(Minghui.org) Empecé a practicar Falun Dafa a finales de 2017, aunque no estudiaba mucho el Fa en aquellos días debido a mis largas jornadas de trabajo como vendedor de productos y al estrés laboral.

Cuando tomaba Zhuan Falun por la noche, me sentía somnoliento después de leer solo unas pocas páginas.

Durante un periodo de tiempo, ni estudiaba el Fa ni hacía los ejercicios. Una noche una voz me gritó enojada: "¡Quiero cultivarme! ¡Quiero cultivarme!". Los gritos me despertaron.

El Maestro nos dijo:

"El espíritu primordial asistente quiere el xiulian, pero si el espíritu primordial principal no quiere, no hay manera" (Tercera Lección, Zhuan Falun).

Es muy difícil que una vida obtenga la oportunidad de cultivar Dafa y, por eso, mi espíritu asistente debía haberse angustiado, porque yo no era diligente en mi cultivación. Pero no logré corregirme hasta que no vi Shen Yun el año pasado.

Despertando gracias a Shen Yun

Mientras veía Shen Yun sentía que todos mis poros se abrían. Parecía que cada nota de la orquesta eliminaba mis apegos y mi yeli (karma) capa por capa. Y cada movimiento de los bailarines me iluminaba con una luz dorada, purificando mi alma con oleadas de energía recta.

Mi verdadero ser despertó tras permanecer enterrado debido al yeli (karma) que había acumulado vida tras vida. Llegué a entender por qué los practicantes veteranos me decían: "Shen Yun salva vidas, Shen Yun salva vidas".

Comencé a cultivarme diligentemente después de ver el espectáculo.

Un niño desconocido me ayuda

Decidí dejar de jugar a los video juegos en mi computadora y en mi celular. Como resultado, descubrí que podía comer sin distraerme, y me daba tiempo a memorizar un párrafo del Fa mientras viajaba en el transporte público. También dejé de beber alcohol y de cantar en los karaoke (dos de mis pasatiempos favoritos).

Mis amigos se sorprendieron al ver que mi temperamento y personalidad mejoraron.

Recuerdo que aunque dejé de jugar a los videojuegos en la computadora, todavía me sentía fuertemente apegado a ellos.

Después de asistir a una conferencia del Fa, pensé en relajarme un poco y fui a un restaurante. Tan pronto como me senté, no pude evitar sacar mi teléfono celular y empezar a jugar mientras esperaba mi comida.

Un chico en la mesa de al lado se movía y golpeaba mi silla. Al principio no me molestaba, pero no dejaba de sentir golpes en mi espalda y mi cabeza.

Aunque comencé a sentirme agitado, de repente pensé: "El Maestro me está dando una pista a través de este chico molestándome".

Inmediatamente dejé de jugar, me salí del grupo de jugadores y eliminé la aplicación de mi teléfono.

El sueño no me afecta

Solía pensar que necesitaba dormir mucho porque me levantaba muy temprano para trabajar. Si me quedaba despierto hasta tarde, pensaba que me sentiría mareado y no podría concentrarme en el trabajo al día siguiente. Pero ahora leo una lección de Zhuan Falun y hago las cinco series de ejercicios todos los días. He dejado de sentirme cansado al día siguiente, aunque me quede despierto hasta tarde la noche anterior.

A veces leo las enseñanzas que el Maestro impartió en las conferencias del Fa, hasta las 2 o 3 de la mañana. Sin embargo, cuando me despierto para ir a trabajar, aunque solo haya dormido un rato, siento que he dormido lo suficiente.

El Maestro nos dijo:

“La ciencia contemporánea considera que el tiempo tiene un campo, y aquello que no está dentro del límite del campo de tiempo no está restringido por el tiempo” (Segunda Lección, Zhuan Falun).

Sentía como si una fuerza hubiera cambiado el tiempo y el compasivo Maestro me ayudara a dormir lo suficiente.

Eliminando el yeli

Hace poco me lastimé la espalda mientras trabajaba y no podía agacharme. Sentía tanto dolor que no podía dormir.

Envié pensamientos rectos para limpiar todos los estados incorrectos en mi campo dimensional y le pedí al Maestro que me fortaleciera para que fuera capaz de hacer los ejercicios de Dafa e ir a trabajar.

El primer día, que también fue el más doloroso, logré terminar la meditación sentada de una hora. No tomé ningún analgésico ni tomé ningún permiso por enfermedad.

No dejé de estudiar el Fa y de hacer los ejercicios todos los días. Mantuve en mi mente las enseñanzas del Maestro:

“Sea lo que sea que experimenten durante la cultivación -sea bueno o malo- es bueno, ya que esto sólo ocurre porque ustedes se están cultivando” (Al Fahui de Chicago, Escrituras esenciales para mayor avance (III)).

Comprendí que estaba eliminando el yeli por medio del dolor que estaba sintiendo.