertó, habían pasado 800 años. El cuerpo del oso volador ya se había convertido en cenizas, pero su espíritu primordial estaba dando vueltas en el suelo allí. El Dios Primitivo del Cielo se conmovió y dijo: ‘Ve a reencarnarte como humano, definitivamente te aceptaré entonces'. Ahora tengo un cuerpo humano y quiero cultivarme. Maestro, ¿por qué no me acepta? Cuando muera, si reencarno como una roca, perderé la oportunidad de cultivarme. ¿Sería culpa tuya?".

Sus palabras me hicieron reflexionar sobre el asunto. Pensé que lo que dijo tenía sentido. Pero, si es el demonio de la tentación usándola para desconcertarme, si me pongo de pie, definitivamente moriré en la cueva. Será mejor que tenga cuidado.

Seguí meditando como de costumbre, luego vi una escena de la sonrisa pura de la joven y luego de la niña frente a mí que se enfrentaba a una muerte inminente. Me pregunté: "¿Qué se debe hacer?". Dudé unos días. Esto ya había causado una seria interferencia en mi meditación. De repente, una voz sonó en mi cabeza: "Toma una decisión en medio mes". Era una voz muy fuerte. Entonces finalmente pude entrar en ding. La niña desapareció.

Muy rápidamente, pasó medio mes y una línea de caracteres dorados apareció ante mis ojos, "El día de la finalización de la cultivación es el momento de la muerte". No me di cuenta de que tendría que deshacerme del cuerpo humano cuando completara mi cultivación. Un carro imperial apareció ante mis ojos, aunque de forma vaga. Vi una grulla celestial y funcionarios celestiales. Me sorprendió ver a una persona levantarse de entre los oficiales celestiales. Era precisamente esa joven la que seguía viniendo a mi cueva.

Me quedé totalmente sorprendido. Una voz sonó en mi cabeza, "Rápido, mira a la que está arrodillada ante ti, sálvala. Tienes tu lugar al que debes ir". Abrí los ojos y vi a la joven. Como antes, todavía estaba arrodillada, pero agonizando. Animado por la voz, ni siquiera pensé y de repente me puse de pie.

En el instante en que me levanté, vi los Cielos llenos de inmortales mirándome. Era como si todos estuvieran esperando este momento. Un inmortal en el Cielo desplegó el voto que había hecho cuando entré a la cueva, mientras que otro preparó una flor eléctrica antes de golpearme con un rayo. Me mataron en la cueva en ese instante. Salí de mi cuerpo, luego me detuve en el aire. Mi cuerpo era ligero y grácil.

Vi mi cuerpo destrozado en la cueva, junto con esa joven. En realidad, era la reencarnación de un trozo de magnetita del Cielo. Esa magnetita se llamaba Qi Zuoshi [que significa: La roca que se levanta]. Fue cuando comencé a practicar la cultivación que Qi Zuoshi encarnó como una niña. Su objetivo final era hacer que me pusiera de pie. Cumplió su misión, que los inmortales del mundo superior le encomendaron.

Lo que más me desconcertó fue que vi a otro yo que brillaba de salud y vigor. Vi que llevaba consigo todo tipo de habilidades sobrenaturales. Lo vi salir de mi cuerpo. Entonces vi aparecer a mi maestro, y ese otro yo se inclinó ante él. Mi maestro tomó a ese otro yo en un luan [un pájaro mítico relacionado con el fénix] y volaron juntos. Estaba completamente desconcertado.

Un inmortal me dijo: "Ve a reencarnarte de inmediato. Tienes gloria y esplendor sin fin para disfrutar en tu próxima vida". Le pregunté: “No me cultivé para la gloria y el esplendor. ¿Por qué no me llevó mi maestro con él? ¿A quién se llevó con él? El inmortal no pronunció una sola palabra. Otro inmortal dijo: "Deberías ir rápidamente y reencarnar. No pierdas el tiempo". Cuando me estaba llevando otro inmortal, escuché a otro inmortal decir: "Esto no es tan justo". El otro inmortal respondió: "Siempre se ha hecho así, y así es como se establece. No hay ningún error aquí. Aunque este cultivador lo ha presenciado, no tiene claro qué está pasando. Una vez que su cerebro esté despejado, olvidará todo esto".

Cuando escuché esto, de repente sentí una sensación de angustia que las palabras no pueden describir con precisión. Revisé mi práctica de cultivación, fue absolutamente minuciosa, y el resultado final fue reencarnar. Ese fue un sentimiento de absoluta desesperanza, de desesperación. En ese instante pensé en tantas cosas. En ese estado, mi forma de pensar se había vuelto abierta y excepcionalmente activa. Pude dar sentido a muchas cosas uniéndolas y adiviné lo que había sucedido. Sabía que lo que me había dado cuenta era correcto.

Recordé el momento antes de tomar al daoísta como mi maestro, cuando escuché una voz: "Practica la cultivación con diligencia, no pienses en volver a casa". Y la voz que escuché antes de morir diciendo: "Rápido, mira la que está arrodillada ante ti, sálvala. Tienes tu lugar al que debes ir". La misma voz dijo ambas cosas. En momentos críticos, esos pensamientos y voces vinieron de mi interior. ¿Podría ser que vinieran de ese otro yo, que estaba manipulando mis pensamientos y controlando mi cuerpo?

Pensé: practiqué minuciosamente la cultivación y el resultado final fue la reencarnación, otra vida obtuvo el Fruto Recto. ¿Quién es él? ¿Esa otra vida tomó prestado mi cuerpo para practicar la cultivación? Eso es lo que pasó, ¿verdad? Mi maestro dijo que cambió mi curso de vida, pero en realidad fue el curso de otra vida la que cambió, porque todavía tengo que reencarnar, ¿verdad? Shifu dijo que había arreglado mi camino de cultivación. ¿Es que mi cultivación está condenada a ser como tal, que juró morir en la cueva y esa roca [refiriéndose a la niña] fue arreglada hace mucho tiempo? Todo estaba listo y yo estaba de acuerdo con los arreglos. El que obtuvo todo fue en realidad otra persona. ¿No es este arreglo demasiado cruel? ¿No me han utilizado?

Nadie pudo afirmar mis conjeturas sobre lo que sucedió, ni nadie me dio ninguna respuesta a mis preguntas. Rápidamente reencarné.

Han pasado tres años desde que me enteré de esto. De mala gana escribí este artículo. Aunque lo escribí, una vez que llegué a la parte de morir en la cueva, dejé de escribir por mucho tiempo, fue demasiado doloroso. No quería dejarlo por escrito. Finalmente, me esforcé mucho en terminar este artículo, porque pensé que lo estaba evitando, no quería despertar mi dolorosa memoria. No estaba dispuesto a enfrentar la impotencia y el dolor que sentía en ese momento.

También se han despertado recuerdos de mis vidas pasadas como cultivador. Recuerdo que después de comenzar a practicar Dafa, leí en "Explicando el contenido de Falun Dafa", Shifu dijo:

"En la Escuela Dao, sólo uno o dos discípulos son enseñados y sólo uno recibe la verdadera enseñanza. Ellos son verdaderamente estrictos con sus discípulos y los golpean por cualquier cosa. A ellos no les importa si puedes soportarlo o no, ya que ellos tienen que hacer que lo logres. Por tanto, suelen emplear métodos de fuerza, tales como atar las piernas y atar las manos de los discípulos por la espalda; tú no serías capaz de desatarte por ti mismo, ni siquiera si estuvieras acostado. Por eso algunas personas han sentido tanto dolor que hasta se han desmayado. Esa es la forma en que algunos lo hicieron en el pasado; la cultivación fue realmente difícil en aquel entonces" (Exponiendo el Fa para los asistentes de Falun Dafa en Changchun, Explicando el contenido de Falun Dafa).

Fue profundamente conmovedor para mí cuando leí este párrafo. Mientras leía, hice una mueca, sintiendo una especie de dolor en mi corazón, el dolor y el sufrimiento descritos realmente me sucedieron. Mi corazón tembló. Cuando leí la sección de Zhuan Falun, Quien practica la cultivación obtendrá Gong, sentí una inmensa gratitud por el Maestro de una manera que no puedo expresar con palabras. Mis lágrimas fluyeron incontrolablemente. Me conmovió mucho saber que ahora realmente puedo practicar la cultivación, puedo volver a casa. Siento que el reverenciado Maestro realmente trata bien a sus discípulos.

La práctica de cultivación en el pasado implicaba soportar tanto sufrimiento, pero todavía no significaba realmente cultivarse uno mismo. La "chica de la roca" de la historia anterior existió una vez en el nivel 28 del Cielo. La puse accidentalmente en el agua. Antes, estaba en un lugar especial donde podía absorber la energía esencial del Cielo y la Tierra, pero después de caer al agua, no podía salir. En el agua, comenzó a resentirse conmigo sin cesar. Entonces, ella cumplió con el arreglo de los inmortales de reencarnarse como una niña para atraerme a ponerme de pie. Parece que todo en la práctica de cultivación ocurre por una razón, nada es aleatorio.

En la cultivación de Dafa, nuestro venerado Shifu Li nos ha dado lo mejor de todo y nos ha brindado resoluciones benévolas para todo resentimiento y odio. Además, el Maestro nos protege y nos salva. Entonces, ¿cómo podríamos relajarnos? Además, Shifu ha indicado claramente el mecanismo y el resultado de la enseñanza del Fa:

"Si te cultivas como al principio, de seguro tendrás éxito" (Enseñando el Fa en el Día Mundial de Falun Dafa).

Escribí esto para recordarles a los compañeros practicantes que los cultivadores del pasado que no se manejaban bien perderían la vida. Y no importa cómo se cultivaron, sería la conciencia asistente cultivando, cultivando de acuerdo con los arreglos establecidos mucho antes. Cultivando y cultivando... aun así, el espíritu primordial nunca podría obtener el Fruto Recto, se cultivaba en vano y se usaba como vehículo para otro ser. Por lo tanto, debemos apreciar la oportunidad predestinada de cultivarnos en Dafa y cultivarnos genuinamente y mirar incondicionalmente dentro de nosotros mismos. Al cultivarnos bien, seremos dignos de la misericordiosa salvación del reverenciado Maestro y finalmente regresaremos a nuestro verdadero hogar en el Cielo.