(Minghui.org) Soy un practicante de 23 años. Comencé a practicar Falun Dafa cuando era un niño y me he estado cultivando durante 20 años. En este camino de cultivación, el Maestro siempre me ha protegido, y he estado inmerso en su benevolencia sin límites. Sin embargo, he sido atrapado por toda clase de tentaciones de la sociedad ordinaria y a veces he sido adicto a los teléfonos celulares y no he sido diligente en mi cultivación. Pero sé en el fondo de mi corazón que el Maestro nunca ha querido renunciar a mí. El Maestro siempre me ha iluminado y animado.

Obteniendo el Fa

Nací en 1997, dos años después de que mi madre obtuviera el Fa. Naturalmente, seguí sus pasos. Cuando era joven, recitaba los poemas de Hong Yin con mi madre y todavía recuerdo muchos de ellos. Mi madre dijo que cuando fue a validar Falun Dafa a Beijing, estaba muy preocupada porque yo solo tenía tres o cuatro años. Sin embargo, la animé a ir e incluso le dije: "Dafa nos ha protegido, y ahora nos toca protegerlo". Creo que el Maestro estaba iluminando a mi madre a través de mí.

En ese entonces, distribuía materiales de Dafa de aclaración de la verdad en mi vecindario y colgaba pancartas de aclaración de la verdad. Me sentía nervioso, pero nunca asustado. Era demasiado joven para saber lo que significaba "estar asustado".

El Maestro nos protege y vela por nosotros

Nuestro gran y benevolente Maestro no solo nos dio el Fa, sino que también nos ayudó a eliminar el yeli y nos guía para seguir adelante. Además, el Maestro también está constantemente protegiéndonos y velando por nosotros.

Shifu dijo:

“Nuestro Falun Dafa puede proteger a los estudiantes para que no les ocurra una desviación. ¿Cómo los protege? Si eres verdaderamente un cultivador, nuestro Falun te protege. Mis raíces están todas atadas al universo, y quien pueda tocarte a ti, entonces puede tocarme a mí; hablando claramente, él ya puede tocar a este universo” (Primera Lección, Zhuan Falun).

Estaba jugando a bádminton con un amigo en la escuela primaria. Mi compañero, un chico con mucha fuerza, me golpeó accidentalmente en la sien. No tuve tiempo de reaccionar y solo escuché un zumbido en mi cabeza. Me dolió un poco, pero no entré en pánico. Sabía que era un joven practicante de Dafa y que estaría bien, porque estaba protegido por el Maestro. Puse mi mano sobre mi sien y me senté un rato. Después me sentí bien y volví a jugar con mis amigos.

Según el pensamiento común, la sien es uno de los puntos de acupuntura más importantes. Un golpe en un punto de la sien podría ser grave. Pero estaba bien. Aún era joven y sabía que el Maestro me protegía, pero no me di cuenta de que el Maestro me ayudaba a soportar tanto.

Mi padre no practica Falun Dafa. Un invierno volviendo a casa en coche, mi padre iba muy rápido y vio hielo en la carretera demasiado tarde para frenar. El coche salió de la carretera en dirección a una zanja cuando, en el último segundo, se detuvo justo antes de la zanja en una pendiente empinada. Ninguno de los dos estaba herido, y yo sabía que el Maestro nos había protegido. Le dije a mi padre: "Mira, gracias al Maestro, estamos bien". Mi padre no apoyaba a Dafa, pero en ese momento asintió con la cabeza y dijo: "¡Sí! ¡Sí!".

El Maestro también nos ayudó a poner de vuelta el coche en la carretera. No había manera de que mi padre y yo pudiéramos remolcar el coche por nuestra cuenta. ¿Qué íbamos a hacer? Aparecieron varios granjeros que nos ayudaron a empujar el coche por la pendiente. Era muy raro ver a alguien en días tan fríos. Todo el mundo estaría normalmente en casa sentado frente a la chimenea. ¿Quién iba a salir afuera? El Maestro no solo nos protegió, sino que también nos ayudó a solucionar nuestro problema.

Eliminando el uso de la electrónica

La moda de los teléfonos móviles estaba en su punto álgido cuando estudiaba en el instituto. De curiosear a acabar siendo adicto, mucha gente como yo quedó atrapada en una red de "teléfonos inteligentes". Había aplicaciones de novelas para leer, música para escuchar, dramas para ver y juegos para jugar. Al principio de mi cultivación, no era muy diligente y no me di cuenta de que el apego a mi teléfono celular se había vuelto tan fuerte. Ese apego me llevó a otros apegos, como el querer estar cómodo, la lujuria, la competitividad, el guardar rencor, la fama y la ganancia, los celos, el alardear, la violencia, el egoísmo y el pensamiento negativo. Todas estas sustancias negativas llenaban mis dimensiones.

Shifu dijo:

Esos computadores, máquinas de juegos, generan la misma función, es el mismo principio. Tú lo dejas, pero si tú lo dejas, ¿entonces muere? Él no lo acepta: “Tú tienes que seguir viendo. ¿No quieres ver más? Bueno, no te dejo trabajar, no te dejo estudiar, hago que tú pienses que quieres jugar con esos; si no lo haces, hago que incluso juegues en tus sueños” (Fahui de Nueva York 2019).

Mi estado mental era exactamente como decía el Maestro, y empeoró al entrar en la universidad. No prestaba atención en clase, y siempre que tenía tiempo libre, estaba con el teléfono, asistiendo a fiestas, o me quedaba estudiando para los finales. Mi mundo interior estaba muy vacío.

También estaba atormentado mentalmente. Lo peor fue que atacaba mi voluntad de cultivarme. Me sentía miserable cada vez que agarraba un libro de Dafa. Cuando trataba de hacer los ejercicios, siempre quería tumbarme en la cama y jugar en mi celular. Afortunadamente, fui a casa durante mis vacaciones y, bajo la guía de mi madre, superé mi renuencia a cultivarme. Me di cuenta de que la cultivación es lo más valioso y que, una vez perdido, nunca tendría otra oportunidad. Sin embargo, mi determinación no duró. Tan pronto como volví a la escuela, retrocedí. Nunca fui verdaderamente feliz y sentía algo en mi interior que lloraba desesperadamente. Sabía perfectamente que debía dejar de usar el móvil, pero no podía renunciar a él. Era demasiado difícil para mí.

Supliqué al Maestro muchas veces que me diera la fuerza para eliminar el demonio del celular para poder volver a ser un practicante diligente. El Maestro fue lo suficientemente compasivo para no renunciar a mí y me iluminó varias veces a través de los sueños. En un sueño caí en un pozo negro y acabé cubierto de heces. Otra vez soñé que cargaba una bolsa de heces y aun así me veía muy feliz. Sabía que el Maestro intentaba iluminarme diciéndome que las cosas en Internet son tan sucias como las heces y que no me apegara más a ellas.

Tuve un sueño que recuerdo muy claramente: Estaba haciendo un examen y todos los demás habían terminado. El profesor me dio más tiempo, pero por mucho que intentara responder a la pregunta, no podía terminarla. Fue una advertencia compasiva y seria que me dijo que apenas quedaba tiempo. Si todavía me permitía malgastar el tiempo con el móvil, me perdería en la sociedad ordinaria, y perdería mi oportunidad de cultivarme. Si efectivamente perdiera mi oportunidad de cultivarme, ¡sería demasiado tarde para lamentarlo!

Shifu dijo: “La oportunidad aparece una sola vez. Solo cuando la ilusión a la que te aferras desaparezca, llegarás a darte cuenta de lo que has perdido” (Practicando la cultivación después de la jubilación, Escrituras esenciales para mayor avance)

No quería perder mi oportunidad de cultivarme y lamentarlo por el resto de mi vida, así que decidí cultivarme bien. Dejé atrás lo que no había hecho bien, porque ya había sucedido y no servía de nada insistir en ello. ¡Todavía tenía oportunidades de hacerlo bien y las iba a aprovechar!

Sorprendentemente, después de que decidiera deshacerme de mi celular y dejar de lado este apego, sentí que todas las sustancias negativas en otras dimensiones ya no podían refrenarme. Borré todas las aplicaciones de entretenimiento y puse mi celular en un cajón.

Habiendo sido una vez literalmente adicto al teléfono celular y ahora ser capaz de no mirarlo en todo el día es bastante milagroso. Para una persona común, sería extremadamente difícil dejar de usar el teléfono móvil. Pude resistir las sustancias negativas provenientes de los celulares con la ayuda del Maestro y siendo un practicante de Dafa.

Shifu dijo:

“Al rectificar los pensamientos, los perversos se derrumban” (Por qué temer, Hong Yin (II)).

“Shifu puede ayudarte cuando tus pensamientos rectos son suficientes” (Exponiendo el Fa en la ciudad de Los Ángeles).

He experimentado que cuando mi conciencia principal está lo suficientemente determinada, y con fuertes pensamientos rectos, el Maestro me ayuda a eliminar las sustancias negativas. Mi nivel de cultivación también se ha elevado, y el mal ya no puede tomar el control.

Al renunciar al uso incesante del celular, he pasado por muchos altibajos. A veces, cuando las fuerzas del mal ven que estoy muy determinado, me dicen: "Mira el móvil un rato, no afectará a tu cultivación. ¡Si tienes miedo de que te afecte, puedes estudiar el Fa primero!". Si lo hiciera, caería en su trampa y necesitaría mucho más tiempo para recuperar un buen estado de ánimo.

Cuando estoy siendo muy pasivo y negativo, el Maestro siempre me ilumina y me hace leer experiencias de cultivación escritas por otros practicantes sobre cómo eliminar el uso de los teléfonos celulares. Entonces recupero mi confianza y encuentro mi camino de regreso.

Una vez, después de mejorar en mi cultivación, tuve un sueño vívido de que tenía prisa por tomar un tren. Perdí el primer y segundo tren, porque no importaba lo rápido que corriera, las puertas de los trenes ya estaban cerradas. No estaba preocupado y solo vagaba por ahí. Entonces miré mi reloj y me di cuenta de que no había tiempo suficiente, que el tercer tren estaba por llegar. ¡Las puertas del tercer tren también estaban cerradas! Pero alguien a mi lado dijo: "¡Mira, esa puerta sigue abierta!". Me apresuré y subí al tren.

Cuando me desperté le conté a mi madre mi sueño. Ella dijo: "¿No es obvio? No fuiste lo suficientemente diligente para los dos primeros trenes, ¡pero el Maestro te dejó subir al último!". Estaba muy emocionado y contento. No hay palabras para describir cómo me sentí. Cuando lo hago bien, el Maestro me anima y me hace saber que aún no es demasiado tarde. Fui bendecido por la benevolencia del Maestro.

Dudé durante mucho tiempo antes de escribir lo que he experimentado con respecto a los teléfonos móviles. No me fue bien en una reciente tribulación y me sentí muy arrepentido. Entonces, ¿por qué debería escribir sobre mi cultivación si no lo hice bien? Pero pensando en ello, si escribo sobre mis experiencias, ¿no estoy exponiendo y eliminando la sustancia negativa? Al escribir sobre mis experiencias de cultivación, me doy cuenta de que mi estado de cultivación está mejorando y mis pensamientos rectos se están fortaleciendo también.

Shifu me iluminó:

“Estremece y atemoriza

Las plumas divinas estremecen a humanos y demonios
Las veloces espadas aniquilan a los fantasmas podridos
Las viejas fuerzas no muestran respeto por el Fa
Un gran número de pinceladas sofoca la salvaje ola”

(Hong Yin (II))

Si también estás interferido por tu teléfono móvil, espero que puedas hacer lo mismo y compartir tu experiencia. Puedes exponer estas sustancias negativas y ayudar a otros practicantes al mismo tiempo.

Conclusión

"Las puertas celestiales se abren una vez cada milenio, exactamente cuántas personas han ido de un lado a otro". Cada vez que leo esta frase del poema "Mei Hua Shi" (Flor de ciruelo) [una profecía china], mi corazón se llena de emoción. No importa cuántas veces nos hayamos cultivado en nuestras vidas pasadas, todo ha sido arreglado para hoy. Somos discípulos de Dafa del período de la rectificación del Fa, un título especial que se nos ha dado, ¡y tenemos que ser dignos!

Por último, me gustaría citar de nuevo al Maestro:

“De hecho, el significado fundamental es que quisiera decirles a todos, ¡que vuestras vidas han venido justamente para esto! (La multitud de dizi aplaude calurosamente) No hay otra elección, ¡realmente no hay otra elección! Esto es para los Dafa dizi. Y la gente común, ella puede reencarnar en las seis vías, reencarnar en distintos reinos; pero ustedes no pueden, ustedes solo están por este asunto de Dafa. Por eso, si no lo hacen bien, lo que queda para uno mismo es el arrepentimiento. Especialmente esos Dafa dizi veteranos, no aflojen; tú lo has atravesado desde años tan penosamente difíciles, caminando hasta hoy, ¡no fue fácil para nada! ¿No sabes atesorarlo? ¡Incluso yo te atesoro! ¡Incluso los dioses te atesoran! (La multitud de dizi aplaude calurosamente). Por eso, tú mismo aún más debes atesorarte a ti mismo” (Explicando el Fa en Washington D.C. 2018).