(Minghui.org) El encubrimiento de la pandemia del coronavirus por el régimen comunista chino ha llevado a muchas personas a desarrollar una comprensión más profunda de la naturaleza represiva del régimen, incluido mi esposo.
Señales tempranas de que algo malo estaba sucediendo
Mi familia vive en Wuhan. Mi hija y yo somos practicantes de Falun Dafa. Aunque mi esposo no es practicante, es una buena persona.
Planeamos visitar a mis padres en el sur de China para el Año Nuevo Chino y compramos nuestros boletos de tren; mi hija y yo teníamos previsto partir el 23 de enero y mi esposo se nos uniría algunos días después.
Cuando se conoció la noticia del virus de Wuhan en diciembre de 2019, mis padres conocieron más sobre la epidemia a través de The Epoch Times y de New Tang Dynasty TV, dos medios extranjeros con información sin censura sobre China. Estaban preocupados y nos pidieron que canceláramos nuestro viaje.
Mi esposo no entendía por qué no querían que los visitáramos. Pensó que quizás él no le caía bien a mis padres y que ellos estaban usando el virus como una excusa para no verlo.
Unos días después, mis padres le pidieron también a mi hermana menor que vive en el extranjero que cancelara su vuelo a China, un día antes de su viaje.
Mi cuñada, que vive en Wuhan, nos visitó el 22 de enero. Ella pensó que estábamos exagerando. Mientras hablábamos, escuchamos música funeraria al lado. Alguien había muerto, pero en ese momento ninguno de nosotros lo relacionó con el coronavirus.
Wuhan, devastado
Al día siguiente, el 23 de enero, Wuhan fue confinado. Más tarde supimos que varios de nuestros vecinos se contagiaron con el virus. Dos fallecieron.
Poco después mi esposo escuchó que uno de sus mejores amigos, Don, había muerto a las tres semanas de haberse contagiado con el virus.
Más tarde la esposa de Don llamó a mi esposo y detalló todo por lo que habían pasado. Cuando Don se sintió enfermo, él y su esposa fueron al hospital. Recibió inyecciones de antibióticos los primeros tres días, pero su condición empeoró y desarrolló fiebre.
Había tantos pacientes en el hospital que tuvieron que esperar durante muchas horas para poder ver a un médico. A veces, la fila de espera se extendía afuera del hospital. La esposa de Don tuvo que esperar formada bajo la lluvia en lugar de Don mientras él esperaba adentro. Con un largo tiempo de espera y algunas horas de tratamiento, regresaron a casa a las 3 de la madrugada.
En otra ocasión, cuando Don recibía sus antibióticos por vía intravenosa, la persona sentada a su lado murió. Su esposa dijo que el hospital era como "el infierno en la tierra".
Cuando Don se debilitó y tuvo problemas para respirar, le fue demasiado difícil viajar al hospital todos los días, especialmente porque el servicio de autobuses había sido suspendido. Para ese momento él ya había decidido morir en casa. Pero su familia no se rindió y, gracias a sus conexiones, finalmente lograron hospitalizarlo. Esto sucedió dos semanas después de que comenzó a sentirse enfermo.
Durante el proceso de hospitalización, por sus síntomas el médico confirmó que Don tenía el "virus Wuhan" y dijo que no había necesidad de hacerle una prueba. Su esposa no sabía que esta sería su última despedida.
Don llamó a su esposa un par de días después. Le pidió que fuera a ayudarlo porque estaba muy débil para asearse. Aunque le llevó unos pañales, el doctor no la dejó entrar a su cuarto del hospital.
Don falleció en el hospital en solo una semana. Su certificado de defunción no dice que murió de coronavirus. Su esposa fue notificada para que recogiera sus cenizas 15 días después.
Después de saber de la muerte de Don, mi esposo lloró varias veces. Se lamentaba diciendo: "¿Cómo un tipo tan saludable podría irse tan rápido?".
Un amigo le dijo a mi esposo que se llevaron a dos personas de una familia de su edificio. Al principio el amigo pensó que habían contraído el virus y que los llevaban al hospital. Pero la realidad fue más espantosa: ellos habían muerto en casa. Se llevaban sus cadáveres.
Otro de sus amigos manejó con su esposa desde Wuhan a la casa de un familiar para celebrar el Año Nuevo Chino. Tuvieron que quedarse en una casa separada y esconder su automóvil, porque la placa era de la provincia de Hubei. No era así como deseaban celebrar el Año Nuevo y poco después decidieron regresar a casa. Su viaje a Australia para visitar a su hija y nieta después del Año Nuevo Chino también fue cancelado.
Su mentalidad tuvo un cambio profundo
Mi esposo tenía tos sin fiebre antes de que saliera la noticia del virus de Wuhan. Estaba muy ansioso por tantas cosas desagradables que estaban sucediendo, especialmente cuando tuvo que regresar al trabajo.
Le dije las palabras del Maestro Li: "cuando una persona practica, toda la familia se beneficia" (Exponiendo el Fa en el Fahui de Australia, 1999) y le pedí que recitara las frases mágicas: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".
Mi hija también le dijo: “Tanto mamá como yo somos practicantes. Serás bendecido y no contraerás el virus. Al escuchar esto, se sintió tranquilo y recitó las frases en voz alta.
Cuando una mañana vi que todavía estaba inquieto mientras se preparaba para partir, le recordé que dijera las frases especiales. Inmediatamente las repitió y recuperó su confianza.
Más tarde dejó de toser y se tranquilizó. Cuando nuestro vecindario fue confinado, él seguía saliendo a caminar por el vecindario. Su amigo se enteró de esto y lo felicitó por su actitud positiva.
Mi esposo renunció al partido comunista chino (PCCh) hace unos años. Pero debido a la información errónea difundida por el PCCh, todavía pensaba que China estaría en caos sin el PCCh.
Una mañana me dijo: “Estoy muy agradecido de que tus padres nos pidieran que canceláramos nuestro viaje. Si ustedes dos me hubieran dejado en Wuhan, me habría aterrorizado”.
Ahora, cuando mira la cobertura mediática del PCCh, siempre me pregunta cómo se informan las cosas fuera de China. Cuando el PCCh comenzó su movimiento de propaganda agradeciendo a los líderes por ganar la batalla contra el virus de Wuhan, pudo decir que los medios nuevamente estaban engañando a la gente.
Ahora él apoya más a Dafa. Cuando mi hija y yo leemos las enseñanzas del Fa todos los días, él siempre trata de no molestarnos.
Toda mi familia ofrece nuestro sincero agradecimiento a Dafa por protegernos durante la pandemia.
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