(Minghui.org) Mi madre y yo conocimos Falun Dafa en 1997. Yo era muy joven en aquel entonces y solo entendía las enseñanzas de Dafa superficialmente. Me encantaba ir al lugar de práctica con mi madre para hacer los ejercicios y estudiar Dafa. Estaba ansiosa por vivir de acuerdo a los principios de la Vedad-Compasión-Tolerancia, sentía un deseo ardiente de regresar a mi verdadero hogar.

Me gradué en la escuela secundaria en 2006 y me aceptaron en una buena universidad a pesar de tener notas promedio. Fui la única estudiante que fue a la universidad de las seis que compartíamos dormitorio. No tenía ninguna duda de que el Maestro hizo que aquello sucediera. Elegí estudiar animación, esperando poder usar películas animadas para aclarar la verdad como habían hecho los practicantes del extranjero. Pero decepcioné al Maestro. El libre y relajado ambiente universitario desafortunadamente erosionó mi diligencia en el estudio del Fa y me animó a perseguir objetivos mundanos. Poco a poco, dejé de estudiar el Fa, me olvidé de aclarar la verdad a los estudiantes y empecé a comportarme como una persona común.

La pandemia del coronavirus fue una llamada de atención para mí. El día del Año Nuevo Chino, para disipar los temores de mi madre y mi suegro sobre la propagación del coronavirus, me armé de valor para hacerles saber que permanecerían a salvo si recitaban sinceramente: "¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad, Compasión y Tolerancia es bueno!" Mi suegra, en particular, fue muy receptiva y lo aceptó de inmediato.

Tal vez el Maestro estaba contento de que yo todavía tuviera a Dafa en mi corazón, así que se las arregló para darme pistas a través de mis dos hijos. El 27 de febrero de este año, le conté a mi hija de cinco años y a mi hijo de tres años la historia de Chang'e (la Dama de la Luna en la mitología china). Cuando la historia llegó a la parte en que Chang'e se traga una píldora y vuela al cielo, los niños se emocionaron mucho. Querían volar al cielo también y me preguntaron cómo podían hacerlo. La pregunta agitó una parte profundamente oculta dentro de mí; les dije que solo sería posible si seguían los principios de Verdad-Compasión-Tolerancia.

Al día siguiente, mi hija, que exhibía habitualmente un carácter terco, era una persona diferente. Era sorprendentemente obediente y bien educada. Me dijo que quería seguir los principios de Verdad-Compasión-Tolerancia y que debía recordárselo si se olvidaba; llegó a decir que deberíamos recordárnoslo mutuamente. Me conmovió mucho y me sentí avergonzada porque había olvidado que mis dos hijos estaban en este mundo para obtener Dafa. Me di cuenta de que el misericordioso Maestro había trabajado mucho para traerme de vuelta a Dafa.

Me inspiró tanto el anhelo de los niños por Dafa a una edad tan joven e inocente que me prometí que los tres retomaríamos la práctica y volveríamos juntos a nuestra casa celestial.

Ese fin de semana, mi madre nos trajo el libro Zhuan Falun y la película Coming For You. Después de ver la película con mi marido esa noche, los recuerdos del pasado volvieron para inundar mis ojos de lágrimas.

Temprano a la mañana siguiente, retomé la lectura de Zhuan Falun después de 14 largos años. Leí con una claridad mental que no había conocido hasta ese momento. Lloraba y no quería dejar de leerlo. ¿Cómo pude dejar que este profundo Fo Fa se me escapara en lugar de considerarme extremadamente afortunada de haberme convertido en una discípula de Dafa? ¿Por qué me había tomado tanto tiempo darme cuenta de aquello? El Maestro ha hecho que la cultivación del estado de Fo sea más fácil que nunca. En el pasado, la cultivación era mucho más difícil porque uno tenía que iluminarse solo y era más probable que cometiera errores y sufriera más, como resultado. El Maestro nos ha facilitado el aprendizaje de Dafa explicándolo de una manera tan simple y clara que no hay excusa para no seguirlo.

En pocos días mi mente dio un gran salto mental. Prometí cultivarme hasta el final.

Esta vez, puse mucha atención al leer Zhuan Falun. No quería perder ni un solo signo de puntuación y trataba de leer profundamente cada palabra del Maestro, las cuales parecían despertar mis recuerdos lejanos. Derramé muchas lágrimas mientras leía, lamentando todo el tiempo que perdí y cómo decepcioné al Maestro.

Mi comprensión de Zhuan Falun era mucho más profunda ahora, comparada con la de cuando era muy joven. Una tarde después de leer la Primera Lección del libro, noté que mi cuello, hombros y espalda no me dolían tanto. Pensé que me lo había imaginado, así que lo comprobé deliberadamente doblando mi cuello hacia abajo. Para mi asombro, ya no sentía dolor en el cuello ni en la espalda después de un largo día. Solía tener miedo de doblar el cuello hacia adelante, pero esta vez lo había hecho mientras leía el libro, ¡durante más de una hora! ¡Estaba muy contenta! Mi dolor de cuello crónico y el estado de hombro congelado habían desaparecido. ¡Gracias, Maestro! Gracias por asumir tanto de mi yeli.

Creo que el fin de la rectificación del Fa está cerca y la pandemia nos recuerda que la eliminación a gran escala ha comenzado. Pero mientras haya tiempo, hay esperanza. Debo pasar más tiempo estudiando la Fa y seguir la guía del Maestro para hacer bien las tres cosas.

El despertar esta vez resonó muy fuerte en mí. Si no hubiera despertado, habría sido una tragedia monumental cuando el Fa rectifique el mundo humano. Pensé en los practicantes a mi alrededor que han perdido su camino y quise compartir con ellos lo que he experimentado. Junto con otra practicante, nos las arreglamos para encontrar algunos expracticantes. Después de hablar con ellos, descubrimos que todavía tienen Dafa en sus corazones; sin embargo, como no tenían el apoyo de sus compañeros y la persecución los obligó a practicar en secreto, se rindieron lentamente con el tiempo. Les ayudamos a retomar su cultivación proporcionándoles grabaciones de las conferencias originales del Maestro y copias impresas de las conferencias del Maestro en el extranjero.

También empecé a aclarar la verdad a los amigos y familiares que me rodeaban. Por algunas noches, tuve un mismo sueño en el que aclaraba la verdad a algunos de mis amigos más cercanos. Me di cuenta de que hicimos un pacto en nuestras vidas pasadas y que estamos todos juntos en esta tierra con un propósito. El Maestro me ha insinuado en sueños que debería salvarlos. De los cuatro amigos, dos viven en mi ciudad natal, uno en una ciudad de un condado cercano, y el último en la lejana Beijing. Poco después de mis sueños, me enteré de que mi amiga de Beijing iba a volver a visitar nuestra ciudad natal. Normalmente vuelvo allí a visitar a mis padres y a mis suegros una vez a la semana. Ese fin de semana, fui a visitarla con un amuleto de Dafa y le aclaré la verdad. Accedió a renunciar al partido comunista chino (PCCh) y sus organizaciones juveniles, y me pidió que lo hiciera por toda su familia. No tengo ninguna duda de que ella ha estado esperando ser salvada. La otra amiga que vive en un pueblo de un condado cercano y es representante de ventas me llamó repentinamente para decirme que no tenía suficientes zapatos para vender. ¡Qué gran oportunidad arreglada por el Maestro! Le entregué los zapatos, le aclaré la verdad y la ayudé a drenunciar al PCCh.

Después de algunas experiencias con mis amigos, lentamente, amplié mi alcance aclarando la verdad a desconocidos, ayudándoles a renunciar al PCCh. En el proceso, descubrí que mis nociones humanas a veces me obstaculizaban, así que eliminaba conscientemente estos pensamientos uno por uno, en cuanto surgían. Es importante para mí estudiar el Fa todos los días porque es la única garantía que tengo para salvar a más personas.

La rectificación del Fa está por terminar y el Maestro no quiere que ningún discípulo se quede atrás. Creo que debemos ser responsables para con nuestros compañeros de práctica, incluyendo a los que han socavado Dafa y a nuestros jóvenes practicantes en casa. Cualquier cosa desafortunada que haya sucedido antes, fue arreglada por las viejas fuerzas para destruir. Debemos ayudar a la gente a volver al camino de Dafa. Es nuestra responsabilidad hacia nuestros compañeros de práctica, pero también es un papel que debemos jugar para ayudar al Maestro en la rectificación del Fa. ¡Aprovechemos esta última oportunidad, para que podamos regresar juntos a nuestro hogar celestial!