(Minghui.org) Soy un hombre de 48 años de la ciudad de Weifang, provincia de Shangdong. Comencé a practicar Falun Dafa en 1996.

Sufriendo una depresión a una edad temprana

Al crecer era tímido, sensible e introvertido. Trabajaba en una oficina de base en 1994 en una zona rural. Una vez, perdí una factura muy importante. Mi gerente había estado en el ejército y solía tener mal temperamento, se enojó mucho conmigo, me gritó y me regañó con crueldad. Mi autoestima estaba profundamente herida. Al poco tiempo tuve problemas en mis relaciones personales.

Comencé a tener síntomas de depresión, estaba triste y perdido, y me volví muy pesimista. Mi vida estaba llena de tristeza y sufrimiento y poco a poco empecé a pensar en suicidarme.

Entonces, a petición de mi madre fui trasladado a trabajar en una oficina del gabinete para ayudar al director. Pero mi condición continuó empeorando y pronto no fui capaz de comunicarme de manera normal con la gente. Tomé una larga baja por enfermedad. El director le dijo a mi madre que me mantendría el puesto de trabajo y que podía quedarme en casa hasta mi recuperación.

Alguien le dijo a mi madre que quizás mi cuerpo estaba poseído por algún espíritu maligno. Así que me llevó a muchos sitios donde me trataron ancianas. Acabamos gastando mucho dinero, pero no mejoré.

Ya no quería ver a nadie más que a mis padres. Cuando salían, cerraba las puertas y ventanas y me quedaba en casa. Si me aburría mucho, salía secretamente y subía una cuesta donde no vivía nadie. Observaba las nubes, miraba la hierba y las hormigas, escuchaba los pájaros y los gritos y risas de alegría de los niños cuando volvían de la escuela.

Los días pasaban así, pero mi sufrimiento y mi soledad no iban a mejor. Nadie podía entenderme y nadie podía ayudarme. A menudo estaba ausente y no podía controlarme. Odiaba el hecho de no poder comunicarme con la gente, de no poder ir a trabajar y que mis padres estuvieran preocupados y tristes por mi culpa. Me imaginé que al vivir así, no solo estaba sufriendo yo, sino que también sufrían mis padres. Intenté suicidarme tres veces.

Entonces alguien sugirió a mis padres que me llevaran a un psiquiatra para tratarme, los médicos del centro de salud mental de la ciudad me diagnosticaron depresión severa. Dijeron que debería tomar medicación durante el resto de mi vida para mantener la estabilidad mental y que mi familia debía vigilarme para evitar intentos de suicidio.

Mis síntomas mejoraron un poco después de varios meses de tomar la medicación. Temiendo que finalmente perdiera mi trabajo, mi madre me aconsejó que volviera a trabajar. Por lo tanto volví trabajar mientras tomaba las medicinas. Tal vez fue porqué mi vida no estaba destinada a acabar y tenía por descubrir más razones para vivir.

Empezando a practicar Dafa

Una aparente coincidencia me llevó a encontrarme con Falun Dafa a finales del 1996 y eso cambió mi vida. Ese día vi a un compañero de trabajo haciendo una carátula de un libro para un libro grueso, me acerqué curiosamente para preguntarle qué libro era. Era Zhuan Falun, libro principal de Falun Dafa. Luego, lo abrí para echarle una ojeada. Sentí cómo mis ojos se iluminaron cuando leí la primera frase. Inmediatamente le pregunté dónde podía comprar ese libro, lo compré después del trabajo. Después de la cena, leí tres o cuatro capítulos.

Finalicé el libro entero en tres días, nunca había estado tan emocionado. Finalmente encontré lo que estaba buscando. Había encontrado todas las respuestas a las preguntas que me había estado formulando. Mi visión del mundo cambió y empecé mi cultivación. La noche después de haber comenzado a cultivarme, soñé que una flor de loto marchita florecía de nuevo.

Los siguientes dos meses, fui capaz de dejar gradualmente de tomar toda la medicación y mi estado mental recuperó la normalidad. Finalmente fui capaz de vivir y trabajar como los demás. Sonreía mucho e intenté ser una buena persona y seguí los principios de “Verdad, Benevolencia y Tolerancia.” A través de estudiar el Fa, poco a poco eliminé muchos malos pensamientos y apegos.

Mis familiares presenciaron los cambios en mí y estaban agradecidos a Dafa y al Maestro. Mi madre cosió una esterilla acolchada para meditar que aún uso al día de hoy. Viendo que estaba bien, los amigos y los compañeros de trabajo empezaron a presentarme a chicas de una edad similar para una posible relación. Pero después de conocer a varias chicas, descubrí que como eran gente común, ya no teníamos intereses comunes.

En la primavera de 1998 en el sitio de práctica, una mujer anciana me presentó una chica joven que también practicaba Dafa. Nos casamos al cabo de medio año. Nuestro hijo nació en mayo del año 2000.

Una vez estuve muy deprimido, con medicación y al borde de la muerte. Pero, después de que comencé a practicar Falun Dafa, me convertí en una persona normal y saludable con una familia perfecta.

La depresión se repite por segunda vez después de la persecución

Justo cuando estaba mejorando, comenzó la persecución. Debido a los celos de Jiang Zemin sobre el Maestro Li Hongzhi (fundador de Dafa), el entonces dictador lanzó una persecución sobre los practicantes de Falun Dafa en China el 20 de julio de 1999, a pesar de la oposición de seis miembros del politburó del PCCh.

Bajo el control del partido comunista chino (PCCh), todas las televisiones y estaciones de radio, así como periódicos y otros medios publicaron artículos difamando Falun Dafa. Muchos practicantes fueron arrestados y sus casas fueron saqueadas. Ya que me había beneficiado de la práctica de Falun Dafa, sabía que tenía que decir la verdad a la gente sobre Dafa y que Falun Dafa no es nada de lo que se estaba publicando por los medios y que todo eran mentiras del PCCh.

Fuimos a la Plaza Tiananmen para pedir justicia para Falun Dafa. Fui llevado de vuelta a Beijing por la policía local y detenido durante un mes en un centro de detención. Después de regresar a casa, mis compañeros practicantes y yo continuamos repartiendo folletos para explicarle a la gente sobre la persecución. Fui arrestado de nuevo en el otoño del 2000 y mi casa fue saqueada. Fui condenado a tres años en un centro de trabajos forzados.

Dado mi apego al miedo y a la presión, dejé de cultivar. Estaba bajo gran estrés mental y físico, y caí en depresión una vez que perdí mi fe. Fui diagnosticado con depresión y puesto en libertad condicional por razones médicas.

Durante los tres años siguientes, no fui realmente capaz de volver a la cultivación. Pero nuestro compasivo Maestro no se rindió y encontró muchas maneras de hacerme volver. Un practicante local a menudo compartía conmigo y trataba de que estudiara el Fa. Después de otros dos años finalmente fui despertado por el Fa del Maestro y comencé a cultivarme en la primavera del 2005.

Luego fui arrestado de nuevo y mi casa fue saqueada ya que renuncié al PCCh y lo publiqué en internet. En el centro de detención, no cooperé con los guardias e insistí en hacer los ejercicios, envié pensamientos rectos y aclaré la verdad a los otros prisioneros. Les dije a los guardias que me liberaran incondicionalmente. Los practicantes locales me habían proporcionado un gran apoyo, a la mañana siguiente había muchos mensajes sobre mí en todas las calles de alrededor de la comisaría de policía. Había muchos lemas pidiendo mi liberación.

Después de volver a casa, el nuevo director de la oficina y el secretario de disciplina no me permitieron volver al trabajo. Por lo que perdí mi trabajo y los ingresos estables para los dos años siguientes y caí nuevamente en una depresión. Pero, insistí en estudiar el Fa y hacer los ejercicios y fui capaz de superar estos tiempos difíciles.

Creyendo en el Maestro y en el Fa

Cuando estaba estudiando el Fa, haciendo los ejercicios y despertando seres conscientes como de costumbre, los síntomas de la depresión aparecieron de nuevo en la primavera del 2018. Inmediatamente me resistí y traté de negarlos. Sabía que los síntomas no eran reales porqué había estado cultivándome durante muchos años. Durante un tiempo no pude trabajar y no pude hacer los ejercicios. Pero todavía insistía en estudiar el Fa cada día y frecuentemente compartía con otros practicantes.

Los síntomas de dolor eran los mismos que en los primeros años. La única diferencia era que mi sueño no se vio afectado. Continuó empeorando durante los siguientes seis meses y mi mente empezó a tener pensamientos de suicidio, a los cuales resistí firmemente. También envié fuertes pensamientos rectos para eliminar las sustancias que me decían que me suicidara.

Me quedé en casa para luchar contra las sustancias malignas. Continué estudiando el Fa y traté de encontrar la raíz de estos síntomas que me habían atormentado durante muchos años. Como mi entendimiento sobre ello cambió muchas veces, mis objetivos cuando enviaba pensamientos rectos también cambiaron muchas veces. Eso también afectó mi alimentación.

A menudo estaba ausente y ya no podía leer el Fa. Por lo que me acosté en la cama y escuché las grabaciones del Fa del Maestro, ya que estaba demasiado débil para levantarme. Ya no miraba el reloj, porque el tiempo había perdido el significado para mí. Todos los días sentía cómo si el exterior se iluminara y luego oscureciera. Me sentía muy solo. Pero aunque nunca pude ver o sentir nada de otras dimensiones, incluso en el momento más difícil, creí firmemente que el Maestro estaba a mi lado y cuidaba de mí compasivamente.

La sustancia maligna se dio cuenta de que no podía hacer que dejara la cultivación, por lo que mi situación empeoró. Sabía que un verdadero practicante casi nunca se enferma. Sin embargo, las enfermedades mentales no eran de hecho enfermedades reales y solo lo eran porque la conciencia principal de uno era demasiado débil. Pero, fui a hospitales y me diagnosticaron de depresión severa y comencé a tomar medicamentos. El apego me hizo pensar que todo había terminado y que ya no era digno de ser un cultivador. Lloré mucho y dejé de estudiar el Fa y estaba decepcionado conmigo mismo.

Tres días más tarde, mi esposa estaba tan preocupada por mí y que empezó a llorar. Dijo: “Tomar medicación no significa que no puedas cultivarte más. Esto solo significa que no lo hiciste bien en esta tribulación. Durante todos estos años, a parte de los días en el campo de trabajo no te vi perder ni un solo día de estudio del Fa”.

De hecho me di cuenta, de que el objetivo de la sustancia maligna era que dejara de estudiar el Fa. ¡Sólo quería que dejara de cultivar, para destruirme! Eso también era una forma de persecución y no era distinto de la persecución del PCCh a los practicantes de Dafa tratando de forzarlos a dejar la cultivación. Me dije a mi mismo: “¡Debo negarlo y eliminarlo! No puedo renunciar a la

cultivación!

Continué escuchando las grabaciones del Maestro para estudiar el Fa e intenté aferrarme a los pensamientos y creencias rectas. Pensé:” ¿No quiere la sustancia maligna destruirme? No seré destruido. Continuaré cultivándome y tú serás destruido.”

Una noche, mientras dormía, sentí un “boom” en mi cabeza, como si mi cabeza hubiera explotado y entonces vi imágenes. Vi cómo mi mente se elevó de las restricciones de la ciencia moderna y que los demonios intentaban destruirme pero no podían. Al final, los demonios me lanzaron agujas venenosas. Tuve un pensamiento de “no puedes tocarme” e inmediatamente aparecieron “Los poderes divinos del Fa del Fo” y experimenté sus poderes. Todas las agujas envenenadas desaparecieron cuando se aproximaron a mí y todos los demonios fueron destruidos. Entonces me desperté exactamente a las 4 de la madrugada, que era la hora que me despertaba para hacer los ejercicios de Dafa. Me levanté e hice los cinco ejercicios.

Sabía que con una fuerte creencia en el Maestro y en Dafa, finalmente pude atravesar esta tribulación. Fui capaz de dejar la medicación y de cultivarme verdaderamente.