(Minghui.org) Con la propagación del coronavirus (virus del PCCh), un número cada vez mayor de ciudades en China fueron confinadas. Esto complicó nuestros esfuerzos para aclarar la verdad a las personas. Dos practicantes en nuestro municipio son personas de contacto y generalmente viajan más de 16 km para entregar materiales informativos o avisos a otros practicantes en nuestra área. Debido al bloqueo, esto se volvió aún más difícil de lo habitual.

Un practicante en mi ciudad y una pareja en otra ciudad imprimían materiales y nos los entregaban todas las semanas. Cuando nuestra área fue puesta en cuarentena, ya no recibimos ningún material. Pensamos en lo que podríamos hacer para salvar a las personas.

Convertir un obstáculo en una oportunidad de cultivación

Comencé a imprimir frases de aclaración de la verdad en billetes. Pensé que debía apresurarme para imprimir y entregar los billetes a mis clientes antes de que empezara el cierre. Los otros practicantes enviaron correos electrónicos con artículos sobre esta pandemia y sobre cómo evitarla.

Después de imprimir frases en más de veinte mil billetes, se los entregué a un cliente en tres paquetes. A medida que cerraban algunas aldeas, conduje mi moto eléctrica en carreteras remotas para evitar la vigilancia.

Al final solo pude viajar en bicicleta. Siempre regresé a casa a salvo bajo la protección del Maestro. Cada vez que salía y regresaba, sentía que acababa de sobrevivir a una batalla épica.

Como no podía ingresar a algunas áreas debido al bloqueo, le pedí a mis clientes que usaran los billetes en sus transacciones diarias. Son mayoristas que compran frutas y verduras en el mercado mayorista para entregar a tiendas en diferentes ciudades o pueblos, interactuando con los comerciantes de cada ciudad.

Pensé que sería genial si pudiera ir con ellos y distribuir el dinero impreso con las frases. Cuando pregunté, uno de ellos dijo: "No puedes entrar. Tenemos que escanear el código de nuestros teléfonos móviles al entrar". Pero prometieron ayudarme usando los billetes durante sus transacciones.

El encierro disminuyó en marzo. Cuando fui a ver a los mayoristas me dijeron que pudieron usar mi dinero y que solo les quedaban unos pocos billetes. Me dieron una cantidad correspondiente de dinero en efectivo por los billetes. Sentí que eran geniales por hacerlo.

Después de entregar los billetes impresos a los mayoristas, sentí que necesitaba hacer más. Tenía tres impresoras viejas y lamentaba no haber comprado una nueva antes de esta pandemia. Pude comprar seis paquetes de papel para imprimir en una pequeña tienda cerca de mi casa. Mi hijo compró 1,000 bolsas de plástico. Pensé en dar materiales impresos a los compañeros practicantes en mi ciudad y a una pareja de otra ciudad para que pudieran distribuirlos.

Comencé a imprimir artículos relacionados con la pandemia que publicó Minghui Weekly y los puse en bolsas de plástico. Pero las tres viejas impresoras dejaron de funcionar después de imprimir unas pocas páginas.

Con la ayuda de otros practicantes pude conseguir una nueva impresora. Tan pronto como el bloqueo disminuyó, decidí obtener más suministros en caso de que nos regresaran al confinamiento. En cuatro días establecimos un sitio de producción de materiales en mi municipio.

Estaba muy contento de que los compañeros practicantes en mi municipio y en pueblos cercanos cooperaran y distribuyeran los materiales para que pudiéramos salvar a más personas en nuestra área.

Antecedentes

Falun Dafa (también conocido como Falun Gong) fue enseñado por primera vez al público en 1992. Muy pronto casi 100 millones de personas practicaban esta disciplina espiritual tradicional en China después de experimentar mejoras en su salud y en su carácter. Jiang Zemin, exjefe del partido comunista chino (PCCh), percibió la creciente popularidad de Falun Dafa como una amenaza a la ideología atea del PCCh y el 20 de julio de 1999 emitió una orden para prohibir Falun Dafa.

Minghui.org ha confirmado la muerte de miles de practicantes de Falun Dafa debido a la persecución durante los últimos 21 años; se estima que el número real es mucho mayor. Muchos practicantes han sido encarcelados y torturados por su fe en Dafa.

Existe evidencia concreta de que el PCCh promueve la sustracción forzada de órganos de practicantes detenidos, quienes son asesinados para abastecer a la industria mundial del trasplante de órganos.

Bajo la dirección personal de Jiang, el PCCh estableció la oficina 610, una organización de seguridad extralegal con el poder de anular los sistemas policiales y judiciales con el único objetivo de perseguir a Falun Dafa.

Ante la prolongada persecución, los practicantes de China utilizan muchas formas creativas para informar al público sobre los beneficios de Falun Dafa y para informar sobre la persecución, la naturaleza perversa del PCCh y sobre la actual plaga, lo que involucra el riesgo de ser arrestados durante el proceso.