(Minghui.org) Tenía un restaurante y un bar. En marzo de 2015, cuando tuve dificultades para respirar, me diagnosticaron el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Mis pulmones tenían solo el 20% de su función respiratoria normal.

El poder curativo de Dafa

En 2014 conocí a unos apostadores. Jugábamos apostando nuestras ganancias, sin importarnos si era de día o de noche. Para mantenerme energizado durante el juego, comencé a tomar drogas.

A principios de marzo de 2015 con frecuencia tenía fiebre, pero no le presté atención y tomé un medicamento para bajar la temperatura. Dos semanas después me diagnosticaron SIDA y de inmediato me hospitalizaron en una unidad de cuidados intensivos. Mi condición era tan mala que el médico que me atendió emitió tres veces un aviso de estado crítico.

Un día, un buen amigo que conocí en la adolescencia me visitó. En ese momento estaba delirando. Mi amigo, es un practicante de Falun Dafa (también conocido como Falun Gong), me puso un amuleto en mi mano y me susurró al oído, diciéndome que recitara sinceramente: "Falun Dafa es bueno” y “Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".

Recordando su amabilidad, recitaba en silencio estas dos frases todos los días sin parar. Para mi sorpresa, mi insomnio se volvió menos severo.

En la tercera noche finalmente logré dormir bien y tuve un sueño. Soñé que muchas personas con vestimentas blancas masajeaban suavemente todo mi cuerpo, haciéndome sentir muy confortable. Entonces, alguien me llamó por mi nombre. Desperté sintiendo que podía respirar y que mi mente estaba más lúcida.

A la mañana siguiente al doctor le sorprendió mi condición. Me preguntó qué medicamentos había tomado. Le dije que no tomé ninguna otra medicina aparte de las que me recetó. Desde entonces, mi salud mejoró gradualmente día tras día.

Cuando mi buen amigo regresó a visitarme me dijo que el Maestro Li, el fundador de Falun Dafa, fue quien eliminó mi enfermedad en otras dimensiones. Me explicó la razón detrás de por qué estas palabras mágicas tienen efectos tan poderosos. También me contó dos historias sobre personas con enfermedades incurables que recuperaron su salud después de recitar estas dos frases.

A partir de ese día, las recitaba sinceramente a diario. En una semana me sacaron de la unidad de cuidados intensivos y ya no necesitaba un ventilador. Ya podía respirar por mi cuenta después haber necesitado la ayuda de inhaladores por un tiempo.

Una enfermera me dijo: “Tienes mucha suerte de haberte recuperado. Hemos tenido otros cinco pacientes con tu condición y ninguno de ellos la superó".

Cinco días después me trasladaron a una sala general de pacientes. El médico a cargo de la sala se sorprendió. Dijo que era casi imposible que los pacientes con los pulmones llenos de burbujas como yo sobrevivieran. Otros pacientes en la misma sala tenían curiosidad. Me preguntaron si conocía a los dioses.

"Si. Realmente conocí a un dios”, les dije. "He recitado 'Falun Dafa es bueno y Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno' todos los días".

Una semana después fui dado de alta del hospital. Le conté mi historia a un paciente joven y le di mi amuleto. Ese joven hizo lo que le dije y pronto se curó y también fue dado de alta.

Ya han pasado cinco años desde entonces y sigo teniendo buena salud.

Lo que puedo hacer por Dafa

A mediados de febrero de este año, me encontré con mi buen amigo.

"No sé cómo puedo agradecerte", le dije.

"No lo menciones. Si quieres, puedes agradecerle a mi Maestro. Todos estamos bajo su protección. ¡Su compasión no tiene límites!”, me dijo.

"¿Qué ha sido de ti últimamente?", le pregunté.

Después de pensarlo por un momento, dijo: “El partido comunista chino ha causado estragos en las personas de Wuhan con coronavirus. Mira, incluso nuestro pueblo está cerrado. Todas las calles están bloqueadas y cada pequeña comunidad está aislada. Todos están en pánico. Tienen que usar cubrebocas y tomarse la temperatura en cada entrada a edificios”.

Agregó: “Mi misión ahora es salvar a la gente. Quiero contarles los hechos sobre Falun Dafa. Quiero decirles a las personas predestinadas que conozco que reciten las dos frases milagrosas para su seguridad".

"¿Hay algo que pueda hacer para ayudar?", le pregunté.

Puedes compartir tu historia con la gente, sobre cómo se curó tu enfermedad incurable recitando las frases”, respondió. "¡Eso sería maravilloso!".